martes, 23 de abril de 2013

Iglesia Ekklesia lame los pies de los ateos

El domingo anterior fue invitado al culto de la iglesia Ekklesia a un político ateo que ahora es presidente de Bolivia. De acuerdo a la Biblia no se debe hacer acepción de personas o preferencia de personas en la congregación, para Dios todos somos iguales él no hace diferencia: 

(Los ateos que ahora gobiernan Bolivia, al jurar levantan el puño izquierdo al cielo desafiando a Dios).

Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre; estate tu allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado; ¿no haceís distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos? Santiago 2: 2,3

La Biblia nos dice que para Dios no hay preferencias, pero en la congregación Ekklesía si se hace preferencias dando incluso el púlpito al sujeto siendo que no es creyente, que según dijo cree en el ídolo la pachamama también es católico, mas parece confundido que no sabe en qué cree. En realidad lo que los socialistas quieren es seguir manipulando a su antojo a los "cristianos" usarlos como tontos útiles, como ya los usaron en las elecciones, prometiendoles espejitos y al final no les dan ni los espejitos, pero claro los pastores se compran casas, autos modernos...., los socialistas ya están trabajando en relación a las elecciones del 2014.

No existe un pasaje de la Biblia que sea fundamento para que la iglesia trabaje junto a los políticos de turno, según la Biblia Jesús es el modelo que debemos seguir, pero Jesús jamás se alió a los políticos o gobernantes de esa época, mas bien él los llamó hipócritas. Juan el bautista fue muerto porque denunció el abuso de autoridad, ningún apóstol fue adulador de los gobernantes, mas bien ellos fueron perseguidos, encarcelados incluso muertos por los políticos de la época. Jesús dijo mi reino no es de este mundo.

Ahora bien, el actual gobierno de Bolivia es aliado a Irán que trabaja en la fabricación de bombas atómicas para exterminar el pueblo elegido Israel, como sabemos nosotros los cristianos debemos bendecir a Israel no solo con la boca, sino con los hechos. Si Ekklesía se une con los enemigos de Israel entonces Ekklesía y Las Asambleas de Dios de Bolivia son enemigos de Israel, y la Biblia dice:

Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Génesis 12: 2,3

No es posible maldecir a Israel sin que nada suceda, Dios está atento a la niña de sus ojos, está atento a cumplir su palabra. Pero los actuales pastores cegados por la sed de poder y dinero ya no creen en la Biblia, creen en lo que ven.

Las iglesias falsas que se disfrazan de evangélicas Ekklesia, y Las Asambleas de Dios de Bolivia están más interesadas en el poder político que en la predicación del evangelio, porque sus líderes no son cristianos, son ateos disfrazados y están conduciendo a sus seguidores al infierno. 

¿Por qué el supuesto pueblo de Dios está en amistad con los derramadores de sangre?

Para implantar la dictadura socialista han muerto más de trescientas personas en Bolivia, ¿y los presos de personas que piensan diferente en las cárceles no cuentan?

Estos son los judas en Bolivia: Howard Nutt y Alberto Toto Salcedo. Que el Señor tenga piedad de ellos.

 ¡Hermanos despierten!, Dios te dice "salid de ella pueblo mío para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; Apocalipsis 18:4

Los cristianos verdaderos jamás adoraremos a ningún dictador socialista, sólo creemos en Cristo Jesús!!!





sábado, 13 de abril de 2013

¿A quien deseas seguir?



John MacArthur

Una mirada por el paisaje evangélico de hoy en día ofrece una amplia variedad de modelos y estilos de liderazgo: los empresarios, los reyes, las estrellas de rock, los oradores motivacionales, los psicólogos de sillón y los monjes modernos. Usted tendría que buscar con mucho más detenimiento para encontrar a un simple siervo.

El punto de vista de Cristo sobre el liderazgo está visiblemente fuera de sintonía con la sabiduría convencional de nuestra época: "Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos"(Mateo 20:25-28).

De acuerdo con Jesús, entonces, el verdadero liderazgo exige servicio, sacrificio y altruismo. Una persona orgullosa y que se promueve a sí misma no es un buen líder según la norma de Cristo, sin importar cuánta influencia él o ella pudiera ejercer. Los líderes que buscan a Cristo como su líder y su modelo supremo de liderazgo tendrán el corazón de un siervo. Ellos darán el ejemplo de sacrificio.

Sé que esas no son las características que la mayoría de la gente asocia con el liderazgo, pero son cualidades esenciales de un enfoque bíblico del liderazgo, que es el único que me interesa.
Nótese, por cierto, que Jesús estaba enseñando expresamente a los cristianos a ver al liderazgo de una manera diferente y desde un punto de vista radicalmente diferente al de los líderes de este mundo. Es una locura para los cristianos asumir (como muchos lo hacen en estos días) que la mejor manera para que los cristianos aprendan acerca del liderazgo es a partir de los ejemplos mundanos.

Existe una razón fundamental para eso: el liderazgo para el cristiano siempre tiene una dimensión espiritual. El deber de liderar a las personas lleva consigo ciertas obligaciones espirituales. Eso es tan cierto para el presidente cristiano de una empresa secular como lo es para el ama de casa cuyo ámbito de liderazgo podría extenderse no más allá de sus propios hijos. Todos los cristianos en todo tipo de liderazgo están llamados a ser líderes espirituales.
Si usted realmente entiende su responsabilidad ante Dios como líder, usted puede comenzar a ver por qué Cristo retrata al líder como un siervo. Él no estaba sugiriendo, como muchos han supuesto, que la humildad es la única esencia del liderazgo. Hay muchas personas humildes, mansas, misericordiosas que no son líderes. Un verdadero líder inspira a los seguidores. Alguien que no tiene seguidores no puede ser llamado un líder.

Así que, si bien es cierto que el liderazgo exige un corazón de siervo, no todo el mundo con un corazón de siervo es un líder. El liderazgo es mucho más que eso.

En pocas palabras, el liderazgo es influencia. El líder ideal es alguien cuya vida y carácter motiva a la gente a seguirle. El mejor tipo de liderazgo deriva su autoridad primero del poder de un ejemplo de rectitud; y no sólo del poder del prestigio, la personalidad o la posición. Por el contrario, gran parte del "liderazgo" en el mundo no es más que manipulación de las personas por medio de amenazas y recompensas. Eso no es verdadero liderazgo; es explotación. El verdadero liderazgo tiene por objeto motivar a la gente desde el interior apelando al corazón, no por presión externa y coacción.

Por todas estas razones, el liderazgo es una cuestión de carácter y no de estilo o técnica. ¿Quiere una prueba de que un liderazgo eficaz no es sólo cuestión de estilo? Note que una serie de estilos de liderazgo divergentes se modelan en la Escritura. Elías era un solitario y un profeta; Moisés delegó funciones a las personas de confianza que mantenía cerca de él.

Pedro era impetuoso; Juan era piadoso. Pablo era un líder dinámico, incluso cuando lo llevaban encadenado. Influyó en las personas principalmente a través de la fuerza de sus palabras. Evidentemente, su apariencia física no era poderosa (2 Corintios 10:1). Todos eran hombres de acción; y todos usaron sus diversos dones en formas muy diferentes. Sus estilos de liderazgo eran variados y diversos. Pero todos eran verdaderos líderes.

Una vez más, creo que es un grave error para los cristianos en funciones de liderazgo no considerar estos ejemplos bíblicos de liderazgo; y en su lugar buscar en modelos seculares la fórmula del estilo que creen que los convertirá en mejores líderes.

Entonces, ¿qué tipo de líder es usted? O, ¿qué tipo de líder que quiere ser? ¿Quiénes son sus modelos de liderazgo? ¿Qué tipo de líderes debería usted seguir, y deberían influir en usted y en su familia?
En los próximos días veremos de cerca algunos de los modelos dominantes y modernos de liderazgo y veremos cómo se contrastan con el mandamiento de Cristo a ser humildes para una vida de sacrificio y servicio.
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Un desafío para comunicadores cristianos



Por Jhon MacArthur

Este artículo fue adaptado de la publicación de Primavera 2006 de The Master's Seminary Journal.

La claridad y la precisión en la comunicación de la verdad divina, es más importante para los comunicadores cristianos que para cualquier otra persona. La disponibilidad de medios masivos de comunicación contribuye al trabajo del predicador en esta época, ya que puede alcanzar a grandes audiencias, las cuales no eran de esa magnitud en épocas pasadas. No obstante, como ha sucedido en tantos casos, las oportunidades en medios masivos de comunicación pueden ser abusadas. Por ejemplo, la televisión ayudó a expulsar la “época de la exposición” e introdujo la época de las “frases,” cuando la imagen se convirtió en algo más importante que la sustancia en el mensaje que se estaba comunicando. Como un medio de entretenimiento, la televisión ha contribuido a que el apetito del pensamiento serio haya decrecido y que las expectativas de lo trivial y lo breve hayan incrementado.

Precisamente ese es el caso con sermones difundidos mediante medios masivos de comunicación. Las publicaciones cristianas han seguido la misma dirección, al apelar a las “necesidades percibidas” de la gente y darle lo que quiere en lugar de las verdades doctrinales de la Biblia. Eso es precisamente aquello de lo cual advirtió Pablo a Timoteo y que Jeremías se rehusó a hacer. Como embajadores de Cristo, los comunicadores cristianos deben hacer que el mensaje, no el medio, séa el corazón de lo que le dan a su audiencia.  

La importancia de la comunicación clara 

A ningún predicador le gusta sentirse con la lengua atada—especialmente cuando sucede en el púlpito. La pesadilla de todo predicador son esos momentos incómodos cuando su cerebro se atora en neutral y su boca continúa diciendo cosas. Puede ser especialmente peligroso cuando todo lo que dice es grabado. 
Hace unos años atrás, algunas de las personas que laboran en la producción de nuestro programa de radio, prepararon una colección grabada de todos mis errores verbales a lo largo de los años. Recolectaron unos quince años de errores editados y los unieron para terminar con un sermón entero de tonterías. Fue doloroso escucharlo.

Por ello, no tengo nada más que compasión extrema hacia el Reverendo William Archibald Spooner, quien padeció de una discapacidad que ningún predicador merece. Spooner fue un hombre brillante que fue el Director del New College, en Oxford, a principios del siglo veinte. Hoy en día es recordado primordialmente porque elevó los errores de la lengua a una forma de arte. Él tuvo una tendencia en particular a cometer un error verbal que ha recibido su nombre—el espunerismo. Un espunerismo traspone las sílabas o sonidos de dos o más palabras.

Es fácil ver cómo esta tendencia podría afectar de manera adversa a un ministerio de predicación. La tendencia de Spooner de trasponer los sonidos, ocasionalmente le causó decir exactamente lo opuesto de lo que quizo decir. En una ocasión estaba presidiendo una boda y el Reverendo Spooner le dijo al novio, “Por bestumbre se cesa a la novia,” en lugar de decir, “Por costumbre se besa a la novia.” Cuando te das cuenta de que el ministerio de Spooner se llevó a cabo primordialmente entre jóvenes, te ves obligado a darle un reconocimiento por su fortaleza.

Ningún comunicador quiere destrozar el mensaje. Pero para los comunicadores cristianos, la necesidad de que el mensaje sea el correcto es elevada a la altura de un deber sagrado. Quizás uno puede sonreír y perdonar una aflicción como la de William Spooner, pero ciertamente no puede tolerar ninguna distorsión de la verdad divina que es el resultado de pensamiento descuidado, pereza, apatía ó indiferencia. Más siniestra aún es la tendencia de evadir elementos de verdad o suavizar el mensaje por un deseo de agradar a la gente, por un amor por la alabanza mundana, ó también por una falta de valentía santa.

Nuevas oportunidades

Debido a que tenemos grandes oportunidades, nuestra generación tiene una mayor responsabilidad de comunicar la verdad del evangelio claramente y con precisión, que aquellos que vivieron antes que nosotros. Lucas 12:48 dice, “porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará”.
Ninguna generación pasada ha sido tan bendecida con los medios de comunicación masiva como la nuestra. Hace cien años atrás, la “comunicación cristiana” consistía casi totalmente en predicar sermones y escribir libros. La única forma de comunicación masiva era la prensa. Hombres como Carlos Spurgeon nunca se hubieran imaginado que existirían medios para transmitir sonidos e imágenes en vivo vía satélite, a toda nación en el mundo.

Para fines del siglo diecinueve, Spurgeon fue el predicador más escuchado en la historia. Él le predicó a multitudes enormes en su iglesia. Algunos estiman que cuatro millones de personas lo escucharon predicar a lo largo de una vida excepcional de ministerio. 

Pero actualmente, a través de la radio, Chuck Swindoll le predica a más gente que eso en una semana normal. J. Vernon McGee (“quien aún muerto aún habla”) ha estado en la radio diariamente a nivel mundial durante décadas. Si cuentas los sermones que son traducidos y predicados en otros idiomas, McGee indudablemente le ha predicado a más personas que cualquier otra persona en la historia—y continúa haciéndolo desde la tumba.

Al personal que produce nuestras grabaciones y programas de radio, le gusta recordarme que el sol nunca se pone en nuestro ministerio. En cualquier momento dado del día o la noche, a nivel mundial a toda hora, alguien, en algún lugar, está escuchando un sermón que prediqué desde el púlpito de nuestra iglesia. No puedo decirles lo mucho que pesa en mí esa responsabilidad de manera continua. Estoy consciente de la responsabilidad de que el mensaje séa el correcto, de hablarlo claramente, y de proclamarlo con autoridad y convicción.

Nuevas oportunidades de comunicación se presentan de manera constante. Las generaciones futuras podrán descargar de un banco de datos centralizado, imágenes de video y sonidos de los predicadores de hoy. Si los estudiantes del mañana de la Biblia quieren saber lo que James Boice dijo acerca de Romanos 7, no tendrán que conseguir su comentario y consultarlo. Si lo prefieren, se conectarán a la red de comunicaciones digitales y escucharán o verán el sermón original tal como lo predicó desde el púlpito.
La tecnología satelital, el sonido digital, la alta resolución, la televisión de pantalla ancha ya están disponibles. Otros avances de alta tecnología apuntan a que dentro de cien años, las comunicaciones habrán avanzado por lo menos tan lejos de la tecnología actual como nuestro mundo ha avanzado desde el tiempo de Spurgeon. Si el Señor retrasa Su regreso, nuestros tataranietos quizás tengan acceso a formas de comunicación que ni siquiera podemos imaginar en nuestro día.

Oportunidades desaprovechadas

Esta es una época muy emocionante para vivir y ministrar. Pero recuerda Lucas 12:48: “porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará”. Somos administradores que darán cuentas por las oportunidades con las que el Señor nos ha bendecido. Y si somos honestos, creo que tendríamos que confesar que en la mayoría de los casos, la iglesia simplemente ha desaprovechado las ricas oportunidades que la tecnología de la comunicación moderna ha dado. Nuestra generación, con mejores medios que nunca para alcanzar al mundo con el evangelio, espiritualmente de hecho está perdiendo terreno. La influencia de de la iglesia de hecho está disminuyendo. Nuestro mensaje se está confundiendo—y es confuso. No estamos hablando la verdad claramente para que el mundo oiga el mensaje.     
Parte del problema es que la iglesia no ha visto las fallas que son inherentes en las comunicaciones modernas. La nueva tecnología ha traído mucho más que nuevas oportunidade, ya que también ha traído un nuevo conjunto de desafíos para aquellos cuya meta es proclamar y enseñar la verdad de Dios. La mayoría de los medios nuevos son más apropiados para el entretenimiento.

Hace algunos años atrás, Neil Postman escribió un libro importante titulado, “Entreteniéndonos a morir”. Todo comunicador cristiano debería estar familiarizado con este libro. Postman no es cristiano. Enseña comunicaciones en la Universidad de Nueva York. Él escribe desde una perspectiva académica y secular. Su libro es un análisis de cómo la tecnología moderna de comunicación—y la televisión en particular—ha alterado dramáticamente nuestra cultura.

Postman señala que antes de la televisión, para la mayoría de la información que recibía la sociedad, los medios impresos eran la manera en la que la información era diseminada. La gente tenía que ser culta—no meramente saber leer y escribir, sino ser capaz de pensar lógicamente, capaz de digerir información de manera significativa, capaz de usar su mente en todo tipo de procesos racionales. El contenido de cualquier forma de comunicación tomó la prioridad por encima de la forma. Los comunicadores estaban primordialmente preocupados con la sustancia, no el estilo. El mensaje debía tener contenido cognitivo.
Postman hace referencia a la época previa al siglo veinte como “la época de la exposición”.

El discurso humano en la época de la exposición era significativamente diferente. Los debates entre Lincoln y Douglas, por ejemplo, se llevaron a cabo en comunidades rurales, al aire libre, frecuentemente en un calor asfixiante, sin el beneficio de sistemas de megafonía. Sin embargo, miles de personas permanecían de pie y escucharon por horas, siguiendo cuidadosamente la lógica de los que debatían, escuchando atentamente el diálogo profundo, prestando atención a cada palabra pronunciada por dos oradores elocuentes.  

Como contraste, los políticos de hoy compiten por “frases”. La imagen es más importante que la sustancia. En la actualidad, Estados Unidos escoge a los candidatos presidenciales de la misma manera que Hollywood slecciona actores mediante audiciones. De hecho, antes de Bill Clinton, el único presidente en cuarenta años que concluyó dos periodos presidenciales fue un actor (Ronald Reagan).
De acuerdo a Postman, apareció una fuerte tendencia hacia el entretenimiento, “Cerca del fin del siglo diecinueve...La época de la exposición comenzó a desaparecer, y las primeras señales de su reemplazo podían ser discernidas. Su reemplazo sería La época del mundo del espectáculo”.
Un mensaje modificado por los medios
El medio que más ha contribuido para definir la época del mundo del espectáculo ha sido la televisión. Tendemos a pensar que la televisión es una herramienta significativa en la extensión del conocimiento. A través del ojo de la cámara de televisión, podemos ser testigos de acontecimientos que suceden al otro lado del globo—o hasta en la luna—en el momento que ocurren. Vemos y oímos cosas que nuestros ancestros nunca se hubieran imaginado. Ciertamente deberíamos ser la generación mejor informada y con mayor conocimiento en la historia. 

Pero el efecto de la televisión ha sido precisamente el opuesto. La televisión no nos ha hecho ser más cultos que nuestros ancestros. En lugar de esto, ha inundado nuestras mentes con información irrelevante y sin significado. Somos expertos en las trivialidades de la cultura pop, pero somos ignorantes acerca de asuntos serios. La publicidad que rodeó el juicio del homicidio de O.J. Simpson en 1995 ilustra esto. Durante la audiencia preliminar de Simpson, se estaba desatando una crisis severa debido a armas nucleares en Corea. El gobierno de Haití fue derrocado mediante un golpe de estado y una nación entera fue arrojada al caos. Por primera vez en décadas, Yasser Arafat regresó de manera legal a la franja de Gaza, marcando uno de los desarrollos políticos modernos más significativos en el Medio Oriente. El primer ministro de Nepal renunció a su cargo. Todas estas cosas fueron tan importantes que sacudieron al mundo. Pero a pesar de lo significativo que fueron, nuestros noticieros locales por televisión concentraron el 93 por ciento de su cobertura a la audiencia de Simpson.

La televisión es un medio de entretenimiento. El estar expuesta a tanta televisión ha alimentado el apetito de la gente de entretenimiento y rebajado su tolerancia hacia el pensamiento serio. Ahora, aún los medios impresos están siguiendo la guía de la televisión y formateando su contenido para que séan más entretenidos que informativos. En Inglaterra, los diarios sensacionalistas han llevado a los periódicos serios a quedarse sin trabajo. El diario USA Today fue fundado para alcanzar un propósito parecido. Fue diseñado y formateado deliberadamente para alcanzar a la generación de la televisión. Las historias son cortas a propósito. Solo los artículos principales de la primera página continúan en otra página. Es un periódico entero de información en frases, formateado para una generación cuyas mentes han sido moldeadas por la televisión. Y comercialmente ha sido un éxito tremendo.

La publicación de libros tiene la misma tendencia. Vé la lista reciente de los libros más vendidos del New York Times. Siete de los libros más vendidos fueron colecciones de caricaturas—“Garfield” y otros parecidos. Los libros más vendidos en el género de no ficción, incluyeron algunos ensayos fotográficos y obras de Dave Barry, Rush Limbaugh y Howard Stern. Únicamente tres de los libros más vendidos en la lista que no es de ficción, tenían algún contenido sustancial que no era de humor. ¿Qué dice esto acerca de nuestra sociedad?

La televisión no solo ha reducido la tolerancia hacia el pensamiento serio, sino que también ha adormecido la mente a la realidad. Conforme se desenvolvía el drama de O.J. Simpson, una cadena de televisión siguió la persecusión sensacional por las calles por helicóptero, pero mantuvo una pequeña ventana en la parte de abajo de la pantalla, que mostraba los juegos finales de la liga nacional de basquetbol. Las dos escenas eran absolutamente incongruentes.

Pero aún fuera de la historia de O.J. Simpson, las noticias de las cadenas de televisión son ridículas. Las noticias de la tarde son una actuación, en donde elegantes locutores leén con estilo breves reportes acerca de la guerra, homicidio, crimen y desastre natural. Los comerciales que hacen triviales las historias y las aíslan de cualquier contexto puntualizan estas historias. Neil Postman relata un programa de noticias en el cual un general de la marina, declaró que la guerra nuclear global es inevitable. El siguiente segmento fue un comercial para Burger King.
No se espera que respondamos racionalmente. En las palabras de Postman, “De la misma manera en la que una audiencia en una obra de teatro, se vá corriendo a llamar a casa porque un personaje en el escenario ha dijo que un homicida está suelto en el vecindario, así también la audiencia no será atrapada contaminando su respuesta con un sentido de realidad.” (2)

La televisión no puede demandar una respuesta prudente. La gente vé el canal de televisión no para ser desafiada para pensar. Si un programa demanda contemplación o demanda demasiado uso del intelecto, nadie lo vé.
La televisión también ha rebajado la capacidad de concentración. Después de quince minutos se nos dá un descanso para comerciales. Hasta una de las cadenas de televisión tiene un programa llamado “Teatro de poca capacidad de concentración”. En toda cadena de televisión, los programas demandan un involucramiento intelectual mínimo. La mayoría de los dramas de televisión está diseñada para una capacidad intelectual de un niño promedio de siete años de edad. El punto no es desafiar a la audiencia sino entretenerla. Neil Postman dice que estamos entreteniéndonos a morir. Él señala que nuestra fascinación con la televisión ha debilitado la capacidad de esfuerzo intelectual y espiritual de nuestra cultura.
De hecho, sus palabras más fuertes están en un capítulo acerca de la religión moderna. Postman es judío, pero escribe con una capacidad de análisis penetrante acerca del declive de la predicación en la iglesia cristiana. Él hace un contraste entre los ministerios de Jonathan Edwards y Jorge Whitefield comparándolos con la predicación de nuestro día.

Esos hombres se apoyaron en profundidad, contenido, lógica y conocimiento de las Escrituras. En comparación a ellos, la predicación en nuestro día es superficial y exalta el estilo y la emoción. De acuerdo a la definición moderna, la “buena” predicación debe ser sobre cualquier otra cosa, breve y entretenida. Gran parte de lo que actualmente se presenta en estos días como predicación, es meramente entretenimiento—carente de cualquier exhortación, reprensión, ó instrucción (cp. 2 Ti. 3:16; 4:2).

La personificación de la predicación moderna es el evangelista ingenioso que exagera toda emoción, lleva un micrófono conforme camina por la  plataforma como si fuera el dueño de todo, e incita a la audiencia mediante aplausos, pisotones y gritos, para llevarla a un estado de descontrol emocional. El mensaje no tiene carne, pero ¿a quién le importa, siempre y cuando la respuesta séa entusiasta?
No son solo unos cuantos televangelistas los que caben en esta categoría. Algunas de nuestras iglesias evangélicas más conservadoras, han permitido que el entretenimiento reemplace la predicación clara de la verdad. En donde la predicación puede ser encontrada, frecuentemente es carente de doctrina, está llena de anécdotas inteligentes y frases interesantes y fáciles de recordar. La predicación bíblica con contenido real está en un serio estado de declive.

La comunicación en base a necesidades percibidas

Las editoriales cristianas han seguido las tendencias. Cierta casa de publicaciones ha estado publicando libros durante casi cien años, publicando literatura cristiana muy sólida. Pero no hace mucho tiempo atrás cerraron su división de libros de texto, y anunciaron que su nuevo enfoque sería la publicación de libros que fácilmente pudieran ingresar al mercado secular. Estaban buscando libros de ayuda personal, de humor y otros materiales de peso ligero con un mínimo de referencias bíblicas.

Esa es precisamente la dirección equivocada, hacia donde no debemos ir. Nosotros que tenemos acceso a la verdad divinamente inspirada de la Palabra de Dios, debemos estar confrontando la apatía y la insensatez de una sociedad, que es adicta al entretenimiento e ignorante de la verdad. Debemos estar proclamando la verdad a gritos desde los techos de las casas, no adaptando nuestro mensaje a los entretenimientos superficiales e insípidos, que han dejado a nuestra sociedad moral e intelectualmente en la bancarrota.
Al vivir en una época que ha abandonado la búsqueda de la verdad, la iglesia no puede darse el lujo de estar tambaleándose. Ministramos a personas que tienen una necesidad desesperada de una palabra del Señor, y no podemos restarle importancia a nuestro mensaje, ó atenuar el evangelio. Si nos hacemos amigos del mundo, nos hacemos enemigos de Dios. Si confiamos en estrategias mundanas, automáticamente hacemos a un lado el poder del Espíritu Santo.
   
Estoy muy preocupado por la fascinación que tiene la iglesia moderna con la metodología mercadológica. Escribí un libro, Avergonzados del evangelio, en el cual analizo y critico la tendencia de la iglesia moderna de apoyarse en la técnica de la Avenida Madison. Hay demasiadas personas que están tratando de vender el evangelio como un producto, en lugar de entender que el evangelio mismo es el poder de Dios para cambiar los corazones y mentes de la gente.
Mi desafío para pastores y escritores es el mismo. La tarea de todo comunicador cristiano es la misma. No es simplemente entretener. No es meramente recrear. No es solo vender un producto. Ciertamente no es incrementar los ratings de la aprobación de la audiencia. La tarea consiste en comunicar la verdad de Dios con tanta claridad, eficacia y precisión como sea posible.

Frecuentemente esto es incompatible con las metas de la mercadotecnia. ¿Por qué? ¿Alguna vez has notado cuántos comerciales de televisión omiten decir algo de los productos que promueven? El comercial típico de pantalones de mezclilla muestra un drama doloroso acerca de los ayes de la adolescencia, pero no menciona pantalones de mezclilla. Un anuncio de perfume es un collage de imágenes sensuales sin referencia alguna al producto. Los comerciales de cerveza contienen algo del material más simpático que hay en televisión, pero dicen muy poco acerca de la cerveza.

Esos comerciales supuestamente inducen a la audiencia a un estado emocional, para entretener, para apelar a las emociones—no para darle información. Un paralelo obvio existe entre dichos comerciales y algunas de las tendencias que hay en las comunicaciones cristianas. Al igual que los comerciales, muchos comunicadores cristianos, sean predicadores ó escritores, buscan inducir a la gente a un estado emocional, producir una respuesta emocional, entretener—pero no necesariamente comunicar algo de sustancia.
Otros, usando las mejores técnicas de mercadotecnia moderna, deliberadamente presentan el mensaje de tal manera que apela al deseo de la gente de ser feliz, próspera y de disfrutar de gratificación personal. La meta es darle a la gente lo que quiere. Los promotores de una filosofía de comunicaciones impulsada por el mercado, son bastante honestos acerca de esto. La satisfacción del cliente es la meta expresa de la nueva filosofía. Un recurso clave de ministerio impulsado por el mercado dice, “En esto consiste el mercadéo [del mensaje cristiano]: en proveer nuestro producto...como una solución para la necesidad percibida de la gente”.

Entonces, las “necesidades percibidas” determinan el camino a seguir para el plan de mercadotecnia del comunicador moderno. La idea es un principio básico de mercadotecnia: satisfaces un deseo existente, en lugar de tratar de persuadir a la gente a comprar algo que no quiere. Dichas tendencias son un mero ajuste a una sociedad criada por la televisión. Siguen lo que está de moda pero muestran poca preocupación por lo que es verdadero. Apelan a las peores tendencias de la sociedad moderna. Buscan agradar a personas cuyo primer amor son ellos mismos. Le ofrecen a la gente a Dios sin ninguna interrupción en sus estilos de vida egoístas.

Comunicación bíblica 

Y si lo que quieres son resultados, esta es una manera segura de obtenerlos. Prométele a la gente una religión que le permitirá estar cómoda  en su materialismo y amor propio, y te respondera por multitudes. Pero esa no es comunicación cristiana eficaz. De hecho, es precisamente lo que Pablo le advirtió a Timoteo que evitara. 

Pablo mandó a Timoteo con estas palabras, “que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina” (2 Ti. 4:2).
El apóstol incluyó esta advertencia profética: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (4:3-4).

Es claro que la filosofía de ministerio de Pablo no tenía cupo para la teoría de mercadotecnia moderna, de darle a la gente lo que quiere. Él no instó a Timoteo a hacer una encuesta para descubrir qué quería su congregación. No le sugirió que estudiara información demográfica, o que llevara a cabo una investigación de las “necesidades percibidas” de su congregación. Le mandó a predicar la Palabra—fielmente, reprendiendo con paciencia—y que confrontara el espíritu de la época de frente.  

Observa que Pablo no le dijo nada a Timoteo acerca de cómo la gente puede responder. No le dió un discurso a Timoteo acerca de lo grande que era su iglesia, cuánto dinero recibía, o qué tan influyente era. Pablo tampoco le dijo que el mundo debía reverenciarlo, estimarlo, o ni siquiera aceptarlo. De hecho, Pablo no dijo nada de éxito externo. Pablo se concentró en fidelidad, no en éxito.
En contraste a esto, los expertos de mercadotecnia moderna le están diciendo a los comunicadores cristianos, que descubran lo que la gente quiere, y entonces hagan lo que sea necesario para satisfacer las demandas más populares. La audiencia es “soberana” en asuntos como ese. Un libro de los más vendidos en la mercadotecnia cristiana, de hecho afirma que la audiencia debe deteminar cómo preparar un mensaje:

Es...crítico que mantengamos en mente un principio fundamental de comunicación cristiana: la audiencia, no el mensaje, es soberana. Si nuestra publicidad va a detener a la gente en medio de agendas ocupadas, y hacerla pensar acerca de lo que estamos diciendo, nuestro mensaje tiene que ser adaptado a las necesidades de la audiencia. Cuando producimos publicidad que está basada en la proposición de tómalo o déjalo, en lugar de estar basada en una sensibilidad y respuesta a las necesidades de la gente, las personas invariablemente rechazan nuestro mensaje.(4)

¿Qué hubiera pasado si los profetas hubieran suscrito dicha filosofía? Por ejemplo, Jeremías predicó cuarenta años sin ver una respuesta positiva significativa. Por el contrario, sus compatriotas lo amenazaron de muerte si no dejaba de profetizar (Jer. 11:19-23); su propia familia y amigos tramaron en contra de él (12:6); no se le permitió casarse, y esto lo llevó a enfrentar una soledad agonizante (16:2); se hicieron planes para matarlo en secreto (18:20-23); fue golpeado y puesto en un cepo (20:1-2); fue espiado por amigos que buscaron venganza (20:10); fue consumido por la tristeza y la vergüenza—al grado que maldijo el día en el que nació (20:14-18); y fue falsamente acusado de ser un traidor a la nación (37:13-14). Jeremías fue entonces golpeado, arrojado a un calabozo, y privado de comida durante muchos días (37:15-21). Si un gentil etíope no hubiera intercedido por él, Jeremías habría muerto ahí. Dice la tradición que al llegar al final de su vida, de acuerdo a la tradición, fue exiliado a Egipto en donde fue apedreado hasta la muerte por su propio pueblo. Virtualmente no tuvo convertidos que mostraran una vida entera de ministerio. 

Imaginemos que Jeremías hubiera asistido a un seminario moderno de comunicaciones, y aprendiera la filosofía de comunicaciones impulsada por el mercado. ¿Creés que él habría cambiado su estilo de ministerio de confrontación? ¿Puedes imaginártelo como anfitrión de un espectáculo de variedades ó usando la comedia para tratar de ganarse el afecto de la gente? Él pudo haber aprendido a congregar a una multitud que lo quisiera, pero ciertamente no hubiera tenido el ministerio al cual Dios lo llamó. 
Compara el compromiso de Jeremías con el consejo de un experto de mercadotecnia moderna. Un autor que insiste en que la audiencia es soberana, sugiere que el comunicador sabio debe “moldear sus comunicaciones de acuerdo a las necesidades [de la gente] para recibir la respuesta que [busca]”.(5) El efecto de esa filosofía es evidente; los comunicadores cristianos se están volviendo personas que buscan agradar a la gente—precisamente lo que las Escrituras prohiben.

La estrategia está al revés. La audiencia no es soberana, Dios sí. Y Su verdad es incambiable. Su Palabra ha sido establecida en el cielo para siempre. Aunque nuevas formas de medios masivos de comunicación vengan y se vayan, el mensaje mismo no puede ser cambiado. Cambiar el mensaje bíblico en cualquier forma está expresamente prohibido. No podemos truncarlo, suavizarlo, endulzarlo, o minimizar la ofensa de la cruz de alguna otra manera.

Alguien inevitablemente señalará que Pablo dijo que se convirtió en todas las cosas a todos los hombres, para que de alguna manera ganara a algunos. Pero Pablo no estaba proponiendo que el mensaje fuera cambiado o suavizado. Pablo se rehusó a cambiar ó abreviar su mensaje para hacer que la gente estuviera feliz. Él escribió, “¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo” (Gá. 1:10). Él se oponía a tratar de quitar la ofensa del evangelio (5:11). No usó metodología que apelara a las concupiscencias de sus oyentes. Ciertamente no siguió el tipo de filosofía pragmática de los comunicadores modernos, impulsados por el mercado.
Lo que hizo que Pablo fuera eficaz no fue su sensibilidad mercadológica, sino una devoción obstinada a la verdad. Se vió a sí mismo como el embajador de Cristo, no Su secretario de prensa. La verdad era algo que debía ser declarado, no negociado. Pablo no estaba avergonzado del evangelio (2 Co. 11:23-28). No dió marcha atrás frente a la oposición ó el rechazo. No ajustó la verdad para hacer que los incrédulos estuvieran contentos. No hizo amigos con los enemigos de Dios.

El mensaje de Pablo siempre fue no negociable. En el mismo capítulo en el que habló de volverse todas las cosas a todos los hombres, Pablo escribió, “me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!” (1 Co. 9:16). Su ministerio fue en respuesta a un mandato divino. Dios lo llamó y comisionó. Pablo predicó el evangelio tal como lo había recibido, directamente del Señor y siempre entregó ese mensaje como prioritario (1 Co. 15:3). Él no era vendedor ni comerciante, sino un emisario divino. Ciertamente no estaba “dispuesto a moldear su comunicación” para adaptarse a sus oyentes o producir una respuesta deseable. El hecho de que fue apedreado y dejado como muerto (Hechos 14:9), golpeado, encarcelado y finalmente matado por causa de la verdad, ¡debe demostrar que no adaptó el mensaje para hacerlo agradable a sus oyentes! Y el sufrimiento personal que llevó debido a su ministerio no indica que algo estuvo mal con su estrategia, ¡sino que todo había estado bien!

Como comunicadores cristianos, debemos comprometernos con ser lo que Dios nos ha llamado a ser. No somos promotores de carnaval, vendedores de coches usados, o comerciantes. Somos embajadores de Cristo (2 Co. 5:20). Conociendo el temor del Señor (5:11), motivados por el amor de Cristo (5:14), hechos totalmente nuevos por Él (5:17), le imploramos a pecadores a que se reconcilien con Dios (5:20).

Usa los medios sin abusar del mensaje

Creo que podemos ser innovadores y creativos en la manera en la que presentamos el evangelio, pero tenemos que tener cuidado de que nuestros métodos estén en armonía con la profunda verdad espiritual que estamos tratando de comunicar. Es demasiado fácil caer en trivialidades al presentar el mensaje sagrado. Debemos hacer que el mensaje, no el medio, séa el corazón de lo que queremos comunicarle a la audiencia.

Como escritores y comunicadores cristianos, los desafío a que olviden lo que está de moda y se preocupen por lo que es verdad. No séas pronto para abrazar las tendencias de la mercadotecnia moderna. 
Ciertamente debemos usar los nuevos medios. Pero en lugar de adaptar nuestro mensaje para que encaje con el medio, usemos el medio para presentar el mensaje de la manera más clara, precisa y completa posible. Si somos fieles en eso, la tierra que Dios ha preparado dará fruto. Su Palabra no regresará vacía.
________________________________________
*El siguiente discurso, previamente no publicado y dado por el Presidente MacArthur en una conferencia de comunicadores cristianos hace varios años atrás, ha sido editado para usarse en The Master’s Seminary Journal.
1 (New York: Penguin Books, 1986).
2 Citado in George Barna, Marketing the Church (Colorado Springs, Colo.: NavPress, 1988) 145 (énfasis añadido).
3 (Wheaton, Ill.: Crossway, 1993).
4 Barna, Marketing the Church 145 (énfasis añadido).
5 Ibid., 33.

viernes, 12 de abril de 2013

LOS SOCIALISTAS Y EL NUEVO ORDEN MUNDIAL

por Yamilet Gutierrez
Yo estoy notando que estos socialistas estan usando la vaina del nuevo orden mundial para atacar a Estados Unidos.Yo no estoy de acuerdo con mucha de la politica de esa nacion ,pero de ahi a tenerlos como los demonios que controlan el mundo no.
Uno de los cuentos chinos que usan para atacar a la nacion de Israel es el cuento de los Rothschild.Solo porque esa familia es de ascendencia judia ,entonces la nacion de Israel es el diablo.Ponen a los arabes como unos angelitos que estan encontra del demonio del  capitalismo.Yo les voy hacer unas cuantas preguntas bien inocentes:
Sabias que la actual crisis comenzo con Benedicto 16?Sabias que el estaba pidiendo un nuevo orden mundial financiero y que era el que estaba ordenando a los gobernantes hacer lo que han estado haciendo?Se creen que es casualidad que este pasando practicamente lo mismo en todos los paises?Se creen es Estados Unidos?No,es el vaticano el que esta mandando esto.
Les dejo un videito de Benedicto http://www.youtube.com/watch?v=ko4Tx_Y0Vvo

Aqui les dejo a Benedicto criticando hipocritamente la crisis financiera mundial y urgiendo a un nuevo orden mundial de finanzas bajo un grupo global que atienda las necesidades financieras:http://www.lanacion.com.ar/1148166-el-papa-reclamo-un-nuevo-orden-financiero-mundial-con-etica
Por esos motivos, el Papa pidió una reforma de la ONU y una "nueva autoridad política mundial", capaz de afrontar los procesos globales con "poder efectivo", pero respetando los principios de solidaridad y subsidiariedad
Por otro lado ,los grandes dictadores son apoyados por los grupos estos conspiranoicos pues supuestamente denuncian al imperio y a los illuminati cuando ellos juegan su mismo juego!
Les dejo esta pagina de Cutting Edge del 2006 donde hablaba del acondicionamiento de Corea del Norte para implementar el Nuevo Orden mundial:http://www.cuttingedge.org/sp/n2141.htm
Vean las fechas desde la decada de los 90's esta amenazando Corea del Norte.Pero es un plan de confrontacion y de miedo .Kim jong Un habla incluso de los malvados illuminatis y su plan cuando ellos mismos estan imponiendo ese orden:
Lamentablemente esta en ingles,pero escuchen a Kim Jong hablando de los illuminatis:http://www.youtube.com/watch?v=Pp0Z1EafiWs
Otro charlatan es el presidente irani.Que tras que quiere acabar con Israel ,se pasa hablando de paz y de un nuevo orden mundial: http://almomento.net/articulo/119644/Presidente-Iran-pide-nuevo-orden-mundial

NUEVA YORK.- El presidente iraní Mahmud Ahmadinejad dijo que es necesario un nuevo orden mundial, lejos del "acoso" y dominación estadounidenses.
Osea,partida de idiotas,no se dan cuenta que ellos quieren un nuevo orden mundial islamico a la medida de ellos?
Te voy a preguntar,a ti que te han engañado de forma brutal con propaganda antisemita y te han lavado el cerebro.Pero antes lean lo que es propaganda:
La propaganda es una forma de   comunicación que tiene como objetivo influir en la actitud de una comunidad respecto de alguna causa o posición, presentando solamente un lado o aspecto de un argumento. La propaganda es usualmente repetida y difundida en una amplia variedad de medios con el fin de obtener el resultado deseado en la actitud de la audiencia.
Ustedes se dan cuenta como le han lavado el cerebro ,bombardeandoles solo con un lado de la moneda para que ustedes odien a los yankies y amen a los musulmanes y dictadores del mundo?
Aunque hable de Illuminati ,esta gente son unos dictadores que quieren imponer un nuevo orden islamico/catolico y ustedes no lo acaban de entender?
Yo reconozco lo que esta mal de Estados Unidos,pero no por eso quiere decir que no reconozca las cosas buenas que ha hecho.
Y aqui les dejo mas preguntas:
Quien tiene en ascuas al mundo con las subidas de precio del petroleo?
Quienes controlan el precio de la energia electrica?
Por quienes es que nosotros estamos pagando la gasolina mas cara?
Quienes controlan verdaderamente el mundo?
Quienes asesinan cristianos,gays ,mujeres en sus paises?
Los musulmanes.Y ustedes aman a los musulmanes?
Yo no los entiendo como pueden tener el cerebro tan lavado por leer tanta porqueria y tanta propaganda.
Tengan cuidado con lo que lee.

domingo, 7 de abril de 2013

REGRESO AL NUEVO ORDEN



Miguel Rosell

INTRODUCCIÓN

Me entregué al Señor hace treinta años, y por bastante tiempo, estuve flotando en los mares de la escatología, a la vez, y sin darme cuenta, en dos diferentes e imaginarios barcos, que navegan en dos direcciones diferentes también.
El primero de esos barcos pertenece a la armada llamada premilenarista, y navega poniendo rumbo en la dirección literal que da la Biblia. Va a buen puerto, a recibir al Señor en las nubes. Sube a los cielos con toda la verdadera Iglesia, es testigo del paso de la Iglesia por el Tribunal de Cristo, es testigo también de las Bodas, y luego desciende con todos los santos glorificados, con el Señor como capitán, a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado. Seguidamente, a constatar que se reedifican las ruinas antiguas, se levantan los asolamientos primeros, se restauran las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones, y así empiece el Reino Milenial, etc.
El segundo de esos barcos pertenece a la armada postmilenarista, y navega poniendo rumbo a una exaltación triunfal de la Iglesia en este mundo y ahora, mucho antes de que el Rey vaya a descender en gloria en él, y antes de que venga a recogerla. En ese barco, se celebran grandes fiestas triunfalistas, cargadas de emocionalismo, hay mucha creencia para alcanzar todos los puertos de su periplo, y muchos creen que la Iglesia que navega en él, con sus supuestos capitanes y almirantes al frente, podrá derrotar y echar fuera de los mares de este mundo al enemigo de nuestras almas.
Realmente, y por años me mareé bastante con tanto trajín y con tantas olas. Por un lado esperaba la venida del Señor a por su Iglesia de un momento a otro, por otro lado creía que la Iglesia tenía la encomienda del Señor de establecer el Reino en este mundo, antes de Su venida, y pensaba, ¿cómo va a haber tiempo material para hacer toda esa tarea, si el Señor ya viene? No me salían los números. En ese momento, fui consciente de estar en dos barcos a la vez, navegando en direcciones opuestas, hasta que, definitivamente me quedé en un solo barco, el de bandera premilenarista, y en él avanzo seguro en el rumbo que marca la Biblia, sin lugar a dudas, y hasta aquí valga esta metáfora marinera.
Y llegaba el año 2000. Una gran mayoría esperaba el paso del terrible “efecto del año 2000”, en inglés el famoso, ya caduco y olvidado Y2K. Los profetas de turno, sobre todo los de corte posmilenarista/dominionista, auguraban desastres y tumultos sin par. También decían que gracias a ese evento sin precedentes, la Iglesia iba a tomar posiciones de autoridad en la tierra, y que las gentes, en desesperación iban a correr a las iglesias cristianas buscando ayuda y entregándose al Señor sin paliativos; incluso algunos aseguraban que ese evento iba a ser el disparador del ansiado y tantas veces anunciado “Gran Avivamiento Mundial”…Pero llegó el uno de enero del año 2000, y nada, absolutamente nada ocurrió en el mundo, y todo lo que profetizaron esos profetas y profetisas quedó reducido a simple y vano vapor de humo. Muchos se acordaron de Deuteronomio 18: 22, donde la Biblia habla de los falsos profetas que hablan en el nombre del Señor, y no se cumple lo que dicen, que esa no es palabra que el Señor ha hablado. Ese fue el pistoletazo de salida para algunos, en la carrera de búsqueda de la siguiente verdad: “¿Qué espera realmente el Señor de Su Iglesia hoy en día?”
Ahora, después de mucho recorrido, podemos dar una definitiva razón en cuanto toda esta cuestión, y esta es la razón por la cual me he decidido a escribir este libro.
Hablaré con claridad poniendo bastantes ejemplos, testimonios, poniendo a la luz enseñanzas, doctrinas, movimientos, actitudes y declaraciones diversas, contrastándolo todo con la Biblia. No va a ser ni fácil ni agradable a veces, debido a que será necesario poner ante los ojos del lector la realidad sobre diversos movimientos heréticos y herejías varias que, paulatinamente, se han ido introduciendo en el seno eclesial a lo largo de los últimos años, como es el caso de la “Visión del G12”, llegando a formar en estos días una verdadera metástasis espiritual. Pero como nos enseñó el Maestro: “Nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de ser conocido, y de salir a luz” (Lucas 8: 17)

Por todo ello deseo aclarar que en todo esto, jamás busco el dañar a nadie bajo ningún concepto. Al contrario, el motivo de este libro, obedece a ayudar a muchos a razonar y meditar sobre todos los aspectos de su creencia, con la intención de hacer pensar, incentivar el deseo de investigar, aclarar dudas, y llegar a conclusiones conforme a la verdad de Dios una vez revelada a los santos (Judas 3, 4). Espero conseguirlo con muchos; y con otros, lo habré intentado.
SOLI DEO GLORIA
Dios les bendiga.
Miguel Rosell Carrillo
Madrid, Octubre 2009
(Revisado Diciembre 2012)

8
Capítulo 1
Consideraciones sobre el Reino

¿Es ahora el Reino, o todavía tiene que venir?... En primera instancia, la pregunta pudiera parecer chocante pero como veremos a lo largo de este escrito, el caminar presente y futuro de la Iglesia depende de cual sea la respuesta correcta. Si preguntáramos a muchos cristianos sinceros hoy en día, obtendríamos diferentes opiniones; y es que existe demasiada enseñanza controversial acerca del asunto, y poca claridad de entendimiento acerca de la cuestión. “Nuevas revelaciones” acerca del “reino” se están enseñando desde hace años hasta estos momentos, a través de la “televisión cristiana”, la radio, conferencias, seminarios, congresos llamados proféticos y de avivamiento, vídeos, DVD´s, libros y cintas o CD´s y un largo etcétera.

Por lo tanto, primeramente, nos es necesario aclarar de qué reino estamos hablando cuando hacemos esa pregunta. Cuando Daniel estaba ante Nabucodonosor interpretándole su sueño, el profeta mencionaba acerca de los diferentes reinos que existían y que se iban a levantar en la tierra (Dn. 2: 36-43). Al mencionar todos aquellos reinos que daban un total de cuatro, Daniel prosiguió hablando de otro reino:
“En los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre” (Daniel 2: 44)
Cuando Jesús enseñó a sus discípulos a orar que viniera el Reino (Mt. 6: 10), ese es el Reino al que hacía alusión Daniel. Nos adelantamos diciendo que ese es el prometido Reino Mesiánico, y de ese Reino estaremos hablando mucho en lo sucesivo.
Aunque el Reino está en la Iglesia, y en cada corazón de cada creyente verdadero, el Reino no es la Iglesia, ni la Iglesia el Reino. Confundir el Reino de Dios, invisible e intangible en el que la Iglesia presente en este mundo está así como en cada miembro de ella, con el Reino visible, llamado Reino Mesiánico (Dn. 2: 44; Hchs. 1: 6; Ap. 20) que todavía tiene que venir, es un error que cometen muchos, y por ello son muy confundidos.
¿Está el Reino establecido en la tierra?, y si no es así, ¿se le ha encomendado a la Iglesia que establezca ese Reino? Es mi propósito traer luz sobre estas cuestiones en lo posible, para que no nos llevemos a engaños y a falsas expectativas que incluso puedan desembocar en un posterior enfriamiento de nuestra fe, y a un apartarse del verdadero camino; para intentar evitar que al menos en los que pueda ser, se cumplan las proféticas palabras de Cristo:
“Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos” (Mateo 24: 24) (énfasis nuestro)
1. La pregunta de los discípulos de Cristo
Los discípulos le preguntaron a Cristo momentos antes de Su ascenso a los cielos:
“¿Restaurarás el Reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad” (Hechos 1: 6, 7).
La respuesta fue, no acerca de la restauración del Reino a Israel, sino acerca de cuándo se iba a producir. Por lo tanto, partimos de la base de que el Reino iba a ser restaurado a Israel, pero Cristo no dijo cuándo en ese momento. Era cosa sólo del Padre.
Hoy en día se habla mucho en cuanto a que la Iglesia debe establecer el Reino en esta tierra, y se anima a todos los creyentes a avanzar en esa acción, pero, ¿es eso bíblico? ¿Realmente la Iglesia está aquí y ahora para establecer el Reino en este mundo? ¿Es el papel de la Iglesia de Jesucristo establecer el Reino visible? Estas preguntas son importantes, porque si la respuesta a ellas es sí, entonces entendemos las pretensiones y creencia de muchos maestros y ministros de ver, no sólo un ansiado avivamiento mundial, sino una reforma total, que traiga consigo una cristianización del planeta, y un discipulado de las naciones hasta ver el Reino establecido en su totalidad. Pero si la respuesta es no, entonces es preciso que revisemos nuestros postulados y nuestra creencia. Mientras tanto, ya les adelanto que ciertamente la respuesta es un rotundo, ¡no!: La Iglesia no está aquí y ahora para establecer el Reino visible en este mundo.

2. Razonando
Leemos en la Palabra: “Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra, y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti” (Salmo 22: 27). Aquí el salmista David, inspirado por el Espíritu Santo nos dice que en un futuro se volverán al Señor todas las familias de las gentes desde todo rincón del planeta. Esto no ha ocurrido jamás, y no ocurrirá, sino hasta cuando Cristo vuelva en gloria. La confirmación de esto último, la tenemos en el versículo siguiente: “Porque de Jehová es el reino, y Él regirá las naciones” (V. 28) Pero veamos: Si como postulan los dominionistas, el profetizado Reino Mesiánico en la tierra debe ser establecido por la Iglesia, entonces deberíamos esperar una dominación y una paz mundiales antes del regreso de Jesucristo, que hubieran empezado desde el momento de la Ascensión de Cristo a los cielos, aunque hubiera sido de modo progresivo. No obstante, jamás la Iglesia de Jesucristo ha conseguido que se haga la voluntad de Dios en este planeta, no porque haya fracasado, sino porque ese no es, ni ha sido su llamamiento.
Todos los esfuerzos – bien intencionados o no - que presuntos cristianos han hecho para establecer por la fuerza o presión el Reino, han fracasado y han sido de gran vergüenza y oprobio, blasfemando el nombre de Cristo entre las naciones.
Si lo que se pretende es que ahora es el tiempo como enseñan muchos, significaría que los cristianos deberíamos tomar posiciones de poder en todas las naciones y estamentos de todo tipo, y progresivamente, ir sacando del medio a los dirigentes impíos, hasta que efectivamente, un supuesto gobierno de Dios, o Teocracia, fuera establecido, eso, entre otras muchas cosas afines; pero, ¿es esto lo que la Iglesia debe hacer a partir de ahora?, y ¿cómo supuestamente debería hacerlo? A esto se le llama Dominionismo o Teología del Dominio, y el nombre corto es Reino Ahora (Kingdom Now). Para ello, he tomado prestada la definición que nos da un reconocido ministerio de apologética:
“El Dominionismo es escatología posmilenial y militante, que enseña que la única manera de que el mundo pueda ser rescatado, debe ser a través del poder temporal y terrenal previamente incautado por la Iglesia al mundo. Sólo después de que de ese modo el mundo haya sido rescatado, podría entonces regresar el Señor Jesús” 1
Algunos dominionistas creen que dicha incautación o confiscación de los poderes terrenales será como resultado de las señales, maravillas y milagros por parte de los líderes muy ungidos que convencerán al mundo. Otros creen que será como resultado de una política de conquista militar básicamente, podría entenderse esto como el llamado Reconstruccionismo. La mayoría lo ven como una combinación de ambas. Esta posición de base absolutamente posmilenarista - veremos más acerca de este término - es por cierto, la enseñanza histórica de la iglesia católico-romana.
Estarán de acuerdo conmigo en que el tema es importante. Nos es muy necesario entender qué es lo que creen muchos de nuestros hermanos en la fe, y aún, lo que realmente creemos cada uno de nosotros, porque la comprensión acerca de la tarea y destino de la Iglesia de Jesucristo varía en sumo grado si uno sigue un postulado u otro. Por lo tanto, sigamos analizando todo ello para ir entendiéndolo mejor.

El orden de los tiempos es importante

¿Las profecías del Antiguo Testamento acerca de dominio mundial, paz, justicia, Reino de Dios en la tierra, verdadera Teocracia serán cumplidas en este tiempo actual, antes de que Cristo vuelva? ¿Cómo se puede hacer esto sin Cristo presente? ¿Cómo se puede hacer esto, cuando los enemigos de Cristo están por doquier, así como estuvieron en el tiempo en el que Él vino como siervo, como Cordero, a dar Su vida por los hombres? ¿Qué ha cambiado? Pues de momento no ha cambiado nada en este sentido.
El hecho es este: Cuando se fue el Rey, se fue la esperanza del Reino… ¡Hasta que el Rey vuelva!, cuando Jesucristo vuelva como Rey de los judíos para establecer Su Reino desde Jerusalén. Nótese que el Señor Jesús es el León de la tribu de Judá, la raíz de David (Ap. 5: 5) y eso no ha cambiado. Dios todavía no ha terminado con Israel. Por lo tanto, la respuesta a la pregunta acerca de cuando será restaurado el Reino a Israel que los discípulos ansiosamente le formularon al Maestro es: cuando Él vuelva en gloria, porque es Jesucristo quien establecerá el Reino con Su venida gloriosa. Entonces, y sólo entonces, se cumplirá la oración: “Venga a nosotros Tu Reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mt. 6: 10)
A la pregunta que los discípulos de Cristo le hicieron al Señor momentos antes de ser ascendido a los cielos Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? (Hchs. 1: 6), el Señor les respondió con mucha claridad: “No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad” (Hchs. 1: 7) (énfasis nuestro). A diferencia de lo que enseñan los dominionistas en cuanto a que el Reino es Ahora, Jesús nos enseñó que no era cosa nuestra, sino que era cosa del Padre, ¡Y el Padre habló al respecto, unos sesenta años más tarde!, y esto es lo que no saben, o no quieren saber los que enseñan que el “Reino es Ahora”. Leamos atentamente Ap. 1: 1, 2; donde nos habla de la revelación que el Padre le dio a Jesucristo, y a su vez, Él la dio a conocer a sus siervos. Esa revelación, o apocalipsis, es la última que Dios ha dado a Su pueblo. En ella el Padre nos revela que el Reino Mesiánico prometido a Israel, y del cual los discípulos de Cristo le preguntaron acerca de cuándo iba a venir, sería establecido con la venida gloriosa de Su Hijo (léase Ap. 20: 1-7). Esa es la respuesta a la pregunta de los discípulos en Hechos 1: 6.
No nos engañemos, hermanos, si ahora no estamos en el Reino Mesiánico (como no lo estamos), tampoco lo estaremos hasta que tal Reino venga (Mt. 6: 10), y eso será cuando el Rey vuelva glorioso. Creamos a la profecía de la Biblia, y no a la de los hombres.
“…y el monte de los Olivos se partirá por en medio…” (Zac. 14: 4), cuando Él regrese en gloria”

3. ¿¡Reino Ahora!?

Y sin embargo, tenemos, bajo la bandera del Dominionismo (teología del Dominio o Reino Ahora, Latter Rain Movement, Manifest Sons of God; etc.), a los Reconstruccionistas; a los Neo Reformistas Apostólicos, los Restauracionistas (Restoration Movement), a los seguidores de la teología del Reemplazo (*), al G12 de Castellanos o de Cash Luna etc. etc. entre otros, que parecen no hacer caso a las palabras de Jesús cuando respondió acerca de la restauración del Reino: “No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones que el Padre puso en su sola potestad” (Hechos 1: 7), sino que ellos por su cuenta ya están anunciando la restauración del Reino para ahora, y la subsiguiente conquista de las naciones.
(*) (La llamada teología del Reemplazo es la que enseña que todas las promesas y beneficios de Dios concernientes a Israel pasaron a la Iglesia cuando Israel rechazó al Mesías)
El Reino en el que ahora vivimos los verdaderos cristianos, no es un Reino terrenal, sino espiritual. Jesús mismo aclaró que Su Reino no era de este mundo (Jn. 18: 36), y esto sigue siendo así. Recordemos que la Biblia dice que “Nosotros somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno” (1 Juan 5: 19). Los cristianos estamos en la tierra de paso. No hemos sido colocados aquí para echar raíces en este actual sistema de cosas y valores. Nuestra ciudadanía está en los cielos, no aquí en la tierra (Fil. 3: 20). En el momento de nuestra conversión a Cristo, pasamos de ser ciudadanos del mundo, de lo cual algunos se sienten particularmente orgullosos, a ser ciudadanos del Cielo; cambiamos de nacionalidad; por ello, nuestra visión es celestial, no terrenal (Col. 3: 1-3). El Reino de Dios se acercó con la venida de Jesús a esta tierra, y se quedó en la Iglesia, y para la Iglesia. Por ello Jesús exhortaba de este modo: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” (Marcos 1: 15) ¡La Iglesia de Cristo sí debe vivir en el Reino! Los cristianos vivimos en el Reino de Dios, estando aquí en la tierra. Es algo así como Dios nos ha constituido una Embajada aquí en la tierra. Esta es una Embajada invisible e intangible pero real; y como embajadores del Reino de Dios que somos, cumplimos - o deberíamos cumplir -con el mandamiento de ser sal y ser luz en este mundo de densas tinieblas (Mt. 5: 13, 14), dando testimonio de Cristo a los demás. Así que, en esta actual dispensación de la gracia y la verdad (Jn. 1: 17b) la cuestión del Reino de Dios aquí en la tierra, sólo atañe a la Iglesia, en cuanto a la Iglesia. Cuando la Iglesia no esté, cuando volvamos a casa, cuando el Señor venga y nos arrebate (1 Ts. 4: 13-18) debido a que nuestra ciudadanía es celestial, después de ciertos hechos que deberán ocurrir en este mundo, y que comentaremos hasta la saciedad en este libro, volverá el Rey, y nosotros ya glorificados con Él, para establecer el Reino Mesiánico, siendo Israel la nación clave en cuanto a todo esto.
El reino de Dios y el reino de los cielos son sinónimos, y en los Evangelios, tanto se usa un enunciado como el otro para definir lo mismo, es decir, el reino que le pertenece a Dios, y que no es de este mundo. Jesús predicó el evangelio del Reino (Mt. 24: 14), que son las Buenas Nuevas para la entrada de los verdaderos creyentes en Cristo al Reino de Dios, por medio de poner fe en Cristo y en su obra de la cruz y posterior resurrección. De esta manera, nacemos del Espíritu (Jn. 3: 3) y ya pasamos a ser ciudadanos del reino de los cielos. Este es el mensaje que predicaron los apóstoles y la Iglesia primitiva (Hchs. 8: 12; 28: 31), y es el mensaje que hay que seguir predicando sin añadiduras. Por lo tanto, nada tiene que ver todo esto con establecer el Reino visible sobre la tierra, tal y como pretenden miles de dominionistas, y otros muchísimos que no saben que lo son; a través de, no sólo enseñanza hablada o escrita, sino también a través de numerosos cánticos (cada vez más) de muchos autores y cantores creyentes modernos, que llenan el tiempo de alabanza y adoración de muchos congresos y de muchos servicios de las iglesias con ese tipo de mensajes. A propósito de esto último, me gustaría expresar aquí, que los músicos y cantores no son necesariamente ministros (conforme a Ef. 4: 11), ni teólogos, y sin embargo, aun y sin ser conscientes muchas veces, otros sí, definen doctrina con sus letras de sus cánticos, y sin quizás pretenderlo, en cierta medida, han llegado a ser, sin serlo, los nuevos maestros para muchos. Muchos cristianos no leen la Biblia suficientemente, pero sí escuchan y aprenden de memoria esos cánticos, y los llegan a creer, y hay inexactitud en muchos de ellos, y hasta herejía en algunos. Atención con eso. Los músicos per se, no pueden sustituir a los maestros. Se requiere del verdadero ministerio profético en marcha para corregir todo esto (ver Hchs. 15: 32)

4. El papel de la Iglesia en este tiempo

Por lo tanto, el papel de la Iglesia de Jesucristo es otro al que muchos enseñan. La Iglesia está aquí y ahora para dar testimonio de Cristo al mundo, predicando el Evangelio (Mr. 16: 15; Hchs. 1 8); haciendo discípulos y bautizándolos (Mt. 28: 19); soportando la persecución si es preciso (2 Ti. 3: 12), influenciando la sociedad, siendo sal y luz (Mt. 5: 13, 14), buscando mediante la oración y el buen testimonio, el cambio de los corazones de los hombres (1 Ti. 2: 1). Debe luchar espiritualmente contra las fuerzas del enemigo, bajo la dirección del Espíritu Santo (Ef. 6: 12). Debe echar fuera demonios y creer que las señales del Señor seguirán a la proclamación del Evangelio, así como efectuarlas por fe (Mr. 16: 16-18), etc. etc.
La verdadera Iglesia, en comparación al resto de la humanidad, nunca será más que una minoría, menospreciada y rechazada como lo fue su Maestro (Mt. 7: 13, 14; 22: 14; Lc. 12: 32; Jn. 15: 20). No seamos ingenuos. No olvidemos que el mundo detesta el Reino de Dios y su Espíritu. Así como la Iglesia y el mundo son antagónicos, así el Reino de Dios y el mundo son antagónicos. Por eso el apóstol Juan nos exhorta a no amar el mundo:

“No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” (1 Juan 2: 15-17)
Sólo aquellos que sean llamados por el Padre (Jn. 6: 65), podrán espiritualmente salir del mundo para ser parte de la Iglesia, y consecuentemente ser súbditos del Reino de los Cielos.
Contrariamente a lo postulado por los que creen que la Iglesia está aquí para establecer el Reino, y que hasta que la tierra no esté llena del conocimiento de la gloria de Dios (Hab. 2: 14), el Señor Jesús no volverá, Éste, en el Monte de los Olivos, profetizó acerca de la tremenda maldad, rebelión y hasta negación del verdadero Evangelio que iba a ir ocurriendo in crescendo hasta Su venida en gloria (Mt. 24:3-26). Posteriormente, la revelación de Dios vino a Juan en el Apocalipsis, donde clara y literalmente la Palabra de Dios nos hace conocer las cosas terribles que vendrán sobre este mundo. Así que no debemos esperar que las gentes vivan conforme a la perfecta voluntad de Dios, y que el mundo sea cristianizado, ni por fuerza ni por bondad, antes que regrese en gloria Jesús, sino radicalmente todo lo contrario. No valen planteamientos humanistas de buscar hombres de “buena voluntad” que llenen la tierra, sino que Dios tiene “buena voluntad para con los hombres” (Lc. 2: 14), en el sentido de que, desea el bien de las almas, y en cuanto a salvación, ésta no es corporativa, sino individual. Así pues, no se trata de “cristianizar” el planeta, sino en todo caso, de hacer discípulos a todas las naciones (Mt. 28: 19). No todos creerán, como no todos han creído. No todos creen, porque como está escrito, no de todos es la fe (2 Ts. 3: 2), no obstante, la misión de la Iglesia es la de testificar de Cristo. Si esto hacemos, estaremos cumpliendo con el propósito por el cual todavía estamos aquí.
5. Será menester una limpieza
Por otro lado debemos tener presente que para que el Reino Mesiánico sea levantado en esta tierra, primero deberá ser ésta libre y limpia de todo mal e inmundicia. Tenemos un precedente en la persona del rey Ezequías, quien como tipo de Cristo en este caso, justamente al iniciar su reinado sobre Judá, mandó santificar el templo de Dios y sacar afuera toda la inmundicia (ver 2 Cr. 29: 3-5). De esta manera, cuando Cristo venga para reinar sobre esta tierra, lo primero que hará será destruir de una vez todo lo inmundo que existe en él. No se aprovechará a modo de incautación de lo que hay para transformarlo como enseñan los dominionistas que la Iglesia va a hacer, en un proceso paulatino de transformación, sino que directamente destruirá y sacará de en medio a sus enemigos, y a todo lo que es inmundo y nocivo (ver S. 2: 7-9; Ap. 19: 20; 21; 20: 1-3a; Mt. 25: 41)
Es del todo claro que esa limpieza sólo la puede efectuar Cristo en su venida gloriosa, jamás esta Iglesia actual y presente en la tierra, que todavía no ha sido glorificada (1 Juan 3: 2). No obstante, insisten en sus postulados los dominionistas o simpatizantes de dicha teología posmilenarista, que justifican su creencia de que el Reino es antes que el Rey, con el consecuente e hipotético “Avivamiento Mundial”, partiendo de cierta escritura, la cual veremos y analizaremos seguidamente. La encontramos en Hechos de los Apóstoles, capítulo tres, versículos del diecinueve al veintiuno, y dice así:
“Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo”
Ellos aducen dos cosas básicamente, las cuales pasamos a ver en un instante. Cuando la Escritura nos enseña que la gente al arrepentirse y convertirse vienen de la presencia de Dios sazones de refrigerio, eso lo interpretan algunos como un avivamiento, que lo extrapolan a lo mundial, previo a la venida de Jesucristo. No obstante, el verdadero avivamiento, si queremos usar ese término - el cual por cierto, no vemos en la Biblia - es justamente el del creyente, el cual previamente tiene el Espíritu Santo – ya que nada se puede avivar que no haya sido encendido antes - y si se quiere estirar más el término, podríamos conceder entonces la conversión de las gentes a Cristo, y el tiempo de refrigerio es la consecuencia lógica de la conversión al Señor, y no al revés.
Por otra parte, la palabra que se traduce por refrigerio, es la griega “anapsizeos”, y remotamente tiene el sentido de avivamiento, y menos de carácter mundial. Más bien tiene el sentido de: Respiro, alivio, descanso, liberación. Lógicamente, como ya hemos dicho, cuando uno es de Cristo, o se convierte a Cristo, experimenta eso, y eso es todo lo que Pedro quería decir; en principio no a todos los ethnos o gentes, sino a los judíos que le escuchaban; ese es el verdadero contexto.
En segundo lugar, y ahí es donde enfatizan más, los dominionistas interpretan que “[Cristo] es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas”, como que Cristo ha de estar en el cielo hasta que la restauración de todas las cosas se haya producido (supuestamente por la Iglesia). César Castellanos, el fundador del G12, lo describe así:
“Hemos recibido la Palabra en el sentido de que en los años venideros habrá gente hambrienta por conocer el mensaje de salvación, millones y millones correrán por las calles demostrando su deseo de saber de Cristo…” 2 (énfasis nuestro)
Pero, honestamente, ¿es eso lo que dice la escritura aludida? Lo que dice este pasaje de Hechos es justamente lo que leemos, que cuando vayan a llegar los tiempos de la restauración de todas las cosas, entonces vendrá Cristo para que eso se cumpla. Apoyo a esto dicho lo encontramos en las mismas palabras de Jesús cuando dijo que su venida en gloria sería como en los días de Noé (Mt. 24: 37), y como analizaremos más adelante, los días de Noé fueron cualquier cosa menos días de “restauración de todas las cosas”. Así como el rey Ezequías mandó limpiar el templo de Jerusalén, Jesucristo en su venida gloriosa hará lo propio respecto a esta tierra. Sólo el Rey de reyes puede hacer tamaña obra.

6. Cuidado con ciertas doctrinas

Jesús advirtió vehementemente acerca de un falso evangelio que se levantaría en nuestros días, con falsos profetas y maestros, que viniendo en Su nombre, iban a engañar a muchos cristianos (Mt. 24: 4, 5, 11; 23-28). Pablo advirtió también:
“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4: 1)
Muchos líderes, bien intencionadamente o no (cada uno sabrá), enseñan que la Iglesia sobre todo y primeramente a través de los neo apóstoles y profetas, está para “discipular a las naciones”. Me gustaría que alguien facilitara alguna reseña en el Nuevo Testamento que diga tal cosa. Lo más parecido a esto, es lo dicho por el Señor Jesús cuando dijo: “Id, y haced discípulos a todas las naciones…” (Mateo 28: 19), hablándonos de una salvación personal e individual entre los habitantes de las naciones, y no de una salvación corporativa o nacional, como éstos proponen. También enseñan que “hemos de tomar las naciones para Cristo”, como si la Iglesia tuviera el mandamiento y la responsabilidad de subyugar a las naciones, en este caso, y ponerlas a los pies de Cristo. Esto último es lo que los judíos esperaban que hiciera el Mesías cuando vino, que hubiera ido contra sus oponentes los romanos, pero como no ocurría, le rechazaron. La realidad es que los habitantes de las naciones son todos y cada uno de ellos libres de escoger o rechazar a Cristo (con lo que ello implica en términos de eternidad individual). Aún Dios, en Su longanimidad, permite esta dispensación de Su gracia para todo aquel que la quiera aprovechar.
Algunos postulan que el problema estriba en los principados y en las potestades satánicas que tienen atadas a las personas para que no se conviertan, y para ello citan:
“Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2 Corintios 4: 3, 4)

Sin embargo, si prestamos atención, lo que el apóstol Pablo está diciendo no es eso, sino lo contrario. Lo que dice es que el diablo toma ventaja de la incredulidad de las gentes para cegarlas. El problema es la incredulidad de las gentes, no el diablo en primera instancia. El diablo no puede impedir en ningún modo que las personas que Dios ha de salvar, se salven. Lo único que impide que la gente se salve es su amor al pecado y su negativa a abandonarlo, siendo el principal pecado el rechazar a Cristo.
Nosotros enseñamos y practicamos acerca de la guerra espiritual, entendiendo por tal, aquella que, dirigida por el Espíritu Santo, cumple con el requisito de Efesios 6: 12, o de 2 Corintios 10: 4, 5. Además Dios nos ha concedido entendimiento y acción en cuanto a lo que significa expulsar demonios (Mr. 16: 17) y dar a los presos apertura de la cárcel (Is. 61: 1), pero esto dista mucho del errado magisterio de algunos que aseguran que la Iglesia de Jesucristo está aquí para echar fuera al diablo y a sus principados de cada nación del globo. Muchos de ellos caen en fabulismo y superchería. En este sentido, me llegó el testimonio de un ministro, que me decía acerca de ciertas prácticas de supuesta “guerra espiritual”, como regar con aceite calle por calle, sembrar estacas en ciertos territorios; hasta enterrar biblias en algunos lugares. Textualmente me decía así:

“Como en México, promueven un video que un día lo pasaron en una iglesia estando yo presente, y lanzaron una Biblia al lago por que decían que allí había un encanto, inmediatamente después enfocaron hacia las nubes y decían que se formó un dragón en las nubes, e inmediatamente después enfocaron hacia otra nube y decían vean ahora se formo un león y decían: ¡El león de la tribu de Judá, ya obtuvimos la victoria!” 3

La Iglesia no puede salvar, ni puede tomar las naciones para Cristo, ni establecer el Reino, ni literalmente echar fuera de este mundo los principados demoníacos, todo esto es una falsa enseñanza. Básicamente, el diablo sigue en este mundo - hasta que vuelva Cristo en gloria para ser atado por mil años en el abismo Ap. 20: 3 - por el derecho que tiene a causa de los impíos y de su pecado, y porque la Palabra así lo enseña. En la medida en que el Espíritu Santo lo dirija, deberemos hacer guerra espiritual (¡y debemos!) tal y como la Palabra nos enseña, atar y luchar espiritualmente contra él y sus huestes (Efesios 6: 12) en oración y ayuno, pero nunca creamos que, usando o no de la “cartografía espiritual”, literalmente echaremos del planeta o de alguna nación, o territorio a los principados y potestades antes de que vuelva Cristo. Eso es, como mínimo, una pérdida de tiempo y esfuerzo, y por supuesto, demuestra tener muy poco conocimiento de las Escrituras, y un demasiado prestar oído a las herejías de ciertos maestros dominionistas.

En este mundo, tal y como lo conocemos, las cosas no van a ir a mejor, sino a peor, ya nos lo advirtió el Señor cuando comparó los días de su venida con los días de Noé (Mt. 24: 37). Así pues, quienes predican y enseñan que la Iglesia va a transformar este mundo y dominarlo en el nombre de Cristo, se equivocan de manera total, y engañan a los que les creen. Este mundo que cada vez le da más la espalda a Dios está para ser juzgado a través de los juicios y plagas de Dios, tal y como lo leemos en el libro de Apocalipsis. Juan ve que la mayor parte de la humanidad “blasfemaba contra el Dios del cielo, y no se arrepentía de sus iniquidades” (Ap. 9: 20, 21). Aunque, al menos, la tercera parte de la humanidad morirá durante la Tribulación, ni siquiera el resto en ese tiempo se arrepentirá (Ap. 16: 11; 9: 15-20). Como puede verse, a la luz de la Escritura, esto está lejos de considerarse un “avivamiento y reforma mundiales”, y aunque a muchos les cueste creerlo, esto es lo que está para venir, nos guste o no, porque Dios ha establecido sobre este mundo el “día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios” (Ro. 2: 5), aunque esto no agrade a la mente humanista que tanto se ha introducido en los medios eclesiales hasta este día.

Capítulo 2
El Rey; el Reino y la Iglesia (La cuestión postmilenarista)

¿Qué debemos esperar los creyentes aquí y ahora? La realidad, como verdaderos creyentes, al igual que Jesús, es que no somos de este mundo, y por lo tanto, podemos esperar el mismo trato que le dieron a Él cuando estuvo entre nosotros (Jn. 15: 18, 19). Esto no es fatalismo ni negativismo, ni tampoco nada que ver con lo que algunos dicen, que es, “teología de la resignación”. Si lo fuera, entonces la crucifixión de Jesús fue también un error, porque Él fue voluntariamente a la cruz. Sin embargo, gracias a esa cruz, hoy podemos los verdaderos creyentes, tener la seguridad de que, a pesar de que todavía “no se ha manifestado lo que hemos de ser, sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal cómo es” (1 Juan 3: 2). Ahora, somos salvos por medio de la fe (Ef. 2: 8); todavía no se ha manifestado lo que hemos de ser; todavía la Iglesia no ha sido glorificada (1 Co. 15: 44, 53), ¡no adelantemos los tiempos!
Basados en el Espíritu Santo
Insistimos en esto. Aunque la Iglesia debe vivir en el Reino espiritual de Cristo, manifestándolo por doquier, la Iglesia no es el Reino en la tierra prometido a Israel. Cuando venga el Rey, vendrá el Reino, será el Milenio, y las naciones serán regidas con vara de hierro por Cristo (Ap. 19: 15). Todavía ahora no es el tiempo del Reino en su manifestación visible, terrenal y gloriosa, como cuando se establezca el gobierno Teocrático, es decir, Cristo aquí en persona, gobernando las naciones desde Jerusalén. Todavía vivimos en la dispensación de la gracia (Jn. 1: 17), en el tiempo de la predicación del Evangelio, como decía Pablo:
“Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios” (1 Corintios 2: 1-5) (énfasis nuestro)
Como fue con Pablo, el único poder que debemos ejercer a la hora de esparcir el Evangelio, no es el que brinda el temporal, incluido en él las influencias de este mundo, sino el poder de Dios por el Espíritu Santo.
1. ¿Cuál debe ser hoy la experiencia del Reino entre los cristianos?
Jesús jamás habló del Reino como una realidad presente terrenal en la Iglesia, o desde la Iglesia. Los judíos rechazaron a su Mesías, y consecuentemente el Reino prometido fue rechazado también. Por esa razón, Jesús, el Rey de Israel retornó al Cielo, y está sentado a la diestra del Padre en espera del tiempo de la Regeneración (Mt. 19: 28), cuando sus enemigos sean puestos por estrado de Sus pies (S. 110: 1), y eso será a partir del Armagedón (Ap. 16: 16; 19: 11: 21). Mientras tanto, la experiencia del Reino entre los creyentes en Jesús (tanto de origen gentil como judío) deberá ser:
a) En Cristo, como Señor y Salvador personal.
b) No como Rey visible (de facto) en este mundo todavía, ya que El dijo que Su Reino no era de este mundo (Juan 18: 36).

c) En demostración de Su autoridad sobre los poderes de las tinieblas (Mt. 12: 28; Ef. 6: 12; Lc. 10: 19; Mr. 16: 17, 18, 2 Co. 10: 3-5 etc.)
d) En el poder del Espíritu Santo para cumplir con la Gran Comisión (Hchs. 1: 8; Mt. 28: 18-20, etc.)
e) En constante esperanza y santidad.
f) Voluntaria y por fe.
g) Personal e individual.
h) Espiritual.
i) En espera del Rapto (1 Ts. 4: 13-18)
La Iglesia es extranjera y peregrina en este mundo, por eso, llegará un día en que Cristo vendrá a por ella (Jn. 14: 1-4; 1 Co. 15: 51-53; 1 Ts. 4: 13-18). La ciudadanía de la verdadera Iglesia no es terrenal, es celestial: “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo” (Filipenses 3: 20, 21). El gobierno de la Iglesia sólo puede ir hasta donde permite su Cabeza, esto es, Cristo; y hasta el momento - hasta que Él vuelva en gloria - ese gobierno y acción son exclusivamente espirituales sobre esta tierra (Ef. 1: 20-23).

2. ¿Por qué algunos creen que “Ahora es el Reino”?

Parte de la enseñanza “Restauracionista”, entiéndase, “Movimiento de la Restauración”, versión europea de la enseñanza dominionista del antiguo, pero aún presente, “Latter Rain Movement” de Canadá y EEUU de los años 40, del cual hablaremos más tarde con más detalle, tiene como base que los eventos del libro de Apocalipsis ya han sucedido, que son historia, y que el Reino de Cristo como Rey sobre la tierra es ahora. Esta es una posición preterista, la cual también comparte la iglesia católico romana, y de ella procede.
Creen que el Reino es ahora, el llamado Milenio (Ap. 20: 2-4), aunque no lo entienden como un periodo de mil años exactamente tal y como está escrito, sino como un periodo que, arrancando desde la Ascensión del Señor, se prolongaría hacia la eternidad. Por lo tanto, las creencias de este “movimiento de la Restauración”, que muchos comparten aunque no sepan que se llama así, tienen su naturaleza en la posición POSTMILENIAL. Dicho esto, nos será extremadamente útil entender que significa ese término. Veamos.
Los posmilenaristas creen:
a) Que la Iglesia reinará triunfante antes del regreso de Cristo (Reino Ahora).
b) Que la Iglesia es el instrumento que Dios está usando para hacer que Cristo venga en gloria, en poder universal y gloria.
c) Que la apostasía, la Tribulación, el Anticristo y otros, son eventos pasados. Que en todo caso, el Anticristo es un espíritu que se mueve, como dicen ellos, en los sectores inmovilistas de la Iglesia (contrarios a sus creencias).
d) Que la resurrección y el juicio final ocurrirán con la Venida de Cristo en gloria.

Muchos, sin ser conscientes ni darse cuenta, en mayor o menor medida, son posmilenaristas en su credo. Esa es la razón por la cual, muchos esperan que en este tiempo ocurran las cosas que sólo ocurrirán a partir de la venida en gloria de Cristo, cuando realmente empiece el Milenio, o el Reino de Dios sobre esta tierra. Sólo hay que prestar una mínima atención a cómo va este mundo para ver que de ninguna manera estamos en el Reino que Dios prometió a Israel; ni supuestamente a la Iglesia (teología del Reemplazo).

3. La cuestión del posmilenarismo y el dominionismo
El concepto de victoria universal - a todo nivel - de la Iglesia, y el Reino en el día de hoy antes de la venida del Rey, no pueden basarse en un entendimiento premilenial, esto es, el Reino es a partir de la venida del Rey, sino en un entendimiento posmilenial. El posmilenarismo es la creencia de que Jesús estableció Su Reino en el momento de su Ascensión a los cielos (Hchs. 1: 9), (algunos dicen que en el momento de nacer de María, otros en el momento de principiar Su ministerio), y que ahora está reinando de facto a través de Su Iglesia, de hecho, tomando ella el lugar de Él en el mundo. Entonces, Él no volverá hasta que progrese un periodo significativo de gobierno cristiano en este mundo. Los que así creen, dicen que hay que cristianizar toda la tierra, accediendo al gobierno de las naciones y de las instituciones, y trayendo paz y prosperidad a la humanidad. El modismo que emplean comúnmente es el de “dominar para Cristo”. Esta creencia se da de bruces con la respuesta de Jesús a sus discípulos cuando en el momento en que Él iba a ser ascendido a los cielos, fue preguntado por ellos si en ese tiempo Él iba a establecer el Reino (ver Hchs. 1: 6, 7). También se da de bruces con la realidad que vemos y experimentamos en este planeta, que más bien nos indica lo que enseña el premilenarismo, esto es, que el Señor Jesús viene en breve para poner las cosas en Su orden.

A. ¿Qué creían los primeros discípulos?

Además de la evidencia bíblica, lo cual es más que suficiente, no está de menos echar un vistazo a lo que creía la Iglesia primitiva. La idea de que la Iglesia iba a reinar victoriosa en este mundo antes de la venida del Rey, no existía. Todos los escritos de los primeros discípulos - así como la misma Biblia - son de corte PREMILENIAL, es decir, que habrá un Reino literal que durará mil años y que comenzará justo con la venida de Cristo en gloria a esta tierra (Ap. 20: 4-7).
Para encontrar la primera doctrina de corte posmilenial, deberemos avanzar a partir de los primeros discípulos en la historia de la Iglesia, e ir hasta el tiempo de Orígenes (alrededor del 200 d.C.). Este hombre, estudiante de filosofía pagana, y basándose a la hora de interpretar la Escritura en el sistema alegórico griego, introdujo muchas herejías en el seno de la Iglesia.
El creía en un tipo de reencarnación de las almas, en la eventual salvación del diablo, y en el conocimiento oculto de la Palabra, dirigido a una supuesta autodeidad del hombre. Más bien era un gnóstico; en otras palabras, él podría ser un actual miembro de la Nueva Era (hablaremos sobre el gnosticismo más adelante). Este fue el hombre que encasquetó el posmilenarismo a los creyentes. Orígenes no creía que Jesús iba a reinar de forma visible sobre la tierra. El enseñaba que Jesús era el principio divino de la razón de la creación, subordinado al Padre, es decir, un ser creado. Contrariamente, los Padres de la Iglesia escribían acerca de su fe en el Retorno de Cristo para establecer Su Reino desde Jerusalén. Veamos:
Justino Mártir (100-165):
“Yo, y todos los demás que son verdaderos cristianos, sabemos que habrá una resurrección de los muertos, y mil años en Jerusalén, que será edificado, adornado y engrandecido tal y como los profetas Ezequiel, Isaías y otros declararon. Además de esto, cierto hombre con nosotros, llamado Juan, un Apóstol de Cristo, predijo por una revelación dada a él, que aquellos que creyesen en nuestro Cristo, pasarían mil años en Jerusalén y que después, por decirlo brevemente, la resurrección eterna y el juicio de todos los hombres, se produciría”.
Ireneo (130-200)
“Cuando ese Anticristo haya devastado todas las cosas de este mundo, reinará durante tres años y seis meses, y se sentará en el templo de Jerusalén. Entonces el Señor vendrá desde el Cielo sobre una nube y en la gloria del Padre, enviando a ese hombre y a aquellos que le siguen al lago de fuego, pero trayendo para los justos los tiempos del Reino; esto es, el Descanso, el Santo Día del Shabbat, y restaurando a Abraham la herencia prometida, en cuyo Reino el Señor declaró que muchos viniendo del este y del oeste, se sentarían con Abraham, Isaac y Jacob”.
Tertuliano (160-220): “Pero confesamos que un Reino nos ha sido prometido sobre la tierra, aunque antes que en el Cielo, sólo que en otro estado de existencia, y mucho de ello será después de la
resurrección de ellos, durante mil años en la divinamente construida ciudad de Jerusalén”.
Es una realidad el hecho de que no se ha encontrado un escrito que apoye el posmilenarismo antes del tiempo de Orígenes. Después de él, apenas se halló, hasta que llegamos a Agustín de Hipona (s. IV-V). Este, cambió muchas de las doctrinas de los primeros creyentes, y así abrió camino a los credos del catolicismo romano hasta hoy.
B. El error escatológico de Agustín de Hipona y su influencia
Agustín de Hipona (354-430 d. C.), comúnmente llamado por los católicos, San Agustín, fue un filósofo que se convirtió al cristianismo después de conocer y experimentar diferentes herejías: (Maniqueísmo, filosofía dualista de Persia; Escepticismo, filosofía occidental; Neoplatonismo, búsqueda del desarrollo y síntesis de las ideas metafísicas de Platón). Dice la Enciclopedia Encarta: “Sus discusiones sobre el conocimiento de la verdad y la existencia de Dios parten de la Biblia y de los antiguos filósofos griegos” (énfasis nuestro). Aquí vemos que su enseñanza no fue enteramente escritural. Por lo tanto, se puede decir que dio a la Iglesia del Estado su base de sacerdocio autoritario y sus rituales sacramentales. Su visión de la Iglesia como un Reino, definido en su libro “La Ciudad de Dios”, influenció a la Iglesia en un tiempo en el que una enseñanza firme era muy necesaria. La Iglesia, usó las enseñanzas de Agustín para justificar la idea de su poder temporal; el bautismo de infantes; su riqueza terrenal y poder, así como su influencia sobre las multitudes en relación con todos los asuntos de la vida, muerte. La influencia de Agustín fue esencial para que a lo largo de los siglos el catolicismo romano hubiera rechazado cualquier idea acerca de un futuro Reino Mesiánico en Tierra Santa. De hecho, cada vez se volvió más antisemita en sus creencias, hasta el punto de apoyar (el Vaticano) a Hitler y a Mussolini en sus esfuerzos de destruir a los judíos. ¡Ninguna doctrina basada en el premilenarismo - el Rey antes que el Reino - hubiera podido ser aceptada o permitida, que pusiera en algún peligro el poder terrenal y la influencia de la “única, santa y eterna indivisible iglesia de Roma”! Esa es la razón por la cual, el premilenarismo, cuando surgió de nuevo, sólo fue creído por una minoría de creyentes, como los Anabaptistas, los Moravos, y los Irvingitas, aquellos que habían roto con las enseñanzas de la llamada iglesia visible de entonces.
Los judíos siempre entendieron que el Reino era algo literal, futuro; un reino terrenal de Dios que había de venir. Jesús nunca corrigió a los judíos de su día, aunque sí les desafió acerca de otros muchos aspectos de sus creencias. Cuando estaba entre nosotros, Jesús habló de su propia presencia sobre la tierra como una demostración del gobierno del Reino, y sin embargo enseñó a sus discípulos a orar para que el Reino viniera.
Nunca jamás asoció Su resurrección con el levantamiento de un Reino judeo-gentil supuestamente llamado Iglesia, y ni tampoco eso estaba en la mente de los primeros cristianos, muy a pesar de muchos de los actuales maestros, que mezclan la Iglesia de Jesucristo con el Reino. 1. El “Oxford Diccionario de la Iglesia Cristiana”, una obra de corte liberal, dice acerca del Reino de Dios:
“Antes de St. Agustín, la identificación del reino con la Iglesia parece que nunca fue establecida, pero a partir de entonces (alrededor del 400 d.C.), vino a ser general”.
La idea de que la Iglesia reinaría victoriosa como un Reino en la tierra, antes de la venida en gloria de Cristo, no estaba latente en la Iglesia primitiva, ni tampoco está patente en la Biblia si se es honesto en su interpretación. Como venimos diciendo, la Biblia misma y todos los escritos de antes de Orígenes, y sobre todo, antes de Agustín de Hipona, son premilenaristas, es decir, enseñan que el Milenio (mil años literales), es decir, el Reino de Dios sobre la tierra, no será sino a partir de que vuelva Cristo en gloria a este mundo, destruyendo a Sus enemigos, reunidos a la sazón en Har Meggido (Armagedón) (Ap. 16:13-16; 19: 11-21; 20: 3-6; Dn. 2: 44, 45; 7: 7-14; etc. etc.)

Incluso historiadores liberales y amilenialistas, no tienen otro remedio que admitir que el premilenarismo fue “observado y creído extensamente por la Iglesia primitiva” 2. Uno de los más prestigiosos historiadores de la Iglesia, dijo:
“El punto más chocante en la escatología de la era pre-nicena (antes del año 325), es el prominente Chileanismo o Milenarismo; es decir, la creencia del reino visible de Cristo en gloria sobre la tierra con los santos resucitados durante mil años, antes de la resurrección general y el juicio” 3
El emperador Constantino El error en el que están cayendo todos los proponentes del “Reino Ahora”, es exactamente el mismo que aquél de aquellos líderes cristianos del tiempo del emperador Constantino. Siguiendo a Constantino, que dijo haberse convertido al cristianismo (él nunca abandonó el paganismo en realidad), establecieron los principios de lo que luego vino a ser el catolicismo romano, el fútil intento de teocrizar el mundo entero. El hombre, aun el cristiano, no está capacitado para ejercer dominio sobre los demás hombres, ni en el nombre de Cristo. El mismo Señor enseñó así a sus discípulos: “Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Mateo 20: 25-28) Sólo Cristo puede gobernar a los hombres según la voluntad de Dios, y lo hará cuando regrese. La Iglesia no es llamada a ejercer esa función; ya lo intentó en los tiempos de Constantino, y fracasó estrepitosamente, y a causa de ello, el camino de la verdad fue blasfemado. ¡Cuánta gente hay en día de hoy, que no quiere saber nada de la verdad de Cristo, a causa del pésimo ejemplo de una iglesia que se levantó en su día pretendiendo desempeñar el papel de Cristo Rey en esta tierra!

4. Es menester buscar de veras a Dios en esto Siendo el caso, es menester ponerse delante del Espíritu Santo, para discernir cuáles son las motivaciones verdaderas que impulsan a pretender “establecer el Reino Ahora”. Nos daríamos cuenta de que en muchos casos, entre verdaderos creyentes, esos motivos son básicamente carnales. Obedecen a la búsqueda de un reconocimiento, de un presunto derecho, de una ambición o codicia, de un orgullo religioso, de una actitud personalista, de una falsa fe o presunción. En el mejor de los casos, es la búsqueda de una gloria terrenal para la Iglesia, y consecuentemente, de una eventual transformación de la humanidad bajo el magisterio y supuesta autoridad de ella. Esto último no deja de ser atractivo, especialmente para aquel creyente que vive sinceramente preocupado por el creciente estado caótico de este mundo. Por eso, muchos ministros cristianos presentan la doctrina del establecimiento del “Reino Ahora”, como la única opción adecuada para la salvación de este mundo, y el único motivo práctico y realista de la existencia de la Iglesia. Lamentablemente, esta visión atractiva de gloria no deja de ser un delirio, un engaño. En realidad es la visión del Globalismo y de los arquitectos del “Nuevo Orden Mundial”: “Un mundo; una iglesia”. No deja de ser la meta de un sinfín de grupos y organizaciones, llamados en el argot illuminista, “los mil puntos de luz” (A Thousand Points of Light), que ocultan sus verdaderas intenciones, y a la cabeza de ellos está el mismo infierno. Y este deseo del alma el de: “levantarse y tomar la tierra”, está haciendo que miles de cristianos sinceros vayan en la dirección del Anticristo y de su Falso Profeta, pretendiendo establecer un reino mundial terrenal antes de la venida de Cristo. Me gustaría detenerme un poco aquí para dar cobertura a un testimonio que entiendo es importante para comprender un poco más acerca de todo este asunto.

Jesuitas, Illuminati y el Vaticano Referente a esas organizaciones mencionadas, todas ellas están dirigidas por una organización ocultista enorme y mundial, y que se la conoce como los Illuminati (o Iluminados), los cuales están perfectamente organizados en forma piramidal, eso es de común conocimiento, pero hay más. Ignacio de Loyola, canonizado el año 1622, fue el fundador de la Compañía de Jesús (jesuitas), y su primer General Superior. Según el finado Dr. Alberto Rivera, ex jesuita de alto rango, Ignacio de Loyola “fundó los Illuminati para controlar la mente de los líderes europeos por medio de la hipnosis y la brujería. Loyola se comunicó con el mundo espiritual en busca de consejo cuando erigía esta maldita y poderosa organización”- sigue diciendo- “Los espíritus, que eran en realidad demonios controlados por Satanás, iluminaron su mente” 4. Loyola fue prendido por los dominicos, los representantes de la Inquisición de aquellos días, por sus prácticas de brujería, pero por sus influencias fue librado, hasta tal punto, que compareció ante el papa de Roma, Pablo III. Loyola le explicó que Dios le había iluminado su mente para establecer su fraternidad, “los Illuminati”, para proteger los poderes temporales de la Madre Iglesia. Le presentó copias de su reglamento, y mostró al papa la manera de alcanzar dos metas que le llevarían al control absoluto de la política y la fuerza militar del mundo, así como al control de una iglesia mundial. La primera de las metas se llama: Sucesión apostólica, y la segunda: Poder temporal. ¡Véase esto bien! Además de ser las dos columnas sobre las que se apoya la iglesia de Roma, la Sucesión Apostólica, es lo que tiene que ver con el poder del hombre, y el poder temporal, tiene que ver con la “conquista de las naciones”. Ambas cosas recogidas en la espuria “teología del Dominio”, y de ambas cosas estaremos hablando mucho en este libro cuando toquemos la cuestión del G12 y la Nueva Reforma Apostólica. Loyola creó un ejército de sacerdotes completamente dedicado a la disciplina y el orden, que pronto se convertiría en la más temible fuerza religiosa, militar e intrigante de la historia, al servicio del Vaticano (*). Sigue diciendo Rivera: “Una vez que Ignacio de Loyola recibiera el poder del Vaticano, colocó a su organización ocultista, los Illuminati, bajo la cobertura de la institución católico romana. Loyola sabía que con el tiempo, los Illuminati serían capaces de controlar la economía mundial, la banca internacional, las fuerzas militares, toda suerte de brujería, y las religiones del mundo, haciendo que la humanidad se arrodillara y sirviera al papa” 5

(*) (Vaticano, es en latín Vaticanus, la loma donde se asienta esa organización religiosa. Vaticanus significa: “Lugar de adivinación”, y anteriormente a ser la sede católico romana, durante el imperio romano, era el lugar donde enterraban a los ejecutados, y donde se realizaban multitud de prácticas de brujería, de ahí su nombre) Según Rivera - el cual misteriosamente falleció hace pocos años, y algunos están seguros que murió a causa de un veneno que actúa al cabo de un tiempo, no deja rastro y muy pocos conocen - son los Jesuitas (de alto rango) con el General Superior al frente, apodado el papa negro el cual es quien verdaderamente dirige el Vaticano tras las bambalinas, los que están en la cúspide de toda organización importante: los Illuminati (jesuitas), seguidos por, Opus Dei, Banca Internacional, la Mafia, el C.F.R. (Council of Foreing Relations), Masonería, Bieldeberg, Club de Roma, Nueva Era, etc. etc. etc. 6. Según él cuenta, y quizás por todo eso le costara la vida, cuando empezó a divulgarse que Loyola fundó los Illuminati, los Jesuitas hicieron que otro miembro fiel llamado Adam Weishaupt (bajo juramento extremo e inducción), fingiera dejar la orden jesuita y afirmara ser el organizador de los Illuminati, justamente el 1 de mayo de 1776 (fíjense en el reverso del billete de un dólar americano, y sorpréndanse). Esto se hizo, según Rivera, para que el mundo creyera que no hay conexión entre los Illuminati y el sistema católico romano 7 En el siglo II, los montanistas (Herejía de Montano, s. II), fueron los primeros “carismáticos”. Caían en éxtasis, y practicaban lo que hoy en día hacen muchos neopentecostales. Loyola siguió sus pasos y mucho de esto lo podemos ver y entrever en los “Encuentros” del G12, o en las actuaciones de Benny Hinn entre otros muchos. De hecho, los Jesuitas en secreto han estado usando el movimiento carismático para promover las técnicas de los montanistas del siglo II, los místicos, y los ejercicios espirituales de Loyola, al igual que las ciencias conductistas. Por medio de la meditación sistemática, contemplación, rezos, visualización e iluminación, Loyola caía en trance y éxtasis. “Hasta lo vieron elevarse del piso como lo han hecho muchos jesuitas bajo control satánico total, incluso yo” –escribe Rivera- 8. En este orden de cosas, Ignacio de Loyola, desarrolló sus “Ejercicios Espirituales” para alcanzar una pretendida perfección espiritual. Esa filosofía está encuadrada también en los “Encuentros” del G12, y nos han testificado que la levitación o elevación del cuerpo del suelo, práctica satánica donde las hubiere, es realizada también entre algunos ministros adheridos al G12 y sus “Encuentros”, así como la bilocación (salir del cuerpo a voluntad propia), acto también de hechicería. Además Loyola, utilizó: filosofía, metafísica, lógica, psicoanálisis, psicología, hipnosis, telepatía, parapsicología, psiquiatría, psicoterapia. Lo que ahora se llaman ciencias conductistas. Según Rivera, los Jesuitas de alto rango, y también a través de los Illuminati han estado y están utilizando esas mismas malas artes y otras como las de corte orientalista, para infiltrar y destruir la Iglesia a través de la carismatía, del G12, del movimiento neo pentecostal y de un largo etc. Tengamos todo esto en mente mientras proseguimos en la lectura de este libro.
¿El Dominio Mundial de la Iglesia? Así pues, lo que en realidad pretenden todos estos grupos e individuos que se han infiltrado en la Iglesia, y que siguen una agenda concreta y secreta, dirigidos por sus inmediatos superiores que operan tras la escena, y estos, por Satanás, es el de levantar una sola iglesia mundial, con un hombre al frente de la misma, y sabemos su nombre, se llama Falso Profeta, que actuará al servicio del dirigente mundial, el cual la Biblia le llama la Bestia Anticristo. Para todo ello, todos tienen un mismo discurso, cual es, anunciar la conquista de las naciones y erigir el concepto del Dominio Mundial de la Iglesia, pero por favor, entendámoslo bien, eso no lo enseña la Escritura, sino que sólo obedece a las pretensiones del maligno. La Biblia nos advierte que incluso habrá una tremenda manifestación mundial de poder por parte del líder principal de esa falsa iglesia, el llamado Falso Profeta a modo de falso Elías haciendo descender fuego del cielo delante de la humanidad, que hará que muchos se dobleguen definitivamente ante su falsedad:
(Apocalipsis 13: 11-14) “Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón…También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la Bestia [Anticristo]”
Ese “avivamiento de poder” será una realidad, pero va a ser un tremendo y apocalíptico falso avivamiento, dirigido a encumbrar a la Bestia Anticristo, y no cabe duda de que será mundial. Por otra parte, estamos persuadidos de que la enseñanza que se escucha acerca del gran avivamiento mundial, cristianizar las naciones, discipular las naciones, conquista de las naciones, no es más que una preparación para ese falso avivamiento. Entendamos bien que el Dominio Mundial de la Iglesia es un concepto que no está apoyado por ninguna evidencia escritural; sólo descansa en un impacto emocional para ser aceptado. Es lamentablemente curioso el hecho de que en la actualidad es menor el énfasis en los círculos Restauracionistas y afines, acerca de la necesidad de prestar atención al cumplimiento de la profecía bíblica, ya que se enseña que el Anticristo, la Tribulación y la apostasía de la Iglesia son temas prácticamente irrelevantes. Mientras ponen su mira en una “nueva era” (*) de paz y éxito de la Iglesia, sin tomar en cuenta las profecías de la Tribulación, no esperando en este tiempo la venida de Cristo a por los suyos, ¡Muchos verán a priori en el Anticristo a un príncipe de paz, ya que éste prometerá engañosamente a todos, los mismos postulados que ellos persiguen! (*) Según cuenta Rivera, el finado Pedro Arrupe, General Superior de la Sociedad de Jesús, dijo en una ceremonia de inducción y juramento extremo de los jesuitas en la que el propio Rivera estuvo: “Es la hora de la nueva y final purificación de la Iglesia en preparación para el reino de la Nueva Era”. Arrupe usó “purificación” como palabra clave para describir la purga o exterminio de todos aquellos que son infieles al papa.
www.centrorey.org| Ps. Miguel Rosell
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Es fácil para el creyente corriente y sencillo llegar a pensar que todo el mundo es bueno (porque él lo es). Eso se llama ingenuidad. La realidad es que vivimos en tiempos muy peligrosos en el cual existen hombres amadores de sí mismos, lobos rapaces que no perdonan al rebaño, falsos profetas y maestros que introducen encubiertamente herejías destructoras, falsos apóstoles que se disfrazan como apóstoles de Cristo ( 2 Ti. 3: 1; Hchs 20: 29; 2 Pe. 2: 1; 2 Co. 11: 13), y a la cabeza de todos ellos está el propio Satanás disfrazado como ángel de luz, empeñado en que no se cumpla lo que Cristo prometió: “Las puertas del Hades no prevalecerán contra la Iglesia” (Mt. 16: 18). Por ello, cuando se intenta sacar a la verdadera Iglesia de su posición y papel auténticos, para encaminarla en una dirección que no es la del Espíritu Santo, como pretenden entre otros, los defensores del establecimiento del Reino Ahora, el diablo toma ventaja, y tristemente muchos son, y serán dañados.
Estaremos aprendiendo más sobre la cuestión del Reino y de sus implicaciones en los siguientes capítulos. Pero recordemos esto: No hay Reino sin el Rey. Cuando venga el Rey, tendremos el Reino manifiesto y manifestado en este mundo, no antes.
Capítulo 3
Meditando sobre cierta realidad eclesial actual (La cuestión del Dominionismo y afines)
A diferencia de tantos y tantos maestros del Dominionismo actuales, hasta el ladrón que moría en la cruz al lado del Mesías sufriente, sabía acerca del Reino del cual hablamos, y de Quien lo iba a establecer: “Acuérdate de mí cuando Tú vengas en tu reino” (Lucas 23: 42)
Sabemos por la Palabra que sólo Cristo en Su venida (Dn. 2: 44; 7: 14; Ap. 19, 20) establecerá Su Reino. No obstante, esos maestros enseñan otra cosa, enseñan que la Iglesia es la que está levantando el Reino, dominando sobre las naciones en este mundo, el cual, paradójicamente, es cada vez más caótico a todos los niveles, cumpliéndose a cabalidad las palabras de Jesús cuando dijo que la maldad iría en aumento (Mt. 24: 12) Ahora cuando al diablo se le está dando permiso para que levante todo lo concerniente a su hijo de perdición, a la Bestia Anticristo (Ap. 13: 2), ¿cómo van a coexistir dos reinos, el de Cristo y el del Anticristo al mismo tiempo? Eso no lo saben explicar, a no ser que, como muchos hacen, nieguen el surgimiento del personaje Anticristo y el advenimiento de la Tribulación (Mt. 24: 21; Ap. 7: 14) que están por acontecer en este mundo, menoscabando terriblemente así el libro de Apocalipsis.
1. Entendidos en los tiempos
La Biblia nos habla acerca de los hijos de Isacar, aquellos doscientos principales, entendidos en los tiempos, que sabían lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos (1 Cr. 12: 32). A la sazón, el pueblo de Dios entendía qué debía hacer, esperar, y cuándo. Contrariamente a los hijos de Isacar, los fariseos y los saduceos del tiempo de Jesús fueron amonestados por Él, por no saber distinguir las señales de los tiempos (Mt 16: 1-3). Eran los religiosos de aquel momento, pero no podían entender la verdad acerca del tiempo de la visitación del Mesías. Lo tenían delante, y no se percataban. No solamente era eso, sino que además, estaban esperando el levantamiento de Israel como nación de naciones que llevara al establecimiento del Reino mesiánico, con o sin el Mesías presente. Hoy en día, está ocurriendo algo similar. Muchos, no saben distinguir las señales de los tiempos tampoco, y guiados por doctrinas de hombres y planteamientos extrabíblicos y hasta contrarios a la revelación escrita, pretenden adelantar el Milenio a estos días, y declarar que “ahora es el Reino”. Esto está teniendo, y va a tener, unas consecuencias desagradables para muchos que creen lo que enseñan estos maestros de corte postmilenial, y muchos se sentirán decepcionados y frustrados. Eso como poco. No obstante, las peores consecuencias serán para todos aquellos que perseverando en el engaño, entristezcan al Espíritu, porque el problema es que una mentira lleva a otra, y luego, a otra; e iremos viendo a lo largo de este libro qué erradas doctrinas pueden ir sumándose unas a otras (y de hecho eso ya está ocurriendo), de manera que el daño llegue a ser mucho. La Palabra es muy clara al respecto, amonestándonos de veras:

“El Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4: 1)
Evidentemente todos ellos, los que apostatan de la fe, jamás nacieron de nuevo.
Algunos dirán que estoy siendo alarmista por decir estas cosas, pero cuidado con los juicios rápidos, porque la Biblia tiene mucho que decir al respecto. Cuando uno más seguro está de todo en su propia suficiencia, la Palabra amonesta diciendo: “el que piensa estar firme, mire que no caiga” (1 Co. 10: 12). El apóstol Pablo exhortaba a los creyentes profesantes de Colosas, diciéndoles:
“Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro” (Colosenses 1: 21-23)
Les venía a decir que por haber sido reconciliados con Dios, no por ello podían relajarse de la fe, y no haber consecuencias. Dios castiga a quien ama. La condición para presentarnos irreprensibles ante Dios, es permanecer fundados y firmes en la fe, sin salir de la esperanza de la verdad del Evangelio. Pero, ¿Qué ocurre a aquellos que no actúan como la Palabra está enseñando? Una cosa sí tengo que decir, porque me consta. El diablo está en estos días últimos, desesperadamente moviendo el infierno y a los suyos, para intentar que cuantos más cristianos apaguen al Espíritu, mucho mejor.
La lucha espiritual es tan feroz y espectacular, que me asombra ver a tantos hermanos y ministros que en vez de estar esperando al Señor que venga a buscarles en cualquier momento, preparándose para ese evento sin igual, están absolutamente enredados en las cosas de esta vida; perdiendo el tiempo en asuntos que no aprovechan; absolutamente ausentes de la realidad espiritual que se está produciendo a su alrededor. Y es que se tienen que cumplir las palabras de Señor Jesús, cuando dijo que Él vendría cuando menos nos iba a parecer (Mt. 24: 44; 25: 5) Pero eso no nos excusa, sino que más bien nos acusa. El Señor quiere que estemos velando en todo tiempo, orando para ser dignos de escapar de todas las cosas que están por venir (Lc. 21: 36); y sin embargo qué poco se predica y se enseña en los púlpitos acerca del Arrebatamiento de la Iglesia, y de que está por producirse. Al contrario, ahí tenemos a tantos y tantos predicadores de amplio púlpito, que enseñan, dándolo por hecho, que el Señor todavía va a tardar muchos años en regresar (Mt. 24: 48), y que ahora es el tiempo de lograr a través de la fe de cada uno, la consecución de los sueños y ambiciones personales.
El principal problema para el creyente que no cree en el Arrebatamiento, no es ese, sino el que viva una vida relajada espiritualmente, casi de espaldas a la voluntad de Dios para su vida; como si todos y cada uno de los días fueran su futuro en esta tierra, como si nunca fuera a partir de aquí, enredado o absorto en las cosas de este mundo.

Un atisbo a una de tantas manifestaciones del “otro evangelio”: el “éxito”

Muchos de ellos dirigen a los creyentes al ocio espiritual, al relajamiento, a lo material que no deja de ser materialismo; a que se les den muchas ofrendas, y las depositen a sus pies, con la mentira de que así hacen una inversión espiritual que se transformará en prosperidad y sanidad. El significado de prosperidad, por cierto, se ha distorsionado tanto en estos tiempos, de tal modo que hablar de bendición es sólo hablar de “salud” y “riquezas”, es decir de un “otro evangelio”, el “evangelio de la prosperidad”, otros lo están llamando “movimiento de la Prosperidad.” 1
Este “otro evangelio”, es actualmente una realidad mayor que el amonestado por el apóstol Pablo (ver 2 Corintios 11: 3, 4). Entre otras variantes o ramificaciones de ese “otro evangelio”, éste dirige a los creyentes a poner la mente y el corazón en las cosas de la tierra. En Colosenses 2: 8, leemos que Pablo advierte a los creyentes a no ser engañados por medio de filosofías y huecas sutilezas, según la manera de proceder de los impíos, conforme a los principios de este mundo, sino que contrariamente a eso, vivamos conforme a los principios de Cristo. Sin embargo, este “evangelio” terrenal, influencia poderosamente al oyente, a tener como sumo logro en definitiva, las mismas cosas que buscan los impíos, a saber, los “éxitos” a todos los niveles de este mundo, y según este mundo. En definitiva, en vez de, “Hágase Tu voluntad... (Mt. 6: 10), sería: “hágase nuestra voluntad”. Todo lo contrario a lo que está escrito (Mt. 16: 26; Lc. 21: 34; Col. 3: 2; Tit. 2: 12; Sgto. 4: 4; 1 Jn. 2: 15).
César Castellanos, el presunto ideólogo del G12, definiendo lo que es el “éxito”, dice así:
“¿Qué es el éxito? Podríamos identificarlo como metas conquistadas, sueños realizados, obstáculos vencidos, triunfos aclamados, y todos aquellos logros que niños, jóvenes y adultos deseáramos obtener. Como humanos ansiamos ser reconocidos, valorados y aceptados…” 2
Este entendimiento del “éxito” que expresa Castellanos, es el que tienen todos y cada uno de los impíos inconversos de este mundo, cuya meta en esta vida es su propia “felicidad”, en el estilo de aquella popular tonadilla, “Tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor…” No obstante, en todo caso, el “éxito” para el cristiano comprometido, es el agradar a Dios por buscar el hacer Su voluntad en su vida, y a través de su vida. Para Jesús, el “éxito” era hacer la voluntad del Padre: “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió” (Juan 6: 38). Es Dios quien cuenta aquí, y no las metas, ni los sueños, ni los triunfos personalistas conquistados como asegura Castellanos; o Joel Osteen, quien a la sazón escribe así en su libro best-seller “Your Best Life Now”, enseñando sobre el hipotético poder de la mente:
“Usted producirá lo que continuamente ve con su mente...Si usted desarrolla una imagen de victoria, éxito, salud, abundancia, alegría, paz y felicidad, nada sobre la tierra podrá apartar todas esas cosas de usted” 3
Según Osteen, y todos los maestros posibilistas, todo depende de visualizar y del esfuerzo mental de uno para conseguir las cosas que todo el mundo en lo natural anhela. Lo que aquí se presenta es: “usted tiene una vida, vívala como mejor lo entienda”. Pero para el cristiano el mensaje es otro: “vive la vida de acorde a la voluntad de Dios y Sus designios”, tal y como dice el salmista:
“El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón” (Salmo 40: 8)
Además, el cristiano verdadero, no anhela ser reconocido, ya que no busca lo suyo. Al respecto, Jesús quien nos da ejemplo, dijo: “Gloria de los hombres no recibo” (Jn. 5: 41). Por lo tanto, el verdadero creyente, no necesita ser valorado, porque ya se sabe valorado y aceptado por su Padre Celestial. Aunque los hombres le rechacen, él se sabe acepto por el Amado (Ef. 1: 6), y eso es lo que importa, y si lo quieren del siguiente modo, él ya tiene su “éxito” de esta manera.

Para César Castellanos como dice él en su libro “Liderazgo de éxito a través de los 12”; pág. 38, lo importante es “alcanzar el éxito”; sin embargo, para el cristiano comprometido, Cristo mismo es su mayor galardón (o éxito), y no debe alcanzarlo, porque Él ya le alcanzó primero.

2. Hablemos de consecuencias

Como ya mencioné, para el creyente que no profundiza en la Escritura, y se deja llevar por la falsa enseñanza de la teología del Dominio (Reino Ahora) y otras complementarias, las consecuencias a las que se enfrenta por seguir ese posicionamiento están a la vista. Primeramente debemos hablar de error. Ese error es el de llegar a caer en un triunfalismo sin base real. Ese triunfalismo derivado de creer que la Iglesia está por fe “conquistando las naciones para Cristo” se volverá en decepción y frustración cuando esa falsa fe se empiece a apagar, y muchos correrán el peligro de menospreciar la verdadera fe, por haber creído y antepuesto a la fe, lo que parecía fe, y no lo era. Esa es la trampa del diablo, debilitar al creyente por ingerir falso alimento, y cuando vienen las verdaderas pruebas a lo largo del peregrinar por esta vida, entonces no hay la suficiente fuerza y salud para vencerlas, aunque la gracia de Dios está siempre ahí para el verdadero creyente. Sólo la verdadera fe perdura, pero la presunción no es fe, y eso es lo que tienen muchos y enseñan a muchos otros.
Por otra parte, se produce un efecto muy curioso; y es el de la “fe forzada”. Esto significa que en muchos círculos neopentecostales y carismáticos, el individuo se siente forzado a decir amén cuando se dice desde el púlpito que viene un “avivamiento mundial” sin precedentes, y que nuestra nación será avivada y convertida a Cristo en este tiempo. Si no se expresa de este modo, se siente desplazado, y le ven raro; fuera de lugar. Esa es una fe forzada. Hace algún tiempo, un ministro que había vivido en el extranjero, y que volvió a España con la intención de establecer su propia congregación, en una reunión de pastores, en un momento dado, levantó la voz asegurando y reasegurando que la conversión de España iba a ser un hecho y pronto. Con sus palabras comprometía a todos a que creyésemos exactamente lo que decía, y le lanzásemos el consabido amén. Tanto insistió el hombre, hasta ponerse de rodillas frente a todos, en que de verdad creyéramos que venía el tan manido súper avivamiento, que casi todos los pastores reunidos hacían señas y muecas de estar de acuerdo con el mensaje. Si no lo hacían así ante la insistencia del pastor recién venido, quedaban ante ese hombre y ante los demás como que no tenían mucha fe. Muchos cedieron ante el forzado compromiso creado.
Pienso que en primer lugar deberíamos aprender a ser más honestos, y no decir amén cuando no debamos, y en segundo lugar, deberíamos ir más a la Palabra y estudiarla, así como hacían aquellos bereanos del libro de los Hechos, y aprender de ella para poder tener convicción real acerca de todos los asuntos, y no dejarnos llevar por el ruido espiritual ajeno.
Esas doctrinas que pelean contra la Escritura
Si por razón del Espíritu Santo, como aseguran, en definitiva, la Iglesia va a dominar sobre las naciones, levantando la bandera de Cristo en cada una de ellas, entonces debemos entender que aquí en esta dispensación, la Iglesia va a destruir al maligno y su sistema, porque es imposible la coexistencia de dos reinos. Por tanto también, ya no lo va a hacer Cristo en Su venida, contradiciendo ambas cuestiones la misma profecía bíblica. Luego, cuando la Biblia dice que en esta dispensación “…el mundo entero está bajo el maligno” (1 Juan 5: 19b), o en cuanto a las palabras del propio Jesús: “Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí” (Juan 18: 36), ¿qué habría que creer? ¿Es que dejan de ser verdad ahora? Y, ¿No se anula así la Palabra de Dios cuando el mismo Señor enfatizó que “el cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24: 35)?
Hay líderes renombrados que aseguran que Cristo no puede venir todavía ya que la Iglesia no ha cristianizado este mundo todavía; no lo ha dominado para Él. Estos creen que es la Iglesia la que tiene que hacer ese trabajo, por eso, se atreven a decir que ciertamente Cristo no vendrá en los próximos cincuenta años, como poco. Sin embargo, existe una encuesta que dice que matemáticamente, según avanza la maldad sobre este planeta, se calcula que se necesitarían
¡30.000 años! para supuestamente cristianizar este mundo; muchos más de los que en realidad tiene. Absurdo.
Si comparamos esas nuevas doctrinas dominionistas con la Escritura, nos damos cuenta de que no casan entre sí; de que son imposibles; de que en realidad, pelean contra la Palabra. No vienen de un mismo Espíritu, y necesariamente llevan al fiel a las mismas, en una dirección absolutamente contraria a la profecía bíblica, y a la revelación escritural en general, y ahí tenemos un gran problema. Prestemos atención a lo siguiente: Para levantar a la falsa iglesia mundial que dirigirá el Falso Profeta (Ap. 13), el diablo, osadamente, pretende usar a la Iglesia de Cristo, o quizás mejor expresado, a todos los presuntos creyentes que pueda. Para conseguir tal atrocidad debe, de alguna manera, aportar error al seno eclesial, y tratar de pervertir a muchos. Para ello usa la mentira; ¿cuál sería aquí, entre muchas, esa mentira?, el engaño de que todo lo “espiritual, poderoso, ungido, sobrenatural, milagroso, con apariencia de piedad cristiana” es del Dios de la Biblia. Una vez el creyente profesante traga ese anzuelo, ya no se cuestiona nada de lo que ve y escucha supuestamente cristiano, y a todo “le da la gloria a Dios”. Entonces el diablo ha tomado ventaja aquí para seguir engañando. Ese es el por qué, jamás muchos se cuestionarían si tal o cual ministro de la “unción” de púlpito mayor, pudiera no ser cristiano de veras, sino un impostor, ministrando por el poder de los demonios. Esa es la aplicación de Mt. 24: 24; “Porque se levantarán falsos ungidos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos”.
De todo ello, iremos viendo a lo largo de esta divulgación, así como del origen de muchas de esas doctrinas heréticas, de sus precursores y propagadores.
3. Él vendrá en los días como los de Noé
En cuanto a cuáles son los tiempos en los que Cristo ha de volver, estos líderes mencionados olvidan, por tanto, las palabras del mismo Jesús, cuando Él dijo que Su venida será como en los días de Noé. Ahora bien, ¿Cómo eran los días de Noé?, eran días de violencia, de rebelión, de profanación, de negación de Dios, de impiedad, ¿no nos suena esto familiar dado los tiempos que corren? ¡Nunca antes ha habido tanto ateísmo práctico, tanta negación de Dios, de sus valores, de sus principios, de su papel como Creador, etc.! ¡Nunca antes ha habido tanta impiedad, sexo ilícito, exaltación de la homosexualidad hasta el punto de constituir como matrimonio a personas del mismo sexo y además, permitirles la adopción de niños; degeneración, asesinato de no nacidos, desprecio absoluto a la Palabra de Dios, negación de los principios judeo-cristianos, y un casi inacabable etcétera! Desde que comenzó el periodo postcristiano, postmodernista en la sociedad occidental, no ha habido a lo largo de la historia de la humanidad, exceptuando quizás en la era antediluviana, un auge tan implacable, acelerado y avasallador del ocultismo en cualquiera de sus múltiples facetas. Una enorme e inmensa mayoría de personas hoy en día, cultas y preparadas para ocupar puestos de relevancia en la sociedad, sinceramente creen que “el desarrollo de las facultades paranormales ayudan a la autorrealización del hombre, y que la información y la energía extrasensorial recibidas por canales ocultos, enriquecen la ciencia actual” 4, pero no se aperciben, y a la mayoría no les importa de todos modos, que todo esto no consiste en otra cosa sino en pura y simple hechicería. La Biblia describe en el libro de Apocalipsis estos días actuales, que son como fueron los de Noé, diciendo que los hombres no se arrepienten de las malas obras de sus manos, ni dejan de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; y no se arrepienten de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos (ver Ap. 6: 20, 21). De hecho, creo que en muchos aspectos vivimos días peores que los de Noé, el cual fue salvo, sólo él con siete personas más.

La apostasía: un apunte

Vivimos en días peores que los de Noé, y los dominionistas (los seguidores del Reino Ahora) aseguran que la Iglesia está estableciendo el Reino, y está empezando a ejercer dominio sobre las naciones, ¡que terrible contradicción! ¡Qué terrible burla! También aseguran que se está produciendo un “avivamiento mundial”, cuando en realidad lo que se está produciendo es una terrible apostasía en general, así como un rechazo sin igual de las cosas de Dios en amplios sectores de la sociedad de Occidente, no digamos en Europa. Exclamó al respecto el finado pastor David Wilkerson en uno de sus sermones:
“Antes de todo, usted tiene que estar voluntariamente ciego para no ver una impetuosa apostasía afligiendo al mundo entero. La incredulidad está barriendo a través de todas las naciones, con los creyentes abandonando la fe por todos lados. La apostasía a que Pablo se refiere, claramente ha llegado” 5
Algunos no estarán a priori de acuerdo del todo con la apreciación de Wilkerson, tildándola de exagerada, y también es cierto que sólo apostatan aquellos que jamás fueron de Cristo realmente. No obstante, se puede tener un concepto equivocado acerca de qué y cómo es la apostasía realmente, o de más bien, cómo se manifiesta. Más adelante, estaré hablando a fondo sobre esta cuestión, pero quisiera aquí decir que la apostasía no se presenta como un horrible monstruo de siete cabezas, que lo es, sino todo lo contrario. En la mayoría de los casos es casi imperceptible a primera vista, porque va camuflada de “visión”, de “unción” y de “triunfo” de la Iglesia en este mundo. Gran culpa del devenir de apostasía que se está produciendo hoy en día, es debido sin lugar a dudas, al tremendo error en el magisterio que muchos comparten al pueblo. César Castellanos Domínguez enseña lo siguiente:
“¿Por qué es tan importante tener los doce? ¿Cuál hubiera sido el resultado del cristianismo o quiénes habrían escrito el Nuevo Testamento si Jesús no hubiese escogido a doce?” 6 (énfasis del autor)
Haciendo su falsa apología de los doce, nos presenta por delante el craso error – si fruto de ignorancia estamos persuadidos que no, por lo garrafal del asunto – de decir que el cristianismo no hubiera podido ser como ha sido, si los doce no hubieran escrito el Nuevo Testamento. ¿Es que Castellanos desconoce que en la escritura del Nuevo Testamento intervinieron otras personas que no eran de los doce de Jesús, y de que hubo de los doce que no escribieron nada? Al ignorar barbaridades como estas, haciendo muchos la vista gorda, el espíritu de error obtiene mayor preponderancia. Abundando en este sentido, nos dice Guillermo Pérez, ex pastor principal de la iglesia Alianza Cristiana de Reynosa, Tamaulipas, México:
“Hay una clase de apostasía que me llama mucho la atención, que viene promovida por muchos de esos movimientos heréticos, y es la apostasía de corazón. Muchas personas pueden estar llenando iglesias pero su corazón está lejos de Dios. De ahí que de continuo vemos tantos conciertos, eventos multitudinarios, incluso iglesias que están creciendo numéricamente, pero que las vidas de esas personas no cambian, porque un espíritu de apostasía está operando en sus corazones, por eso, cuando aparecen muchos de esos falsos profetas, creen los que les dicen con mucha facilidad” 7
Es cierto que muchos, ni siquiera son realmente cristianos, no obstante, no muchos dirían que la apostasía está tan sumamente extendida e introducida en lo que llamamos Iglesia, como lo está a horas de hoy.
Muchos adormecen a la Iglesia, alejándola de la verdad del próximo encuentro en las nubes con el Señor. Está el engaño de esos pseudo maestros que dicen que estamos en vísperas de un avivamiento mundial. Falsos maestros que quitan de los ojos de los creyentes la realidad de que Roma está detrás de un mover apostático, empujándolo, cuya intención es llevar a los pies del Anticristo a cuantos más cristianos mejor.

Cierto es que en diferentes partes del mundo ha habido y hay avivamientos (entendiendo aquí por avivamiento, conversiones genuinas a Cristo por parte de las gentes). Estamos tan agradecidos al Señor por la labor del Espíritu Santo y por esas vidas salvadas. También decimos que anhelaríamos un verdadero gran avivamiento mundial en esos mismos términos, pero la Biblia no nos dice que eso vaya a suceder en este tiempo. Nos asegura que sí ocurrirá sobre Israel al finalizar el tiempo de la Gran Tribulación, salpicando a las naciones (Joel 2: 23, 26, 27, 28-32; Dn. 12: 1-3; Zac. 12: 10; Ro. 11: 25-27; Ap. 7; etc.). Según las Escrituras, millones se salvarán:
“Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero... Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero” (Apocalipsis 7: 9, 10, 13, 14)
Nótese que morirán por su fe, ya que comparecen ante el trono de Dios, y este trono está en los cielos. Morirán a manos del Falso Profeta y de la Bestia Anticristo (Ap. 13: 7; 20: 4). Por lo tanto, como venimos diciendo, ese avivamiento verdadero no vendrá hasta el tiempo final, cuando el Anticristo haya dominado sobre las naciones, (y él sí va a dominar…aunque por poco tiempo –Ap. 13: 5). Lejos de un presente y pretendido avivamiento mundial como aseguran los dominionistas, se está cumpliendo lo que en realidad la Escritura dice (ver 2 Ts. 2: 3; 1 Ti. 4: 1; 2 Ti 3: 1-5; etc.), es decir, una apostasía general. Sólo hay que prestar atención al creciente y envolvente movimiento ecuménico, que con la asistencia de mucha de la carismatía internacional, ambos, pretenden congraciar a todos con el Vaticano, con el convincente argumento del “amor verdadero” y de la llamada “unidad entre todos los creyentes”, ambos conceptos y enseñanza absolutamente jesuita. Dice el pastor de origen peruano Víctor Pino-Gamboa:
“El Carismatismo es un movimiento que está haciendo lo que el Movimiento Ecuménico no pudo hacer (no pudo romper las barreras de resistencia en las iglesias históricas y pentecostales clásicas); pero el Movimiento Carismático ha encontrado puertas abiertas a través de las llamadas “experiencias sobrenaturales”, prácticas novedosas sensacionalistas. Ahora, amalgamadas estas dos fuerzas en propósito, doctrina y espíritu, avanzarán construyendo el andamiaje de la súper iglesia del Anticristo” 8
El ex jesuita Alberto Rivera, también nos hizo saber exactamente lo mismo que el anterior ministro, cuando dijo que el movimiento carismático fue levantado y auspiciado por el Vaticano, para poder acceder y sujetar para sí a los pentecostales, porque no podían hacerlo de otra manera. Incluso cuando antes de la fecha de 1945 levantaron el movimiento ecuménico hasta nuestros días, cuando también se fundó el Concilio Mundial de Iglesias con la financiación jesuita en Europa acabada la Segunda Guerra Mundial, no pudieron sujetar para sí a las denominaciones pentecostales, y ese fue el origen y la razón del movimiento ecuménico y del Concilio Mundial de Iglesias: unir a todas la denominaciones protestantes en Europa 9. Y es así. La combinación de todos los factores mencionados por los autores referidos, constituyen la fuerza que impulsará al advenimiento del “Nuevo Orden” eclesial que está surgiendo ante todos nosotros, y de lo cual muchos ni siquiera se aperciben. En cuanto a esto, sin ambages, un ministro restauracionista (dominionista) escribió del siguiente modo en una publicación de orden interno:

“Un “Nuevo Orden Mundial”, en vez de un nuevo orden religioso, puede ser formado por un movimiento que a menudo ha sido menospreciado, pero que ya no puede ser de ninguna manera ignorado por más tiempo” 10
Se estaba refiriendo al movimiento neopentecostal. Nótese la expresión: ¡“Un Nuevo Orden Mundial”! ¿Es esa expresión alguna que un cristiano utilizaría, entendiendo lo que realmente significa? El Nuevo Orden Mundial es la propuesta de los que siguen el espíritu de este mundo, con el fin de levantar al hombre de pecado sobre él (2 Ts. 2: 3).
Pero si alguno aquí pudiera pensar algo equivocado, le diré, y no a modo de disculpa, que yo no soy derrotista ni pesimista, sino realista con la verdad revelada. Creo en la Iglesia de Jesucristo; la de todos los tiempos. Creo que, como dijo el propio Señor Jesús, El la edifica y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella (Mt. 16: 18). Creo que el mismo poder del Espíritu que estuvo en la iglesia primitiva, está ahora mismo en la iglesia actual (la verdadera), porque Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Pero no podemos olvidar que el Señor dijo que son pocos los que entran por la puerta estrecha y el camino angosto que lleva a la vida (Mt. 7: 14). Los que por ahí entran, estos son los que el Señor viene a llevarse, estos son los suyos que Él conoce, y todos ellos constituyen la verdadera Iglesia de Jesucristo sobre la tierra. Esta es la razón por la cual el Señor viene a llevarse ese Remanente victorioso en Cristo (Ro. 8: 37), cuando vuelva sobre las nubes. Creer otra cosa, es engañarse.
4. ¿Discipulando las naciones? / Los sistemas piramidales
En cuanto a la proclama de “discipular las naciones”, uno de los maestros del llamado G12, espiritualizando sobre el número doce, postula lo siguiente:
“El número doce es el número de gobierno en la Biblia. Jesús estableció su reino y gobierno en la tierra, usando el mismo principio que usó Dios para establecer a Israel en el Antiguo Testamento. De la misma manera que Israel tenía doce tribus, Jesús tenía doce discípulos. Usando este patrón, Jesús nos quiso dejar ver el modelo de como discipular, no sólo nuestras comunidades locales, sino también las naciones del mundo” 11 (énfasis nuestro)
A todo esto, también se le llama dominionismo. Iremos avanzando en el desarrollo de todos estos conceptos, baste aquí señalar, contrariamente a lo que postula ese autor, que Jesús no estableció Su reino sobre la tierra (ver Hchs. 1: 6,7). Si prestamos la suficiente atención a lo dicho en ese párrafo, vemos que hace del plan de salvación y de la supuesta misión de Cristo de discipular las naciones, un asunto de gobierno religioso, falsamente llamado teocrático, y no de una relación personal e individual con el Salvador 12. Carlos “Cash” Luna escribe en sus “Prédicas de Encuentros” de su iglesia “Casa de Dios”, en el apto. “Pescador de hombres”:
"Dios nos ha dado la visión de discipular a Guatemala a través de grupos homogéneos... ¡Involúcrate en los GRUPOS D-12!”
Pero eso jamás Dios se lo pudo haber dicho, porque una cosa es hacer discípulos a las naciones, y otra es "discipular las naciones". Esto último, no sólo no está en la Palabra, sino que en un gran sentido, la contradice. Huelga decir, que el Señor nunca nos comisionó a “discipular las naciones”, sino a hacer discípulos a las naciones, los cuales entregaran sus vidas a Cristo. Esto de “discipular las naciones”, no sólo es falsa doctrina del G12 (Gobierno de los 12), sino de diferentes contextos neopentecostales, muy aferrados al concepto del gobierno de los nuevos apóstoles y profetas, que pretenden que se levante una nueva jerarquía que gobierne la Iglesia (en definitiva, y aunque muchos no piensen en ello, una copia del gobierno de la iglesia de Roma), proclamando que Dios está haciendo “algo nuevo” en estos días. En su momento, contará con una cabeza visible: el Falso Profeta (Ap. 13: 11ss)

5. ¿Lo “nuevo” de Dios?

Conforme van pasando los días, las semanas y los meses, me voy apercibiendo de que cada vez más el mundo está “creciendo”. El mundo está haciéndose más mundo, es como si engordara, ganara volumen, llenando todo lo que los ojos del alma y de la carne pueden llegar a alcanzar. Cada vez es más notoria la declaración bíblica de que el “mundo entero está bajo el maligno” (1 Jn. 1: 19). El descaro es cada vez más evidente, entre otros, en los medios de comunicación masivos, y poniéndolo como ejemplo, en España ya de largo no se puede ver tranquilamente la televisión, porque de un momento a otro aparece una imagen o se escucha un comentario, que como cristiano te hace instintivamente, o bien girar la cabeza, o bien taparte los oídos. El mundo está haciéndose más despóticamente mundano.
También puedo ver como un gran sector eclesial, ingenua y despreocupadamente ha abierto sus puertas para que ese mundo engordado entre sin tapujos en su seno, bajo la mirada complaciente de muchos llamados ministros del Evangelio, y de otros que realmente lo son, en el marco de lo supuesto “nuevo” que Dios está haciendo. Sin embargo, la Palabra no puede ser más explícita: “Guárdate de hacer alianza con los moradores de la tierra donde has de entrar, para que no sean tropezadero en medio de ti” (Éxodo 34: 12) Por ello, y de forma lamentable, un gran sector de la Iglesia, pretendiendo “alcanzar” al mundo, ha sido alcanzado por éste, engañado por el slogan de lo “nuevo” de Dios. Y es que no hemos aprendido a discernir y separar lo santo de lo profano. Como dice Judith Torres: “Ya no hay ojo espiritual, ni discernimiento para saber cuando cruzamos la línea de lo santo a lo profano, hoy día no morimos instantáneamente, porque estamos en la gracia, y es la sangre de Cristo la que nos cubre de toda esa maldad”, refiriéndose a Nadad y Abiú, hijos de Aarón, que pensaron que podían adorar a Dios de una manera innovadora, diferente, utilizando fuego extraño (Lev. 10: 10). A este respecto, sigue argumentando la hermana Judith: “Es curioso como hoy en día se consideran obsoletas o pasadas de moda las alabanzas a Dios. Piensan como Nadab y Abiú, que todo lo que se haga para adorar a Dios es bueno, porque es dedicado a El”… Pensarán que Dios fue injusto, por no aceptar las buenas intenciones de estos dos hombres que supuestamente, sólo querían adorarle y agradarle. Pero es triste decir que el infierno está lleno de buenas intenciones. 13 Dice César Castellanos, en su libro “Sueña y ganarás el mundo”:
“Cada visión requiere innovación, o sea, la disposición de romper con las formas tradicionales de hacer las cosas.” 14…“Dios nos ministró la unción de creatividad a nuestras mentes...Como resultado, descartamos los himnos tradicionales y comenzamos a tocar música moderna y organizamos un grupo de danza. Los resultados fueron inmediatos y miles de jóvenes comenzaron a ver la iglesia como un lugar para reunirse y ser bendecidos los fines de semana” 15 (énfasis nuestro)
¿Bendecidos? Yo personalmente, he de decir que fui testigo, en un servicio de adoración del G12 en Inglaterra hace unos años, de la puesta en escena de esa “creatividad”, y vi con incomodidad, a hermanitas jovencitas mostrando sus ombliguitos y sus caderas, bien ceñidas, moviéndose con contorsiones absolutamente sensuales y carnales, pretendiendo así adorar a Dios. ¡Por favor, que no me digan que esa “adoración” es para la gloria del Señor!; no me digan que eso es lo “nuevo” de Dios, aunque pretendan con ello el que más gente venga a las iglesias que utilizan ese “nuevo” tipo de adoración, quizás curiosa y sorprendida por el espectáculo que se le ofrece.
En otro orden de cosas, y siempre en el marco de lo “nuevo” de Dios, un ministerio cristiano de Guayaquil (Ecuador), anunciaba su “Cumbre de Liderazgo Global 2006”, como la “oportunidad para cambiar vidas y afectar positivamente a otros”, y anunciaba a bombo y platillo además de otros, a un “Conferencista de primer nivel. A la estrella de Rock Mundial Bono del grupo musical británico U2”… pero esa es la realidad actual. Es lo “nuevo” de Dios, dicen.
Cuando se dice que Dios está haciendo “algo nuevo”, hemos de presuponer que lo “viejo” de Dios ya ha de descartarse. No obstante, Dios no tiene nada “viejo”. Lo mismo que fue, es ahora (Ec. 1: 9, 10). Jesucristo es el mismo, ayer, y hoy, y por los siglos (He. 13: 8; S. 102: 12). Su Palabra es la misma, y sus principios no han variado. Nada se le puede añadir, ni quitar a eso.

Por lo tanto, en cuanto a eso “nuevo”, más bien me viene a la mente lo advertido por el propio apóstol Pablo: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina…” (2 Timoteo 4: 3)
¿Ganando las almas a modo del mundo?
El acomodo a los valores y obras del mundo es parte de lo “algo nuevo” que supuestamente Dios está haciendo. La razón principal que se aduce es la de “ganar las almas”, y para ello, es menester poner el mensaje de la Cruz a la altura del entendimiento y capacidad de aceptación del mundo, aunque eso es en la práctica imposible, ya que el mundo jamás entenderá la Cruz, si no es por el poder del Espíritu Santo, pero la pregunta es obvia, ¿Podrá estar el Santo Espíritu de Dios de acuerdo con una presentación del Evangelio que no le de la gloria a Dios? La siguiente información me llegaba hace unos meses:
“…Los directores de varios "ministerios" como Vertical Music, Rocka Festival, y CieloExtremo.com, decidieron realizar...el fin de semana, un evento de "metal cristiano" gratuito, que buscaba convocar la mayor cantidad de asistentes, y llevar el mensaje de Jesús. Algunas de las bandas convocadas para este evento fueron: Exégesis (Dark Progresivo), Fire Linage (Metal Progresivo) y God in Darkness (Black Metal), quienes recibieron el apoyo, [entre otros], del G-12 Internacional" 16
¡El mensaje de Jesús aderezado con espectáculo mundano! ¿Es eso lo “nuevo” de Dios? Pero como dice el pastor René X. Pereira de Puerto Rico:
“Hay una línea que separa el esfuerzo evangelístico para ganar para Cristo a los que no le conocen, y el hacer yugo desigual con los incrédulos, participando de lo que Dios aborrece. El fin no justifica los medios. Me da la impresión que en lugar de ganar el mundo para Cristo, está sucediendo lo opuesto; el mundo está metiéndose dentro de la Iglesia y la está conquistando, y contrariamente a como lo dijo Pablo en Ro. 12: 2, nos estamos conformando a este siglo en lugar de ser transformados por medio de la renovación de nuestro entendimiento” - Y sigue diciendo el Hno. Pereira - “Pienso que algunos de estos artistas cristianos buscan mayormente su propia gloria, su fama, antes que la gloria de Dios. Estamos llamados a salir de las paredes del templo a buscar las almas donde están, y cada uno de nosotros ser luz y sal en este mundo. Pero ese ser luz y sal implica el que la gente vea en nosotros que somos diferentes. Lo que veo es que hoy día se están bajando las demandas de Dios y cada día se proyecta más un evangelio sin cruz, sin negación, y sin el aborrecimiento del mundo que es parte del costo que tenemos que pagar” 17
No obstante, un conocido pastor español, declaraba defendiendo acerca de lo “nuevo” de Dios, argumentándolo de este modo:
“Como ocurre a lo largo de la historia de la Iglesia, todo movimiento que ha tenido su momento de florecer y fulgor, se puede volver después en un estorbo a lo nuevo de Dios, o a los nuevos tiempos de Dios, ya que Dios no se limita a formas, estilos, modas ni a nada” 18
Es cierto que nada puede limitar a Dios, por esa misma razón, Dios no se va a dejar limitar por todo aquello que aborrece, y sencillamente no lo va a aceptar. Y así también le respondió el Pastor René X. Pereira:
“Dios es soberano, pero hay cosas que Dios no hará porque van en contra de su naturaleza santa y justa. Y algo que Dios nunca hará es ir en contra de su Palabra. Es por eso que tenemos, como dice Pedro, la palabra profética más segura, que es la Biblia. En estos tiempos, bajo el argumento de "lo nuevo de Dios" se pretenden infiltrar en la iglesia una serie de modas y estilos que van en contra de lo que Dios nos ha comunicado en su Santa Palabra” 19

El “mensaje positivo”; la psicología humanista, y ¡soñar mucho!
Si hemos de destacar algo especialmente novedoso y remarcable de lo “nuevo” de Dios, en el contexto eclesial, sin lugar a dudas debemos enfatizar lo que dentro del marco de la filosofía de la Nueva Era y del Word of Faith Movement (súper fe) se está cociendo y sirviendo como comida rápida en muchas iglesias y plataformas multitudinarias. Nos estamos refiriendo a lo que como generalidad se denomina el “Mensaje Positivo”. Por “Mensaje Positivo” queremos referirnos a todos esas enseñanzas y predicaciones que jamás herirán ni molestarán al oyente, porque sólo le comunican lo que le gusta escuchar, y nada que le pueda amonestar. Son estos mensajes optimistas y complacientes que alivian el comezón de oír, y son dados para animar, entretener, y jamás para convencer de pecado, provenientes de maestros posibilistas. De hecho la palabra pecado y sus consecuencias, son conceptos que no se usan más en ese tipo de mensajes, así como la predicación sobre el padecer por Cristo (Hchs. 5: 41; Fil. 1: 29; 2: Ro. 8: 17 etc.); sobre el infierno, el juicio venidero, e incluso sobre la venida del Señor a por los Suyos, etc. Son mensajes centrados en el hombre más que en Dios; son por tanto, antropocéntricos. Parten de un posicionamiento posmodernista de hacer iglesia, basados en el humanismo espiritualista. El pastor David Wilkerson, en su libro “El Llamado Final”, se explica al respecto del siguiente modo:
“En mi opinión, existen muchos mercenarios en el púlpito hoy en día; pastores cobardes que están contentos de darle a los cristianos fríos lo que ellos piden. Predican mensajes cortos, optimistas, positivos, que no representan amenaza alguna, con poco o ningún contenido bíblico o evangélico. Para la gente no es otra cosa que una experiencia que les hace sentir bien, ¡y que los están conduciendo a la destrucción!” 20
El pastor Guillermo Pérez, de la Iglesia Alianza Cristiana de Reynosa, Tamaulipas, México, amigo mío, dice así también:
“El mensaje que se da en muchas iglesias hoy en día, es un mensaje popular, un mensaje positivista, es un mensaje así como: “tu vas a salir adelante”, “descubre el campeón que hay en ti”, “tu vas a ser muy prosperado”, entonces, cuando la Palabra nos habla de temas que van a ocurrir en los últimos tiempos, hay muchas personas que no les agrada eso. Muchas de las personas que llegan a nuestra iglesia, después de un tiempo ya no vuelven más, porque han estado esperando que se les de un mensaje complaciente, que les haga sentir a gusto, y cómodos, cuando el mensaje que Dios nos manda a dar debe ser un mensaje que traiga verdadera edificación a sus vidas espirituales” 21
Dos de los importantes representantes de ese “mensaje positivo” que en su totalidad no son sólo cientos sino miles en todo el mundo, serían por ese orden, Robert Schuller y Rick Warren de “Purpose Driven Church”. Al respecto leemos lo siguiente:
“Warren y Schuller, hacen un llamamiento a una nueva reforma, en el sentido de colocar en un segundo lugar el enfoque centrado en Dios, y poner en primer lugar las necesidades del individuo” 22
¡Craso error! Jamás deberemos anteponer las genuinas necesidades del individuo, a las demandas de Dios. Dios está en control, no nosotros. Eso es simple y llano humanismo; pero la cosa se dispara alarmantemente...Hace pocos meses, el pastor, sexólogo y psicólogo argentino Bernardo Stamateas fue entrevistado para el diario más vendido de la Argentina, El Clarín, para su revista dominical. En el encabezamiento de la entrevista se leía así al respecto de su último libro:
“...recién ahora se colocó en el top de ventas con resultados extraordinarios, técnicas y estrategias sencillas para alcanzar tus sueños y hacerlos realidad...” (énfasis nuestro) 23

Otra vez el mismo mensaje que el G12: “Sueña y logra tus deseos”. Ante la pregunta de la periodista secular: “¿Le hicieron la contra las demás iglesias evangélicas?”, Stamateas responde:
“Hubo muchos preguntando qué me pasa que no ando con la Biblia diciendo: "Arrepiéntanse". Pero otras iglesias nos miran con alegría y han copiado el modelo” 24
Como vemos, la Biblia va quedando relegada a un simple libro religioso y poco más. Otros mensajes van tomando su lugar. Un evangelio añadido. Modelos y técnicas basadas en la psicología humanista, en el management, en el potencial humano, en el hombre a fin de cuentas, y no en el poder de Dios y de Su Palabra. Pero aún hay más que esto. Ante la pregunta “¿Es un libro de autoayuda?”, referente a su última publicación, fíjense como Stamateas responde:
¨No es totalmente de autoayuda porque viste que la autoayuda te dice: "Ámate, quiérete, cuídate, respétate", pero no te dice cómo. Acá aprendes cómo liberar tu energía oculta, la habilidad que está dormida, lo que ni sabes que tienes pero que está” (énfasis nuestro) 25
¿Liberar energía oculta?... Ya sería triste que el autor se estuviera refiriendo al Espíritu Santo llamándole “energía oculta”, pero dense ustedes cuenta de que ese libro de Bernardo Stamateas va dirigido no sólo a los creyentes, sino a todo el mundo. ¿Qué tipo de “energía oculta” tienen los impíos, si no demonios en todo caso? Según Stamateas, ¡es preciso despertar la habilidad que está dormida, es decir, liberar esos demonios en uno (energía oculta), que no saben que los tienen, pero que en ellos están! ¡Cuánto daño y estrago se está haciendo, no sólo a los creyentes, sino al Nombre!
Otro de los principales valedores del “mensaje positivo”, de la confesión positiva, pensamiento positivo, optimismo a ultranza, es sin duda alguna Joel Osteen, el pastor de la congregación numéricamente más grande de Estados Unidos, Lakewood Church, en Houston, Texas. Curiosamente, uno de sus pastores principales, para el mundo hispano, fue nada más y nada menos que el cantante y músico Marcos Witt. En la revista Charisma del mes de junio del 2004, pág. 46, la siguiente cita encontramos allí:
“Marcos Witt, quien llena estadios en Latinoamérica con sus conciertos de adoración, fue presentado en el año 2002 para ser el pastor de la congregación hispana de Lakewood que consta de unos 3.000 miembros” 26
Los ávidos buscadores del “éxito”, persiguiendo un crecimiento numérico sustancial, como parte intrínseca de aquél, se ven, a la postre, abocados en el intento de hacer de la iglesia algo no demasiado diferente a un lugar de encuentro y de entretenimiento. Sobre todo así, aseguran, las iglesias podrían crecer hasta convertirse en “mega iglesias”. Joel Osteen, habiendo encontrado, según él, la fórmula eficaz, declaró que para llegar a tener una mega iglesia, había que hacer lo siguiente según sus mismas palabras:
“Haz que la iglesia sea competente…dale a la gente algo que pueda llevarse. Entiendo que hoy en día la gente [el creyente] no está interesada en la teología” 27
¡Menuda declaración la de Osteen: La teología no interesa demasiado! En primer lugar, la teología es el conocimiento de las cosas de Dios y de Dios mismo, por lo tanto, Osteen está diciendo que los creyentes no están muy interesados en el conocimiento de Dios. ¿Quizás eso le da carta blanca para hacer una iglesia a su acomodo? ¿Una iglesia con un enfoque “diferente”? ¿”Algo nuevo”, que luego le imputa a Dios mismo dado el “éxito” aparente en cuanto a crecimiento numérico, como si el Bendito estuviera interesado en un crecimiento que no viniera de Él? ¿Es que pretenden favorecerle así? En otras palabras, y resumiendo: a la gente hay que darle desde el púlpito lo que quiere oír, si quiere que no se vaya de su iglesia. Para tener “éxito”, es decir, grandes masas de gente y dinero, los pastores deben predicar mensajes que no incomoden, que levanten el ánimo, más que traigan convicción y quebrantamiento. Siempre poniendo mucha atención a que la enseñanza de esos mensajes no ofenda a nadie, o provoque rechazo jamás. Es por demás sabido, que un cierto y elevado toque de megalomanía envuelve de por sí todo el asunto. César Castellanos, haciendo su particular apologética de su modelo G12, y a modo de neo profeta, escribe lo siguiente:
“Las congregaciones de tipo parroquial en las que no hay más de 200 personas no estarán en el modelo porque cada iglesia será de mínimo cien mil miembros, con un pastorado especializado coordinado a través del modelo de los doce impactando a toda una ciudad o a toda una nación” 28 (énfasis nuestro)
Indiscutiblemente, la Biblia habla acerca de eso – y no precisamente de lo que asegura Castellanos - sino de que ese tiempo iba a llegar, como ya ha llegado:
“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4: 3, 4) (énfasis nuestro)
Si como creyentes dejamos de estar interesados en las cosas de Dios y de conocerle, entonces nuestro lugar no es la iglesia. Vayamos y hagamos cualquier otra cosa. Y como pastores entonces, vayamos y hagamos cualquier otra cosa, y dejemos de “hacer” iglesia como si de un club socio-religioso-mercantil se tratara. El Señor no viene a por una iglesia entretenida y autocomplaciente, sino a por una Iglesia que le ama y espera. Pablo insta al joven Timoteo a predicar la Palabra; a instar a tiempo y fuera de tiempo; a redargüir, reprender, exhortar con toda paciencia y doctrina (2 Ti. 4: 2). Pero según Osteen y cientos más, estas suyas son las “cosas nuevas” que dicen que Dios, “contradiciéndose”, está haciendo: hacer crecer numéricamente las iglesias, entreteniendo a las gentes con mensajes positivos que alientan el ego y traen confort al alma, entonteciendo el espíritu. La Palabra como tal, queda relegada a un segundo y tercer planos, en todo caso.
Joel Osteen, fue entrevistado en el famoso programa de la TV norteamericana, Larry King Show, el 20 de Junio del 2005, y el propio King, le preguntó si podían ser salvos los judíos o los musulmanes, que habiendo escuchado el evangelio, rechazaran a Cristo. La respuesta de Osteen, hasta asombró al propio entrevistador secular. El respondió diciendo así:
“Sabes, yo tengo mucho cuidado acerca de decir quien va a ir o quien no va a ir al cielo. No lo sé…” - Larry insistió - “Si usted cree que hay que creer en Jesucristo, pues entonces están en error, ¿no es cierto?”.
Y la respuesta del pastor de la iglesia Lakewood, quizás la más grande numéricamente hablando de todo EEUU, fue:
“Bueno, yo no sé si pensar que están equivocados…” - y pretendiendo ilustrarlo mejor, añadió haciendo mención acerca de los hindúes - “Yo pasé mucho tiempo en la India con mi padre, no conozco acerca de su religión, pero creo que aman a Dios. Yo no sé. Yo he visto su sinceridad” 29
¿Jamás escuchó Osteen el conocido adagio “uno puede estar sinceramente equivocado”? Estas declaraciones que no merecen ulterior comentario, son las del propio Rev. Joel Osteen, el pastor principal de Lakewood Church ante millones de televidentes; muchos de ellos absolutamente anonadados por sus declaraciones, propias de cualquier persona ajena al Evangelio, o como mucho, las que pudieran proceder de un cristiano nominal. Y por otra parte, nótese, un impío como King, haciéndole sacar los colores de la cara a un denominado pastor evangélico, qué triste.
Saquen ustedes sus propias conclusiones.

La cuestión es bien simple. Si las expectativas dominionistas han de cumplirse, es necesario hacer los diferentes ajustes que sean necesarios. Habrá que entender que el Cielo está haciendo “algo nuevo” que va a ayudar a que la evangelización de las masas sea un hecho, aunque eso suponga en muchos casos el ponérselo demasiado fácil a la gente. Pero, si se quiere ser honesto, se sabe que eso no es así.
¡Cómo contrasta el mensaje de Joel Osteen, así como de mil falsos maestros más que pululan por doquier, con las ungidas palabras del príncipe de los predicadores del siglo XIX, Charles H. Spurgeon (1834-1892)!:
“Antes de atreverme a hablar de Cristo, hago que la persona se sienta pecadora. Examino su alma y le hago sentir que está perdido antes de contarle de la bendición [de la salvación]. ¿Ha sido usted convencido de pecado? ¿Ha sentido culpa ante Dios? ¿Ha mirado hacia el Calvario para hallar auxilio? Si no fuere así, no tiene derecho a reclamar consuelo. No tome ni un átomo de ello. El Espíritu convence antes de dar consuelo, y usted debe ser operado por el Espíritu antes de recibir consuelo” 30
Pero muchos siguen convencidos de lo suyo: “habrá que hacer lo necesario, y darnos prisa en ello, para que al final, en el mínimo e indispensable término de tiempo, se obtenga la consumación del Reino, y entonces el Rey pueda volver”. Claro, que eso está sólo en la imaginación de los seguidores de esta espuria doctrina dominionista.
Capítulo 4
¿Qué velo hay que cruzar esta vez?
PARTE I. Megalomanías, y el dominionista Latter Rain Movement
Para alcanzar una mayor unción y peso espiritual, hay quienes enseñan que nos es necesario a los creyentes “cruzar el velo, o quitar el velo de en medio” para llegar a una siempre lejana y gloriosa altura espiritual, con el fin de ser investidos de un poder o unción jamás vistos en la historia de la Iglesia, bajo la unción de gobierno de unos pocos elegidos para liderar.
“Frecuentemente se nos pide que creamos que los nuevos apóstoles y profetas de la escena actual, son el gobierno prometido de la Iglesia en el nombre de Dios. Se nos asegura que caminan en tal elevado nivel de unción y autoridad, que son el filo lideral de la revelación espiritual, y que todos los cristianos deberíamos hacer caso a las palabras de los profetas que nos llevarían a la gloriosa Iglesia del siglo XXI. Ellos nos aseguran que ya han llegado a un punto más allá del velo, a un lugar de claridad donde tienen visiones, sueños y palabras de Dios que están más allá del alcance de los cristianos comunes” 1
Lo que significa para ellos, es que los cristianos, siguiendo el dicho de estos nuevos mentores tenemos que pasar por un tipo de preparación para acceder a la nueva revelación, la que están trayendo, y seguirán aportando los líderes del “Nuevo Orden” eclesial que se está gestando en el mismo seno de la Iglesia (aunque ajeno a la verdadera Iglesia). Con todo ello, dicen que obtendremos el conocimiento o gnosis; subiremos a lo más alto de la montaña, y luego a la otra, y a la otra, para así, a modo de un nuevo tipo de Moisés en el Sinaí, poder tener un encuentro con el “dios” que dicen que cada uno somos. Siendo así ya podríamos ver a Dios cara a cara, y de esta manera poder reinar y dominar la tierra con esa unción especial. Nótese esto último, ¡no el Señor Jesús, sino nosotros los cristianos! No cabe duda de que la enseñanza espuria de la Nueva Era está penetrando en el seno eclesial. Veamos más de todo esto.
1. Urge el “cambio”
En su libro “The Final Quest”, su autor Rick Joyner, reconocido profeta en los círculos dominionistas, y sorprendentemente, miembro activo de la católico romana Orden de los Caballeros de Malta (*), dice haber recibido en visión lo que escribe en él, y nos cuenta acerca de un ángel llamado Sabiduría que le dijo:
“Todavía estás falto de algo muy importante. Tú debes todavía obtener una gran revelación del Rey. Incluso habiendo llegado a la cima de la montaña, y…habiendo probado Su amor incondicional…tu sólo conoces una parte de todo el consejo de Dios” (énfasis nuestro) 2
¡Pero qué frustración! Según Joyner y todos los maestros iluminados precursores del tan manido Avivamiento Mundial que siempre está supuestamente a las puertas, parece como que nunca llegamos…como si siempre nos falta un escalón más que subir o una montaña más alta que alcanzar. Por cierto, este es el común denominador de todas las religiones: los esfuerzos del hombre por llegar a la perfección, por estar en control de todas las cosas, por alcanzar lo de Dios por méritos propios. Y no obstante la Biblia nos dice otra cosa muy diferente a la del supuesto ángel de Joyner:
“Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas. No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad” (1 Juan 2: 20, 21) (énfasis nuestro)
El supuesto ser angelical de Rick Joyner también dice algo absolutamente diferente a lo dicho por el apóstol Pablo, cuando dirigiéndose a los Efesios les amonestó diciendo: “estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios” (Hechos 20, 26, 27) (énfasis nuestro)
(*) La orden de los caballeros de Malta, llamada también la Orden de San Juan, es una orden católico romana regida por el Vaticano.
Pero, nos es necesaria esa unción, dicen. Ese poder espiritual especial que Dios quiere dar a todos aquellos que se sometan a lo “nuevo” que Dios está haciendo. Nos es necesario cruzar el velo. Nos es necesario entrar en el “Nuevo Orden”, el cual no dudan en llamar el “Orden Divino”. En definitiva, nos es necesario cambiar. Así enseñan ese tipo de maestros neopentecostales. Pero la pregunta es simple, ¿cambiar de qué, o en qué? Quizás podremos encontrar respuesta en la siguiente profecía de Barry C. Linville, una entre muchas del mismo estilo provenientes del sector neopentecostal del estilo del Toronto Blessing:
“¡Cambiad, cambiad, cambiad! Vuestras maneras de hacer las cosas son antiguas; vuestros pensamientos son antiguos, vuestras oraciones son desfasadas; vuestro clamor es antiguo; vuestra adoración es antigua; vuestra manera de hacer iglesia es antigua…Dejadme cambiaros…Dejadme poseeros… ¡Es hora de cambiar! No seréis usados en la cosecha a menos que cambiéis” 3 (énfasis nuestro)
O la de Carol Arnott, del Toronto Blessing, que aseguró que Dios habló a través de ella cuando dijo:

“El modo en que habéis estado usando mis armas, los métodos que habéis estado usando en el pasado, tenéis que desecharlos, ya que os estoy dando mi espada ahora, y las antiguas maneras de hacer las cosas, ya no sirven. Los métodos viejos no serán ya aceptables para mí, ya que estoy haciendo algo nuevo”. 4 (énfasis nuestro)
¡Así que Dios en realidad no nos había dado Su espada hasta ahora! Resulta que la Biblia dice que la espada del Espíritu es la Palabra de Dios (Ef. 6: 17), y ¡no la teníamos de acorde a la profecía de Arnott! Esto es bien grave... y ridículo también.
¡Salir del “viejo paradigma”, para entrar en el “nuevo paradigma”!, según ellos. Así que, hermanos, me temo que hemos de cambiar, ya que todo lo que hacemos para el Señor, de acuerdo a esta profecía, y a todas las de ese estilo es ya obsoleto, antiguo, desfasado y ya no le gusta. Tenemos que dejar que Dios... ¡nos posea!
¡Gracias a Dios que las cosas son de otro modo! En todo caso, lo que sí quiere el Señor que cambiemos, es en cuanto a dejar de lado toda manera pecaminosa de vivir, ya que en eso reside el verdadero cambio, el del corazón.
Pero lo del cambio no es sólo cosa de estos falsos profetas, es cosa de los maestros de esta nueva ola, llamada la “Tercera Ola” (The Third Wave)* en la que supuestamente todavía están los pentecostales, según ellos.
* (Según algunos dominionistas de renombre como Paul Cain o C. Peter Wagner, La Primera Ola (First Wave) fue el movimiento pentecostal. La segunda (Second Wave) fue el movimiento Carismático (Latter Rain, Restauracionismo, etc.), y la Tercera Ola (Third Wave) es la actual del nuevo mover de los nuevos apóstoles y profetas, etc.)
Dicen que lo que está a punto de ocurrir sobre la tierra no es sólo un avivamiento u otro despertar; dicen que es una verdadera revolución. La visión ha sido entregada, según Rick Joyner, con el fin de despertar a aquellos que están “destinados a cambiar el curso, y aun la definición completa de lo que es el cristianismo” 5 ¡Tremenda declaración! Ahora resulta que Dios ha cambiado de parecer respecto al cristianismo, y ha destinado a algunos durmientes escogidos para que despierten, con el fin de que nos hagan entender cómo ser cristianos verdaderos en estos tiempos actuales. Abiertamente, los proponentes del Reino Ahora, como el autor justamente mencionado, nos dicen que la fe tal y como la hemos aceptado y comprendido, ya no va a ser más así de aquí en adelante.
Contrariamente, el verdadero cristianismo y la Iglesia verdadera de Jesucristo jamás cambiarán su configuración. El Señor prometió que Él iba a edificar Su Iglesia, y que las puertas del Hades no iban a prevalecer contra ella. Si el cristianismo y la Iglesia tienen que cambiar, como aseguran todos esos falsos maestros, entonces tenemos problemas, porque haciendo así estaríamos yendo directamente en contra de la voluntad del Señor. Así pues, lo que estos hombres están planeando es “otra” iglesia, pero no es la Iglesia de Cristo. Su cristianismo no es verdadero entonces. Ahora, además de la Biblia, la cual, de hecho, va quedando relegada a un segundo plano, viene la revelación de los hombres de la nueva fe cristiana, esos apóstoles de supuesta gran unción y autoridad espirituales, que con el respaldo de los infalibles profetas (algunos ellos todavía en cierto estado de dormición) cuando sean despertados, reorganizarán la Iglesia y la llevarán a la conquista mundial. Para estos maestros, la simple y llana fe en Jesucristo parece no ser suficiente; esto es quedarse tras el velo; es estar anclado en el “viejo orden”, en vez de avanzar hacia el “Nuevo Orden” de la unción especial, y de la majestad de la Iglesia; a la perfección y poderío de una Iglesia que está llamada, según ellos, a ejercer dominio absoluto sobre el mundo en este tiempo.
Olvidan que los cristianos, por haber nacido de nuevo, ya hemos cruzado el velo que separa el Santo del Santísimo; ya estamos en comunión con Dios, gracias a que Jesús, el Cordero de Dios, al dar su vida por nosotros, lo hizo posible. El mismo Jesús exclamó: “¡Consumado es!”, en otras palabras, la obra ha sido felizmente concluida, y ya nada se puede añadir a la misma (Jn. 19: 30) ¿Por qué esa obsesión en alcanzar algo que ya ha sido logrado por Cristo en la cruz? La Biblia dice que, como creyentes nacidos de nuevo, ya somos hijos de Dios aunque todavía no se ha manifestado lo que hemos de ser; sabiendo que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como Él es (1 Juan 3: 2). Ahora somos salvos por medio de la fe (Ef. 2: 8), y esa manifestación de salvación no se verá sino hasta que Jesucristo venga sobre las nubes. Sólo entonces, y no antes, se manifestará dicha salvación en gloria. Entonces se efectuará la resurrección de los muertos Suyos, y la transformación de los vivos Suyos. ¡Nos es necesaria la paciencia para obtener el galardón (He. 10: 36)! No obstante, prestemos atención a lo dicho por otro de estos maestros aludidos, Kenneth Copeland:
“Yo quiero ver a todo el cuerpo de Cristo fluyendo en la unción tan poderosamente que toda la tierra sea llena de la gloria de Dios. Creo con todo mi corazón que nosotros somos la generación que veremos esto…” 6 (énfasis nuestro)
¿La tierra llena de la gloria de Dios por la supuesta unción de la Iglesia? ¿Es eso escritural? ¡No! Es tan triunfalista, como falso. Copeland se equivoca. El único que llenará la tierra de la gloria de Dios es el propio Dios, Quien no comparte Su gloria con nadie (Is. 42: 8), y cuando vuelva el Mesías glorioso. No lo hará la Iglesia, y menos todavía en este tiempo, antes de ser exaltada.
2. Megalomanías
¿Por qué ese deseo de precipitar las cosas, de adelantar los acontecimientos? En mi opinión, es debido a la obra del enemigo en los corazones demasiado ambiciosos de ciertos ministros, los que sin prestar atención a lo que realmente enseña la Biblia, y siguiendo sus propios impulsos, se lanzan a los púlpitos y plataformas multitudinarias enseñando cosas como que el Reino es Ahora, y que vayamos y conquistemos la tierra para poseerla. Por supuesto, que no dejamos de observar la realidad de la penetración en el seno de la Iglesia de falsos obreros y falsos ministros, siervos directos y conscientes del diablo, los cuales encubiertamente siguen los mandatos de los demonios de alto rango.
No es el tiempo todavía de ver la manifestación visible del Reino de Dios en esta tierra. Adelantar los acontecimientos, sin esperar al tiempo de Dios, es algo más que falta de sabiduría; es trágico. Acordémonos del rey Saúl, (ver 1 S. 13) de cómo al ver que el peligro crecía y que los suyos se le iban, se precipitó sin esperar a Samuel al ofrecer él mismo el holocausto cuando no debía hacerlo, ya que era cosa de Samuel (tipo de Cristo en este caso). Haciendo así, buscó su propia ruina. Tristemente esto es lo que está ocurriendo en muchas partes, no se tienen la paciencia y la fe para esperar de Dios lo que Él ha prometido y establecido, el aguardar la bienaventurada esperanza (Tito 2: 13), y se enredan en responsabilidades espirituales que no les corresponden. Hacen como Saúl, pretendiendo hacer lo que solamente el Rey puede hacer, está haciendo y hará: Entregar el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia; poniendo a todos sus enemigos por estrado de sus pies (1 Co. 15: 24, 25)
No le toca a la Iglesia atar en el abismo al diablo; esto es cosa de Cristo. No le toca a la Iglesia establecer el Reino Mesiánico, que como su mismo nombre indica, es sólo cosa del Mesías. No le toca a la Iglesia ejercer dominio sobre este mundo. La Biblia enseña otra cosa: “Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno” (1 Juan 5: 19). Sin embargo, tenemos a nuestro alrededor a todos esos maestros y a muchos de los llamados apóstoles y profetas que enseñan constantemente algo muy diferente a todo esto. En vez de enseñar lo que la Biblia nos dice, acerca de exhortarnos a la renuncia de la impiedad y a los deseos mundanos, a vivir de manera sobria, justa y piadosa, aguardando con paciencia y anhelo la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo (Ti. 2: 12, 13), enseñan acerca de que la Iglesia debería andar llena de súper poder y unción, mucho más que la Iglesia primitiva, ahora dirigida bajo una nueva jerarquía, la de los nuevos apóstoles y profetas, para tomar las naciones en el nombre de Cristo, para transformar las ciudades 7, para cristianizar a todos, para ejercer gobierno y dominio, en una especie de arrogancia “santa”. Algunos enseñan, enorgullecidos, que bajo la unción impresionante que tienen y que todavía más les tiene que venir, no sólo las personas que están a su alrededor quedan impresionadas por el poder que emana de ellos, sino que el mismo diablo, ante esa unción huye y se esconde en las cavernas de la tierra, renunciando a su dominio sobre el mundo, gritando de miedo. Enseñan, sacando de contexto S. 110: 1 y S. 8: 6, que nosotros somos los pies de Cristo, y que nos toca a nosotros pisar a sus enemigos hasta hacerlos desaparecer. ¡Qué gran sed de poder tienen algunos! ¡Qué megalomanía, que son capaces de hacer creer y de creer ellos mismos todas estas cosas, y muchas otras! ¡Qué mentiras esparcen algunos para alimentar el ego de los que les creen! Al final, cuando no suceda nada de lo que enseñan esos maestros iluminados, resultará en una tremenda frustración y confusión para todos estos cristianos hermanos queridos que ingenuamente les han creído. Tristemente, esto último también va a ocurrir; acordémonos de las palabras de Jesús: “Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24: 11, 12)
3. ¡Si aprendiéramos de la historia!
En cuanto a la espuria doctrina de la que estamos hablando, leemos así por parte de uno de los firmantes del Reino Ahora, Francis Frangipane:
“Antes de la venida física de Jesús, su presencia viva acompañará a la Iglesia con un poder creciente. Durante este tiempo, la gloria visible del Señor se levantará y se mostrará en la gente de Dios. Este evento único será conocido como los Días de Su Presencia” 8
¿Dónde en la Biblia se enseña tal cosa como la declarada por este autor? La Biblia nos enseña que el Espíritu Santo es el que vino, una vez el Señor Jesús ascendió a los cielos (Hchs 1; 2). El mismo Jesús lo dijo así: “recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo…” (Hchs. 1: 8), y nada ha cambiado desde entonces. No nos enseña la Biblia que en este tiempo el Señor Jesús, de forma espiritual va a venir para dar una unción y poder especiales a la Iglesia. Nosotros no esperamos que Jesús venga en espíritu, eso lo enseñan los así llamados “testigos de Jehová”, nosotros esperamos que Él venga en carne y hueso (tal y como partió, Hchs 1: 9), pero como dice Tricia Tillin, de Cross+Word Ministries, “¿No nos sugiere que tras ese concepto del regreso espiritual de Jesús, la nube de gloria que transforma la Iglesia, existe una vieja creencia gnóstica acerca de que Cristo es un espíritu, una unción?...” 9 Efectivamente, así es:
“Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo” (2 Juan 7).
Y en cuanto a lo que tiene que ver con la grandeza y majestad de la Iglesia, no es un tema nuevo. Ya en los inicios de la iglesia de Roma esta forma de pensamiento existía. Después de casi 300 años de persecución y martirio en manos de los emperadores romanos enemigos de la fe, el cristianismo visiblemente se convirtió de la noche a la mañana en la religión misma del Estado por mano de Constantino. Eusebio de Cesarea, el célebre autor de la Historia Eclesiástica, estaba a la sazón, como una inmensa mayoría de los hombres de iglesia, asombrado y exultante. Este varón había aprendido su teología conforme a Orígenes, al cual tenía como a uno de los más grandes. Ya sabemos acerca de Orígenes, y de su posicionamiento postmilenarista, y de su interpretación alegórica de las Sagradas Escrituras. Cuando Constantino decidió hacer del cristianismo la religión del imperio romano, Eusebio de Cesarea “se declaró un decidido partidario de la unión Iglesia-Estado, en lo cual creía ver sus convicciones milenaristas sobre el establecimiento del Reino de Dios y el triunfo de la Iglesia” 10 Así pues vemos que de nuevo se cumple el adagio bíblico de que no hay nada nuevo bajo el cielo; lo que fue, es ahora. El mismo error en el que cayeron aquellos hombres de Dios, muchos de ellos tremendamente ingenuos y verdaderamente desconocedores de la profecía bíblica, que se dejaron atrapar por el orden mundial de la época, están cayendo los de hoy en día, creyendo que la Iglesia está estableciendo el Reino.

 Un poco de levadura, leuda toda la masa

La Palabra de Dios es muy clara, y bajo la luz del Espíritu Santo, la interpretación de la misma no es ningún problema. El apóstol Pablo enseñaba a los romanos que no era necesario hacer el imposible esfuerzo de subir al cielo para obtener la revelación de Cristo (Ro. 10: 6, 8, 9). ¿Por qué entonces existe tanta enseñanza herética? ¿Por qué hay maestros que enseñan cosas que contradicen abiertamente la Palabra escrita? La misma Biblia nos enseña que un poco de levadura leuda toda la masa (Gl. 5: 9), queriendo decir, que un poco de error doctrinal en un momento dado, es capaz de hacer extraviar a muchos creyentes, como en el caso de los gálatas. La respuesta a esas dos preguntas anteriores es simple, a la vez que muy alarmante. Muchos de esos maestros fueron engañados y consecuentemente engañan porque se basaron ellos, o sus antecesores, en las profecías, visiones, sueños, etc. que recibieron y reciben unos y otros, poniéndolo todo por encima de la misma Palabra de Dios. Yo sé de un creyente, que entiende que todo lo que recibe por sueños es de Dios, y ya no lo cuestiona. El resultado, es desviarse. Por supuesto que como cristiano creo que Dios puede comunicarse a través de los sueños, pero la autoridad no está en los sueños ni en las visiones o profecías particulares, sino en la Palabra escrita, que triste es decirlo, para muchos casi ha quedado relegada en parte al baúl de los recuerdos del “viejo orden”, ya que Dios estaría haciendo “algo nuevo”, que va a catapultar un “Nuevo Orden”. Escribe así Tillin al respecto de lo anterior:
“De esta manera las enseñanzas del Movimiento Latter Rain llegaron a producirse a través de profecías, visiones, revelaciones; palabras que la gente escuchaba para sus adentros, y que eran elevadas a un lugar más alto que la Palabra escrita de Dios” 11
Veamos entonces de que trata el Movimiento Latter Rain.

5. El dominionista Latter Rain Movement
El Latter Rain Movement (Movimiento de la Lluvia Tardía), surgió como tal en los años 40 en Canadá y EE.UU. Daríamos como fecha el año 1948, en North Battleford Saskatchewan, Canadá, a través de George, Earnest Hawtin y de P.G. Hunt, los cuales en 1947 fueron a un servicio conducido por William Marion Branham (un indiscutible falso profeta, que recibía instrucciones y poder para ministrar directamente de su ángel, el cual vivía ¡dentro de él!). 12 Luego se les unió George Warnock. En 1951, este varón escribió su muy famoso libro “La Fiesta de los Tabernáculos”, en el cual el estableció una doctrina específica para el Latter Rain Movement, y para aquellos que vendrían después. El enseñó que la Iglesia estaba a punto de acomodar en sí misma la consumación de los festivales de Dios de Israel a través de la perfección de los santos y su dominio sobre la tierra 13 Evidentemente, ese fue un movimiento absolutamente reemplacista. Latter Rain aportó la creencia de que uno tiene que tener un conocimiento especial o gnosis para alcanzar la plenitud de Dios. Aquellos que tienen ese gnosis, llegarán a ser la “verdadera semilla” que traerá liberación a este mundo y establecerá el reino de Cristo sobre la tierra 14 De este movimiento, surge el de los apóstoles y profetas modernos, de los cuáles se espera de ellos que sean esos paladines que encabezarán el establecimiento del Reino en este mundo.

La raíz de las doctrinas del Latter Rain se encuentra en la vieja herejía del Gnosticismo, que enseña que una élite espiritual posee el conocimiento oculto del reino espiritual. Hoy colocan todas sus revelaciones espirituales, experiencias y nuevas interpretaciones de la Escritura por encima de la interpretación exegética de la Palabra de Dios, tal y como la Iglesia siempre la ha conocido y practicado 15 El dominionismo actual está absolutamente impregnado del espíritu y doctrina del Latter Rain Movement. Cabe decir que esas doctrinas emanadas de esas revelaciones, profecías, sueños y visiones ajenos a la Palabra, siguen vigentes en muchísimos sectores de la carismatía y del neopentecostalismo actual, y en muchos creyentes también, los cuales son desconocedores de su procedencia; todo ello, muy a pesar de que en su momento, las denominaciones pentecostales, rechazaran todas estas cosas. Al respecto, dice Rev. Robert S. Liichow:

“El 20 de Abril de 1949, las Asambleas de Dios se declararon en contra de esas doctrinas promovidas por el Latter Rain Movement. Su firmeza les costó el que muchas congregaciones y miembros se fueran, pero permanecieron fieles a su declaración de rechazo. En su carta, remitida por la Oficina Ejecutiva del Consejo General, dijeron: “La prueba definitiva de todo movimiento, consiste en si pasará y quedará intacta frente a la luz de la Palabra de Dios” 16
Después de que las Asambleas de Dios denunciaran este Movimiento y llegaran a expulsar a algunos ministros que no querían abandonarlo, dicho Movimiento de Latter Rain, desapareció como tal. No obstante, sus enseñanzas heréticas nunca fueron abandonadas, y se cimentaron en el llamado Movimiento Carismático de la Renovación Católica de 1967, el Movimiento del Discipulado/Pastoreo (Discipleship/Shepherding Movement), y más tarde en otros movimientos como el de la “risa santa” de Toronto, Pensacola, Brownsville, etc. de los años ochenta y noventa, hasta hoy, con el G12, neo reforma apostólica, etc. No sólo tienen que ver algunos de esos movimientos con el asunto de las manifestaciones visibles, como caídas, risas, ruidos de animales, convulsiones, etc., también llevan implícita mucha doctrina espuria, y conclusiones teológicas erradas. Al respecto de esto último, uno de los defensores del Restauracionismo (Dominionismo), Stephen Matthew, se pregunta y se responde: “¿Podría Jesús venir hoy? No- ciertas cosas tienen que cumplirse antes de que Jesús pueda volver” 17 Decir que el Señor Jesús no puede volver aún; y según estos maestros, no puede volver porque la Iglesia todavía no ha terminado su presunta labor de establecer el Reino, es lamentable errado. Ellos esperan que aquí las cosas lleguen a ser casi como en el Cielo para que Jesús pueda volver a por los Suyos. En realidad, no esperan la venida de Cristo, ¡esperan la glorificación de la Iglesia aquí en la tierra sin Cristo estando presente! Claramente, los dominionistas lo exponen de esta manera. Escribe así el recientemente finado, Earl Paulk:
“…puedo decir con la autoridad de Dios, que Cristo no puede y no volverá hasta que hayamos manifestado el Evangelio del Reino a las naciones de la tierra. Esa tarea demanda una Iglesia madura, que constituya una alternativa a los reinos del mundo. Eso es el todo acerca de la Iglesia, y el regreso de Jesucristo depende de nosotros” (énfasis nuestro) 18
Ciertamente la Biblia nos dice que como Iglesia debemos predicar el Evangelio a toda criatura (Mr. 16: 15), y esa es parte de la Gran Comisión, pero extrapolar esto, y decir que tenemos que manifestar una alternativa de poder y gobierno sobre los reinos del mundo para que así pueda regresar el Señor, es otra cosa. Eso no está en la Biblia. También decir que “el regreso del Señor depende de la Iglesia”, es espurio y una estupidez. El regreso del Señor Jesús depende del Padre, y no de la Iglesia. Es el Padre el que envía al Hijo para desposarse con su novia, la Iglesia. No es la novia la que dice cuándo ha de venir el novio a por ella. Sencillamente, eso no es así. Otro destacado dominionista, Fred Price, enseña la siguiente herejía:
“En esencia, Jesús dijo: “Me vuelvo al Cielo. Voy a ocuparme de la autoridad en el reino celestial, pero os dejo aquí, cuerpo mío... y os doy por delegación mi autoridad en el reino terrenal. Así pues, id y conquistad”. Esta es la manera que Dios ha diseñado el sistema: Nosotros lo controlamos; así que depende de nosotros” 19 (énfasis nuestro)
Pero Jesús no dijo eso. El, por el Espíritu Santo, hace la obra de poder en cada uno de nosotros, y a través de nosotros, porque la gloria debe ser para Dios sólo. No nos ha dejado solos para que nosotros determinemos qué hacer y cómo “conquistar el mundo para Cristo”. Eso es deísmo. Si nosotros controlamos, y si todo depende de nosotros, entonces, si todo sale bien, la gloria será para nosotros y no para Dios, pero esto se da de bruces con la Palabra, la cual asegura que: “Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria…” (Is. 42: 8). Es de simple sentido común que Dios nunca nos va a pedir algo que no podamos, no debamos, ni sepamos hacer.

Paulatinamente, después del final de la Segunda Guerra Mundial, los maestros en el mundillo pentecostal empezaron a dejar de lado el entendimiento literal premilenarista de la profecía, y llevados por los nuevos aires esotéricos del momento, encabezados por movimientos como el mencionado Latter Rain, más tarde el Restauracionismo, Reconstruccionismo, Nuevo Reformismo Apostólico, etc. y en estos días, el G12 y afines, y toda su doctrina postmilenarista y triunfalista, vinieron a creer el mensaje, que en absoluto es nuevo:“Podemos ser espiritualmente transformados en conocimiento y unción sin límites para así dominar el mundo”. En realidad, ¿A qué nos recuerda esto último, sino a las palabras del padre de la mentira, Satanás, cuando dijo: “serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios…”? (Gn. 3: 5) He aquí la propuesta a la que se nos invita: “Regreso al Nuevo Orden”.
A pesar de todas esas novedades de poder sobrenatural acontecidos en los últimos quince años hasta la fecha, en realidad sólo el error doctrinal ha progresado de manera mucho más radical y descarada, y la consecuente apostasía. Y si alguien llega a pensar que estos movimientos están de capa caída, o que no tienen incidencia real en la Iglesia, es que son ignorantes de la realidad, y les aconsejo que sólo hagan una pequeña labor de investigación al respecto. No están de capa caída, sino todo lo contrario, esta es otra de las realidades que nos indican los tiempos finales en los que nos está tocando vivir, previos al Alzamiento de la verdadera Iglesia, y al efímero reino del Anticristo y de su Falso Profeta, y la siguiente es la conclusión a la que llega un ministro, que estuvo en ese mover, y del cual salió cuando buscó de veras a Dios: 20
“Concluyendo, todo lo que quiero decir, es que el Nuevo Orden del Latter Rain está vivo y marchando con éxito. Como mínimo más de un millón de personas suscriben sus doctrinas, y sus iglesias son de entre las más grandes y de crecimiento mayor en el mundo. Por favor, oren por esos hermanos. La inmensa mayoría de ellos son sinceros y quieren servir a Dios de veras” 21 (énfasis del autor)
¡No me cabe la menor de las dudas acerca de esto último, de ahí la tragedia!
Nota: “William Marrion Branham, nacido en 1909, se autoproclamó profeta de los últimos días, y fue figura clave en el establecimiento del Latter Rain Movement (Movimiento de La Lluvia Tardía), el cual empezó en los años 40, cuyas doctrinas espurias retomaron los maestros neopentecostales Kenneth Copeland, Oral Roberts, Pat Robertson, y el Club 700 entre muchos otros. Branham decía que sanaba por el ángel que vivía dentro de él”
PARTE II: …es como un león rugiente que busca a quien devorar
Mucho temor de Dios nos hace falta para no caer en los errores que llevaron a Eva y a Adán a ser sacados del Huerto del Edén por haber creído la mentira de la serpiente. Lamentablemente, hay tantos hoy en día que van de regreso al “Nuevo Orden”, a ese “Nuevo Orden” que es tan viejo como la misma naturaleza caída en este planeta. “…seréis como Dios, conociendo el bien y el mal”: esta es la filosofía diabólica que es vieja y es nueva al mismo tiempo, y que fue, ha sido y es, el caballo de batalla del diablo para echar al infierno a los hombres; y lo sigue intentando contra la Iglesia. El diablo sabe manejar muy bien los conceptos divinos para sus propios fines de perdición. No sin razón se le conoce como el padre de toda mentira. Él intenta pelear contra el amor de Dios, levantando un falso amor, de manera que actúe como caballo de Troya para encandilar a muchos, aportando muchas agradables emociones, y así enturbiar toda visión objetiva de cómo proceder en la vida cristiana, porque el verdadero amor es aquel que está basado en la verdad de la voluntad de Dios, y no en cualquier concepto religioso-humanista, ni tampoco emocionalista. Pero eso último, también en lo referente a los que se presentan ante los demás como cristianos, pero no lo son, es la cizaña del diablo, la engañosa copia del trigo de Dios. Escribe F. V. Dabold en su excelente libro “El Misterio de la Iniquidad”:

“Advertimos una revelación sorprendente: Los hijos del diablo son comparados con la cizaña, lo que quiere decir que se parecen a los hijos de Dios, aunque son la obra maestra del Satanás. Por esa razón nadie se da cuenta de la diferencia…La cizaña es una “quinta columna” que se ha infiltrado en la Iglesia y la está minando desde adentro. Sus representantes pasan por cristianos, pero nunca fueron renacidos…es un hecho sorprendente que muy pocos parecen darse cuenta de su presencia en nuestro medio” 22
1. La verdad, según el equilibrio de toda la Palabra
Si exaltamos sobremanera una verdad respecto a las otras, podemos caer en error fácilmente. Esa es la obra del diablo. “Conque Dios es amor, me está permitido todo, porque Dios es amor, Él sabrá perdonar”. Olvidamos que Dios es amor, pero el amor no es Dios. Esa es básicamente la filosofía de vida de mucha gente de iglesia. Esto puede llevar a peligros sin fin. Relajándonos en el hecho indudable de que Dios nos perdonó en Cristo por la cruz, podemos dar por sentado que una vez nacimos de nuevo; colgándonos ese anagrama a modo de “pin” en nuestra solapa espiritual, y por lo tanto, “ya no seremos jamás engañados, ya nunca el diablo nos podrá hacer absolutamente nada, tenemos el pasaporte seguro y bien visado para entrar en la eternidad celestial, podemos relajarnos y descansar”. ¡Cuidado entonces que no nos quedemos dormidos por el camino! La Palabra nos advierte en contra de toda conducta auto indulgente: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5: 8)
La Biblia nos enseña que analicemos todas las cosas, y que retengamos aquello que es lo bueno de Dios (1 Ts: 5: 21). De hecho, la traducción literal del griego de ese pasaje es: “Poned a prueba todo…”. Deberíamos poner a prueba todo aquello que se nos enseña, o que leemos, o que aprendemos. Deberíamos pasarlo por la prueba de fuego de las Escrituras, y en oración. Por ello, me asombra ver a muchos amados hermanos que parece que viven en un limbo de indolencia y de ingenuidad alarmantes. Se dejan llevar, y van como ovejas a que las trasquilen sin inmutarse ni quejarse. Los lobos rapaces, disfrazados con pieles de blanca oveja, desde algunos sagrados púlpitos, se aprovechan de ese relajo, para hacer la obra de la alimaña. Sea que les tomen su dinero, o sea que les infesten sus mentes con doctrinas de demonios y les unjan con espíritus inmundos de pretendida “nueva” unción. Preocupa mucho ver el terrible engaño que entra en las vidas de muchos creyentes, sencillamente porque no contrastan lo que reciben con la Palabra de Dios. Les es más fácil dejarse adoctrinar, dejarse llevar por la corriente. ¿Por qué esa actitud? Vivimos en una sociedad, ésta la occidental, que se mueve por “especializaciones”. Se supone que cada uno de nosotros debemos estar especializados en algo. Uno es médico, otro es obrero de la construcción, otro es abogado, otro es mecánico ajustador…otro sería pastor. Se espera del pastor (o del maestro de la Palabra), que sea un especialista también en su materia. Como el albañil es especialista en lo suyo, así espera que el pastor lo sea también. En ese entendimiento profesionalista recae el relajamiento y la ausencia de cuidado del oyente acerca de aceptar o no lo que escucha: El abogado espera que su pastor haga bien su trabajo, así como los demás esperan de él que haga bien el suyo. Olvidan que el enseñar la Palabra de Dios no es un oficio, sino un ministerio. Olvidan también que cada uno de los creyentes, independientemente del oficio o especialidad seculares que cada uno tenga, todos y cada uno somos responsables ante Dios de aprender Su Palabra, porque eso implica conocer Su voluntad, y la responsabilidad de que eso se realice recae en cada uno, y no en una tercera persona, en este caso el pastor. Otro aspecto de ese “relajamiento” tiene que ver con el concepto que tenemos del pastor maestro. ¿Qué concepto tiene usted de su pastor? ¿Es para usted un ser casi inalcanzable que mora subido en un pedestal de superioridad, que todo lo que dice y hace es absolutamente infalible, etc.? Si es así, usted está en peligro. Los pastores somos como todos los demás hombres, con nuestros fallos y aciertos, con nuestras luchas y victorias. Dios no nos ha puesto en ningún pedestal, aunque haya ministros que se coloquen ellos mismos allí. Sin embargo, no es menos cierto que existen líderes que se acogen y defienden inescrupulosamente con las palabras del Señor: “No toquéis a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas” (1 Cr. 16: 22) para enseñorearse de la grey, cosa que no nos permite el Señor (1 Pr. 5: 2,

3). Son intocables y casi infalibles. Rara vez (si alguna) piden perdón por algo, y esperan que no se cuestione nada de lo que dicen o enseñan. Los que por un sentido exagerado y desproporcionado de la sumisión se ponen bajo ese tipo de yugo, son víctimas potenciales, y están constantemente expuestos a toda falsa doctrina, abuso, engaño y mal espíritu. Unos buenos amigos míos, muy queridos, que aman al Señor, me comentaban con cierta reticencia, que no estaban muy de acuerdo con ciertas directrices y método que su pastor quería implementar en la iglesia; que estaban preocupados con el hecho de que bastantes personas, incluidos responsables, por no estar de acuerdo, optaron por salir de la iglesia. No obstante me decían que porque estaban comprometidos con ese pastor, y sujetos a él, habían decidido aceptar ese yugo. Ellos temían caer en deslealtad y acabar criticando. Tenían un exagerado sentido de la sumisión. Eso es muy común en los círculos restauracionistas/dominionistas, donde el “no juzgar” se ha elevado a la categoría de la quinta esencia de la conducta cristiana. Si lo observamos detenidamente, ese tipo de conducta derivada de la consiguiente enseñanza, tiene un matiz impresionantemente católico romano. En el catolicismo, se espera que los fieles confíen ciegamente en sus líderes, los curas, el papa, etc. ya que aquéllos requieren de la guía absoluta de los únicos que pueden enseñarles, porque en ellos, la clerecía romana, recae esa “responsabilidad”.
Yo estoy de acuerdo en que hay que tener paciencia, y no salir de una iglesia cristiana por cualquier cosita o problema que se produzca (ahí tenemos a todos esos “paseantes”, que van de iglesia en iglesia, como la mariposa de flor en flor). Entiendo que cada congregación debe ser como una familia, y en toda familia hay problemas alguna vez, y no por ello nos vamos a la primera de cambio, abandonándola. Sin embargo, la cosa cambia cuando en esa congregación por una razón u otra, la situación es insostenible por diferentes causas acerca de la dirección espiritual de la misma: pecado no confesado, herejía, falsa doctrina, imposiciones, etc. cuando estas cosas u otras están ahí, sin que el pastor quiera arrepentirse de todo ello y volver a la sana doctrina de nuestro Señor Jesucristo, entonces el compromiso con la congregación, y con la dirección de la misma debe cesar. Dice el libro de Proverbios que “cuando los justos se alegran, grande es la gloria; mas cuando se levantan los impíos, tienen que esconderse los hombres” (28: 12) El apóstol Pablo e enseñaba así a Tito: “Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo, sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio” (Tito 3: 10, 11). Existe una limitación para la sumisión al pastor: la verdad de Dios.

2. ¿Somos un dios cada uno de nosotros?

Otro de los grandes peligros que corremos es el de recibir la gloria que no nos corresponde. En Hechos 12: 21-23, vemos que Herodes murió comido por gusanos frente a todo ese pueblo que segundos antes le aclamaba como dios. Murió así porque recibió esa gloria, la acarició en su corazón y después que la había acariciado lo suficiente, la hizo suya 23 Hoy en día, y a instancias de la llamada Nueva Era, toda una serie de doctrinas de ese mover demoníaco han entrado como nunca antes, de manera subrepticia en el magisterio de la Iglesia de Jesucristo, y en las vidas de muchos. Solapadamente se enseña que nosotros, por ser hijos de Dios, hemos sido hechos dios. Leemos así de un muy conocido autor de la doctrina de la súper-fe (word of faith) y bien alineado con la Nueva Era (*), Kenneth Copeland:
“Dios es Dios. Es Espíritu…y te lo impartió cuando naciste de nuevo. Pedro lo dijo claramente: Somos participantes de la naturaleza divina. Esta naturaleza está viva; eterna en absoluta perfección; y fue aquella que te lo impartió, que fue injertada en tu espíritu humano…de la misma manera en que produjiste la naturaleza en tu hijo, tu hijo no nació ballena, sino un ser humano. No tienes un dios dentro de ti; tú eres un dios” 24 (énfasis nuestro)
(*) (La Nueva Era, es la oferta de las tinieblas para un “mañana mejor”. Parte de la propuesta del diablo a Eva: “seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (Gn. 3: 5) y reúne y sincretiza todas las líneas de pensamiento, movimientos humanistas, religiones, creencias, esoterismo, ocultismo, artes, y un cada vez más largo etcétera que actúan a espaldas del Espíritu Santo, con el hipotético, engañoso, falso y blasfemo fin de hacer ascender al individuo a la categoría de Dios, por lo tanto, pretendiendo inútilmente hacer de él un ser independiente del Creador)
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Es horrorosa la declaración de Copeland. Primeramente, cuando Pedro dijo que hemos sido participantes de la naturaleza divina, no quiso decir que tenemos la naturaleza divina. Sólo participamos de ella. Como acertadamente enseña el pastor José Mª Argudo Avellana: “participación de la naturaleza no infiere consubstancialidad con ella” 25 En segundo lugar, a diferencia de lo dicho por Copeland, sí tenemos, no un dios, sino al mismo Dios dentro de nosotros por su Espíritu; y nosotros, definitivamente, no somos Dios, ni “dios”. Si nos damos cuenta, el que lleguemos a creer que somos Dios, es esencial para poder aceptar el desafío de establecer el Reino en esta tierra. ¿Cómo podría ser de otra manera? Sólo los “dioses” podrían cambiar todas las cosas en este mundo caótico. Literalmente así lo dice otro autor dominionista y alineado como Copeland en la Nueva Era, el finado Earl Paulk:
“Dios engendra pequeños dioses. Hasta que no nos demos cuenta de que somos pequeños dioses, y actuemos como tales, no podremos manifestar el Reino” 26 (énfasis nuestro)
Dios no engendra pequeños dioses, sino todo lo contrario: “Los dioses que no hicieron los cielos ni la tierra, desaparezcan de la tierra y de debajo de los cielos” (Jeremías 10: 11). Recordemos de nuevo las palabras de la serpiente antigua, para alejarnos de su veneno: “…y seréis como Dios…”. Estos tipos de mensajes intentan dirigirnos de regreso al Nuevo Orden. Ese reino del que habla Paulk no es el de Cristo, sino el del hombre endiosado. Benny Hinn, en uno de los programas en la televisión TBN, “Praise the Lord”, exclamó lo siguiente, haciendo participar al público allí asistente:
“¡Digan después de mí!: ¡Implícito en mí hay un Dios-Hombre! ¡Díganlo de nuevo! ¡Implícito en mí hay un Dios-Hombre! [La congregación repetía eso]. “Ahora, vamos a decir algo más que eso. Vamos a decir, “YO SOY UN DIOS-HOMBRE”… Soy un Dios-Hombre… Soy un ser superior” 27 (énfasis según la exclamación vocal de Hinn)
El único que puede exclamar eso es Jesús de Nazaret, es decir, el mismo Jesucristo, el único JUSTO, quien dio su vida por todos nosotros, los injustos. Decir que cada uno de nosotros somos un Dios-Hombre, es decir que cada uno de nosotros es Jesucristo; ¡qué terrible blasfemia! Más adelante, hablaremos más extensamente sobre toda esta cuestión de la falsa deidad del hombre, de dónde procede esa herejía, y cómo se está esparciendo por doquier.
3. Estamos siendo infiltrados
¿Por qué ese afán de grandeza? ¿Por qué ese afán en sacar del verdadero contexto a la Iglesia de Jesucristo de su verdadero papel? La respuesta es varia, pero sin lugar a dudas, el artífice primero de todo esto es el propio diablo. El maligno, ha estado enviando al seno eclesial por años a muchos falsos maestros con doctrinas de demonios, herejías destructivas, pero que a priori no lo parece. Poco a poco, como el trabajo de la hormiguita, se ha estado colocando y forjando mucha falsa doctrina y obra con un fin muy bien pensado. Por otra parte, hoy en día y más que nunca, está enviando a hombres y mujeres suyos al seno de las congregaciones y de los foros internaciones cristianos (2 Co. 11: 13-15), así como levantando mucha brujería, y de la peor, contra los verdaderos ministros del Evangelio y sus familias, etc. (Mt. 16: 18b). Es terrible lo que voy a decir seguidamente, pero no es menos cierto. El diablo está convocando ya por tiempo a los satanistas y a brujos en muchos lugares del globo para que derramen mucha sangre, no sólo de animales, sino de personas; para que violen niños y cometan los peores pecados y aberraciones, con el fin de obtener mayor poder. Indudablemente, el sacrificio de niños está yendo in crescendo en estos últimos años. El Dr. Ed Murphy escribe lo siguiente:
“El sacrificio de niños hoy en día ha resurgido con el satanismo, las sectas diabólicas y muchas prácticas de brujería que están floreciendo en América y en otras partes del mundo occidental” 28
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Por otra parte, Satanás está derramando ríos contaminados de falsa unción desde las plataformas multitudinarias, a los humildes púlpitos (Mt. 24: 24; Ap. 13: 13). Todo esto suena novelesco y fantasioso, y ¡ojalá fuera así!, no obstante es verdad, y muchos que lo saben, me darán la razón. Hoy en día, los satanistas disfrazándose de auténticos cristianos y siervos, se están introduciendo en las congregaciones cristianas con la meta de destruirlas, y los pastores parece que no nos percatamos de nada de todo esto. No podemos dudar de esa realidad porque la misma Palabra de Dios nos lo advierte:
“… falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras” (2 Corintios 11: 13-15)
Los verdaderos cristianos, no tememos al diablo en modo alguno, sino que tememos a Dios; por ese motivo debemos andar muy rectamente ante Él, porque si no lo hacemos así, el enemigo puede tomar ventaja; ventaja que no debemos darle en absoluto. Todo ello no quita el hecho de que el maligno siga a modo de león rabioso, buscando a quien hacer daño. De ahí que debemos ser prudentes y no ingenuos. La lucha espiritual bíblicamente entendida, es un hecho: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Ef. 6: 12). El diablo siempre se ha propuesto intentar llevar al pueblo de Dios a la destrucción. No lo conseguirá, pero la batalla está servida.
Estamos viviendo en los tiempos anunciados por la Palabra. Hoy en día cada vez hay más hambre de lo sobrenatural y de lo “nuevo”, y el pueblo de Dios, por falta de discernimiento, se entrega con demasiada facilidad a estas cosas, cayendo muchas veces en las garras de la falsa unción (no olvidemos que el diablo tiene también “unción”, que es poder), y a espíritus religiosos poderosos que no son obviamente el Espíritu Santo. El mismo Jesús nos advirtió acerca de los falsos ungidos y de su falsa unción:
“Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el cristo; y a muchos engañarán” (Mateo 24: 4, 5)…”Porque se levantarán falsos cristos (ungidos), y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos” (Mateo 24: 24) (énfasis nuestro)
¿Qué nos está diciendo aquí el Señor?, justamente lo que dice, que en el nombre de Jesús de Nazaret, se iban a levantar falsos cristos. Ahora bien, la palabra cristo, significa ungido; ¿cómo se les llama a los tele-evangelistas famosos y a algunos ministros de renombre?, se les llaman ungidos, y ellos no se oponen. Así pues, el Señor nos advierte de que muchos de estos que se les conoce como los “ungidos”, son los falsos ungidos, o falsos cristos. Hacen grandes señales y prodigios, porque tienen unción, que significa en este sentido, poder. Si esa unción no es de Dios ¿de quién es? El común denominador de muchos de estos “ungidos” es el amor a lo material; el dinero, la prosperidad material y la ostentación, así como al reconocimiento, y a la propia gloria. También los milagros y sanidades, que tantas veces se han demostrado falsos, y otras veces de más que dudosa procedencia.

Capítulo 5
Regreso al “Nuevo Orden”

PARTE I. Del Gnosticismo al G12
Vivimos en el tiempo en el que gran parte de este mundo y de muchos que se llaman cristianos, se precipitan hacia el engaño del Anticristo. Esto suena muy fuerte, pero no por ello es menos real. Existen muchos y diferentes aspectos acerca de este engaño; así que se requerirían muchos capítulos como este para ir desvelando todas estas cosas. De lo que podemos estar absolutamente seguros, es que existe una agenda precisa por parte del enemigo de nuestras almas, para ir logrando paso a paso sus objetivos de destrucción. Por todo ello, nos es preciso ir sabiendo de dónde surgen muchas de esas doctrinas heréticas, y en qué están basadas, para poder erradicar de nuestras mentes y corazones toda mentira que pretende alejarnos de lo que realmente Dios está preparando para estos días previos a la venida de Su Hijo a por su Amada.
Hablaremos en este capítulo un poco sobre el gnosticismo. Tener noción de ello, nos ayudará a entender bastante de lo que está pasando hoy en día. No hay nada nuevo bajo el cielo, lo que es ahora, ya fue. Por lo tanto, es fácil ver de dónde sacan los seguidores de la llamada Nueva Era pseudo cristiana la base de su falacia. Todas sus creencias están absolutamente bañadas de gnosticismo. Básicamente el viejo gnosticismo lo vemos resurgido en el moderno movimiento de la Nueva Era, enseñando acerca de la presunta evolución espiritual del individuo y de su conciencia de dios en él. Lo trágico, es que mucho de todo esto ha estado, y está, sutilmente infiltrándose en la Iglesia, y muchos no se dan cuenta de ello. Incluso si les amonestas, te dicen que no tienes fe para creer en el presente triunfante de la Iglesia (Reino Ahora), y que por tanto, eres un seguidor de la “teología de la resignación” - en cuanto a que nos resignamos a no ver nada “nuevo” de parte de Dios - pero eso no es acertado. No nos movemos por lo que ven o no ven nuestros ojos, sino que nos movemos por fe y con fe, pero siempre que tal fe sea verdadera, ajustada a la Palabra de Dios, y no a la palabra, ni al sueño imaginario de hombre alguno.

1. El Gnosticismo (breve apunte)
La palabra Gnosis es un vocablo griego, y significa conocimiento, en particular conocimiento por revelación. Se supone que los gnósticos tenían sus verdades ocultas que les eran reveladas de forma sobrenatural a partir de su iniciación, y por la enseñanza de maestros ascendidos. Los gnósticos antiguos tenían creencias, que curiosamente están emergiendo en estos tiempos, también introduciéndose en la Iglesia. Algunas de esas creencias son las siguientes:

 La meta de alcanzar el conocimiento de uno mismo como ser espiritual y divino.
 Que el verdadero mundo es el espiritual, (dando así mayor importancia a lo espiritual que a lo material; el reino material es un lazo del cual se debe escapar). Tal entendimiento es el típico del Budismo e Hinduismo.
 Todo ser humano posee una llama divina, una parte de divinidad la cual vino del reino de lo trascendente a este universo material, y que fue encarcelada en los cuerpos humanos.
 A través del conocimiento revelado (gnosis), el elemento divino que está en la humanidad puede volver a su verdadero hogar, en el reino espiritual.
 Lo tangible y material, así como el cuerpo, están muy por debajo del espíritu. Los gnósticos rechazan el concepto bíblico de la redención del cuerpo.

Si nos damos cuenta, existe mucha aceptación encubierta o no, pero siempre sistemática, en amplios sectores eclesiales de muchas de esas características, en mayor o menor grado. La prueba palpable la tenemos, digamos, en el prácticamente nulo énfasis que se hace hoy en día en tantos púlpitos acerca de la resurrección de los muertos. De hecho, en muchas plataformas, al igual que no se enseña sobre el Rapto, tampoco se predica sobre la resurrección, siendo ese tema, crucial en la enseñanza neotestamentaria (ver 1 Co. 15), evidentemente obviado hoy por muchos. Es la influencia de las corrientes gnósticas.

Acerca de Cristo, los así llamados cristianos gnósticos, daban de Él la siguiente explicación:
“El espíritu de Cristo simplemente habitaba en el cuerpo del hombre Jesús. El espíritu Cristo vino para enseñar a los hombres la gnosis para ser libre de la atadura de este perverso mundo material” 1
Algunos incluso enseñaban que Jesús no vino en un cuerpo real, sino que era un espíritu corporal; por lo tanto los conceptos de muerte física y resurrección de Cristo eran negados por ellos. Ahora ya podemos entender lo que Juan enseñaba en sus epístolas, refutando a los gnósticos y a sus predecesores:
“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo” (1 Juan 4: 1-3)
“Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo” (2 Juan 1: 7)

Juan enseñaba que el anticristo (en este caso, no el personaje del Apocalipsis), estaba ya en el mundo. Ese anticristo al cual Juan se estaba refiriendo era la herejía llamada Gnosticismo que estaba entonces en sus albores, además de todos aquellos que se mostraban como cristianos, pero no lo eran (1 Jn. 2: 18, 19). El Gnosticismo anticristo enseña la redención como una transformación espiritual. Dando sólo importancia al ser espiritual, llegando a ser sólo un ser espiritual. Nosotros, los creyentes en la Biblia, no obstante, esperamos la resurrección o la transformación de nuestros cuerpos a la semejanza del de Cristo (1 Juan 3: 2) Nosotros los cristianos, no entendemos la salvación como un asunto meramente espiritual. Como dice Tricia Tillin: “Nosotros vemos a un Hombre que sangró y murió, en total realidad y en agonía, en una cruz de madera” 2. No recibimos la redención a través de alguna emanación espiritual que nos comunica “revelación” de un incomprensible Ser Supremo que vive quién sabe dónde. Nuestra fe es real, no es esotérica ni inalcanzable. Tenemos un Salvador, el Cordero de Dios, quien murió en nuestro lugar, se levantó de los muertos no como un espíritu iluminado y trascendente, sino con un cuerpo real, de carne y huesos, eso sí, glorificado, y que se podía palpar. Nuestro Salvador es absolutamente real y tangible, si ahora mismo apareciera entre nosotros, cosa que hará en su día, lo podríamos ver y tocar.
Los así llamados cristianos-gnósticos, tenían su propio y particular entendimiento de la Escritura, y de cómo era para ellos Dios. Entre otras cosas, ellos:
 Rechazaban la interpretación literal y tradicional de los Evangelios; alegorizaban la Escritura.
 Rechazaban al Dios del Antiguo Testamento, porque veían en Él un déspota, que intentaba atar a Su pueblo a la tierra; en este caso, a la tierra de Israel.
El planteamiento de esas gentes era lo que hoy en día llamaríamos espiritual-humanista, en realidad viéndose a sí mismos como mejores que ese Dios Creador, al cual llamaban “Demiurgo”, el cual identificaban vagamente con Jehová del Antiguo Testamento, e identificándose antes con el que llamaban “Ser Supremo”, siendo este el que entendían era el verdadero dios. En otras palabras, el Demiurgo, o Arquitecto del universo, como principio activo del mundo según esos gnósticos, habría fallado, habría encerrado a los hombres en cuerpos terrenales y les habría aplicado una ley restrictiva y represora, así que ellos debían escapar a través de una sabiduría superior del control dictatorial de ese Dios, y así entrar en una intimidad espiritual con el “Ser Supremo”, el dios que está por sobre todo. Esa es la razón por la cual los gnósticos no aceptaban la Ley de Dios (la Biblia), viéndola desfasada, anticuada, restrictiva, dominante, impositiva, etc. Buscaban alzar el vuelo con las alas del “espíritu” a una hipotética libertad que no les comprometería a nada, pero que les otorgaría prácticamente todo.
Por supuesto que esa doctrina no ha muerto, sino que siguió a través de los siglos a través de diferentes vehículos. La podemos ver, por ejemplo, en la Masonería, no en los órdenes bajos, donde se enseña que Dios es el Arquitecto del universo (el Demiurgo), sino en los altos órdenes, en los ascendidos, “los adeptos, los príncipes de la masonería” 3 donde se enseña claramente que el “ser supremo” aludido sería Lucifer, el “portador de luz”. Así pues, los masones de alto rango (grados 31, 32, 33 en adelante) creen en definitiva que Lucifer (Satanás) es el verdadero Dios. Albert Pike, uno de los grandes maestros de la Masonería, inductor del dogma, escribe así en su libro “Ética y Dogmas”, uno de los libros guías más importantes de esa institución ocultista:
“¡LUCIFER, el portador de luz!... ¡Lucifer, el Hijo de la Mañana! ¿No es él quien porta la luz?... ¡No lo dudes!” 4 (énfasis del autor)
La masonería de alto rango, sabe a qué dios sirve, es Lucifer, el cual es Satanás, aunque no lo describan así, (eso sólo lo saben y admiten los de muy arriba en la pirámide). La masonería de alto rango cree en un perpetuo dualismo, en el cual el bien siempre está en lucha con el mal. Albert Pike, explicó en sus “Instrucciones” en el año 1889 a los veintitrés Concilios Supremos del mundo el dogma “teológico” de la francmasonería. Escribió así la siguiente blasfemia:

“Si Lucifer no fuese Dios, ¿lo calumniarían Adonai (el Dios de los cristianos), cuyas obras prueban sus crueldades, perfidia, odio hacia el hombre, barbarismo y repulsión por la ciencia; lo calumniarían Adonai y sus sacerdotes? Sí, Lucifer es Dios, y por desgracia Adonai también es Dios…la verdad científica del dualismo divino se demuestra en los fenómenos de la moralidad y la ley universal de simpatías y antipatías…” 5
Muy claramente también, lo describe un poco más adelante:
“La verdadera y pura religión filosófica es la creencia en Lucifer, el igual a Adonai; pero Lucifer, Dios de la luz y Dios de lo bueno, está luchando por la humanidad contra Adonai, el Dios de las tinieblas y del mal” 6
Como, según Pike y todos sus correligionarios, Lucifer, que es el dios bueno, está en constante lucha en pro de la humanidad contra Adonai, no es de extrañar que todos sus adeptos, también lo estén. De ahí que ya no nos extrañe que al estar tan sumamente engañados y poseídos, puedan muchos de ellos infiltrarse en las iglesias, incluso ocupando responsabilidades importantes en ellas, y no convertirse a Cristo, el cual le ven sólo como a un siervo exaltado del Demiurgo.
No podemos negar, sino advertir que hoy en día percibimos un despertar de muchos elementos gnósticos en la Nueva Era, y con gran preocupación observar que son trasladados a muchos sectores de la Iglesia nos cueste o guste aceptarlo, o no. Tras conceptos como “posibilismo”, “confesión positiva”; “pensamiento positivo”; “fe en la fe”, “autorrealización”, “renovación”, “transformación”, “nueva unción”, “visión”, “Éxito: crecimiento”, “visualización”, “sueños”, “regresión”, “viejo y nuevo paradigma”(Nuevo Paradigma, es escuela de pensamiento de la Nueva Era de tipo esotérico) “canalización”; “armonía interior”; “energía espiritual”, “poder mental”, “cambio de naturaleza”, y un largo etcétera, según se usen, se mueven espíritus religiosos diabólicos y doctrinas que pretenden apartar al verdadero pueblo de Dios de la sana doctrina de nuestro Señor Jesucristo. El ataque es tan fuerte a la vez que sutil, que nos hace darnos mayor cuenta de que estamos verdaderamente en los últimos días; en el último tiempo de gracia. Las palabras del apóstol Pablo se hacen muy reales hoy en día:
“Pero el Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios, de hipócritas y mentirosos, cuya conciencia está cauterizada” (1 Timoteo 4: 1-3)
En cuanto a esas doctrinas de demonios que sin ninguna duda incorpora en sí la doctrina gnóstica, definitivamente está sumamente introducida en la iglesia, sobre todo en el mover neopentecostal/carismático.

La “transformación espiritual” de los Castellanos: “cambio de naturaleza”

Hacemos memoria aquí de una comunicación vía correo electrónico que tuvimos algunos de nosotros, de un entonces apóstol del G12, del “One World G12 New York”, que se hacía llamar Felipe Rosado, que decía lo siguiente:
“Seguiremos apoyando nuestra visión. Defenderemos nuestros ángeles Claudia y César, pronto en el 2008 habrá una transformación espiritual hacia ellos”
La verdad es que por aquel entonces - y de eso hará más o menos dos años - nos sorprendieron estas palabras, y nos preguntábamos, ¿qué tipo de “transformación espiritual” iban a “experimentar” los Castellanos para el año 2008? Bien, quizás ya estamos en situación de entender y responder acerca de esto, por lo siguiente: recabamos las palabras en vivo de César Castellanos, en su 12ª Convención Internacional del G12 en Bogotá (Colombia), “Su mano está sobre mí”, cuando dijo así:
“Jacob lo logró después de una noche de oración, y en esa noche de oración, él sintió que hubo un desprendimiento de su alma; sintió que la parte espiritual se desprendía de la parte carnal, y por eso él dijo vi a Dios cara a cara, y fue liberada mi alma; porque hubo un desprendimiento… Si usted ha asistido a reuniones, ha pasado momentos de adoración, de alabanza, de intimidad con Dios, pero no ha tenido ese momento donde siente que la parte espiritual se desprende, se desliga de la parte carnal, aun no ha obtenido el cambio de naturaleza.” 7 (énfasis nuestro)
En esa Convención aludida, Castellanos con detalle explicó acerca de la necesidad de experimentar un “cambio de naturaleza”, que él mismo y los suyos habrían recientemente experimentado, animando a su audiencia a que también lo obtuvieran. Entiendo que sería algo así como una especie de “pre-glorificación” (permítanme la ironía). Me gustaría de todos modos comentar un poco más acerca de esto, porque el asunto no es liviano, sino más siniestro de lo que a priori pareciere.
En cuanto a lo que según Castellanos, Jacob logró, fue un supuesto “cambio de naturaleza”. Esa forma de expresarse es conforme a la manera gnóstica - que no cristiana - de entender la espiritualidad. Nos damos cuenta, querido lector, que el autor docenario, nos insta a todos los evangélicos a realizar ese “cambio de naturaleza”, lo cual implicaría un desprenderse nuestra alma del cuerpo. Esto no es más que una invitación a la proyección astral. Conceptos así se están últimamente introduciendo en el seno eclesial de una manera espeluznante, ante el aplauso y admiración de muchos – demasiados - ministros del evangelio. No nos cuesta ya admitir, muy a nuestro pesar, lo que proféticamente la Palabra nos declara: la apostasía ya está aquí (2 Ts. 2: 3)
Veamos más, unos pocos de esos conceptos, dando algunos ejemplos que en ninguna manera son exhaustivos:

La “nueva” unción

Acerca de la llamada “nueva” unción, el término es común en el movimiento G12, entre otros. Dijo así un proponente de dicho movimiento:
“Creo que brevemente seremos revestidos con la unción de los grandes y maravillosos prodigios del Espíritu Santo y nuestra sombra sanará como la de Pedro…” 8
Aquí vemos de nuevo el matiz acerca de las “cosas nuevas” que Dios se supone que está haciendo. Parece ser que no podemos contentarnos con lo que verdaderamente Dios nos ha dado ya. Este afán dominionista está absolutamente patente en ese movimiento. Con esta “nueva unción” se establecerá el Reino; nos preguntamos cuál. Acerca de esa “nueva unción”, un analista del G12 dice lo siguiente:
“Dicen que solamente ellos son poseedores de la „unción‟ de Dios, del Espíritu de Dios. La llaman “nueva unción”. No encontré en la Biblia nada que denotara esa afirmación, porque la unción de Dios no envejece, no se hace vieja. ¿Por qué entonces “nueva unción”?” 9
Porque la unción de siempre se les ha quedado pequeña ya – ¡nótese: es el poder del Espíritu Santo, Hchs. 2!, pero les es insuficiente para conseguir sus objetivos, porque son bíblicamente inexistentes. No existe tal cosa como la “nueva” unción. Si echamos agua al agua tendremos siempre agua. La verdadera unción es la que nos trae el Espíritu Santo, el cual ya vino ¡y no puede venir más, porque ya vino! ¿Qué puede ser, para esta dispensación de la gracia y la verdad, más poderoso que aquel advenimiento del Santo Espíritu de Dios que tal y como descendió de los cielos ha permanecido en este mundo, y en las vidas de los hijos de Dios hasta ahora? Por todo ello, discernimos entre líneas muy claramente una actitud megalomaníaca, un exigir al Cielo a través de una presunta de fe, para recibir la “nueva” unción, y en última instancia, un emular a Dios. Por lo tanto, vemos aquí otro atisbo de la vieja filosofía satánica –seréis como Dios (Gn. 3: 5) -, que regresa al “Nuevo Orden” que se está infiltrando con fuerza, pero con sutilidad en el mundo eclesial actual.

2. La “visión” del G12 (una aproximación)

El concepto G12 de César Castellanos Domínguez y su esposa Claudia Rodríguez de Castellanos, dirigentes de una congregación neopentecostal dominionista, de tendencia ecuménica, llamada Misión Carismática Internacional, de Bogotá, Colombia, merece un análisis y comentario sin paliativos, y así haremos. Otras versiones del mismo original han surgido, como el llamado “Modelo de Jesús” de Cash Luna o “D-12”, el cual analizaremos también más adelante en este libro, etc.
Empecemos por tanto, con el término principal usado por estas personas: la “Visión”; analicémoslo y sigamos adelante.
En la Biblia, existe un gran número de alusiones al término visión (ej. Gn. 15:1; Ex. 3: 3 Nm. 12: 6; 1 S. 3:1; 2 S. 7: 17; S. 89: 19; Hchs. 9: 10; 10: 3; 16: 9; Ap. 9: 17). Casi siempre esas visiones en la Palabra son comunicaciones de Dios al hombre. No hay nada en esa actuación bíblica, especialmente misterioso o esotérico. Sencillamente, cuando de Dios, es una forma de comunicar un cierto mensaje Suyo.
No obstante, como vocablo, ha llegado a ser extremadamente manido hoy en día, sobre todo en los círculos neopentecostales y carismáticos, hasta el punto de colocarlo en un alto pedestal muchas veces. Al presente, es tan escuchado este enunciado, que conviene analizarlo con suficiente atención. En estos términos, la visión es un concepto muy especialmente acuñado por el G12. Tanto es así, que nos parecerá pertinente detenernos para comentar acerca de esa visión de César Castellanos, aunque a lo largo de este libro hablaremos bastante de todo ello. El fundador de G12, César Castellanos, asegura que Dios mismo le dio a conocer el corazón de la visión, el “eslabón perdido”, según él, la manera de Dios para llevar al éxito total a la Iglesia de Jesucristo en estos días. Lo narra así:

“Clamé al Señor: “Señor, necesito algo que pueda acelerar el crecimiento de la congregación”, y el Señor me mostró el concepto ahora llamado G12, es decir el Gobierno de los doce” 10
Tan aparentemente convencido está Castellanos de lo que cree acerca del gobierno de los doce, que asegura que:
“Implementar el modelo de los doce implica abandonar lo tradicional y lanzarse a conquistar un mundo totalmente diferente, pero efectivo porque a través de él, el crecimiento está garantizado…” 11 (énfasis nuestro)
¡Impresionante la declaración del fundador del G12! Impresionante y peligrosa, porque implica por lo menos dos cosas: Dejar de hacer iglesia como enseña la Palabra (a eso él lo llama lo tradicional), y garantizar un sano crecimiento que sólo Dios puede realizar, y nunca ningún método o modelo persuasivo como lo es G12, por mucho que asegure Castellanos que es Dios quien se lo ha dado a conocer. Muchos, desde que abrazaron lo que denominan la “visión”, están en la absoluta verdad, a pesar de que muchos de ellos ya eran creyentes hace cinco, diez, veinte años o más. Esto es muy preocupante y lleno de claros indicios sectarios y divisionarios del cuerpo de Cristo. “Si yo estoy en la “visión” y tú no, yo estoy en la manifestación plena de la verdad, mientras que tú estás en rebeldía por no aceptar lo que directamente viene de Dios”.
En una meditación pronunciada el 14 de diciembre de 2006 por el pastor Juan José Churruarín, en la Asamblea General Ordinaria de la Federación Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina - A.C.I.E.R.A. con la presencia de los presidentes de las instituciones evangélicas que representan a más de 15.000 iglesias en el país, el hermano en cuestión dijo lo siguiente:
“Observamos en el libro de los Hechos de los Apóstoles que, por el Espíritu Santo, el crecimiento de la Iglesia fue espontáneo, y no por estrategias o métodos de crecimiento. La Iglesia NO DEBE SACRALIZAR EL MÉTODO. Hay mucho conflicto ahora mismo por esto. Leemos en Habacuc 1:16: “Por esto hará sacrificios a su red y ofrecerá sahumerios a sus mallas; porque con ellas engordó su porción, y engrasó su comida”. Es decir, rendían culto a sus redes de pesca; por eso engordaban. No existe en el mundo entero ninguna metodología para hacer crecer la Iglesia”. 12
Y es cierto. El crecimiento numérico, si no es efectuado por el Espíritu Santo, es sólo un engordar en peso, y no un sano desarrollo del cuerpo de Cristo. Pero ahí tenemos a Castellanos garantizando el crecimiento de nuestra iglesia, si seguimos sus directrices, directrices puestas por escrito en exclusiva en sus libros y manuales y que, además, hay que adquirir pagando. En uno de esos libros suyos, “144 la llave de la multiplicación”, él escribe al respecto:
“De manera que la base es ganar. Por eso hay que dominar las áreas de la visión, y tenemos que convertirnos en expertos ganadores de almas” 13

Jesucristo dijo que nadie podía por afanarse “añadir a su estatura un codo” (Lc. 12: 25), queriendo decir que hay obra que sólo Dios puede y debe hacer. Dígame usted, ¿cómo se puede uno convertir en “experto ganador de almas”, cuando esa es solamente prerrogativa del Padre? Pero todavía va más lejos. Añade Castellanos: “El modelo de los doce es muy celoso, o se toma en su totalidad, o no; no hay término medio” 14 Además, implícitamente le añade una autoridad similar a la de la propia Biblia, ya que sólo de ella no se puede ni añadir ni quitar nada. Todo lo mencionado hasta aquí es parte de la “visión de los doce”, pero sigamos. Curiosamente ninguna de las siete iglesias a quienes Jesús se dirige en Apocalipsis siquiera se acerca a lo ideal, sin embargo aquí se nos presenta ese hombre diciendo tener la fórmula del éxito, recibida directamente de parte de Dios. A esa supuesta revelación, la transformará en la visión. Explícitamente se nos está diciendo que antes de la visión, la Iglesia de Jesucristo ha fallado bastante, no ha llegado al grado de perfección que el Maestro hubiera deseado. Ahora, a partir de la visión, la cosa ya va a cambiar. Así pues, toda iglesia o congregación que no se sujete a la visión, está en rebelión, y en serio peligro de desaparecer.
La visión de Castellanos lleva implícita dos cosas en sí misma: “Secretos y poder”. El lo argumenta de la siguiente manera:
“G12 ha sido levantado por Dios para compartir contigo los secretos de la visión que Dios nos ha confiado”. Ya es tiempo que la visión corra por toda la tierra. Es mi deseo y ferviente oración que Dios te bendiga y te libere en el poder de esta visión” 15 (énfasis nuestro)
El fundador del G12 asegura que tiene en su haber los secretos - en plural - de la visión y que vienen de Dios. Esto es preocupante. Implícitamente, con ello, nos está diciendo dos cosas, como poco:
a) Que la visión contiene revelaciones que sólo Dios ha dado a conocer a su “profeta” Castellanos, y que le utiliza a él como medio para divulgar esas revelaciones que hasta la fecha han sido secretas, contradiciendo abiertamente lo dicho en Hebreos 1: 1, 2 donde la Palabra infalible de Dios nos dice que en esta dispensación, Dios ya no habla más por los profetas como hacía en el A.T. sino que nos ha hablado por el Hijo. En cierta forma, Castellanos se ha erigido como mediador entre Dios y Su Iglesia, y como administrador de la divulgación de esos secretos.
b) Que Dios, contradiciéndose, ha decidido añadir a Su Palabra nueva revelación, que, ¿habría que anexarla a la Biblia?
Pero hay más. Dice que esa visión tiene poder en sí misma. Si tiene poder, ya nos está hablando de una fuerza espiritual implícita en ella. Si esa visión, con sus secretos incluidos, no es de Dios, ¿de quién viene ese poder?...
Parte del secreto, ya revelado según sabemos por parte de Castellanos, es el asunto del número doce. Lo expone así:
“En el reino espiritual existe el grupo de 12 que nos da autoridad, gobierno y madurez al completo…” 16 (énfasis nuestro)
Aquí entramos en aguas profundas. Primeramente nos habla del “reino espiritual”, ¿cuál “reino espiritual”? Ese término era muy usado por los gnósticos, y es muy usado por los ocultistas y en particular por los practicantes de la Nueva Era y luciferinos. También es muy usado por los proponentes de la súper-fe (word of faith). Es un término muy ambiguo, y que se suele utilizar para hablar del mundo invisible o espiritual. La Biblia, cuando nos habla del mundo espiritual de Dios, le llama el Reino de Dios, o el Reino de los Cielos, pero nunca “reino espiritual” a secas. De hecho esa expresión no se encuentra en la Escritura. Por el contrario, por “reino espiritual”, sino se aclara previamente que estamos hablando del Reino de Dios, habrá que interpretar esa expresión como que hablamos del reino espiritual de los demonios. Muy sutilmente Castellanos nos planta delante de nuestros ojos un supuesto principio espiritual – el de los doce – proveniente del “reino espiritual”, y no del Reino de Dios. Seguidamente nos dice que en ese “reino espiritual” existe un ente llamado “grupo de doce” que nos da ciertas virtudes ¿cómo deberíamos interpretar eso? ¿Es eso como un núcleo del cual emana algún tipo de energía virtual, poder metafísico, o algo así? Todo esto suena clarísimamente a las enseñanzas del esoterismo, a los conceptos tipo “el poder de la mente” y cosas por el estilo. Ahora, según Castellanos es el “poder de los doce”. ¿Dónde en la Escritura leemos algo como eso, cuando ni siquiera se nos menciona acerca de ese pretendido “reino espiritual”?
Si prestamos atención, el meollo de la visión en cuestión recae sobre un asunto de índole numérico, que en concreto es el número doce. Según William Schnoebelen, un ex satanista de alto rango que se convirtió al Señor Jesucristo, el “nueve es uno de los números más estimados entre los satanistas, porque es el único número que siempre se reduce a sí mismo” 17 Y según Castellanos, el doce nos da: “autoridad; gobierno y madurez”. ¿No es esto simple y llana numerología?*
*(La numerología es una ciencia oculta de adivinación, que busca la interpretación esotérica de las cosas que nos rodean por medio de los números. Dícese que los números claves contienen verdades poderosas acerca de los aspectos positivos y negativos de la verdadera naturaleza y del destino)
¿Cómo puede darnos un número determinado madurez? Yo pensaba que la madurez la daba el Espíritu Santo cuando vamos obedeciendo sus directrices por amor a Dios. ¿Cómo puede darnos un número determinado autoridad?... ¿Cómo puede darnos un número determinado gobierno? Yo creía que el gobierno es el que ejerce el Espíritu Santo sobre la Iglesia ¿Son todas estas cosas que enseña Castellanos las “cosas nuevas”; el “algo nuevo” que dicen que Dios está haciendo en estos últimos tiempos? Ellos creen que así es. ¡Esa es la visión! Los números en la Biblia no se nos dan para que los imitemos, buscando cierto poder o misticismo en ellos, los números en la Biblia son únicamente para demostrarnos la perfección de la Palabra del Señor y su milimétrico cumplimiento en todos los sucesos que se dan en este mundo y en el universo y que son controlados por el Creador. Pero, ¿quiénes son los que basan sus creencias en los números y atribuyen poderes a ciertas combinaciones numéricas o que realizando ciertos actos teniendo en cuenta los números creen que obtendrán un éxito asegurado?, son únicamente los ocultistas, son los hechiceros los que recetan que una persona haga cierto acto a una hora determinada y combinando ciertos números mágicos. Ejemplo publicar siete veces una oración en un periódico para recibir un milagro, o prender una vela roja a las 12 horas frente a una fotografía o visitar siete veces a un parapsicólogo para obtener cierta liberación. Estos son sólo ejemplos que con certeza traerá a la memoria de todos las muy difundidas prácticas ocultistas. Es de ese modo como, entre otras maneras, se mueven los demonios. Y ahora se nos presenta este G12 (Gobierno de los Doce) dándonos una receta mágica de súper-resultados, organizarse de a 12, tener 12 discípulos, haciendo del número 12, ciertamente un fetiche. Porque la realidad, es que se ha montado toda una filosofía espiritualista alrededor del 12. Hasta que el líder (en representación de Cristo) no tiene sus doce no está completo, y su ministerio no va a fluir de la manera que fluirá cuando tenga sus doce. Todo eso no es más que superstición. No obstante, los seguidores de G12 son muchos, y se muestran muy convencidos de lo que han llegado a creer.
El “espíritu de la Visión”
Alarmantemente, la visión del G12 va acompañada de su propio espíritu, llamado el “espíritu de la visión”. Pero, si la visión aludida no es de Dios, entonces hemos de concluir que el espíritu de la misma tampoco lo es. Quizás por eso, el concepto visión de G12 ha ido engordando haciéndose más voluminoso y sacralizado cada vez, conforme va pasando el tiempo, llegando a ocupar un lugar de extremo privilegio en los corazones y en los espíritus de sus proponentes y también de sus seguidores, produciéndose un efecto de repercusiones alarmantes en el seno eclesial. Esto es, que de una visión, se está produciendo una división.

Hoy por hoy, para los entusiastas del G12, la visión, tal y como ellos la llaman, es el todo. O estás en ella, o estás fuera de ella. Tanto es así, que muchos se atreven a afirmar que todos los que no quieran entrar en la visión irán desapareciendo de la escena eclesial, y aquellos que la critican, recibirán castigo de lo Alto, porque no sólo no aceptan lo que Dios ha revelado, sino que son rebeldes a dicha visión. Por lo que vemos, toda esta cuestión está adquiriendo tintes de fanatismo, y se les está yendo a muchos de las manos. Esto es típico de todos los planteamientos de tipo sectario, tan comunes en otros escenarios, pero que duele verlo en el contexto de hermanos queridos que han sido atrapados, muchas veces por su propia ingenuidad, y ¿por qué no decirlo?, por el insuficiente conocimiento de las Escrituras, o quizás por el escaso apego a las mismas, prestando mayor oído y atención a supuestas revelaciones y sueños de algunos iluminados, más que a la misma Palabra de Dios. La gran tragedia de todo esto, es que muchos queridos hermanos y consiervos, han colocado “toda la carne en el asador del número doce”. Y cuando digo todo, quiero decir todo, hasta su misma fe en Jesucristo y su obra. Un día se “rebautizaron” en la visión, y en el “poder de la visión” del G12, y entraron en ese momento en una dinámica muy sutil, pero absolutamente opuesta a la sencillez, verdad y Espíritu del verdadero Evangelio de Jesucristo. Es evidente que el “espíritu de la visión”, cumple entre otras cosas, como “espíritu de división”.

¡Éxito: Crecimiento!

Dentro del punto de la Visión del G12, vamos a ver seguidamente un objetivo que va de la mano de aquélla, y se llama crecimiento numérico. Pero ante todo, debemos declarar una verdad: todos los pastores querríamos ver en nuestras congregaciones, y experimentar un verdadero crecimiento numérico; pero un crecimiento aportado por Dios mismo (Hchs. 2: 47; 1 Co. 3: 7), y no de otra manera, al menos ese sería el criterio santo y lógico. No obstante, si existe actualmente algún sistema o método eclesial que hace un enorme énfasis en el crecimiento numérico por encima de los demás sistemas, este es sin duda el G12. Así que nos detendremos de nuevo para ver más de todo esto. Castellanos, sin ambages escribe:
“La visión del G12 es la herramienta que Dios ha dado a este mundo para traer el avivamiento – quizás el último y más grande de la historia” 18
No se si Castellanos es consciente de lo que ha escrito, pero dice que Dios ha dado la visión del G12 “a este mundo” (¿?) para supuestamente traer el “avivamiento”. Así pues la visión del G12 es para el mundo... No está desencaminado el asunto, como veremos más adelante.
Un pastor conocido mío que está en el G12, muy influenciado por la doctrina de ese modelo, me dijo una vez charlando mientras paseábamos, que lo que hace que una congregación crezca numéricamente, depende básicamente de cómo sea el pastor. Me dijo: “Tendremos congregaciones numéricamente grandes cuando cada uno de nosotros, como pastores, seamos mejores hombres de Dios”. Ese era su enfoque, como decía. Yo no le contesté entonces, pero me quedé pensativo, y me dije a mí mismo: “Entonces, ¿depende de mí que la congregación que pastoreo crezca más o menos?” Me puse a pensar en docenas de escenas de la Escritura, buscando algo de todo eso, y nada puede hallar. Me vinieron a la mente congregaciones muy grandes en diferentes lugares del mundo, cuyos pastores no son precisamente el mejor ejemplo a seguir; y también, lo contrario, congregaciones muy pequeñas, cuyos pastores son preciosos hombres de Dios. Me vino a la mente el propio ejemplo del Maestro, que a la postre sólo tenía algo más de 500 verdaderos discípulos a los cuales se les apareció resucitado (1 Co. 15: 6). Así pues, creo que eso que el consiervo me dijo no es acertado; ¿por qué lo diría? Yo no voy a cuestionar su corazón, pero es evidente que estaba errado. Meditando en todo eso, llegué a mis conclusiones: el crecimiento numérico es lo que define el éxito del ministerio pastoral según el G12, y a eso le llaman fruto.
La Biblia enseña que “por sus frutos les conoceréis”. Castellanos argumenta que el fruto es el crecimiento numérico, pero, ¿es esto lo que enseña la Palabra? No. Jesús de Nazaret dijo en Mateo 7: 20, que por los frutos conoceríamos a los falsos profetas que vienen a nosotros vestidos de ovejas, pero que son lobos rapaces. Ese es el contexto correcto. Pero ahora leamos lo que dice el mismo G12. Dice así un slogan de los productos que el G12 pone a la venta:
“La Escritura dice “por sus frutos les conoceréis”, y esta es una frase cuyo significado de compromiso con la extensión del evangelio ha sido plenamente comprendida por los fundadores del G12, los pastores de la Misión Carismática Internacional con sede en Bogotá, Colombia” 19
Sacando ese versículo de su correcto contexto, los Castellanos aseguran que el fruto es el crecimiento numérico, cuando el Señor nos dice otra cosa muy distinta; nos dice que por el fruto o evidencia, conoceremos a los falsos profetas, que como los Castellanos, tuercen la Escritura para decir lo que ellos quieren, y no lo que la Escritura dice.
La mayoría de los defensores del G12, como mi amigo, se han quedado prendados y embelesados por el crecimiento numérico que ha experimentado la Misión Carismática Internacional de Bogotá, y otras, como si eso en sí probara algo definitorio. No puedo dejar de señalar, que el impresionante crecimiento numérico acaecido en la M.C.I. de Bogotá, sin lugar a dudas, ha sido el gancho ideal para haber llegado a tener éxito en introducir el G12 en todas las congregaciones e incluso concilios donde actualmente está, o ha llegado a estar. A todas luces, parece ser que lo que prima aquí es el crecimiento numérico. Ese es el concepto de éxito de los que piensan así. ¡Cuantos más seamos, mejor! No han tenido en cuenta que el mismo diablo puede sin problema alguno llenar las congregaciones que ignorantemente se presten a ello, de gente sólo en apariencia piadosa, causando así un estropicio grande a la larga.
Eso no es en absoluto nuevo, ya ocurrió al inicio de la iglesia católica, cuando los templos cristianos se llenaban de gente de todo tipo a partir del emperador Constantino. El mismo Agustín de Hipona se quejaba de ello en el siglo IV de nuestra era, y decía así:

“El hombre que entra en la iglesia está forzado a ver borrachos, avaros, truhanes, jugadores, adúlteros, fornicarios, gente llevando amuletos, clientes asiduos a los adivinos y a los astrólogos...Debe saber y estar avisado, que las mismas multitudes que se amontonan para entrar en las iglesias para los cultos cristianos, son las que llenan los teatros de las fiestas paganas”.

Muchos de los defensores del G12 dirán que esto no ocurre en muchas de sus iglesias, pero no saben que en los orígenes de lo que hoy conocemos como la iglesia de Roma todavía no se daba el caso, sino que empezó a ocurrir después. En cuanto a esto último, Eusebio de Cesarea, obispo de la ciudad de Cesarea, discípulo de Orígenes, en su Historia Eclesiástica (s. IV), se maravillaba del que para él era tremendo milagro de ver como nacía “una iglesia jerarquizada” 20 que se iba extendiendo por todo el Imperio Romano, y entusiasmado escribió lo siguiente:
“Otros autores, cuando componen relatos históricos, suelen trasmitir por escrito únicamente victorias de las guerras, trofeos ganados a los enemigos…pero nuestro relato -que es la descripción de la conducta de acuerdo con Dios- grabará en columnas eternas las luchas más prácticas a favor de la paz del alma y de cuantos se esforzaron por ella, por la verdad antes que por la patria, por la piedad antes que por los seres queridos, y expondrá, para un eterno recuerdo, la resistencia de los atletas de la piedad, su fuerza en innumerables tormentos, los trofeos conseguidos contra los demonios, las victorias sobre los contrincantes invisibles y, por encima de todo eso, sus seguras coronas” 21
Jamás olvidemos que a pesar del entusiasmo y admiración de Eusebio por el aparente prodigio de ver una iglesia que se habría paso en el Imperio Romano, pocas decenas de años después de estas palabras, las iglesias se convirtieron en lo que Agustín de Hipona nos relató arriba, y en parte de ahí surgió la Gran Ramera del Apocalipsis. Desde luego nada de todo eso constituyó ningún verdadero éxito.

Pero, la palabra ÉXITO, que tanto emplea el G12, es una palabra básicamente secular, como por ejemplo, la palabra felicidad, de corte griego y latino. Sólo cuatro veces aparece en la Biblia, en el A.T. y nada que ver con el concepto de crecimiento numérico (1 S.18: 30; 1 R.22: 13; Neh. 1: 11; Dn. 11: 17). La Palabra dice que es el mismo Dios el que añade a la iglesia los que tienen que ser salvos (Hchs. 2: 47). Ahora parece que eso ya no es del todo así, y que es a través de la “Visión del Gobierno de los Doce” cómo las iglesias que siguen ese método crecerán en número de creyentes, y eso garantizado por el mismo fundador del G12.

Lo sintomático del caso, es que muchas de las congregaciones, parecen crecer numéricamente. Al contemplar ese crecimiento, muchos lo ven como una respuesta a su fe posmilenarista del Reino Ahora, y se dicen: “¡Eso es lo que tanto estábamos esperando desde hacía tanto tiempo!” Anteriormente convencidos de que la Iglesia tiene que crecer hasta llenar la tierra, ven en la supuesta explosión del G12, la respuesta a sus oraciones. Esto parecido ocurrió hace casi dos mil años atrás, cuando Constantino, el emperador romano, consiguió seducir a la mayoría de los ministros cristianos de entonces, haciendo de la fe de ellos la religión oficial del Imperio, y de ahí surgió la iglesia católico romana que todos conocemos. Constantino proclamó un edicto de tolerancia para hacer salir a los creyentes de sus escondites, pero sólo aceptó proteger a los que se sometían a su clase de cristianismo apóstata. Por tanto, cuidémonos de no ser engañados, creyendo que es el Espíritu Santo el que está detrás de todo crecimiento numérico, resultando ser el espíritu del diablo disfrazado de ángel de luz (2 Co. 11: 14). Veamos por qué. El enemigo tiene mucho interés en que muchos nuevos creyentes, cuantos más mejor, entren en iglesias presuntamente avivadas, pero dirigidas por un falso espíritu. A estos nuevos creyentes, al ser bebés espirituales, les puede engañar más fácilmente, con la intención de destruirlos definitivamente. Esto último será imposible, pero sí buscará el hacerles el mayor daño espiritual posible.

Al tiempo, los antiguos y fieles miembros de esas mismas iglesias que ahora son dirigidas por ese falso espíritu, al no querer aceptar, ni someterse a eso “nuevo” que los defensores de esas tendencias dicen que Dios está haciendo, son tildados de rebeldes y tienen que salir de ellas, o salen de ellas, sencillamente porque ya no pueden continuar allí, como está ocurriendo por doquier. En ese sentido, testifica el Hno F. Carvajal:
“Efectivamente, el pastor comenzó a llamar a sus doce, al tiempo que se daban importantes deserciones: hermanos maduros, con muchos años de experiencia, y algunos incluso profesores de seminarios evangélicos dejaban la iglesia en un goteo que se prolongaría hasta la actualidad” 22
Abundando en esta cuestión, una hermana española, hace poco me escribió contándome su testimonio, y diciéndome:
“…sentimos mi esposo y yo del Espíritu Santo una clara voz que nos advirtió que saliésemos, no lo deseábamos hacer porque no queríamos causar división o daño a la iglesia, pero fuimos obedientes, y difícil ha sido, perseguidos, criticados, calumniados, por supuesto, pero felices, libres y extendiendo el Reino de Dios y la Salvación de Jesús en estos tiempos finales, también” 23
Es cierto lo que dice esa hermana, vivimos en los tiempos finales, en los cuales el infierno está apretando desaforadamente, y ahora es cuando la Iglesia de Cristo debe estar más que nunca en constante alerta, vigilia y oración; en expectativa de la venida del Señor a por ella.
Iluminismo y misticismo gnósticos
Por otro lado, existe un interés desmesurado por lo sobrenatural, que embarga y seduce al que se sumerge en ello, de tal modo que cosas como el mero estudio de la Biblia, llega a ser “aburrido” y desfasado. El excesivo amor por lo místico, mal llamado espiritual, y lo poderoso sobrenatural, son una de las claves del engaño y seducción del diablo. Un conocido dominionista, precursor del que fue el célebre Toronto Blessing, Rodney Howard-Browne, escribe así: “El poder de Dios no va a fluir en aquellos que tienen una teoría; fluirá en aquellos que tienen una revelación” 24 Esta es una declaración que nos recuerda absolutamente al iluminismo gnóstico. Esa revelación sería el conocimiento impartido al creyente que abriría la puerta del poder de Dios para ser puesto en acción. Parece como que el creyente debería recibir por mano de maestros iluminados esas revelaciones, o en todo caso, de Dios mismo. Consecuentemente dependería de su grado de “iniciación”, cuanto más elevado mejor, para que fluyera el poder de Dios. No obstante, la verdadera revelación es la que ya tenemos escrita en la Biblia, y toda revelación de tipo personal que sea de Dios, necesariamente deberá venir de Dios y no de hombres. ¡El poder de Dios no fluye sino en aquellos que tienen fe!, y la fe es para todos, ya que es Dios quien la da en la medida que Él quiere a cada uno. Así que el poder depende de Dios, y de aquel que está dispuesto a creerle, tal y como la misma Palabra nos enseña:

“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno” (Romanos 12: 3) (énfasis nuestro)
Pareciera como que esos nuevos maestros ponen un peso muy grande sobre los hombros de los creyentes. Ya me puedo imaginar a muchos, que, siguiendo sus directrices, se pasan horas esperando a que les venga esa revelación para así supuestamente obtener el poder de Dios. Esto no es más que gnosticismo; iluminismo mezclado con misticismo, donde el esfuerzo del hombre es esencial para experimentar lo sobrenatural. Por otra parte, el mismo autor, imponiendo manos sobre una mujer, le dice lo siguiente:
“Pasa por encima, pasa por encima, pasa por encima y adéntrate en el reino de lo sobrenatural. Pasa por encima del reino de la razón y adéntrate en el reino de la gloria” 25
Esta es una declaración que nos recuerda absolutamente a la experiencia mística, también del gnosticismo. ¡La razón no es obstáculo ninguno para entrar en la presencia de Dios! La razón es creación de Dios. En cambio el dejar la mente en blanco, es una puerta abierta al mundo espiritual del diablo.
Respecto al misticismo, coincidentemente cayó en mis manos una definición de la misma, tan explícita y clara, que no tuve por menos que incluirla aquí. Es de Travers van der Merwe (1935-1995). El corazón de este hermano en Cristo ardía por dar un toque de atención severo a la Iglesia, la cual él veía que se ponía de acuerdo en gran manera con el gnosticismo, dejando de lado la simplicidad de la Palabra de Dios. Respecto al misticismo y la manera alegórica de interpretar las Escrituras, se expresó así:
“El misticismo es la búsqueda sin fin de la verdad más alta y más oculta, a través de experiencias espirituales y conocimiento de Dios, usando para ello la imaginación, la intuición, las pretendidas revelaciones del “Espíritu Santo”, y los sentimientos subjetivos antes que los hechos, la razón y la recta Palabra de Dios... La iglesia que se aparta del método literal de interpretación, y falla al usar la Escritura para interpretar la Escritura, está en peligro de ser absorbida por el Gnosticismo o el misticismo. La iglesia que resbala hacia la escuela Gnóstica de pensamiento, inadvertidamente se apartará de la autoridad de la Biblia y vendrá a ser ley en sí misma” 26
Travers veía el peligro que corre el creyente cuando se aleja, perdiendo de vista la tierra firme, que es la Palabra escrita, y empieza a nadar en aguas incógnitas, que son las experiencias de corte sobrenatural. Toda experiencia de esa índole sólo puede proceder de dos fuentes, Dios o el diablo. Por tanto siempre deberán ser probadas por la Palabra de Dios. Si pasan la prueba, deberán sólo ocupar el espacio designado por el Espíritu Santo, y cumplir el propósito por el cual esa palabra ha sido enviada (Is. 55: 11), por ejemplo, una palabra de ciencia (1 Co. 12: 8). Es lo que llamamos palabra Rhema. Jamás competirán contra la revelación escritural.
Démonos cuenta, por tanto, que importante es creer sólo lo que Dios ha dispuesto para nosotros, los creyentes. No es un buen consejo ir más allá de lo establecido por Dios en cuanto a la fe. Y esa fe, es la que ha sido una vez y por todas dada a los santos, y por la cual hemos de contender ardientemente (Jud. 3). Esa fe, nos salva, no sólo de la perdición eterna, sino de caer en el engaño del diablo que es casi tan viejo como la creación misma (Gn 3: 5), y que alienta la carnalidad del hombre, animándole con sutilezas doctrinales y carnales a regresar al “Nuevo Orden” de la soberbia de la cual el maligno mismo es absoluto príncipe, partícipe e instigador.

PARTE II. La llamada del poder y la conquista: “Y seréis como Dios…”
1. La llamada del poder y la conquista
A la hora de engañar a Eva, el diablo tenía toda una metodología preparada al respecto; toda una filosofía bien estudiada. No olvidemos que tal personaje, antes de ser lo que es, fue llamado Lucero en los cielos (Is. 14: 12), es decir, portador de luz, quizás la criatura más dotada que Dios creó, y que estaba a Su lado. Satanás es extremadamente malvado, pero no es tonto. Sus proclamas son a priori muy atractivas; apelan a la carne y al ego. Tenía un mensaje tan “poderoso” que comunicar a Eva, que se permitió el lujo de desafiar lo que Dios les había previamente dicho: “¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” (Gn. 3: 1). Y aún fue más lejos al responder a Eva en cuanto a la advertencia de Dios de que morirían si comieran del fruto del árbol que estaba en medio del huerto, diciendo: “No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (Gn. 3: 4, 5). Primeramente negó lo dicho por el mismo Dios en cuanto a que morirían si desobedecían. Segundo les hizo sospechar del propio Dios. Tercero les animó a ser independientes de Dios, valiéndose del conocimiento (gnosis); les invitó a ser “Dios”. Si uno se considera independiente de Dios, se auto constituye dios de sí mismo, y sólo depende de su propia sabiduría y experiencia, así se muestra el impío.
Lo triste es que bajo el engaño de la enseñanza y espíritu del “Nuevo Orden” según la vieja premisa del diablo, actualmente muchos creyentes sinceros, por prestar atención a ciertos maestros y doctrinas, creen que hay que “dominar y sojuzgar la tierra” (Gn. 1: 28), pero en la actual condición post-edénica (Gn. 3: 17-19), por lo tanto, caída, obteniendo para ello el conocimiento o revelación (recordemos el iluminismo gnóstico), y el poder de una supuesta fe. Esta última, la que uno mismo produce según su propio entendimiento, deseos, ambiciones e interpretaciones, visualizando y (o) soñando (recordemos el misticismo gnóstico), creyéndose pequeños dioses, pequeños cristos.

Cuando el hombre se auto deifica/vinculación con la masonería
Cristo mismo, como leemos, nos dio ejemplo; ¿Cómo vamos a pretender ponernos por encima de Él? ¿Cómo pretenden algunos hacer así? Al respecto, un maestro del Dominionismo, el finado Earl Paulk, exclama: “Jesús era Dios en carne. Nosotros debemos ser lo que Él fue en el mundo, incluso en mayor volumen e influencia” 27 ¿Incluso más grandes que Jesús, y con mayor influencia que Él? ¡Qué disparate! Kenneth Hagin, también declaró lo siguiente: “El creyente es tanto una encarnación como lo fue Jesús de Nazaret” 28 Hagin viene a decirnos que, así como Jesús es Dios hecho carne, los creyentes somos un dios encarnado también, es decir, un dios hecho carne… Kenneth Copeland todavía va más lejos enseñando lo siguiente:
“El hombre fue creado en términos de igualdad con Dios, y podía estar en la presencia de Dios sin ninguna conciencia de inferioridad…Dios nos hizo tanto como El mismo fue posible…El nos hizo la misma clase de ser como es Él…El hombre vivía en el reino de Dios. El vivía en términos de igualdad con Dios…El creyente es llamado Cristo….Eso es lo que somos; somos Cristo” (énfasis nuestro) 29
¡Insólito y blasfemo! Sin ningún tipo de rubor ni reparo asegura que el creyente es Cristo, ¿qué mayor blasfemia se puede lanzar a la cara de nuestro amado Salvador que esa? El que tampoco se queda atrás es el camaleónico Benny Hinn, que asegura lo siguiente:
“Cuando yo me levanto en Cristo, yo soy uno con El; unido a El; un espíritu con El. Yo no soy, ¡Escúchenme! YO NO SOY PARTE DE ÉL, ¡YO SOY EL! LA PALABRA HA VENIDO A SER CARNE EN MÍ…Cuando mi mano toca a alguien, es la mano de Jesús que toca a alguien…[“profetizando”] “Yo, Jesús, les he amado tanto, como para llegar a ser uno como ustedes, y les he amado tanto como para hacerles uno como yo soy” (énfasis de Hinn en su voz) 30
¿Benny Hinn es Cristo? Así lo afirmó públicamente en ese medio televisivo. Además de la horrible blasfemia que eso implica, no deja de ser simple y llana enseñanza de la Nueva Era, la cual enseña que cada ser humano es un dios, y que debe escalar posiciones de exaltación, entre otras maneras, a través del conocimiento (gnosticismo). La Biblia dice que ningún siervo es mayor que su maestro; ¿Cómo va a ser el creyente que es un seguidor de Cristo, igual o mayor que Él? Nosotros los creyentes, no somos cristos, ni grandes ni pequeños cristos, somos criaturas humanas de las cuales Dios en su infinito amor, tuvo misericordia y nos salvó. Eso no nos hace ser Cristo, sino todo lo contrario, nos hace ser absolutamente dependientes de Cristo.
Earl Paulk, citado arriba, defendió públicamente al sacerdote católico romano Bertolucci cuando recibió críticas por adorar a María en un programa de televisión 31 ; así que aquí vemos claramente, la conexión entre cierta carismatía, y el ecumenismo más recalcitrante, porque, ¿cómo podría un hombre de Dios decir que un adorador de María es cristiano? Continuamente vemos como van de la mano amplios sectores del neopentecostalismo con el catolicismo romano. Es imposible verlo y no darse cuenta de ello. Pero volviendo a la cuestión, uno de los más conocidos ministros de las plataformas multitudinarias, Morris Cerullo, dijo públicamente:
“¿Quiénes sois vosotros?, Vamos, ¿quiénes sois vosotros? Vamos, decidlo: “Somos hijos de Dios”, ¿Y que es lo que se mueve por dentro, hermanos?, es la manifestación de la expresión de todo lo que es Dios, y de todo lo que Dios tiene. Y cuando estamos aquí reunidos, hermanos, no estáis viendo a Morris Cerullo; estáis viendo a Dios. Estáis viendo a Jesús” 32 (énfasis nuestro)
Con sus declaraciones, el mismo ministro se pone en total y clara evidencia ante todos lo que quieran entender. Y es que todo esto parte de posicionamientos antiguos, del gnosticismo, y luego de la masonería. Hablando de ella un poco más, para poder entender por qué muchos de esos maestros del neopentecostalismo dicen lo que dicen, nos convendrá entender que todo ello implica un torcido sentido de progreso, a partir de una iniciación. Lo representa una escalera, la cual es uno de los muchos símbolos masónicos, y pretende indicar el avance de la tierra al cielo, de la muerte a la vida, de lo mortal a lo inmortal. Todo ese progreso, conlleva una meta a alcanzar: La autodeificación, es decir, cuando el que fuera iniciado y pasa por todo el proceso mencionado, se autoproclama Dios. Se enseña que el hombre es un “Dios” en proceso de construcción…así que con todo ello, ¿comprendemos ahora mejor el sentido e intención de las palabras de Cerullo, Hinn, Copeland, Paulk o Hagin, así como la de cientos más que tienen similar discurso? Para entenderlo del todo prestemos atención a lo siguiente:
“En las ceremonias de clausura del rito del grado del Arco Real (masonería), se le pregunta al candidato: “Hermano Inspector, ¿qué eres tú?”, y él responde: “YO SOY EL QUE SOY” (énfasis del autor) 33
La expresión “YO SOY EL QUE SOY” fue la utilizada por Dios cuando se manifestó a Moisés (Ex. 3: 14), y éste le pidiera que le diera Su nombre. Quien así diga de sí mismo, es un blasfemo idólatra. Jesús, sabiendo todas las cosas que le habían de sobrevenir, se adelantó a sus captores, y les dijo: ¿A quién buscáis?, y le respondieron: A Jesús Nazareno. Jesús les dijo: Yo soy. Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y cayeron a tierra (Juan 18: 4-6). Antes, públicamente dijo: “si no creéis que Yo soy, en vuestros pecados moriréis” (Jn. 8: 24) ¡Jesús es el YO SOY verdadero! Y alguien que diga que es Cristo, es decir un YO SOY, es blasfemo e idólatra.
¡Cuidado, no “toquéis al ungido”!
¿Cuántas veces hemos escuchado esta expresión en los círculos carismáticos y neopentecostales? En esta dispensación, no existen los ungidos del Antiguo Testamento, como Abraham, Moisés, David, etc. En esta dispensación de la gracia y la verdad (Jn. 1: 17), todos los verdaderos creyentes somos ungidos, sin distinción alguna (Gl. 3: 25-29; Col. 3: 11). Sacando de contexto la enseñanza veterotestamentaria de no tocar al ungido de Dios, hoy en día muchos exclaman que “¡Ay de aquel que osare hablar “mal” del “ungido”!, creando una tremenda culpabilidad al que se le pase eso por la cabeza. Se ha creado un temor, falso temor de Dios, y se ha dirigido a los santos, para que jamás osen “criticar” o decir algo en contra del ungido líder. El siguiente testimonio es de una ex líder que estuvo muchos años en la M.C.I. de Bogotá, y dice al respecto de lo venimos diciendo:
“Para asegurarse de que nadie se rebele, entonces desde el púlpito se enseña con temeraria insistencia que EL QUE TOQUE EL MANTO DEL UNGIDO (que en este caso no sería Cristo, sino el pastor o el Líder) CAE EN MALDICIÓN, César Castellanos es a la membresía M.C.I., lo que el Papa a los católicos: infalible. Tocar este nombre, para un miembro, es como chuzarle un ojo con una aguja. No lo tolera. Les duele mucho” 34 (énfasis del autor)
Sin embargo, la Biblia nos enseña a que sí hemos de juzgar. Esto debe entenderse como un juicio no arbitrario (Mt. 7: 1), sino que como dice la Palabra en Levítico 19: 15, “con justicia juzgarás a tu prójimo”. El mismo Señor Jesucristo enseñó: “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio” (Jn. 7: 24)
Sacando el texto del contexto, en los círculos carismáticos y neopentecostales sobre todo, se enfatiza hasta la saciedad el “no criticar”, “no juzgar”, “no hablar”, en relación a los ministros del Evangelio, como si fueran “intocables”. En cambio, prácticamente nada se enseña acerca de lo anterior: A juzgar con justicia. De ahí muchos se aprovechan. Pensemos esto: si se enfatiza una verdad a medias, llegamos a tener una mentira. De la misma manera, si enfatizamos una verdad siempre, pero ocultamos otra, la cual es elemento de equilibrio con la anterior, tenemos otra mentira. Pongamos un ejemplo: La Biblia enseña que no debemos juzgar condenando (Mt. 7: 1), y que no debemos criticar maliciosamente a los ministros (Nm. 12), sin embargo, también enseña que debemos hacer una defensa ardiente de la fe (Jud. 3), que debemos apartarnos de los falsos hermanos y ministros (Ro. 16: 17; 2 Ti. 3: 1-5; II Juan 9, 10), y que debemos denunciarlos cuando sea el caso (1 Ti. 1: 19, 20; 2 Pr. 2: 1-3; III Juan 9, 10; 2 Ti. 4: 14, 15; 2 Ti. 2: 17, 18). Esto trae el debido equilibrio. Sin embargo, esta manera de proceder, enseñando una verdad y no la otra, es lo que han hecho muchos maestros dominionistas de corte ecuménico por años, y esa es la razón por la cual tantos están tan mediatizados, por lo extendida que está la enseñanza que dice que no debemos exponer a los que enseñan herejía, que sólo debemos “orar por ellos, y que Dios ya les juzgará en su momento”; pero, ¡esta es una cobarde manera de evadir la responsabilidad que la Biblia nos exige cumplir! Por esa razón muchos son incapaces del todo de poder decir lo que realmente piensan; tienen un temor infundado a pecar; son llevados por un falso temor de Dios. El simple hecho de exponer a la luz a todas aquellas figuras públicas que llamándose siervos de Dios, muestran conductas y doctrinas que contradicen ese apelativo, es imposible para ellos. Están mediatizados.
No obstante, Jesús de Nazaret nos enseñó cómo juzgar con justicia. Nos dijo que, a los falsos profetas (y falsos líderes) de los cuales también nos dijo que nos habíamos de guardar (Mt. 7: 15), los conoceríamos por “sus frutos” (Mt. 7: 20). Por sus frutos, es decir, por su proceder, por su enseñanza, por el resultado de su conducta, y por ella misma, podemos ver quien es quien.
Por naturaleza, nos suena excesiva la palabra "falso", pero hay más falsedad en los medios eclesiales hoy en día, de lo que nuestra mente puede llegar a asimilar. En cierta medida, todos estamos también mediatizados.
Negando el Arrebatamiento
Lógicamente, frente a las tremendas expectativas – aunque falsas - que levanta el “modelo de Jesús”, de inminente triunfo de la Iglesia aquí en la tierra, una de las flagrantes mentiras que se están colocando en orden de batalla contra la verdad revelada por Dios, es la negación del Arrebatamiento o Rapto de la Iglesia que ama la venida del Señor (1 Ts. 4: 13-18; Tito 2: 12, 13). El propio Cash Luna menosprecia el Arrebatamiento, (harpazo en gr.). Un hermano me envió un e mail diciéndome así:
“Me sorprendió mucho escuchar al pastor Cash Luna decir en un programa "que es por andar predicando del Rapto, que la iglesia se encuentra estancada". 35
No le interesa a Cash Luna hablar del Rapto, ni que los suyos lo crean tampoco; ¿por qué? La respuesta nos la sigue dando otro ministerio:
“Estos grupos como el G-12, Modelo de Jesús, Visión 12, y otros grupos relacionados enfatizan fuertemente el “establecimiento del reino de Dios aquí y ahora”, o mejor llamada la predicación del “reino terrenal” 36
Esa es la razón. Es obvio. Es incompatible el Arrebatamiento, con el “Reino Ahora” (Dominionismo). No se puede creer que la Iglesia del Dios viviente será literalmente sacada de este planeta, como así lo enseña la Palabra, y al mismo tiempo, creer que esa misma Iglesia, establece el Reino visible en este mundo, cosa que la Biblia no enseña. O se cree una cosa, o se cree la otra. La pregunta es, ¿qué debemos creer? Evidentemente, como cristianos debemos creer lo que la Biblia enseña. No obstante, el siguiente es el testimonio que recibí desde la Argentina de unos buenos hermanos en la fe:
“El colmo llegó cuando vino un pastor a predicar [refiriéndose a Dante Gebel] y se burló abiertamente de los cristianos que creían en el Rapto, diciendo: "…sigan esperando y serán raptados por un plato volador.", y estalló la risa de casi todo el auditorio” 37 (énfasis nuestro)
Igual testimonio es el que recibí, esta vez por mano de un conocido mío, Pastor en Avellaneda, Argentina, el Hno. Daniel Pastore, que me decía así:
“...acerca de Dante Gebel, es algo que yo mismo presencié, me refiero a su declaración: “Estoy cansado de esperar que Jesucristo venga a buscarme en un plato volador”. 38

Muchos “les ríen las gracias” a esos hombres, pero, así como no debemos a la ligera decir “¡Amén!” a todo lo que se dice desde el púlpito, tampoco debemos hacer lo anterior, no sea que en vez de comprobar lo que es agradable al Señor, estemos participando, aún sin darnos cuenta, en las obras infructuosas de las tinieblas, en vez de reprenderlas (Ef. 5: 10, 11). Esa palabras del dominionista Dante Gebel cargadas de burla y sorna hacia todos los creyentes aludidos por él, no dejan de ser una afrenta a la misma Palabra de Dios, la cual enfáticamente nos enseña acerca de un Rapto o Arrebatamiento (harpazo en gr.) que está por producirse cuando el Padre envíe al Hijo a por Su Amada, la Iglesia que le ama y le espera, y no de una dominación de la Iglesia sobre este mundo agonizante. El Dominionismo (Reino Ahora o teología del Dominio) es una herejía que está causando que muchos creyentes sinceros estén apartando sus ojos de la bienaventurada esperanza (Tito 2: 13) que es la venida del Señor a por los suyos y la consiguiente resurrección de los muertos en Cristo. Negar el Rapto, es negar la resurrección de los muertos. Sigue diciendo aquel ministerio aludido anteriormente:
“El mensaje del “arrebatamiento / Segunda Venida” es un mensaje totalmente omitido por sus pastores y líderes e incluso muchos de los nuevos líderes NO cuentan con el conocimiento Bíblico en relación al mismo” 39
Esa es la razón por la que escribimos, y seguiremos escribiendo…Por estas razones, a las que se suman muchas más, el G12, en sus múltiples versiones, es sin duda una de las principales lacras espirituales que la Iglesia de Jesucristo padece, y debe confrontar hoy en día, y prácticamente se ha transformado ya en una pandemia.

2. El poder de la religión

Uno de los poderes religiosos más fuertes en el mundo es el de la cristiandad en todas sus posibles versiones, de ahí el énfasis ecuménico acerca de la “unidad” de todos los cristianos, no importa las diferencias doctrinales, slogan y acción jesuita por excelencia. Por lo tanto, de lo que se trata por parte de esos sujetos especialistas en el comportamiento humano, y ayudadores para el establecimiento del reino del Anticristo (Ap. 13), es el de crear “al cristiano que ellos desean” para sus fines de control y dominio mundiales. No podemos hacer otra cosa, sino admitir con tristeza, y reconocer que el G12 es parte muy importante de todo este consorcio global. La Biblia también le llama apostasía a este mover pseudo cristiano que está capitalizado, no sólo por el G12, sino por otras corrientes de falsa espiritualidad cristiana muy en boga hoy en día, (2 Ts. 2: 3). Todo ello tiene por finalidad el ayudar a levantar el Nuevo Orden Mundial, la copia sucia y blasfema, aunque efímera y estéril del Reino Mesiánico, el cual solamente el Rey Jesucristo establecerá cuando venga en gloria, y la Iglesia glorificada con Él (Zac. 14: 5; Ap. 19: 11-21; 20: 1-6)

3. El objetivo final

Por lo tanto, se ve con claridad que lo que se persigue como meta final, es pretender llevar a lo que comúnmente llamamos Iglesia, a ser parte del “Nuevo Orden Mundial” que ya se está gestando, y está casi listo para ser manifestado en este mundo. Este es el objetivo del diablo. El enemigo de nuestras almas está arduamente trabajando en una misma dirección, que tiene dos ramificaciones que van en paralelo. La primera es pretender que muchos cristianos profesantes, por haber sido engañados y seducidos por un falso espíritu a través de falsos líderes, lleguen a apostatar. Una de las grandes mentiras que enseñan muchos falsos maestros es que el Arrebatamiento será una realidad, pero será el arrebatamiento de los malos, no de los justos. Enseñan que los buenos se quedarán aquí para establecer el Reino, mientras que Dios purgará la Iglesia llevándose a los indeseables que son como la cizaña, a esos que son tropiezo para la implementación del Reino Ahora en la tierra. Esto último nos lleva a la segunda parte: el diablo está trabajando a través de los falsos líderes para levantar su falsa iglesia mundial, la iglesia del Falso Profeta (Ap. 13: 11ss), por cierto, a un ritmo veloz. Para ello está obrando de dos maneras también: (1) Implementando un sistema jerarquizado, utilizando entre otros, sistemas de gobierno como el G12, redes neo apostólicas/proféticas, etc. (2) Trabajando en las mentes de los creyentes que se someten a esos líderes, entre otras cosas, creándoles la necesidad de dependencia de ellos a través de sus líderes inmediatos, llegando a creer sin duda ninguna en lo que enseñan, como verdad de Dios. Esto es lo que en realidad es la “Visión”, y para asistirla y potenciarla, está el “espíritu de la Visión”. Podríamos entenderlo mejor según el siguiente cuadro:

(1) Cristianos profesantes, engañados
Obra del diablo
(2) A través falsos líderes, (1) Sistema jerárquico
levantar falsa iglesia mundial
(2) Lavado del alma
Las bases para el levantamiento de la falsa iglesia del Falso Profeta están más que solidificadas ya. Mientras muchos creyentes creen esperan el momento de establecer el Reino en esta tierra en este tiempo y sin Cristo presente, otros muchos cristianos, y oramos y trabajamos para que sean muchos más, estamos esperando la venida del Señor, mientras queremos seguir cumpliendo con la Gran Comisión (Mr. 16: 15; Mt. 28: 19, 20), santificándonos día a día para Cristo, buscando la llenura del Espíritu Santo.
PARTE III. Guerra abierta
Nosotros, los verdaderos cristianos, vivimos en tiempos realmente peligrosos. Son tiempos en los cuales debemos despertar y despojarnos de toda ingenuidad. Acerca de esto último hay mucho de que hablar y meditar, así como actuar en consecuencia. La ingenuidad se confunde con la inocencia, no obstante la ingenuidad nada tiene que ver con la inocencia. La ingenuidad parte de la ignorancia y de la necedad, mientras que la inocencia es ingrediente necesario de la santidad y la santificación. El ingenuo puede ser inocente, pero esa ingenuidad no le va ayudar a andar en el camino de santidad; es más bien un lastre. Dice el libro de Proverbios: (14: 15) “El ingenuo todo lo cree; en cambio, el prudente mide bien sus pasos”
1. Dejemos de lado toda ingenuidad
El ingenuo es crédulo per se, no analiza. No obstante, la Palabra nos enseña a ser prudentes antes de tomar partido por algo. Es menester analizar ante la Palabra y el Espíritu Santo las cosas antes de avanzar en el camino que se nos pone por delante. Un gran problema que veo en estos días, es que la gran mayoría de los creyentes sinceros en cualquier lugar del planeta, ni siquiera se plantean el hecho de que pueden llegar a ser engañados por parte de hombres y mujeres que se presentan a ellos como líderes cristianos, y que en apariencia tienen un pasado intachable. No está en su mente que esto pueda suceder, ni que les pueda pasar a ellos; en todo caso, quizás a otros, pero a ellos no. Esto le da una gran ventaja al diablo, y sin embargo la Palabra es muy clara:
“Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. Salieron de nosotros,
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pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros” (1 Juan 2: 18, 19)
A la mayoría de los cristianos no les cabría en la cabeza que su pastor o su “líder” pudiera ser un impostor, porque ni siquiera se plantea esa posibilidad. Ahora bien, no estoy sugiriendo aquí que debemos por norma desconfiar de nadie, y menos de nuestros pastores, viendo fantasmas donde no los hay. Sólo expongo el hecho de que, como a muchos nos ha pasado durante años, los cristianos tenemos la tendencia a creer que todos los que nos rodean y se dicen creyentes como nosotros, son como nosotros. En otras palabras, no vamos más allá, en el sentido de analizar, conocer el fruto, y discernir de parte del Señor, y sin embargo, el mismo Maestro nos dice que nos envía en medio de lobos, y que hemos de ser prudentes como serpientes (Mt. 10: 16), y que los enemigos serán los de nuestra misma casa (Mt. 10: 36). Jesús no era en absoluto ingenuo, así como nosotros lo somos muchas veces, pensando que todos los que se dicen cristianos lo son. Respecto a los que creyeron en Su nombre, dice la Palabra: “Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre” (Juan 2: 23-25) (énfasis nuestro)
La vida del Señor es un claro ejemplo para nosotros, cuando observamos al hombre de su paz, Judas Iscariote, siendo, no sólo un impostor, sino un traidor, que le entregó (S. 41: 9; Mt. 26: 24); ¿necesitamos mayor o mejor ejemplo que ese? Escriben William y Sharon Schnoebelen, en su libro “Lucifer Destronado”:
“Ciertamente tenemos el derecho de buscar discernimiento espiritual en cuanto a los falsos creyentes en nuestro medio; o los grupos satánicos que puedan amenazar a los miembros de las iglesias locales. Lamentablemente, ese discernimiento no se ha procurado mucho hasta hace poco. Es más, el concepto de discernimiento espiritual fue una parte del ministerio del Espíritu Santo que se estuvo descuidando en la iglesia hasta este siglo” 40
Me consta que hoy por hoy, y desde hace ya algunos años a esta parte, el enemigo descaradamente ha puesto, y sigue poniendo en lugares de liderazgo eclesial a muchos, muchos de sus agentes. Si alguno me dice que eso es una acusación muy seria, le responderé con la Palabra en la mano:
“Estos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras” (2 Corintios 11: 13-15) (énfasis nuestro)
¿Es que acaso la Escritura dice estas cosas en vano? Escuchen bien. Son personas de apariencia muy respetable y amplia sonrisa, algunos con cabezas canas, inteligentes, conocedores de la Palabra, y muchos son bien conocidos internacionalmente; ¡nos sorprenderíamos si llegáramos a saber! Otros son pastores de congregaciones más grandes o más pequeñas, otros, evangelistas; son gente con presunto ministerio. Esas personas han logrado escalar a esas posiciones de liderazgo, entre otras razones porque el pueblo de Dios es muy ingenuo y crédulo por lo general. Han sabido engañarnos, porque muchos no se cuestionan apenas nada, y se tragan el anzuelo con la carnada, con la caña y hasta con la barca entera. No en vano la Palabra dice: “…los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz” (Lucas 16: 8), pero el Señor lo dijo, no como una sentencia irrevocable, sino para que los que somos de la luz aceptemos el desafío, despertemos y ganemos en valentía, sagacidad, sabiduría, fe, entendimiento etc. Para que, sepamos llamar al “pan, pan y al vino, vino”. Para que dejemos atrás todo tipo de mojigatería y beatería pseudo espiritual y afrontemos el verdadero desafío que tenemos por delante: ¡Realmente estamos en lucha contra las tinieblas, (Ef. 6: 12)! Un buen ejemplo en cuanto a esto, lo tenemos en la iglesia de Efeso, cuando el Señor les dijo: “Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos” (Ap. 2: 2)
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(énfasis nuestro) El Señor Jesús les alabó por haber probado a esos que se decían ministros de Cristo, y no lo eran. Les vino a decir que esa obra fue buena. ¡Aprendamos de esa iglesia en cuanto a esta cuestión! Si buscamos de veras al Señor, Él nos guiará en esto también. Recordemos que no todo es oro lo que reluce.
La intención por la cual el enemigo ha ido colocando a esos obreros fraudulentos como ministros en el seno eclesial, es para hacer tropezar al pueblo santo. El diablo se tomó muy en serio las palabras de Jesús, cuando dijo que Él iba a edificar su Iglesia y que las puertas del Hades no iban a prevalecer contra ella (Mt. 16: 18). Justamente Satanás está intentando que esto no se cumpla, y ha designado a demonios muy poderosos a los cuales llama “perlas del Hades”, es decir, “puertas del Hades”, plagiando en cuanto a las puertas de la ciudad celestial, la nueva Jerusalén que son doce perlas (Ap. 21: 21). Esos demonios, entre muchos otros, están dando poder a esos falsos ministros del Evangelio para que puedan seguir engañando al pueblo de Dios, utilizando una falsa apariencia de amor, gozo, paz, fe, palabra, etc. que convence a todo aquel no discierne por el Espíritu Santo.
Ante esa situación, el pueblo de Dios ha de hacer varias cosas como poco. Primero refrendar y comprobar con la Escritura en la mano, toda la doctrina que ha aprendido y ha dado por válida a lo largo de su vida cristiana, seguramente habrá alguna cosa o más que no casa bien con la Palabra. Segundo, en el más puro espíritu bereano (Hchs. 17: 10-12), debe contrastar el mensaje que se da desde los púlpitos con la Biblia. Tercero, orar por la cobertura del Espíritu Santo, buscando siempre la dependencia de Dios y no la de los hombres. Cuarto, si no se ha encontrado todavía, buscar la iglesia o congregación que enseñe y viva la sana doctrina del Señor Jesucristo, huyendo de aquellos ministros o congregaciones que enseñen o vivan otra cosa. Quinto, y no menos importante, creer que todo esto lo puede en Cristo, que le fortalece.
El principal enemigo de Satanás, es la Iglesia de Jesucristo. Lo que más odia el diablo en este mundo es la Iglesia de Jesucristo, la cual es extranjera y pasajera en él, por ello, no es difícil de creer que el objetivo a destruir número uno de Satanás, es la Iglesia de Jesucristo… El diablo se vale del concurso de todos sus satanistas, los cuales tienen diferentes nombres, nomenclaturas y rangos, que están en las diferentes bases de la pirámide, y que son muchos miles, muchos, por todo el mundo; hombres y mujeres que no vacilan en derramar sangre de animales y de personas de todas las edades, violar niños, y cometer las aberraciones más impúdicas y horribles posibles, con el fin de así, obtener poder, que son más demonios, para seguir llevando engaño a amplios sectores de lo que denominamos iglesia, con el fin de llevarles a la apostasía y a la destrucción, levantando así con más fuerza y blasfemia la falsa iglesia mundial del Falso Profeta. ¡Estamos en guerra abierta!... Dice el hermano O. Barudi:
“Para que una doctrina llegue a ser tan nefasta a tal punto de meterse en miles de congregaciones cristianas/evangélicas de todos los países de América (norte, centro y sur) quien lo inspire debe ser sin dudas el mismo Satanás, lógico que cualquier error doctrinal o pecado tiene su origen en el enemigo, pero para que llegue a ser tan penetrante, dicha teología debe provenir del laboratorio del mismo infierno” 41
El autor de esa cita está hablando en el contexto del poder que el diablo está manifestando a través del G12 y sus Encuentros, el cual se ha extendido como una metástasis por todas partes.
El diablo, haciendo gala de su título de “padre de mentira”, quiere llevar el engaño hasta su máxima exponencial, ¿cuál es? Llevarlo hasta el mismo límite con la verdad. Hasta allí, cuando es muy difícil saber si es de Dios o si es del diablo un asunto espiritual que se presenta ante la Iglesia como genuinamente cristiano. Escribía F.V. Dabold:
“La cizaña se parece exactamente al trigo: El engaño, entonces, significa imitación, y la imitación es el arte de la falsificación. Esta es, pues, la estrategia satánica de este tiempo” 42
¡Cuánta razón tenía Dabold! Satanás, maestro de la falsificación, usa de la imitación para hacer que muchos cristianos, desde el verdadero ministro de púlpito, hasta el genuino creyente que se
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sienta en la banca, lleguen a creer que todos, todos los demás profesantes son como ellos. Al hilo de todo esto, escribe el Dr. C.I. Scofield:
“Los hijos del maligno profesan ser los hijos del reino, y exteriormente son tan parecidos a los hijos de Dios, que sólo a los ángeles se puede confiar, al fin de la edad, la tarea de separarlos. Es tan grande el poder de Satanás para engañar, que a menudo los mismos que representan a la cizaña, creen ser los hijos del reino (Mt. 7: 21-23)” 43
Esa es la razón por la cual el creyente hoy en día, y más que nunca, debe depender de la guía del Espíritu Santo, de la Palabra de Dios, y debe buscarle, porque hay y habrá situaciones y asuntos que sólo se podrá saber la naturaleza espiritual de ellos por lo que nos diga directamente el Señor.
El Señor Jesucristo no tardará en volver a por Su Amada. Él puede venir en cualquier momento a modo del ladrón (Mt. 24: 43), como vendrá. Esta es la razón por la cual la batalla espiritual se está intensificando tanto. El diablo y sus agentes están apretando porque sabe Satanás que le queda muy poco tiempo. Es hora de dejar de lado toda ingenuidad, y con la inocencia del Señor Jesús, no olvidar sus ungidas palabras:
“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7: 15-20)
Sed de sangre
Pero eso no es todo. El diablo quiere vengarse, y quiere hacerlo matando a cuantos más cristianos pueda. Si no pudiera ser antes del Arrebatamiento, pues luego. El enemigo pretende realizar esa macabra obra a través de la falsa iglesia, en principio, dentro de la Iglesia, la cual que se está gestando. El ya mencionado Rick Joyner, uno de los más afamados nuevos profetas dominionistas de la actualidad, y Caballero de la Orden católica de Malta, escribió lo siguiente:
“El cambio que está aconteciendo al cuerpo de Cristo es tan profundo, que el mundo conocerá una nueva definición de cristianismo…Aquellos que se sometan a El en verdad…serán la gente más peligrosa y poderosa sobre la tierra, y constituirán la mayor amenaza para el espíritu del Anticristo que ahora está aposentado en la Iglesia como sustituto de Cristo” 44 (énfasis nuestro)
No podemos sino advertir a priori una sensación de amenaza, un hálito de persecución en todo este terrible comentario. ¡Una nueva definición de cristianismo que se revelará a todos a través de una gente peligrosa y poderosa, sometida a Dios (¿cuál dios?)! No encontramos parangón de todo esto en la Iglesia neotestamentaria ni en la misma Biblia. La definición de cristianismo es la que la Biblia enseña, y así como no hay, ni habrá una nueva Biblia, tampoco habrá una “nueva definición de cristianismo”; los cristianos no somos gente peligrosa, ¡somos ovejas en medio de lobos!
Pero dice que esa “nueva definición de cristianismo” será la mayor amenaza contra un espíritu. Joyner, así como la inmensa mayoría de los autores dominionistas, le llama “el espíritu de Anticristo”, el cual dice estar en la Iglesia, y no está hablando del personaje Bestia Anticristo (Ap. 13), el cual queda exento de sus enseñanzas heréticas como si hubiera sido cosa del pasado. Él está hablando de 1 Juan 2: 18, 19, pero redirigiéndolo a todos aquellos que nos oponemos al “cambio de paradigma” que ellos dicen se debe producir en la Iglesia. Para ellos, nosotros somos los inmovilistas, que componemos el espíritu anticristo. Dice así el autor del ministerio apologético británico Reachout Trust al respecto de la sentencia de Joyner:
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“Nótese que esa es una referencia al “espíritu Anticristo” que hay en la Iglesia; una Iglesia que no andaría del todo bien todavía. Una Iglesia de la cual, uno de los más prominentes “profetas” dijo: “Dios está cansado de la Iglesia”. Es extraño que ese discurso no lo vemos en las Escrituras, sino solamente en los escritos de esos hombres que se creen ser parte de un grupo de élite. Cristo ama a la Iglesia, y dio su vida por ella. También añadió diciendo que las puertas del Hades ¡jamás iban a prevalecer contra ella!” 45
La realidad, es que la verdadera Iglesia, aquella que ama la venida de su Amado y espera ese momento, está siendo llamada el “espíritu de Anticristo” porque no comparte la enseñanza ni espíritu herético de esa falsa élite cristiana, y es esta una excelente excusa, para que en un momento dado, se levante una persecución en el seno de la Iglesia, por parte de esa supuesta élite y de sus correligionarios, que componen esa “nueva definición de cristianismo”, y que son o serán “la gente más peligrosa y poderosa sobre la tierra”, según Joyner. Sabemos que esa falsa Iglesia tiene su cuartel general en cierto lugar de Roma. Al respecto aseguró el Dr. Alberto Rivera, ex jesuita de alto rango, y convertido al Evangelio:
“El católico regular no sabe nada de la inquisición sangrienta que sus líderes tienen planeada para los cristianos bíblicos” 46
Recordemos las siniestras palabras de Pedro Arrupe, el que fuera General Superior de los Jesuitas:
“Es la hora de la nueva y final purificación de la Iglesia en preparación para el reino de la Nueva Era” 47
Acordémonos que Arrupe usó el término “purificación” como palabra clave para describir la purga o exterminio de todos aquellos que son infieles al papa en aras de un “Nuevo Orden Mundial” en lo religioso y social. Por cierto, ahora que los jesuitas han escogido a su nuevo Prepósito Superior, el español y palentino Adolfo Nicolás, según el portavoz de los jesuitas en Roma, José María de Vera, muy cercano a la figura de Pedro Arrupe, ya que ambos ejercieron como Provincial o responsable regional en Tokio, ¿Qué deparará el futuro cercano? Curiosamente, esa misma intención de matar a los creyentes, es la opción que presenta una facción del dominionismo en cuanto a deshacerse de todos aquellos que sean un obstáculo para el levantamiento del Nuevo Orden llegado el momento, el cual obviamente será después de haberse efectuado el Arrebatamiento de la Iglesia. Leemos así:
“La Iglesia tendrá, por necesidad, que usar la fuerza física para juzgar, sentenciar y ejecutar juicio (incluida la pena de muerte) sobre los disidentes” 48
Rony Chaves escribe el siguiente punto en su espuria enseñanza neo apostólica, “El gobierno apostólico anulará al gobierno de Satanás”:
“7. El apóstol y su unción acercan el juicio y la justicia de Dios a la Iglesia y las naciones. Como verdaderos jueces de Dios, son levantados para traer y establecer “sentencias” y “veredictos”…” (énfasis nuestro) 49
Aquellos doce apóstoles de Cristo jamás trajeron “sentencias” ni “veredictos”, porque a diferencia de lo que asegura Rony Chaves que son sus nuevos “apóstoles”, aquéllos no eran jueces, ni señores de nadie (ver 1 Pedro 5: 1-3). Sólo podemos ver en todo este mover que se ha extendido como una verdadera metástasis espiritual por todo el mundo eclesial sobre todo de corte carismático y neopentecostal, una amenazadora advertencia y una clara preparación para una nueva y rotunda persecución dirigida principalmente al verdadero creyente, y sólo es cuestión de tiempo. Por esa razón es menester dar a conocer la verdad de lo que está sucediendo y prevenir a todos los queridos hermanos en la fe, a que hagan caso a la Escritura y no a las
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doctrinas heréticas de estos últimos días. ¡Verdadero hermano en la fe, es mejor estar en el bando de los perseguidos que en el de los perseguidores (Mt. 5: 10-12)!
Engañando con la verdad
Acordémonos de las palabras de Pablo: “…que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones” (2 Corintios 2: 11) La mejor y más eficaz forma de engaño, es hacerlo con la verdad; usando la verdad como excusa para mentir. Parece un contrasentido, pero no lo es. Si la verdad la sacamos de su contexto, la convertimos en una enorme mentira, y un pretexto para engañar. Esto es lo que el diablo y todos sus agentes están haciendo, para engañar e intentar destruir la Iglesia.
Cada vez que un creyente profesante se autodenomina rey en esta dispensación de la gracia, y pretende tener autoridad y poder para “decretar” esto o aquello, como si fuera un cristo en la tierra, se convierte en un “anticristo”, pues está tomando el lugar de Cristo en esa medida. Está reinando (sólo en su imaginación) antes de tiempo, y lo hace sin Cristo. Está “estableciendo” su propio reino en este mundo (aunque sólo en su imaginación), y el diablo está encantado con todo ello. Ha olvidado que sólo Cristo podrá establecer el Reino, cuando venga en gloria. Y aquí no vale decir que los cristianos somos ignorantes, excusándonos o justificándonos en un presunto desconocimiento. No podemos porque la ignorancia no nos exime de responsabilidad; y la ignorancia no tiene justificación porque la Palabra de Dios está en nuestras manos, para conocerla, y para obedecerla.
Lo que creemos y lo que consecuentemente hacemos, tiene trascendencia, tanto para bien como para mal, por eso midamos nuestra creencia y obra siempre con la regla que nos da la Palabra escrita.
Por ello, lo que necesitamos es arrepentirnos de toda idea e intención de establecer lo que sólo Cristo puede establecer, y establecerá, y así atar y destruir el poder de las tinieblas, el cual en estos últimos días, con mucha sutileza, está actuando con la verdad de Dios, sacándola de contexto, para dañar a los hijos de Dios. Acordémonos que esto último ya lo hizo el mismo diablo ante Jesús, cuando éste fue tentado por él en el desierto (Mt. 4), cuando usó la misma Palabra de Dios fuera de contexto para intentar engañar y seducir al Hijo del Hombre. Curiosamente, esta misma estratagema es la que está utilizando con la Iglesia, en estos últimos días previos a la venida del Señor a por Su remanente.
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Capítulo 6
¿Hacia la reforma total y mundial?
Justamente para cumplir con lo que dicta el “Nuevo Orden”, es decir, llegar a dominar la tierra como “Cristo corporizado en la Iglesia”, primeramente va a ser imprescindible, tal y como hemos ido comentando hasta aquí, el organizar jerárquicamente el cuerpo de Cristo, de manera que funcione como un ejército bien disciplinado y bien entrenado, porque, ¿cómo se va a poder literalmente “tomar las naciones para Cristo” si previamente no se toman posiciones de autoridad en las mismas?, y ¿cómo se va a hacer eso si primeramente la Iglesia no funciona bajo ese orden de autoridad?
Para lo primero, los profetas y maestros del Reino Ahora alientan constantemente a los creyentes a trabajar y creerle a Dios para alcanzar las posiciones de poder de este mundo. Transfiero lo que en su momento fue la siguiente noticia:
“El cantautor cristiano Marcos Witt, además de su labor artística, se perfila como un auténtico portavoz de la comunidad latina ante las autoridades de la nación norteamericana. Quizás como resultado de su experiencia en este papel, hizo un llamado a los evangélicos para involucrarse en puestos de influencia. Marcos Witt, realizó unas importantes declaraciones en torno a un tema poco escuchado en general, y menos en boca de Witt: La política. Marcos, ahora pastor de una próspera congregación en los Estados Unidos, con una fuerte convicción y conocimiento de causa, desafió al liderazgo cristiano a involucrarse en puestos de influencia. "Cada uno de nosotros tenemos una responsabilidad ante la comunidad. No decir más "ojalá", hay que involucrarse en la política", aseveró” 1
Personalmente no tengo nada en contra de que si Dios abre puertas para entrar por ellas, entremos. Pero asegurémonos que es Dios quien las abre, porque el diablo también sabe abrir puertas y llegar a hacernos creer que tales puertas las ha abierto el Señor. El motivo de Witt de animar a que los cristianos se metan en política, obedece a su teología. El es de los que cree que los cristianos debemos entrar en el mundo tomando posiciones, para cambiarlo. El es un dominionista convencido. Una vez, el gran predicador británico Dr. Martin Lloyd-Jones escribió:
“El propósito del cristianismo no es producir hombres buenos, sino crear hombres nuevos, no mejorar la sociedad como tal, sino confrontar a los hombres individualmente” 2 (énfasis nuestro)
Y en cuanto a Witt, una cosa son las buenas intenciones, y otra muy diferente la voluntad de Dios expresada en la Escritura, y como venimos diciendo a lo largo de este libro, en este mundo, el próximo capítulo es el levantamiento de la Bestia Anticristo (Ap. 13), y no la presunta dominación de la Iglesia sobre el mismo.
1. Ahora queremos más; no sólo avivamiento, ¡queremos reforma total!
Una muy conocida profetisa dominionista y neo reformista profetizaba sin cesar, y a voz en cuello en un congreso celebrado en el mismo plató de la televisión T.B.N-Enlace en Madrid, España. Cindy Jacobs, ya que de ella se trata, decía que el Señor les decía a éste y a aquél que se levantaran en Su nombre y que “conquistaran y dominaran”; que les iba a dar las naciones para que las tomaran en Su nombre. Añadía, diciendo supuestamente de parte del Señor: “No es sólo
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un avivamiento mundial lo que traigo, dice el Señor, sino una Reforma mundial…” 3 Hasta profetizó a alguien entre el público que tal individuo iba a ocupar la presidencia del gobierno de su nación. El hermano Fernando H. de Costa Rica, nos pasó el siguiente testimonio que es exactamente el mismo que el anterior, si cabe más exagerado, y esta vez protagonizado por Carlos “Cash” Luna, y es el siguiente:
“Tras un viaje de “encuentro”, el señor Luna, se dirigió a uno de los muchachos de mi congregación, (yo no fui, pero lo contó el pastor en el culto, y luego el muchacho lo ratificó), y le dio la profecía de que este joven iba a ser el “primer Presidente de Centroamérica” ¡decir que él iba a ser presidente de TODA Centroamérica; eso habrá que verlo! 4 (énfasis del autor)
¿Por qué ese afán en “envisionar” a los cristianos con grandilocuencias dispares? Es absolutamente patente el esfuerzo de querernos hacer entender de que, sin lugar a dudas, la Iglesia va a, no sólo cristianizar las naciones, sino traer una reforma mundial sin precedentes, porque, dicen, estamos estableciendo el Reino. Charles G. Finney, antes de su conversión a Cristo, había sido masón por años. Una vez dijo darse cuenta de la maldad de ese sistema, se puso manos a la obra, y escribió un libro titulado “El carácter, declaraciones y obras prácticas de la francmasonería”, en el cual denunció públicamente la gravedad de ese sistema diabólico. Decía que la administración americana está casi toda en manos de los masones, al igual que la prensa. Una de las citas de ese libro es la siguiente:
“Creo que todas las oficinas civiles del condado donde yo residía mientras pertenecía a ellos, estaban en sus manos. No recuerdo haber visto un magistrado, un comisario, o un alguacil de ese condado que no fuera al mismo tiempo un masón” 5
Nótese que Finney escribió esto en el 1869, fecha de publicación de su citado libro. Si eso fue así entonces, ¿qué no será ahora? Mi reflexión es la siguiente. Sabiendo que casi todos los estamentos de la administración civil y militar, la economía, etc. así como los medios de comunicación, etc. de esta sociedad occidental están infestados e infiltrados por el poder masónico y derivados, llámesele Illuminati, Jesuitas, ¿Cómo se puede pretender que Ahora es el Reino? ¿De qué reino nos están hablando realmente esos seguidores dominionistas, si es que lo saben? Es indiscutible la conexión entre la Masonería y el Dominionismo a alto nivel.
Acerca de la preparación debida en la Iglesia para la implantación de la conquista de las naciones, Tricia Tillin, comenta lo siguiente:
“La Iglesia estaría basada en unos nuevos paradigmas…la doctrina de la cristianización del mundo antes del retorno de Jesucristo. Abundando en el error, se propone el Gobierno Eclesial de los apóstoles y profetas, siendo creados en estos días a partir del liderazgo carismático…” 6 (énfasis nuestro)
Se propone y se enseña justamente eso último, una Iglesia absolutamente jerarquizada. La “New Apostolic Reformation” (Nueva Reforma Apostólica) de C. Peter Wagner parece estar tras de esa idea y concepto. El autor de ese sonoro nombre, que por cierto, según él mismo, no le fue fácil inventar, 7 propone cambiarlo casi todo a nivel eclesial. Resumiendo el artículo de un colega suyo, Donald Miller, nos habla de un “nuevo nombre”, “nueva estructura de autoridad”, “nuevo enfoque ministerial”, “nuevo estilo de alabanza”, “nuevas formas de oración”, etc. Pero lo más central de esta “New Apostolic Reformation” (Nueva Reforma Apostólica), sería el lanzamiento de los nuevos apóstoles y profetas. 8 Vemos otra vez aquí, que la forma tradicional de hacer iglesia evangélica, ya habría quedado obsoleta según ellos. Ahora, a través de unos pocos pero muy ungidos hombres y mujeres, ¡veremos como las cosas van a cambiar! La nueva profetisa Cindy Jacobs lo expone con diáfana claridad:
“La Biblia expresa claramente que hay veinticuatro ancianos que se postran delante del trono de Dios y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono (Ap. 4: 10). Existen ancianos en el cielo, y Dios quiere también que se establezca el oficio de ancianos en la tierra“¿Cuál es el tipo terrenal de este oficio celestial de ancianos? Creo que son los apóstoles que Dios está levantando en las naciones. Al ser reconocidas las estructuras apostólicas de autoridad del reino sobre las naciones enteras, un mover poderoso del Espíritu Santo será desatado hacia la tierra que afectará el sistema físico gubernamental. Los avivamientos barrerán naciones enteras, y los reyes de esas naciones echarán sus coronas terrenales ante el que está sentado en el trono” 9 (énfasis nuestro)
Así pues, la condición para que ese “Avivamiento” sea un hecho – dice Cindy Jacobs (y como ella, los maestros reformista-dominionistas) – es necesario:

I. Que Dios levante esos milagrosos apóstoles, (dicen que ya lo está haciendo)
II. Que todos crean en esos nuevos apóstoles ungidos.
III. Que se reconozcan esas estructuras apostólicas de autoridad sobre las naciones enteras.

Pero para tristeza y lamentación de los proponentes de la Nueva Reforma Apostólica - como así la llaman, y veremos más en un próximo capítulo - no todos los cristianos, ministros o no ministros, reconocemos a esos “nuevos apóstoles”, tampoco reconocemos esas “estructuras o redes apostólicas de autoridad del reino sobre las naciones” (¡?!), así como tampoco creemos que Dios lo esté levantando, ni mucho menos. No obstante, para ellos, las denominaciones y concilios son un gran estorbo. Los pastores que entendemos que nuestras congregaciones no tienen por qué estar en ninguna red apostólica o bajo un determinado “apóstol”, somos rebeldes. Los que no pensamos según la mentalidad del “Reino Ahora”, estamos en error y somos más bien un freno a sus pretensiones expansionistas, y así un largo etcétera. Según ellos, ahora es el tiempo de unificar toda la Iglesia. Es el tiempo de que los ministerios, organizaciones, iglesias, etc., bajo el control y autoridad de los llamados apóstoles, formen redes, y redes de redes como nunca antes. Formen nuevas alianzas, formulen nuevas doctrinas, estructura y liderazgo para una absoluta Nueva Iglesia Global. 10 Es revivir la iglesia constantiniana, ni más ni menos.
Escudándose en la ignorancia
Algunos predicadores de la misma posición teológica que aquella profetisa internacional antes mencionada, se excusan ante todos sus oyentes diciendo que “no entienden el libro de Apocalipsis” 11, para seguir justificando sus improperios doctrinales. No contentos con eso, arremeten contra los que creemos en la profecía bíblica y su implicación escatológica, burlándose de nosotros y de nuestra creencia. En el mismo congreso televisivo en el que participó dicha profetisa, lo siguiente fue literalmente declarado por un predicador, Bruno Interlandi, que lleva el inescritural título de “apóstol de mercado”:
“Hay dos motivos por los cuales muchos no creen que Cristo es el Rey en este mundo, y que el Reino no está establecido. El primer motivo se llama ESCATOLOGIA. El libro de Apocalipsis, que la verdad es que yo no lo comprendo, habla de un Anticristo; de mucho juicio de Dios contra este mundo, y que en un momento dado, la Iglesia será sacada de este mundo...Hay quienes todavía predican, ¡sí todavía! que la Iglesia va a ser sacada de este mundo; que Cristo vendrá sobre las nubes en un caballito blanco para llevársela...una iglesia debilitada y derrotada...” 12
No es justo que hombres que dicen serlo de Dios, hablen de este modo por la “televisión cristiana”, y que se les permita hacerlo, potencialmente viéndoles muchos miles de personas de todo tipo, exponiendo sus necios argumentos sin miramientos, ni sabiduría, ni respeto a la Palabra, y a los demás creyentes que sí creemos en lo que ellos burlonamente niegan. Eso no le da la gloria a Dios, obviamente.

En primer lugar, debo destacar el improperio de presentar la Escatología como un problema. La Escatología, “scatos” (último) “logos” (tratado), como su propio nombre indica, es la doctrina de las últimas cosas. La Biblia es un libro eminentemente escatológico, porque es profético. Presentar la Escatología como un problema es como presentar la misma Biblia como un problema también, aunque comprendo que a la hora de creer y dar a conocer sus planteamientos pseudo teológicos, la Escatología les sea un estorbo.
En segundo lugar, contrariamente a como dice Interlandi, nosotros los cristianos sí creemos que Cristo es el Rey de este mundo (Mt. 28: 18), porque Él es Dios.
En tercer lugar, nosotros los cristianos de la Biblia, no creemos que Cristo viene a llevarse a una Iglesia debilitada ni derrotada, sino al contrario, viene a llevarse a Su remanente que le espera, es decir, a todos aquellos que, por haber nacido de lo Alto (Jn. 3: 3), esperamos el cumplimiento de la Esperanza Bienaventurada (2 Ti. 4: 8b; Tito 2: 13, 1 Ts. 4: 13-17), que por cierto, no se realizará viniendo el Señor sobre un “caballito” blanco. Tal predicador debería saber - y si no mejor no subirse a un púlpito, lo cual conlleva mucha responsabilidad (Sgto. 3: 1) - que Jesús sólo vendrá sobre un caballo blanco cuando vuelva en gloria (Ap. 19: 11), a reinar sobre este mundo, estableciendo el Reino verdadero (el que ellos pretenden que es ahora).
Burlándose del Arrebatamiento y de los que lo creemos
Lamentablemente, el testimonio de ese predicador dominionista-neo reformista no es el único. Hay maestros, y bien reconocidos que incluso emplean unas maneras más ominosas para expresarse en relación a la esperanza bendita del Arrebatamiento. El maestro restauracionista británico Gerald Coates, dijo así:

“La idea del Rapto es ridícula…Debemos concluir que la teoría del rapto secreto puede muy bien ser evangélica, aun y así no es bíblica. Es una idea grotesca – el Rapto puede ser una agradable doctrina para los cobardes, pero no es más que un pensamiento deseable, y debe ser relegada al área del mito y la fantasía” 13
¡No entendemos como puede ser doctrina evangélica y no ser bíblica! Esto es como decir, es doctrina bíblica y no es bíblica, a la vez. Es un contrasentido. Y es que estos autores anti-Arrebatamiento, mal que les pese, deben doblegar sus rodillas ante la Palabra escrita (1 Ts. 4: 13-18), la cual proclama la verdad, y denuncia atropellos como el destacado aquí. Por otra parte, si esa doctrina del Rapto es para los cobardes según dice Coates, entonces, la Iglesia de Jesucristo es cobarde y vive engañada en el mito y la fantasía.
No se debe negar el hecho de que Cristo viene a por los suyos
Damos gracias a Dios por Su Palabra: “Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos...” (2 Ti. 2: 19).
Pero no hemos de ser desconocedores de lo que nos envuelve. Existe mucho error y maestros del error colándose en las filas de la Iglesia hoy en día. Existe un movimiento que busca el alegorizar la Escritura, haciéndola simbólica o “espiritualizada”, y por tanto, de interpretación al uso. Esa es una de las razones por las cuales muchos niegan el Arrebatamiento hoy en día, porque sólo quieren ver en la Palabra lo que quieren ver. Al dejar la interpretación literal de la misma, se pierden en los cauces de la imaginación sin límite, que pueden llevar a cualquiera a los más desconocidos mares del sinsentido. Leemos así de un conocido ministerio apologista:
“Los modernos reveladores gnósticos, dirigen la manera de empequeñecer lo que Jesús nos comisionó como nuestra manera de vivir la verdad. Las doctrinas especialmente para los últimos días han cambiado. No más Rapto, o aparición del Anticristo, la Tribulación o la venida premilenial de Jesucristo. En vez de esto, y en su lugar, tenemos sólo victoria y nuestro conquistar la tierra y reinar antes de que vuelva el Señor. Si lo piensas bien, si podemos gobernar y reinar, ¿quién realmente necesita a Cristo?” 14

Si nos damos cuenta, en todas existe un tácito alejar a Cristo de la Iglesia, por hacer de ella un dios en esta tierra, hasta el punto que algunos ya dicen que Cristo no es necesario que vuelva, porque volverá incorporado en la Iglesia. “The Manifest Sons of God” (Los hijos de Dios Manifestados) es el movimiento y doctrina que enseña que el cuerpo de Cristo va a llegar a una madurez espiritual tal, que podrá incluso vencer a la muerte 15, en este mundo. Esto lo sacan como pretexto del contexto de las palabras de Pablo de Romanos capítulo ocho. Algunos dentro de este movimiento que se puede englobar partiendo de la enseñanza de Latter Rain Movement, dominionista a ultranza, dicen que la Iglesia de los últimos tiempos dará a luz a ese Cristo incorporado, por lo tanto, el Jesús resucitado y literal, no será necesario que vuelva a la tierra, ya que previamente estará “corporizado” espiritualmente en su Iglesia, la cual tendrá el poder para conquistar incluso la muerte por sí misma. Eso es simple y llano gnosticismo y pensamiento de la Nueva Era.
Los que creen lo que creen, y no saben por qué lo creen
Volviendo a la pura cuestión dominionista, no todos tienen posiciones tan extremas, la verdad sea dicha. Algunos ni siquiera tienen claro todo eso del Reino Ahora, ni de “tomar las naciones” por ocupar los puestos de responsabilidad gubernamental, social, educacional, etc., ni de “enriquecerse para Cristo”. Al respecto de esto último, escuché a un pastor reformista conocido mío, diciendo públicamente en un medio televisivo: “¿Por qué nosotros los cristianos no podemos ser millonarios en Euros”? 16 Lo decía en el contexto de “ganar el mundo para Cristo”, y me imagino que eso de exigir ser millonarios en Euros sería parte del plan. Pero como venía diciendo, no todos saben por qué creen lo que creen. Han ido a cientos de congresos de corte dominionista, de la prosperidad y de la súper-fe (word-of-faith), y han bebido de esas aguas aun sin cerciorarse de la potabilidad de las mismas. Han llegado a conclusiones parecidas a los proponentes de la “teología del Dominio”, pero no sabrían explicar por qué creen lo que creen. En este orden de cosas, recuerdo lo que me dijo un buen conocido mío, un pastor británico cuando le comentaba sobre el libro de Apocalipsis, y le hablaba sobre el próximo surgimiento de la Bestia Anticristo (Ap. 13), de la Tribulación, del Milenio, y me respondió diciendo “Yo no creo esto”. Me quedé muy sorprendido. Al poco se volvió a mí y me dijo: “Bueno, no sé, quizás tengas razón, la verdad es que no lo tengo claro”. La razón de ese absurdo, es porque él ha estado por muchos años bajo la influencia y enseñanza del Restauracionismo británico, que es Dominionismo, y que su enfoque está en el levantamiento de la Iglesia para conquistar el mundo, obviando absolutamente el libro de Apocalipsis, en cuanto a las cosas comentadas. Esta es la razón y motivo por los cuales deberíamos tener mucho cuidado que comemos y bebemos.

El mismo consiervo, años más tarde, se abría conmigo, y me decía que el Restauracionismo fue una gran idea, pero que se vino abajo en el Reino Unido a causa de la mala gestión de sus líderes. Añadió diciendo, que eso mismo estaba ocurriendo con el G12 (gobierno de los doce) en Gran Bretaña en esos momentos. Ese varón, aparentemente no fue capaz de comprender, que a pesar de que es bien cierto que los hombres fallamos, y eso es indiscutible, no es menos cierto que los sistemas doctrinales errados, y los métodos o modelos de iglecrecimiento presuntamente cristianos, también se reconocerán como lo que son: falsos, más temprano o más tarde. Sólo lo que es verdaderamente de Dios permanece para siempre, pero lo que no es de Él, o que simplemente es obra de los hombres, aunque bien intencionada, cae, aunque este, no es un asunto baladí, y puede causar muchas bajas en el proceso, como está ocurriendo. Jesús dijo: “Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada” (Mt. 15: 13), pero no sabemos cuándo. El ejemplo lo tenemos en la misma institución vaticana, que aunque caerá, todavía perdura.
En cuanto a que lo que no es de Dios caerá, lo vemos tantas veces en la historia. Uno de esos casos fue el consejo y obra de Teudas, o de Judas el Galileo (Hchs. 5: 36, 37). Tanto él como los que le rodeaban, pretendían hacer la obra de Dios, buscando el establecer el reino mesiánico antes de tiempo de la manera como lo entendían en ese tiempo. Con el nombre de Dios en sus bocas, y con la intención de hacer lo que creían era Su voluntad, se levantaron contra el mundo que les rodeaba, es decir los romanos, pero fueron derrotados y muertos. No podemos ni debemos ayudar a Dios, debemos hacer sólo lo que Él nos ordena hacer, y esto ya está escrito en la Palabra.
Creo que llegados a este punto, podemos entender ya más de la gravedad del asunto de todo lo que estamos tratando. Si la Iglesia abandona la interpretación literal de la Escritura, y entre otras cosas, deja de creer en el Arrebatamiento de la Iglesia, el retorno literal de los judíos a su tierra original, la Bestia Anticristo como personaje y literal, la Tribulación literal, el literal juicio de Dios sobre este mundo, el Milenio literal cuando vuelva el Rey, etc. y avanza en una interpretación alegórica al estilo del viejo Orígenes, entonces preparémonos para un tremendo engaño (como ya ocurre). Cualquier cosa y doctrina se pueden sacar de la Biblia si se interpreta fuera de contexto, tratándola como un libro lleno de símbolos y metáforas. En ese sentido, en la conferencia europea del G12, en Londres (Reino Unido) del 2004 17, César Castellanos, quien me fue personalmente presentado junto con su esposa en un momento aparte, ante los miles allí, hizo su apología del número 144 (múltiplo de 12), y para ello, y absolutamente sacándolo de su literal contexto (cosa que notaron hasta los más allegados a ese movimiento), nos leyó el pasaje que habla de los 144.000 sellados de las tribus de Israel que se encuentra en el libro de Apocalipsis 7: 1-8. Seguidamente dijo que ¡apartáramos de nuestra mente los millares, y nos quedáramos sólo con los 144! (¡¿?!) Prosiguió su disertación, y la Palabra de Dios quedó chasqueada y defraudada. Cualquier cosa se puede sacar de la Biblia si se quiere, haciendo de ella un útil para la defensa de cualquier pensamiento de tipo personal, por alegorizar su contenido. Un texto fuera de contexto, es un simple pretexto.
Es del todo evidente que el G12 se mueve en los mismos parámetros que el viejo (y nuevo a la vez) Latter Rain Movement. El citado movimiento cambió la manera de interpretar la Biblia. Como principio hermenéutico, usaban la tipología y la alegoría siempre a la hora de ilustrar la doctrina. En vez de interpretar la Escritura tal y como es, es decir, de forma literal. Lo que hacían (y hacen) es espiritualizarla o interpretar la doctrina literal en metáfora, de tal manera que ya no significaba lo que decía en su contexto. Ahí el caso de Castellanos y su enseñanza sobre los 144, basándose en los 144.000 de Apocalipsis.
¡Debemos ser claros! No podemos utilizar la Biblia para defender nuestras ideas preelaboradas de antemano. Eso es un fraude. En realidad lo único que demostramos actuando así, es aupar nuestra filosofía por encima de la verdad de Dios, en un claro menosprecio hacia la misma, lo que se corresponde con un claro menosprecio al mismo Dios. Nos hace falta mucho temor de Dios, especialmente en estos días últimos, previos al Levantamiento de la Iglesia. Pero vemos en toda esta dinámica atrás mencionada toda una intencionalidad y acción que se mueve entre bambalinas y más allá, para levantar la gran iglesia ramera en este mundo: El absoluto, completo y abominable fraude religioso que está para ser levantado (Ap.13)
2. Penetración de los agentes del catolicismo romano
En mucho de lo que en este libro se expone, tiene que ver, por activa o por pasiva la influencia y gestión del Vaticano. Por lo tanto, nos será necesario investigar y verter aquí lo pertinente acerca de ese ente político-religioso-económico-militar que tanto ha hecho en esta tierra a favor del enemigo de todas las almas.
Para hoy en día entender el catolicismo romano, uno debe ser muy perspicaz, y no dejarse engañar en cuanto a la imagen que esa institución plantea a todos. Debe discernir entre esa apariencia, estudiada hasta el último detalle especialmente a raíz del Concilio Vaticano II (1962-1965), y la realidad de ella. Es más, la cara que Roma ofrece al mundo, y a los verdaderos cristianos, varía de un país a otro, dependiendo del grado de influencia que llegue a tener. La manera de comprender realmente lo concerniente al catolicismo, es echando un vistazo a su historia y a su doctrina oficial. La historia es fiel aliada de la verdad; su doctrina oficial es un espejo diáfano de su realidad.
La mayoría de los católicos y no católicos, así como de líderes cristianos, piensan equivocadamente que el mencionado Concilio Vaticano II liberalizó el catolicismo romano; un gran despliegue de medios se utilizó para hacer creer que esto ocurrió realmente así. El lema utilizado por Juan XXIII “aggiornamento”, es decir, “puesta al día”, convenció a propios y a extraños hasta el día de hoy, y fue canal preciado de un pretendido ecumenismo que se
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desarrolla con fuerza inusitada hasta la fecha y que tendrá (y está teniendo) implicaciones escatológicas importantísimas, y muy graves para aquellos cristianos que se están dejando seducir.
La realidad, bien lejos de su maquillada bondad, es que dicho Concilio reafirmó los cánones y decretos de los previos concilios claves, entre ellos, el de Trento, como fue dicho:
“Este concilio sagrado (Vaticano II) acepta lealmente la venerable fe de nuestros antecesores...y propone de nuevo los decretos del Segundo Concilio de Nicea, del Concilio de Florencia, y del Concilio de Trento” 18
¡Atención a ese último! El Concilio de Trento, en el que la doctrina de Roma se hizo oficial, afirmó:
“Si alguno dijere que en la misa no se ofrece a Dios un sacrificio propio y verdadero, sea anatema” (es decir, sea maldito)
Ese anatema, según Roma lo entiende, es merecedor de ser excomulgado, y merecedor de muerte eterna. Muchos protestantes fueron asesinados cruelmente en la hoguera por la Inquisición por no creer ni seguir la enseñanza tridentina. Hermanos, eso no ha cambiado. Seguimos leyendo:
“Si alguien niega que en el sacramento de la Santísima Eucaristía están presentes verdadera, real y substancialmente el cuerpo y la sangre y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y consecuentemente Cristo mismo, sino que dice que es sólo un símbolo, figura o fuerza, sea anatema” (es decir, sea maldito).

Sigue diciendo el Concilio de Trento:

“Si alguien niega que en el venerable sacramento de la Eucaristía el Cristo integral está contenido bajo cada forma y bajo cada parte de cada forma cuando se divide, sea anatema” 19
“Si alguien dice que en el santo sacramento de la Eucaristía, Cristo el unigénito Hijo de Dios, no ha de ser adorado con el culto de latría, también externamente manifestado, y que consecuentemente no ha de ser venerado en festividad solemne extraordinaria, ni ha de ser cargado solemnemente en procesión según los laudables y universales ritos y costumbres de la santa Iglesia, ni ha de ser exhibido públicamente ante el pueblo para que lo adoren, y que por lo tanto los adoradores son idólatras, sea anatema” 20
¡Es tremenda la cantidad de maldiciones que declararon sobre los verdaderos cristianos esos romanistas de Trento, y nada de todo eso ha cambiado ni un ápice! El Concilio de Trento, fue la respuesta a la Reforma Protestante, y los que lo iniciaron y llevaron adelante, fueron los Jesuitas de Loyola.
Con el Vaticano II, ¡nada realmente cambió, y no es cierta su pretendida intención de cambio! Es sólo un ardid para engañar a cuantos ingenuos creyentes verdaderos se pongan por delante. Roma no ha cambiado, sólo ha tenido que adaptarse cosméticamente a los nuevos tiempos. Aun en el siglo XX, en el año 1908, el cardenal Lepicier, profesor de teología sagrada en el Colegio de la Propaganda de Roma, escribía así:
“Si alguno hace públicamente profesión de herejía, no solamente será reo de excomunión, sino que podrá ser justamente ajusticiado, de manera que su ejemplo contagioso y malsano no sea perjudicial para muchos más” 21

Esa siempre ha sido la manera como la Roma eclesial ha pagado a todos aquellos que han disentido de sus espurias enseñanzas. Al constituirse a sí misma como la única y verdadera iglesia de Cristo, la iglesia de Roma, cae en un segundo y craso error. Si es la única Iglesia de Cristo, lógicamente no puede haber salvación fuera de sus muros espirituales; y justamente así lo declara. El papa Pío XII declaró lo siguiente:
“Para los que no pertenecen al cuerpo visible de la Iglesia [católica]...ninguno puede estar seguro de la salvación eterna, porque,...todavía están privados de las ayudas y favores celestiales que sólo se encuentran dentro de la iglesia católica” 22
Algunos todavía me insistirán diciendo que eso es cosa del pasado y que los antiguos herejes (cristianos) son a partir del Concilio Vaticano II “hermanos separados”. Bien pues, justamente dicho Concilio Ecuménico dice así al respecto:
“Este santo Concilio enseña...que la Iglesia (Católica)...es necesaria para la salvación...Por tanto, no podrían ser salvos los que, sabiendo que la Iglesia Católica fue fundada como necesaria por Dios mediante Cristo, rehusaran o entrar en ella o permanecer en ella” 23 (énfasis nuestro)
Así que no seamos ya más torpemente ingenuos, y conozcamos bien a aquellos que nos quieren mal, y acerca de sus engaños.
El Concilio Vaticano II, fiel sucesor del de Trento
El Concilio Vaticano II que se inició en el año 1962, tenía como finalidad modernizar la iglesia católica y romana, pero modernizar en la forma exterior; en la forma simplemente de presentación al mundo, pero no en el fondo, dado que eso es imposible. La iglesia de Roma es semper eadem (siempre la misma; jamás cambia). La prueba está en que las doctrinas que se definieron en el Concilio de Trento siguen y seguirán estando en vigor. En el Concilio de Trento, como apuntamos, los Jesuitas fueron el poder predominante. Los documentos del Concilio de Trento se basaron en la constitución de Ignacio de Loyola, una manera nueva y efectiva de intentar destruir el protestantismo. En el Concilio de Trento, las dos columnas que sustentan a la iglesia de Roma: La Sucesión Apostólica y el Poder Temporal, fueron solidificadas. Esa fue la tesis de Loyola. Todo el esfuerzo de Ignacio de Loyola y de sus sucesores, fue el de intentar destruir la Reforma Protestante, además, con su Contrarreforma tridentina.
El comienzo del movimiento ecuménico en el Concilio Vaticano II celebrado después de la Segunda Guerra Mundial, ha llevado a muchos a creer que las doctrinas del Concilio de Trento ya no tienen vigencia, pero en absoluto es esto así. El Papa Juan XXIII dijo: “Acepto completamente todo lo decidido y declarado en el Concilio de Trento” ¡no podía ser de otro modo!
La Constitución Dogmática “Lumen Gentium”, publicada por el Vaticano II, es el texto más ensalzado por ser el más trascendental logro del Concilio. Este importante documento afirma claramente que no define ninguna doctrina o dogma nuevos. Por tanto, las doctrinas expresadas en el Concilio de Trento tienen vigencia absoluta. Roma no puede volverse atrás de todo lo que ha venido declarando como dogma anteriormente, si quiere seguir existiendo como tal. Ella debe seguir siendo semper eadem.
El mundo entero fue engañado, el Concilio Vaticano II no fue más que un gran teatro, un pavoroso pretexto para disimular los planes de dominio mundial, una cortina de humo para ocultar las verdaderas y maléficas intenciones de esa que dice ser la santa madre iglesia, y que fuera de ella, no hay salvación.
El abrazo de la unidad letal
A raíz del Vaticano II, la Roma eclesial pretende abrazar a todos los movimientos religiosos bajo su manto, y eso incluye a la Iglesia Ortodoxa, auténtica rival a muerte; a los protestantes, antes llamados herejes y anatemas, ahora, después del Vaticano II, “hermanos separados”. De ahí, todo ese énfasis sobre el llamado amor verdadero, y esas bellas palabras de la unidad de los cristianos. En realidad, lo que busca Roma no es la verdadera unidad de los cristianos ya que es imposible que personas con diferentes creencias - aquí estoy hablando de doctrinas básicas - puedan tener la unidad en el Espíritu (Efesios 4: 5, 6). Entre los verdaderos cristianos, es la Palabra de Dios la que nos une, tal y como el Espíritu Santo la inspiró. Roma, tiene su propia palabra. Vemos como el diablo es sutil, que pelea contra nosotros, los verdaderos cristianos con nuestras propias armas: El amor, la unidad, el entendimiento, la comprensión, la bondad, etc. pervirtiéndolos. El finado Dr. Rivera ex jesuita de alto rango, testifica que él mismo fue ordenado a unirse a las fuerzas ecuménicas en el tiempo del papa Juan XXIII, y da a conocer el siguiente hecho por parte de los maestros jesuitas a sus correligionarios:

“Gracias a nuestros agentes secretos hemos calladamente entrado en la televisión y editoriales cristianas, y hemos sido aceptados como maestros, pastores y evangelistas. Estamos propugnando sólo el amor y la unidad para que nos una a todos ¡Es nuestro avivamiento! Nuestra obra maestra es la tercera fuerza, el movimiento carismático; este es el puente a Roma. Los protestantes nos han aceptado con los brazos abiertos” 24 (énfasis del autor)

“Si no puedes con tu enemigo, ¡únete a él!”. Como Ramera que es (Ap. 17: 5), la iglesia católica y romana ha buscado a través de la seducción espiritual, atraer a sí misma a todos en sus ansias de poder y de absoluta megalomanía. Roma se dio cuenta después del fracaso del resultado de la Segunda Guerra Mundial, donde perdieron sus paladines, Hitler y Mussolini, que debía de cambiar de estrategia. Ya no podía hacer como siempre había hecho, es decir, empleando la imposición abierta y la fuerza de los ejércitos de los reyes y emperadores. La nueva estrategia se llamaba: ecumenismo. Escribe Dave Hunt:
“Habiendo perdido su categoría como la iglesia oficial del estado en casi todas las partes del mundo, y no pudiendo ya más imponer la pena de muerte por el inconformismo, Roma ha adoptado nuevas tácticas. Fue debido a su iniciativa, siguiendo la publicación de Dignitatis Humanae (la Declaración de la libertad de religión) en el Concilio Vaticano II, que los concordatos en unos cuantos países remanentes donde sólo se permitía el catolicismo, se cambiaron para otorgar libertad de religión” 25

La estrategia que escogió, llamado también el plan “B”, fue la de buscar asociarse con el mundo protestante o evangélico, introduciéndose en él, y buscando llamar su atención, sobre todo a través de lo que vendría a llamarse el Movimiento Carismático. La meta final de todo ello, sería la de llevar a los verdaderos creyentes al engaño, y consecuentemente a los pies del Anticristo, vía el Falso Profeta (Ap. 13: 11 ss). Lejos de fracasar, están teniendo un éxito muy grande, ya que una gran mayoría de los santos no se dan cuenta que, una gran multitud de líderes, han sido ganados para la causa de Roma, y les están arrastrando sin percatarse del peligro inminente.

Los Jesuitas se movieron y trabajaron duramente, así como siguen haciéndolo. El Concilio Vaticano II fue la clave. Oficialmente abrió las puertas para que los católicos pudiesen involucrarse en el Movimiento Carismático, y presentó la más amable de las caras que jamás ha mostrado la Ramera a toda la cristiandad.

Antes de proseguir, y a modo de pequeña reseña, daré a conocer el orden de cómo se sucedieron los hechos. El Movimiento Carismático, evolucionó a partir del Movimiento Pentecostal, el cual a su vez surgió del Movimiento de Santidad en los Estados Unidos. Así que vemos que algo que fue de Dios, como la predicación de la santidad, la separación con lo pecaminoso, y el redescubrimiento de los dones espirituales (1 Co. 12), fue más tarde en parte contaminado por el diablo, y usado para su beneficio gracias a la mala gestión de ciertos siervos de Dios, que por razones diversas, se dejaron seducir por Roma, y la infiltración de agentes jesuitas haciéndose pasar por verdaderos ministros del Evangelio.

El Diálogo entre los representantes del pentecostalismo, encabezado por David du Plessis y el catolicismo romano, empezó en el año 1971. Este varón fue el mayor contribuyente del movimiento ecuménico de la facción pentecostal, y llegó a ser un puente entre Roma y el mundo del pentecostalismo.26 En el año 1976, du Plessis, apodado Mr. Pentecostés, (porque ya en 1963 había predicado la experiencia pentecostal en cuarenta y cinco países), estaba en Roma para la quinta y final sesión del Diálogo. Se puso en contacto con el cardenal Bea para asegurarle, ingenuamente (o no), que la manera de renovar la iglesia católica había de ser a través de la “charismata” o dones espirituales. El cardenal, alemán de nacionalidad, le aseguró que iba a comunicar en seguida al papa ese mensaje. 27 Por su empeño ecumenista, du Plessis recibió de mano de la sede romana ese mismo año el “Premio Pax Christi” como “evidencia de su gran reputación en medio de los círculos católico romanos” 28
Volviendo al cardenal Bea, este era el encargado del movimiento ecuménico del Vaticano, fue confesor del papa Pío XII, y era un jesuita de alto rango bajo juramento extremo de obediencia absoluta. 29 Curiosamente el cardenal Bea, fue mencionado por el ex jesuita de alto rango, y hermano en la fe que ya partió con el Señor, Dr. Alberto Rivera en sus crónicas. En ellas, él dijo lo siguiente:

“El diablo se está moviendo a través del movimiento carismático para deleite del Vaticano. Hemos sido traicionados por nuestros líderes “cristianos”. En vez de contender por la fe (Judas 3), se han convertido en fariseos, y han comenzado a jugar a la política. Los han puesto sobre pedestales, y han transigido con el diablo. Predican amor y unidad con el Vaticano, en vez de predicar, “…salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor…” (2 Corintios 6: 17)” 30

No hemos de dejar de lado el hecho de que Rivera sabía de lo que hablaba, porque él mismo estuvo sumamente involucrado cuando era jesuita de alto rango en los planes y actuaciones del Vaticano acerca de la cuestión.

Respecto a la intromisión del catolicismo, o más bien, de sus agentes especiales en ciertos grupos pentecostales que resultaron ser a la corta muy activos en su ecumenismo carismático, Tricia Tillin, aporta unos datos muy concretos en relación a todo ello. En concreto, ella dice que hubo aportación secreta por parte de los agentes del catolicismo romano en ambos movimientos, a saber, el Latter Rain y el carismático. Nos trae la siguiente evidencia a modo de hechos conocidos y probados:
“Los católico-romanos Ralph Martin y Steve Clark, se juntaron con el grupo “Fort Lauderdale Shepherding” (*), y en 1974 instauraron un Consejo para trabajar juntos hacia un avivamiento mundial” 31 (énfasis nuestro)
A partir de entonces, los eventos carismáticos fueron ecuménicos; carismáticos evangélicos con carismáticos católico-romanos.
(* The Fort Lauderdale Five, fueron los fundadores del Shepherding Movement. Entre ellos estaba Ern Baxter, que en su día fue secretario de William M. Branham, el profeta del Latter Rain Movement que “sanaba” y “profetizaba” a través de su ángel (¡su ángel dentro de él!) Baxter exaltó a Branham siempre)
Durante un peregrinaje a Tierra Santa en 1977, el Consejo en cuestión se reunió y acordó trabajar con el cardenal Suenens. Entonces escribieron una declaración que decía:
“Nosotros, el Consejo, nos comprometemos a trabajar con el cardenal para la restauración y unidad del pueblo cristiano, y la evangelización del mundo en proyectos en los cuales podamos estar de acuerdo” 32
¿Cómo se puede trabajar hacia la unidad del pueblo cristiano con la jerarquía romana? Es realmente triste que, en muchas ocasiones por la simple ignorancia de líderes pentecostales de origen anglosajón, muy desconocedores de la realidad de Roma, y por su afán en hacer venir ese pretendido avivamiento mundial como fuere, para que el Reino sea establecido, sean capaces de no discernir y se pongan de acuerdo con esa institución religiosa llamada catolicismo romano, que tantísimo daño ha hecho al verdadero cristianismo y a muchos otros a lo largo de su vergonzosa historia. Desconocen, o no quieren reconocer, que el Vaticano lo que busca a través de su pretendida “visible unidad de la iglesia” es en realidad la visible supremacía de la iglesia de Roma con su papa al frente. Para ello, no dejan de usar lemas muy bien pensados por las mentes jesuitas. El siguiente eslogan se hizo muy popular, y sigue engañando a muchos hoy en día: “Unidos por una variedad de relaciones, en vez de estar divididos por el dogma”. En otras palabras, la unidad primaría sobre la sana doctrina. Este fue el espíritu a la hora de la realización de un evento ecuménico en Buenos Aires (Argentina) en el 2006, donde entre otros ministros evangélicos, participó el cantante Marcos Witt junto con curas y frailes católicos; entre ellos Raniero Cantalamessa, predicador oficial de la Casa Pontificia. Tal evento tuvo “el apoyo y aliento del cardenal Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina” 33 En una entrevista que se hizo al respecto de ese evento ecuménico, el cantante Marcos Witt, compareciendo junto con el fraile Rainiero Cantalamessa, expresó:
“...Es un nuevo día y necesitamos buscar un nuevo camino. Quiero caminar por esta vereda diferente, ¡porque ya conozco la otra!...” 34
La “otra vereda” a la que hacía expresa mención Marcos Witt, la cual le parece ya antigua y desfasada al cantante, es la de la separación de la luz del Evangelio respecto a las tinieblas del papado. ¿Es consciente Marcos Witt de lo que está haciendo? ¿Es consciente, no sólo del daño que se hace a sí mismo, sino a todos los demás hermanitos que le siguen y que para ellos, él es ejemplo a imitar? ¿Es consciente de lo que significa caminar, como dice él mismo, en diálogo, respeto y acercamiento con Roma? Podríamos seguir haciéndonos preguntas en ese sentido, pero si Witt es o no es consciente poco importa, la Palabra es muy clara en cuanto a no unirnos a yugo desigual con los incrédulos, y todo tiene sus consecuencias, a la corta o a la larga. La Palabra es bien diáfana:
“Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis” (1 Corintios 5: 11) (énfasis nuestro)
Marcos Witt en dicho encuentro ecuménico en Buenos Aires (Argentina)
Marcos Witt, debido a sus comentarios netamente pro ecuménicos, y a la ulterior respuesta evangélica, rebatiendo dichos comentarios y actuaciones, como la del Evento ecuménico de Buenos Aires (junio 2006), mostró un vídeo suyo, en el que él mismo sale haciendo unas declaraciones, defendiéndose. Rescatamos lo principal de lo que ha dicho en ese vídeo:

“En una conferencia de prensa que se realizó en el evento, mencioné que era interesante que los carismáticos católicos se hubieran reunido con los cristianos evangélicos para desarrollar un diálogo teológico sobre las cosas que nos unían a ambos.
Ese diálogo me pareció un camino interesante. El camino de la confrontación, la acusación y el aislamiento es el que escogieron mis abuelos y mis padres, y ya conocemos los resultados de esa decisión: aislamiento, confrontación y acusación.
Al referirme a un nuevo camino, me refería a esta nueva actitud, una de respeto, de diálogo, de acercamiento, no me refería a ninguna otra cosa, y definitivamente no me refería a dejar mi llamado de ser el embajador evangélico del cuerpo de Jesucristo”. 35
En primera instancia, subrayamos lo siguiente: Witt al considerarse “embajador evangélico del cuerpo de Jesucristo”, está poco menos que diciendo que existen “embajadores católicos del cuerpo de Cristo”, aunque esa última premisa es del todo imposible. ¿Cómo se puede ser cristiano, y ser católico romano convencido y fiel al dogma romano? No hay manera. Es muy confuso Marcos Witt, y tal parece que no tiene las cosas claras. Yo no se realmente que concepto tiene Witt del ecumenismo, pero justamente ese camino nuevo del que habla, es el ecuménico y parece que no lo sabe. El camino ecuménico no es el del evangélico haciéndose católico o viceversa, sino el del “diálogo”, “respeto”, “acercamiento” del evangélico respecto del católico y viceversa, etc. A eso se le llama ecumenismo, y eso es lo que ha hecho y defiende Marcos Witt. Así que, Witt dice no ser ecuménico, pero en realidad sí lo es.
Anotación: “Conocemos perfectamente bien el resultado del distanciamiento, del aislamiento, de la polarización, porque tenemos siglos de historia. Este encuentro es un “camino nuevo, peligroso, difícil, que nos puede llevar a una nueva historia- y afirmó convencido: “quiero caminar por esta vereda diferente, porque conozco la otra”, Declaraciones de Marcos Witt durante III Encuentro Fraterno en Argentina”
“Curas, frailes, obispos romanos, pastores evangélicos, todos juntos en una imposible, irreal, y aún blasfema unidad”
La Biblia es clara en que debemos separarnos - por lo tanto, aislarnos – del catolicismo romano en cualquiera de sus formas o apariencias. La Biblia es clara en que debemos confrontar el catolicismo romano, eso fue lo que hicieron los protestantes o evangélicos de la Reforma, movimiento al cual Witt pretende representar como embajador, pero sin conseguirlo. La Biblia es clara en que debemos acusar formalmente a Roma. Y siguiendo en esa misma tónica, seguimos escribiendo. El 22 de Noviembre del 2006, Benny Hinn viajó a Roma para expresamente encontrarse con el fraile franciscano capuchino Raniero Cantalamessa, el mismo del evento católico organizado por C.R.E.C.E.S. en Argentina, donde participó Marcos Witt. Cantalamessa fue escogido en 1980 por Juan Pablo II para ser el predicador oficial del Vaticano. El capuchino predica un sermón diario en la presencia del papa Benedicto XVI, los cardenales, obispos y demás miembros de la llamada “Santa Sede”. 36 Nuestra pregunta es, ¿qué hace Benny Hinn, supuestamente un pastor evangélico, orando agarrado de las manos con el predicador oficial del Vaticano? ¿Qué tipo de terrible concubinato espiritual tenemos ante nuestros ojos?

Tal y como abiertamente lo expuso el Dr. Rivera, el ex jesuita de alto rango, lejos de ser un movimiento de renovación espontáneo del Espíritu Santo, el Movimiento Carismático, desde su concepción, fue una estratagema cuidadosamente planeada por el Vaticano, manipulando a pentecostales engañados (otros no), para implementar su plan para establecer un milenio de dominación mundial. 37 De esa manera, irán engañando y seduciendo a cuantos pentecostales puedan, y bajo la bandera del “amor verdadero” y la “unidad de los cristianos”, buscar el ir llevándoles de la mano hacia la meta final del diablo: La marca de la Bestia (Ap. 13: 16-18) Nótese que es el Falso Profeta el que hace esto, y ¿quién será ese personaje sino un agente muy especial proveniente de las oscuras y profundas alturas del Vaticano?
“El fraile franciscano Cantalamessa y los pastores evangélicos en III Encuentro Fraterno ecuménico de Buenos Aires”

La perenne sombra del Vaticano

No cabe la menor de las dudas, de que el Vaticano está también detrás de todos los movimientos aparentemente evangélicos que están estructurados en forma piramidal de liderazgo, enseñan una férrea sumisión a los líderes, y tienen una escatología amilenarista o postmilenarista, entre otras cosas, trabajando hacia el establecimiento del “Reino”. Las similitudes entre el G12 (gobierno de los doce) y el Opus Dei y el jesuitismo de Loyola son ineludibles. El G12 “evangélico”, en cuanto al sistema, a la metodología operacional y al psicologismo, tuvo como su claro antecesor al G12 de Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, el cual empezó con su fundador al frente de doce clérigos más. Además, en cuanto al G12, este parte como base y sede de la congregación llamada “Misión Carismática Internacional” sita en Bogotá, Colombia. El nombre por sí mismo nos indica su profunda involucración en el movimiento ecuménico y carismático.
Si hacemos un mínimo esfuerzo de investigación, nos damos cuenta que hay demasiados ministros que hacen más que guiños al catolicismo, y al mismo papa de Roma. Por alguna extraña razón, uno de los más famosos maestros de profecía de USA, Jack Van Impe, en un momento dado de su ministerio, empezó a alabar sin parar al papa de Roma, Juan Pablo II, y todas las cosas relacionadas con el catolicismo romano. En el Foundation Magazine de octubre-diciembre de 1995, a Jack Van Impe se le menciona por hacer un llamamiento a los cristianos fundamentalistas para “…olvidar todas las amarras teológicas. Olvidar las etiquetas”. Siguió alabando a Juan Pablo II y recomienda el plan del papa para la “unidad entre todos los cristianos” y el establecimiento de una “iglesia mundial”. 38 Esto último es sintomático, Van Impe que aparentemente es archidefensor del Arrebatamiento a producirse en cualquier
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momento, se contradice al hablar y defender el establecimiento de una “iglesia mundial”, además formada también por católicos; ¿qué está pasando aquí?
No sé exactamente acerca de Van Impe, pero según el ex jesuita Dr. Alberto Rivera, muchos ministros del Evangelio, han sido comprados por el Vaticano, o amenazados de alguna manera, y luego en sus sermones ya no ha existido el más ligero matiz de desaprobación, ni alusión al catolicismo romano. El mismo Benny Hinn, declaró sin complejos, lo siguiente:
“Mi educación, por supuesto, fue católica, yendo a una escuela católica en Jaffa, Israel. Por ello mi forma de pensar es básicamente católica. Cuando me convertí, seguía siendo católico. Yo he sido muy católico en mis ideas y en mi conducta” 39
No existe una organización sobre la faz de la tierra que sea más demoníaca que el catolicismo. Está repleta de enseñanzas paganas y doctrinas de demonios, y ahí tenemos a uno de los principales valedores de la carismatía evangélica internacional, enorgulleciéndose de su fe católica, siendo seguido y admirado por miles y miles de cristianos evangélicos; ¿cómo es esto posible; dónde está el discernimiento que debiéramos tener? Un conocido ministerio de apologética cristiana asegura que “Benny Hinn es un místico católico romano, que está llevando a la iglesia carismática y pentecostal en la ruta ecuménica hacia Roma”40 En una cruzada en la ciudad de Roma a finales de 1996, Benny Hinn habló tantas maravillas acerca del papa y de la iglesia católica romana, que llegó a exasperar a los representantes de las iglesias pentecostales que le habían invitado, los cuales no quisieron invitarle de nuevo a Italia. Incluso el intérprete, rehusó a seguirle traduciendo, y el grupo musical que debía intervenir, decidió no tocar. Cabe decir que las Asambleas de Dios de Italia previamente habían decidido no estar involucradas en la campaña de Hinn. 41
En 1997, en la Conferencia Nacional de las Asambleas de Dios en Adelaida (Australia), Benny Hinn de nuevo elogió al papa de Roma, y comentó allí acerca de su encuentro con el cardenal Sin de las Filipinas y del acuerdo entre ambos, en el sentido de que el cardenal promocionaría a Benny Hinn, y de que él, por contra partida, animaría a los católico romanos a volver a la iglesia de Roma, y a permanecer en su fe católica. 42
En un famoso programa televisivo de los Estados Unidos, Larry King Show, el conocido evangelista afirmó sin reservas que la gente que va a Lourdes o a Fátima es sanada por Dios. Dijo así Hinn:
“Mira, Dios nos ha dado, Larry, muchas fuentes de sanidad. Mira Lourdes. La gente es sanada yendo a Lourdes y a Fátima”. 43
Ningún cristiano verdadero podría decir lo que dijo Benny Hinn… ¿por qué lo dijo? Por la razón que él mismo argumenta: El es un místico católico.
En estos últimos tiempos previos a la venida del Señor a por su Iglesia preparada, personajes públicos, presuntamente evangélicos, han recibido las “bendiciones” del papa, como fue el caso de Katheryn Kuhlman.44 Kuhlman fue recibida por el papa Pablo VI, y después de esa reunión con el jefe de la iglesia de Roma, habiéndole él alzado sus manos como signo de confraternidad, Kuhlman exclamó: “Cuando me encontré con el papa Pablo, allí había unidad; una misma identidad”. ¿Unidad y una misma entidad con un anticristo? Esa “unidad” fue la tónica que formó parte de Kuhlman en todos sus cultos de sanidades hasta su muerte. La audiencia en esas reuniones era de un sesenta por ciento de gente católica romana, y no les animaba a salir de la iglesia de Roma sino todo lo contrario 45, Billy Graham o Benny Hinn entre otros muchos han hecho lo mismo, han animado a los católicos a que permanecer fieles a la iglesia católica romana. Billy Graham por motivo del deceso de Juan Pablo II, el más grande idólatra mariano de la historia de la humanidad, dijo de él: “Sin discusión alguna la voz de mayor influencia en favor de la paz y la moralidad en los últimos 100 años.” 46 ¿Qué está pasando a nuestro alrededor, hermanos? ¡Dejemos toda ingenuidad de lado!

“Benny Hinn, rezando con el fraile Cantalamessa”
“Katherine Khulman siendo especialmente saludada por el papa Pablo VI”

Benny Hinn: defendiendo a ultranza la misa católica
Por todos los verdaderos cristianos es sabido que la misa que se celebra en las iglesias católicas es un acto blasfemo. Nada motivó más a los Reformadores a resistir al papa de Roma y a las doctrinas del catolicismo que todo lo concerniente a la misa. La misa consiste en la constante muerte de Jesucristo, una y otra vez. Es una práctica fetichista que implica al creyente en ese sistema, volverse un caníbal de su dios. Ningún verdadero hijo de Dios debe participar de un acto así tan tremendamente ofensivo para el Padre; por el contrario, ha de alejarse de esa aberración si le fuera propuesta. No obstante, Benny Hinn, el famoso tele-evangelista internacional que llena mucho del espacio de emisión en T.B.N.-Enlace, compartió una experiencia ante la cual, todos los cristianos verdaderos deberían levantar bandera roja. Describiendo una misa en la ciudad de Amarillo, Estados Unidos, y la correspondiente comunión católica, la cual él mismo tomó (¡¿?!), cuenta que de repente se sintió entumecido, entonces percibió que alguien se ponía ante él. La sensación vino a ser tan real, dijo, que alargó su mano y tocó un manto que tenía un tacto de seda, una suavidad especial…La siguiente cosa, dijo, que sintió fue:
“La forma de un cuerpo, y mi cuerpo se entumeció del todo…y Dios me dio una revelación esa noche, de que cuando tomamos la comunión, no es sólo la comunión, dijo; estamos tomando a Jesucristo mismo. El no dijo: “Tomad, comed, esto representa mi cuerpo” El dijo: “Este es mi cuerpo, roto por vosotros”. Cuando tomáis la comunión, estáis tomando a Cristo, y eso sana tu cuerpo. Cuando tu tomas a Jesús ¿Cómo puedes estar débil o enfermo?” 47

Realmente, Hinn nos deja a nosotros entumecidos, perplejos, y sin palabras. ¿Cómo profesando ser cristiano de la Biblia puede hablar así? Su misma declaración le coloca donde verdaderamente está, junto al Vaticano. El es un convencido católico romano que se atreve a “enseñar” y “ministrar” a los cristianos evangélicos, la inmensa mayoría de ellos, ignorantes de la realidad de Hinn, porque si no, ¿irían a sus eventos y ofrendarían a su “ministerio”?

3. Diferente evangelio; diferente evangelismo. El ecumenismo en acción

Cubriendo la visita del mandatario del Vaticano, Ratzinger, a Washington D.C., donde el presidente Bush y su esposa fueron a pie expresamente hasta su avión para recibirle y abrazarse ante todos, el periodista de la CNN en español comentaba que el presidente Bush se denomina protestante, y entonces preguntó al interlocutor que tenía a su lado, diciendo: “¿Cómo se ven desde un punto de vista de un protestante, estos lazos tan estrechos o este afecto tan público que expresa el presidente Bush al líder de la iglesia católica?” La respuesta fue:
“El presidente Bush ha expresado una afinidad bastante pronunciada por una especie de protestantismo que desde los años 80, desde Reagan, se siente muy identificado por la causa de los católicos conservadores...dentro de ese grupo de protestantes liderados por el Dr. James Dobson de Focus on the Family, el ya fallecido director del Liberty College, o Pat Robertson, etc. todas estas personas han hecho alianza con los católicos romanos... hay una gran afinidad entre Benedicto XVI y el presidente Bush en cuestiones de moral individual...”

El coincidir en cuestiones de moral, no es razón suficiente para congeniar y formar una alianza con el jefe del Vaticano. Esto es una absurda incongruencia, y me atrevo a decir más, es una tremenda burla dirigida al verdadero cristianismo. Hasta los peores asesinos más despiadados, podríamos decir que tienen algún sentido de moralidad en alguna parte recóndita de su ser; seguro que descubriríamos alguna coincidencia en cuanto al sentido del bien, porque esto es intrínseco en la naturaleza humana, por la Providencia divina. No obstante a nadie se le ocurriría invitar a dormir a su casa a uno de esos malvados impenitentes, ¿verdad?
Esta imagen del presidente de los EEUU recibiendo al jefe de la institución enemiga por excelencia de la verdadera Iglesia de Jesucristo – el papa romano – y sobre suelo norteamericano, nunca jamás ocurrió, sino hasta hace relativamente poco tiempo. Empezó con el presidente James E. Carter, siguió especialmente con Ronald Reagan, Clinton, y con profusión con el actual mandatario de la Casa Blanca.
Es una cortina de humo lo de las coincidencias en materia de moral social o individual que intentan colocar ante nuestros ojos. Realmente, el motivo de esa puesta en escena, es la manifestación visible de un profundo ecumenismo, que pretende sin lugar a dudas, que la opinión protestante de EEUU y del mundo entero acepte, e incluso llegue a apreciar la figura del “sumo pontífice” romano. Todo ello es básico para los planes del Nuevo Orden en materia de religión; es básico para el levantamiento del Falso Profeta (Ap. 13: 11s)

No nos engañemos, para los cristianos evangélicos, evangelismo significa llevar la gente a Cristo, para la jerarquía católico romana no obstante, significa llevar la gente al seno de la iglesia de Roma. Tom Forrest, un cura que dirigió la "Nueva Evangelización 2000" desde el Vaticano, usó los correctos términos evangélicos cuando habló ante una audiencia mixta de protestantes y católicos. Atrajo los aplausos de los protestantes cuando hizo un llamamiento por la "unidad cristiana" en la "Evangelización Mundial". Pero cuando habló en un taller sólo para católicos, se dejó saber, con aplausos repetidos de sus correligionarios, lo que él realmente cree, y los católicos deben creer también. Lo que viene a continuación fue lo que dijo en ese taller:

“Nuestra labor es la de hacer verdaderos cristianos llevándoles al seno de la Iglesia Católica. Así pues, la evangelización nunca es completamente exitosa, sólo es parcial, hasta que el convertido es hecho miembro del cuerpo de Cristo por ser llevado al seno de la Iglesia Católica. Escuchad las palabras del papa Pablo VI. Este es un documento que cada uno de vosotros deberíais tener en vuestras casas, llamado “Sobre la evangelización del mundo moderno”. Esto es lo que el papa dice: “El compromiso de alguien al que se acaba de evangelizar no puede quedar como algo abstracto („¡Oh, soy cristiano‟!, esto es demasiado abstracto). Debe dársele una forma visible y concreta a través de ser parte de la Iglesia Católica, nuestro sacramento visible de salvación”. Me gusta decir estas palabras, y las voy a decir otra vez: “¡Nuestro sacramento visible de salvación!”. ¡Esto es lo que la Iglesia (católica) es, y si eso es lo que es la Iglesia (católica), debemos estar evangelizando hacia la Iglesia! No, no debéis solamente invitar a alguien a ser cristiano, les invitáis a ser católicos. ¿Cuál es la importancia de esto? Primeramente, existen siete sacramentos, y la Iglesia Católica tiene esos siete sacramentos. En nuestros altares tenemos el cuerpo de Cristo, bebemos la sangre de Cristo. Jesús está vivo en nuestros altares, somos uno con Cristo en la eucaristía. Como católicos tenemos a María, y esta Madre nuestra, Reina del Cielo, está rezando por nosotros hasta que nos vea en la gloria. Como católicos tenemos el papado, una historia de papas desde Pedro hasta Juan Pablo II, tenemos la roca sobre la cual Cristo edificó su Iglesia. Como católicos, me encanta esto que voy a decir, tenemos el purgatorio, ¡gracias a Dios! Yo soy una de esas personas que nunca llegarían a ver a Dios sin él. Esta es la única manera de ir. Así pues, como católicos, nuestra labor es usar esta década antes del 2000 evangelizando a todos y cada uno tanto como podamos para llevarles al seno de la Iglesia Católica” 48 (énfasis nuestro)
¡Ya lo hemos leído! Esta es la realidad del tan manido ecumenismo, y de la unidad de los cristianos, todo lo cual tantos ingenuos evangélicos carismáticos, y protestantes en general, han defendido con uñas y dientes, y siguen haciéndolo. Un conocido mío, evangélico carismático, que no veía hacía años, me envió un correo electrónico, absolutamente enfadado conmigo, porque previamente había leído un artículo que yo escribí de apología, contra las mentiras y engaños de Roma. Su comentario fue el siguiente: “¿Puedes tú de una vez dejar a los romanos en paz?... Ya basta de denunciar a los papas. Espero que no tenga que volver a decírtelo”. ¿Cómo se puede ser tan ciego? Este conocido mío ha estado bebiendo desde años en las fuentes del ecumenismo carismático más profundo. Sólo ruego que algún día despierte de ese demasiado prolongado letargo y abra sus ojos a la verdad total de Cristo, antes de que Él vuelva a por nosotros.
Lo que voy a dar a conocer a continuación es escalofriante. Paso transcribir algunas de las declaraciones de algunos muy conocidos ministros acerca de la unidad presuntamente cristiana en relación con el catolicismo romano. Declaraciones todas ellas hechas en un congreso ecuménico-carismático patrocinado por el Comité de Servicio de Renovación Americana en St. Louis, Missouri del 21 al 23 de junio del 2000, y llamado Celebration Jesus 2000. Vinson Synan, pentecostal, y ecuménico convencido dijo:
“Hay personas en St Louis del cuerpo de Cristo: Católicos, Episcopalianos, Luteranos, Bautistas Pentecostales, etc…A pesar de nuestras diferencias teológicas, Jesús oró para que pudiéramos ser uno…Dios está derrumbando las barreras para que podamos mostrar al mundo nuestra unidad” (énfasis nuestro)
El obispo Samuel Green, Iglesia de Dios en Cristo, dijo:
“Necesitamos recibir a todos los grupos: Católicos, Episcopalianos, Bautistas. Yo admiro al papa. No estamos reconciliados con Dios a menos que aceptemos a otros sin importar su denominación” (énfasis nuestro)

Nancy Kellar, monja católica, advirtió:
“…debemos confesar nuestros pecados por cómo hemos quebrado el cuerpo de Cristo a través de la división”.
Pat Robertson, Christian Broadcasting Network, club 700, comentó:
“Necesitamos tener entre nosotros a algunos católicos carismáticos viniendo a nuestras iglesias bautistas para enseñarnos como adorar” 49 (énfasis nuestro)
Así pues, para estas personas presuntamente comprometidas con el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo:
a) El catolicismo es parte del cuerpo de Cristo.
b) Es la voluntad de Dios la unidad de los cristianos con los creyentes en el catolicismo.
c) Dios quiere mostrar al mundo la unidad de los verdaderos creyentes junto con los creyentes en el catolicismo romano.
d) Necesitamos recibir como hermanos en la fe a los profesantes del catolicismo.
e) Quizás también admirar al papa de Roma.
f) Dios no nos perdona a menos que aceptemos la fe católica.
g) Es división que apena a Dios no mezclarse con el catolicismo… y quizás lo más pintoresco de todo,
h) Deberíamos adorar como lo hacen los católicos carismáticos (¿quizás también a María?). Y digo de nuevo, ¿cómo se puede estar tan ciego?

El problema para Roma, es cuando se levantan cristianos verdaderos que declaran seguir a Cristo sólo a través de Su Palabra, la Biblia, y no reconocen al papa romano. El cardenal D‟Allen declaró que el enfoque protestante en la autoridad de la Biblia, era un obstáculo para la unión ecuménica de todas las iglesias del mundo. D‟Allen declaró:
“La Reforma fue una revuelta protestante que molestó la unidad de la Iglesia. La unión se llevará a cabo cuando los rebeldes acepten la autoridad del papa y abandonen la autoridad de las Escrituras. Roma no puede aceptar algo que quede por debajo de esto” 50 (énfasis nuestro)
Este es el concepto de unidad cristiana que el Vaticano tiene. No existen medias tintas con respecto a Roma. La Biblia nos dice enfáticamente que nos es preciso salir de ella y no ser partícipes de sus pecados (Ap. 18: 4). No vamos a conseguir “convertir” al Vaticano. Esta institución está ya condenada por la misma Palabra de Dios (Ap. 17: 16-18), y nada de Dios se va a conseguir enredándose con la Ramera, la cual, para prevalecer, es capaz de fornicar con todos, pequeños o grandes (Ap. 17: 2), así lo dice la Palabra, y así la misma historia es testigo de todo ello. La ingenuidad en este caso nos puede resultar letal. Por el contrario, busquemos alcanzar para Cristo a los católicos sinceros, porque esa sí es la labor a realizar ante Dios.
Las mismas metas que el Vaticano
La futura religión mundial, dirigida por el Vaticano, será anticristiana pero con gran sutilidad. Escribió David Wilkerson en su libro profético “La Visión”, en fecha tan tardía de abril de 1973:

“Veo la formación de una súper iglesia mundial, que consistirá en una unión entre los protestantes ecuménico-liberales y la iglesia católica romana, que se unirán políticamente de la mano, creando una de las más poderosas fuerzas religiosas en la tierra. Esta súper iglesia mundial será espiritual sólo de nombre, y usará desembarazadamente el nombre de Jesucristo, pero de hecho será anticristo y política
en muchas de sus actividades. Esta poderosa unión de iglesias estará profundamente implicada en la asistencia social, en tremendos programas de caridad, y en ministerios piadosos. Sus dirigentes harán declaraciones arrolladoras con respecto a satisfacer las necesidades del género humano emitiendo un llamamiento a una renovada labor social e intervención política, y por una mayor voz en los asuntos mundiales” 51

Todo esto se está gestando ya, y a pasos agigantados. Ya lo tenemos entre nosotros. Mencionamos atrás que uno de los profetas dominionistas por excelencia, es miembro de la orden de los Caballeros de Malta, una organización militar y jerarquizada católico romana que sirve directamente a los intereses del papa romano. Como Joyner existen otros, como Paul Cain. La pregunta es, ¿Por qué hay líderes de corte carismático que tienen tanto interés en ser miembros de organizaciones así, aceptando por tanto la responsabilidad de servir a la iglesia de Roma, y a su jefe? ¿Por qué existen tantos líderes carismáticos de la nueva ola (New Wave Charismatics) que se posicionan junto a la iglesia de Roma? La respuesta es sencilla y espantosa a la vez; porque han adoptado las mismas metas finales de un solo Gobierno Mundial, una sola Religión Mundial, y la necesidad de presionar con esa idea sobre el mundo entero. Juan Pablo II se esforzó mucho para lograr su objetivo de encontrarse con casi todo representante de organizaciones religiosas de toda índole, invitando a todos a la misma mesa religiosa. Un Nuevo Orden eclesial y mundial está ya prácticamente preparado, y dispuesto a ser presentado en público, una vez la verdadera y santa Iglesia de Jesucristo sea quitada de en medio, arrebatada por el Señor en los aires. Las experiencias de corte sobrenatural, muchas de ellas muy difíciles de discernir si vienen realmente de Dios, otras claramente no son de Dios, son un instrumento de confusión y engaño contra todos aquellos que lanzan al vacío de una presunta fe, que siguen ciegamente a muchos de esos ministros de masas, tan conocidos (Mt. 24: 24). Esa es una herramienta que los promotores de una Iglesia Mundial y Ramera, meta del Nuevo Orden religioso están usando sin medida. Los cristianos de la Biblia, somos un verdadero aguijón en la carne para todos esos promotores del Nuevo Orden; pero no será así por mucho tiempo, ya que la novia de Cristo pronto será llamada por Él; ¿estás listo, hermano?
4. ¿Dos reinos al mismo tiempo?/El hilo conductor
Cristo nos encomendó la tarea de serle testigo, primeramente en Jerusalén, luego en Judea, Samaria, y lo último de la tierra, nunca nos encomendó el establecimiento visible de Su Reino sobre esta tierra. Ningún ser humano puede levantarse como representante de Jesucristo en esta tierra con el fin de aplicar una Teocracia antes de que Él vuelva. Esto ya lo ha intentado el papado a lo largo de 1.500 años, inspirado por el mismo Satanás.
El problema, entre otros, estriba en un mal entendimiento de la Escritura, en un error de índole cronológico. Vemos en Apocalipsis 20 que el Milenio, es decir, el Reino de Cristo visible sobre esta tierra, no empieza sino hasta que el Rey de reyes y Señor de señores vuelve en gloria sobre Jerusalén (Ap. 19: 11-21). Como venimos diciendo, los proponentes del Reino Ahora, también llamados dominionistas (Teología del Dominio), y que en mayor o menor grado, aun y no llamándose así, lo son un porcentaje elevadísimo de neopentecostales y carismáticos sobre todo en el mundo occidental, caen en ese error de tipo cronológico: Anticipan el Reino a la venida del Rey. Acerca de esta cuestión leemos así:
“El diablo es demasiado listo para influenciar a la Iglesia con una mentira tras otra. El presenta una verdad y la saca de contexto, como por ejemplo, el tiempo incorrecto de suceder una cosa, como es el caso. Imagina una enseñanza que pueda afectar la manera de creer de la gente acerca de lo que ocurrirá en el futuro, y afecte a como vivan hoy. Esto es lo que encontramos con la enseñanza del Reino Ahora” 52 (énfasis nuestro)

Muchos actualmente no creen que se está levantando una apostasía sin precedentes históricos, pero pensemos esto bien, sin una tribulación pendiente de producirse (Mt. 24: 21; Ap. 13; 15; 16), no hay necesidad de estar vigilantes; si no hay apostasía (2 Ts. 2: 3; 2 Ti. 4: 3, 4; 3: 1-5) no hay necesidad de discernir el engaño, ni preocuparse por el error, sólo esperar la “bendición”. De ese modo, el diablo consigue que los que viven regidos por la enseñanza dominionista, como poco, pierdan la bendición de servir a Dios de la manera que Él quiere ser servido. El Reino antes del Rey. Eso es lo que enseña el posmilenarismo, el cual no fue entendido así por los primeros padres de la Iglesia (tales como Justino Mártir, Ireneo, Tertuliano) como ya vimos, y que no apareció sino por mano de Orígenes en el siglo III, el cual era un estudioso de filosofía pagana, que se basaba a la hora de interpretar la Escritura en el sistema alegórico griego, introduciendo muchas herejías en el seno de la Iglesia. Posteriormente, Agustín de Hipona (s. IV-V) se encargó de establecer esa doctrina al inicio de la iglesia católica y romana. Démonos cuenta del hilo conductor que arranca de Orígenes y su espíritu alejandrino, apóstata y su enseñanza posmilenarista, y llega hasta nuestros días en la manifestación del dominionismo carismático y ecuménico. ¿Qué vemos que haya en común en toda esa trayectoria?: El espíritu y la obra de la Gran Ramera. Suena fuerte, pero así es. De hecho, el catolicismo romano es ese hilo conductor.
Lamentablemente, muchos ministros evangélicos carismáticos y pentecostales están cediendo en pos de Roma, y hacen ojos ciegos a la gran enemiga de Cristo, y siendo engañados por la variopinta paleta de mentira de ésta que se dice la verdadera y única santa madre iglesia, en la actualidad parecen haber olvidado todas estas cosas; y muchos, por un loable sentido de lealtad a Cristo, pero sin discernir lo que realmente las Escrituras enseñan al respecto, se lanzan en una batalla de supuesta fe con el fin de establecer el Reino ahora…Ahora, cuando el diablo, con permiso de Dios, está levantando a su Bestia Anticristo y a su Falso Profeta, dos personajes literales que engañarán a la mayoría de los hombres de este planeta, y que sus espíritus inmundos ya se están anticipando (Ap. 13)…Ahora, cuando el principio de dolores hace algún tiempo que ya ha empezado en esta tierra, y todo apunta hacia la Tribulación, hacia una Gran Tribulación, la cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá (Mt. 24: 21). De nuevo, ¿Cómo van a coexistir dos reinos, el de Cristo establecido a modo de Teocracia, y el del diablo a través del Nuevo Orden Mundial y de su Anticristo, los dos al mismo tiempo? Hermanos, otro problema es que muchos evangélicos han hecho caso omiso a las advertencias del mismo libro de Apocalipsis, donde dice:
“Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro” (Apocalipsis 22: 18, 19).

Conque no concuerdan sus teorías del Reino con lo declarado en este precioso libro de Dios, prefieren obviar dicho libro argumentando que no lo entienden. Pero olvidan que la Escritura está para ser creída, y no cuestionada, y que ninguna teología particular se puede poner por delante ni por encima de la Palabra de Dios. No en vano el mismo libro de Apocalipsis nos advierte a todos de esto. Creámosle a Dios, y no a nuestro corazón, porque como también está escrito: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso” (Jer. 17: 9).

Capítulo 7
La realidad sobre los ministerios apostólico y profético

PARTE I. La neo reforma apostólica y los verdaderos apóstoles
De un tiempo a esta parte, hemos sido testigos de un aparente cambio en la escena eclesial, el cual C. Peter Wagner llama “un cambio trascendental en la estructura de la iglesia” 1 , y que, así como él, algunos otros lo definen como una “nueva etapa” 2, a la que no han dudado en bautizarla con el sonoro apelativo de “Nueva Era Apostólica” 3. A raíz de esto, algunos de los que antes eran simples y sencillos pastores de congregación, ahora han ascendido de categoría, y son apóstoles. Comenta el Rev. Robert S. Liichow:
“En 1990, un cambio ocurrió, y el Movimiento Apostólico empezó a nacer. Mi esposa y yo nos reunimos con no menos de ¡seis apóstoles! que antes habían sido pastores, luego profetas, y ahora apóstoles” 4
Los defensores de esta “nueva etapa”, como Bill Hamon, 5 aseguran que a lo largo de los últimos cincuenta años del siglo XX, Dios ha restaurado los cinco ministerios de Efesios 4: 11, es decir: “…a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros”. También enseñan que es menester un proceso gradual hasta que haya una comprensión generalizada de esa “revelación apostólica” por parte de los sectores más reticentes a aceptar lo “nuevo” de Dios. En este sentido, dice Rony Chaves:
“En este proceso de Reforma Eclesiástica, tenemos que tener paciencia, pues al final del mismo, muchos habrán permitido al Espíritu Santo hacer el cambio” 6
C. Peter Wagner, lo deja todavía más claro:
“Con la llegada del tercer milenio, la iglesia ingresó en una nueva etapa. Si bien otros pueden disentir al respecto, yo creo que la historia de la iglesia tiene dos eras apostólicas bien definidas. La primera se extendió durante casi doscientos años; un par de generaciones después de que los primeros apóstoles del Nuevo Testamento concluyeran su ministerio; el segundo tuvo lugar aproximadamente mil ochocientos años después, alrededor del año 2001” 7
Son bien arriesgadas las conclusiones de Wagner, a tenor de que el año 2001 todavía lo tenemos a la vuelta de la esquina. No obstante, Dios no predijo en Su Palabra que tal cosa iba a ocurrir, ni nada parecido. El ministerio apostólico que observamos en los Doce, tuvo su principio y tuvo su fin. Volviendo a la declaración de Hamon, ¿Realmente Dios ha tenido que restaurar algún ministerio? Cuando hablamos de restaurar, implícitamente estamos hablando de “recuperar” o “recobrar, o también “reparar algo deteriorado”. ¿Qué es lo que se tenía que mejorar, recuperar o reparar? ¿Es que Dios hace las cosas a medias? La pregunta que nos hacemos es: ¿Qué es lo que realmente quieren decir Hamon, Chaves, Wagner, Eckhardt, Chaves, Maldonado, Jacobs y todos los demás junto con ellos? En primer lugar, no podemos dejar de considerar, que estos maestros dominionistas nos quieren hacer creer que la Iglesia por siglos y hasta el momento actual, no ha funcionado según Dios hubiera deseado. No obstante, aseguran, que por el contrario, ahora Dios ha traído nueva luz, y el Espíritu Santo está levantando a hombres y mujeres especiales y muy ungidos, para causar un “avivamiento mundial” desconocido hasta la fecha. Más que un “avivamiento”, dicen, será una Reforma total y mundial. 8 Según enseñan, ahora, con el surgimiento de esos hombres, las cosas van a cambiar, y la Iglesia va a conocer una gloria que hasta la fecha jamás ha visto, incluso haciendo palidecer a aquellos verdaderos apóstoles de la iglesia primitiva. Refiriéndose a la vinculación entre esa pretendida nueva reforma y el avivamiento, así como a la pretendida sabiduría que dicen Dios está dando a los nuevos apóstoles, dice Guillermo Maldonado al respecto:

“Dios nos ha llamado a nosotros, los apóstoles, para que traigamos toda esta reforma a cabo, implantándola dentro de la Iglesia; la reforma es poderosa porque trae el Avivamiento; la reforma es lo que trae el orden en las cosas...para poder estar en el filo cortante de lo que Dios está haciendo hoy, tenemos que pegarnos a los apóstoles, porque los apóstoles tienen el acceso a la abundante revelación del Espíritu de Dios” 9

La invitación no es a depender del Espíritu Santo, sino a depender de hombres, pretendida y especialmente ungidos; los “nuevos apóstoles”, que tendrían esa especial y única intimidad con el Espíritu de Dios.

¿Odres nuevos para qué vino nuevo?

Mal usando la enseñanza de Cristo acerca de los odres nuevos para el vino nuevo (Mt. 9: 17), Wagner y sus correligionarios aseguran que Dios está haciendo algo nuevo en relación con lo apostólico, y que hemos entrado “en una nueva era apostólica” 10. C. Peter Wagner, dice:
“La forma que está tomando la iglesia actual puede denominarse “Nueva Reforma Apostólica”. Utilizo el término “Reforma”, porque estamos siendo testigos del cambio más radical en la forma de hacer iglesia desde la Reforma Protestante del siglo XVI” 11
Ya en otra parte de este libro he argumentado acerca de la Reforma Protestante, que más que una reforma en sí, fue – un no volver – sino ir a la verdad del Evangelio, dejando atrás la mentira del catolicismo romano; por lo tanto, no fue una reforma como tal. Comparar ese hecho de Dios con esta pretendida “neo reforma apostólica” nos parece una inmensa insensatez.
1. ¿Los cimientos de la Iglesia son los apóstoles y profetas?/la tiranía del hombre
Ralla peligrosamente lo blasfemo lo que a continuación asegura Wagner. Para él, los apóstoles y profetas actuales y a través de los años son “los cimientos de la Iglesia”. Dado lo importante de sus afirmaciones, me ha parecido oportuno transferir por entero todo el párrafo suyo:
“Un himno muy conocido afirma “La base de la Iglesia es Jesucristo, su Señor...” En un sentido teológico general esto es así porque no habría iglesia alguna sin la persona y la obra de Jesucristo. Sin embargo, en lo que se refiere al crecimiento y desarrollo de la iglesia después de su ascensión, Jesús prefiere ser reconocido no como los cimientos, sino como la piedra angular. Los cimientos de la Iglesia a través de los años deben ser los apóstoles y profetas...Si la Iglesia tiene a Jesús pero no tiene apóstoles o profetas, es posible que no cumpla con todas las expectativas que Dios tiene para ella” 12 (énfasis nuestro)
Es impresionante lo que este varón se atreve a decir. La Biblia dice que Jesucristo es tanto la piedra angular (1 Pr. 2: 4-8), como el cimiento o fundamento de la Iglesia (1 Co. 3: 11; Mt. 16: 18), y no lo es hombre alguno ni ministerio alguno en ningún momento de la historia de la Iglesia. La Biblia dice que todos nosotros somos miembros los unos de los otros, y los miembros no son los cimientos del cuerpo, que es el de Cristo. En otras palabras, somos prescindibles; pero Cristo jamás. ¿Por qué extraña iluminación puede ese varón asegurar que Jesús sólo quiere “ser reconocido como la piedra angular y no como los cimientos”? Eso es poner en boca del Señor algo que jamás Él ha dicho en Su Palabra, menos aún cuando de pleno la contradice:
“Porque nadie puede poner otro fundamento [o cimiento] que el que está puesto, el cual es Jesucristo” (1 Corintios 3: 11)
El mismo autor declaró lo siguiente: “La Segunda Era Apostólica empezó el año 2001”. Y pretendiendo dar mayor énfasis a sus palabras, agregó, dirigiéndose a sus oyentes:
“Lo importante es que ustedes son la gente de Dios de hoy en día, ustedes representan el reino de Dios, y ustedes saben que, nada ha ocurrido hasta ahora, porque el Gobierno de la Iglesia todavía no se ha establecido” 13 (énfasis nuestro)
Tomen nota de sus palabras. Lo que sin ambages dice, es que la Iglesia necesita un Gobierno (para Castellanos sería el G12), y que éste se va a levantar. Wagner, junto con todos esos reformistas dominionistas, asegura que en la Iglesia debe vertebrarse una estructura jerárquica, tomándolo como ejemplo, como la que tiene la iglesia católico romana. Por supuesto, ese gobierno de la Iglesia, para la Iglesia, es el que viene de la mano de los nuevos apóstoles y profetas. Wagner lo expone con mucha claridad en su libro “Apóstoles de la ciudad”:
“...los apóstoles de la ciudad funcionan como pastores principales, cada uno en su propia esfera, y los demás pastores en la ciudad funcionan bajo los apóstoles como los miembros del personal de la iglesia funcionarían normalmente bajo su pastor principal ¡Este diseño funcionará!” 14 (énfasis nuestro)
Lo que Wagner asegura como cierto de Dios, es un jerarquizar la iglesia en una ciudad determinada y en todas las del mundo, como funciona la iglesia de Roma con sus diócesis, sus arzobispos, obispos y curas, etc. De esa manera las congregaciones ya no serían sanamente independientes, sino que cada anciano principal o pastor, junto con sus ancianos los cuales todos conforman el gobierno espiritual de cada congregación, ya no tendrían esa responsabilidad, sino que la tendría su “apóstol de la ciudad”, que a su vez estaría bajo otro “apóstol”, y así, formando una estructura piramidal, a la postre debería haber un hombre en la cúspide de esa estructura, como la iglesia de Roma tiene su papa. ¡Cómo va a ser eso de Dios! Es la tiranía del hombre.
Wagner no está solo en esa calentura. Tomen nota de lo que abiertamente enseña el llamado apóstol Guillermo Maldonado:
“El apóstol hoy en día debe poner fundamentos doctrinales en las iglesias, y los pastores de las mismas deben seguir esa misma línea. El apóstol está por encima del pastor o ancianos de las iglesias, y las dirige.” 15 (énfasis nuestro)
¡Impresionante! Maldonado, también en el más puro estilo romanista, nos está diciendo que el apóstol es el jerarca que tiene que decir, por mediación del pastor de la congregación, lo que los creyentes deben creer, y nosotros preguntamos: ¿en qué difiere esto del catolicismo romano?
Y Wagner sigue imparable en cuanto a esto, e insiste:
“Este es el punto esencial: si a los apóstoles de la ciudad no se les reconoce ni se les confiere el poder de dirigir, el gobierno divino de la ciudad no estará en su lugar adecuado” 16 (énfasis nuestro)
Wagner pone un peso sobre la conciencia del lector que aun y temiendo a Dios, no conoce suficientemente las Escrituras. Hermanos, ¡despojémonos de todo este peso y carga que nos intenta asediar, y sigamos la enseñanza de la Palabra, la cual es demasiado clara como para no entenderla como es!

Wagner obvia que el “gobierno divino” de las ciudades y de este mundo en general y en particular, como su misma palabra lo expresa, es de Dios, y no está en las manos de los hombres, ni tampoco en la Iglesia. No existe el Reino de la Iglesia, porque aunque el Reino está la Iglesia, la Iglesia no es el Reino, ni tampoco reina en este mundo. Wagner nos habla de de “una visión apostólica para transformar las ciudades” 17, pero la Biblia no nos habla de nada de eso. No somos llamados a “transformar” las ciudades o las naciones. La Biblia no hace de ello mención. Nosotros no podemos hacer que las gentes se rindan a Dios, eso en todo caso lo hace exclusivamente el Espíritu Santo, el cual es del todo obviado, de hecho, por esas enseñanzas neoapostólicas, levantando al hombre en Su lugar. La única mención que la Palabra de Dios hace respecto a “transformar”, es en cuanto al cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas” (Fil. 3: 21); nada más. ¡Todavía no hemos sido glorificados para poder reinar como lo haremos en el Milenio!
La controversia de Efesios 2: 20
El problema de base, es que tanto C. Peter Wagner como decenas más, patrocinadores de esos “nuevos apóstoles y profetas”, parten de una premisa falsa. Básicamente ellos se circunscriben a un solo versículo de la Biblia para levantar su tótem pseudo apostólico. Ese versículo es Efesios 2: 20;
“edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo”
Dirigiéndose a los nuevos creyentes de la ciudad de Efeso, Pablo les asegura que en Cristo, “no son extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios” (v. 19), y que consecuentemente están edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, el cual es la Palabra de Dios – tanto Antiguo como Nuevo Testamento. No obstante, Wagner se expresa del siguiente modo:
“Sostengo que, si la iglesia de la ciudad es en realidad una sola iglesia, como sería la opinión aceptada por líderes cristianos, el fundamento de esa iglesia, al igual que el de las iglesias individuales locales, denominaciones y redes apostólicas, es, bíblicamente hablando, los apóstoles y los profetas” 18 (énfasis nuestro)
¿Ven?, Wagner no está hablando de la revelación bíblica como fundamento que es lo que Pablo les enseñaba a los Efesios, sino de su entendimiento acerca de los “apóstoles y profetas”. Claramente lo expone en otra parte:
“Creo que el Gobierno de la Iglesia está ya a punto de tomar lugar finalmente, y esto es lo que la Escritura enseña en Efesios 2:20, que el fundamento de la Iglesia son los apóstoles y profetas…” 19 (énfasis nuestro)
Confundir la Revelación de Dios a través de los profetas y de los apóstoles, cuyo legado nos quedó por escrito y que es la Biblia en sí, con los “apóstoles y profetas” pseudo reformistas, nos parece de una simpleza atroz, aunque peligrosa, y no obstante Wagner sigue insistiendo en este punto, cuando argumenta:
“...debemos tomar literalmente lo que dice Efesios 2: 20: “[Los miembros de la familia de Dios], edificados sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular”. Los apóstoles y los profetas no son personajes con una actuación especial histórica de dos mil años o más en el pasado. Son una realidad actual” 20

Asegurar que los apóstoles y profetas de hoy en día – más adelante veremos de qué trata este asunto – son una realidad exacta y precisa como lo fueron aquellos profetas veterotestamentarios, o los benditos apóstoles de Cristo, compartiendo un mismo llamamiento y obra, es como poco, de una supina ignorancia. No sólo Wagner enseña esto, sino todos los proponentes de esta fiebre megalómana. Maldonado al respecto dice sin ambages:
“Jesús establece a sus apóstoles tal y como fueron aquellos doce suyos... el apóstol guía todo el cuerpo de Cristo” 21
El Espíritu Santo es puesto de lado, al tomar esos hombres el lugar de Él. Esa es la realidad, se quiera aceptar o no.
Rony Chaves defendiéndose...
De escritos como el nuestro, lo cual llaman “tradicionalistas”, estos hombres se defienden como pueden. El llamado apóstol Rony Chaves, asegura que existe un problema de base para que ese “gobierno apostólico” pueda establecerse. Cito textualmente:
“Las estructuras religiosas impiden que surja el modelo divino (apostólico)…la respuesta divina para traer un cambio en el orden y gobierno de la Iglesia” 22
A qué se está refiriendo por “estructuras religiosas” en sí, no lo dice claramente, pero por el contexto de su disertación, el asunto debe referirse en cuanto a lo denominacional o conciliar. Chaves deliberadamente declara que el modelo divino es lo “apostólico”, necesario según él para traer un supuesto “cambio en el orden y gobierno de la Iglesia”. Contradiciendo la profecía bíblica, da por hecho que eso es así. Pero se atreve a mucho más, cuando dice:
“La Estructura Apostólica que el Espíritu Santo restaura en el Cuerpo de Cristo, ha incomodado ya a la estructura pastoral y denominacional de muchos lugares, lamentablemente” 23
Dando por hecho de que el bendito Espíritu Santo está haciendo algo que en realidad no hace, porque contradice la profecía bíblica, va todavía más lejos…Fíjense con que sutilidad está culpando a la “estructura pastoral y denominacional” donde se halle, de oponerse a esa supuesta obra del Espíritu Santo. Eso es grave.
¿Cómo define C. Peter Wagner lo que es un apóstol?
Ahora bien, después de todo, ¿cómo define Wagner lo que es un apóstol? Le ha costado mucho tiempo y libros a Wagner definir lo que es un apóstol. El se expresa así:
“El presente es mi quinto libro relacionado con los apóstoles, y en ninguno de los cuatro anteriores he brindado una definición de la palabra apóstol. Una de las razones para esto es que intuitivamente temía que cualquier definición a la que llegara iba a tener que ser revisada ¡y no sólo una, sino muchas veces!”
Y a renglón seguido nos asegura que ya está preparado para “tomar el riesgo” 24. La cosa es que si es tan extremadamente importante el asunto apostólico, el cual para él supone los mismos cimientos de la Iglesia, ¿cómo es que le ha sido tan difícil definir el asunto después de varios libros asegurando el papel absolutamente vital del “apóstol”? Nos parece esto de una extrema incongruencia. Como veremos, está muy claro en la Biblia qué es un apóstol, e inmediatamente lo veremos, pero antes, leamos la tan esperada definición de lo que es un apóstol por parte de Wagner, y analicémosla aunque sea de forma somera. El escribe así:
“Un apóstol es un líder cristiano, al cual Dios dotó, enseñó, comisionó y envió con la autoridad necesaria para establecer el gobierno fundacional de la iglesia dentro de una esfera de ministerio asignada...para lograr el crecimiento y madurez de la Iglesia” 25 (énfasis nuestro)
Brevemente. La Biblia no nos habla de “líderes cristianos”, sino de siervos, obreros o ministros. Esto ya lo hemos expuesto con claridad a lo largo de este libro. El concepto que tienen Wagner y todos los demás, veremos que sustancialmente difiere de lo que es un apóstol. Un apóstol no es enviado por Dios para “establecer el gobierno fundacional de la iglesia” en modo alguno, sino – y como veremos en profundidad – establecer el gobierno fundacional de una iglesia; la que él apóstol funda. Por otra parte, nadie humano puede “lograr el crecimiento ni la madurez de la Iglesia”, sólo el Espíritu Santo.
“Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento” (1 Corintios 3: 6, 7)
Nos produce cierta lástima que Wagner vaya a tener que revisar su definición de lo que es un apóstol, después de tanto tiempo de espera en brindarnos una, pero si es honesto, debería hacerlo, adecuándose a la enseñanza escritural.
Requieren de cabezas blancas y de nueva doctrina, para alcanzar sus metas
No tenemos mucho espacio en este capítulo para seguir desarrollando todos estos puntos, me permítanme adelantar la cuestión, buscando ir a la raíz del asunto. La realidad por la que dicen entender que Dios ha restaurado el oficio y título de apóstol así como el de profeta, es debido a que requieren de cabezas visibles, y de nueva doctrina, que vendrían ambas de las altas bases de la Pirámide de este mundo (1 Jn. 5: 19b), para con todo ello intentar redirigir a la Iglesia hacia el establecimiento del Nuevo Orden Mundial en cuanto a lo religioso, es decir, lo que ellos llaman el “Reino”. Esta última es la meta final, y lo vemos en Ap. 13. De ahí todo el énfasis pseudo evangélico actual, dominionista, reformista y reconstruccionista de que la Iglesia precisa “conquistar las naciones”; “discipular las naciones”; “establecer el Reino de Cristo”… ¡sin Cristo en persona presente!, así como el énfasis en la “unidad” de los cristianos y los acercamientos peligrosos a Roma. No estoy diciendo que esto es así con todos los seguidores de esta herejía; se que muchos son ovejas ciegas o cegadas.
Ya muchos claramente no sólo niegan públicamente el Arrebatamiento (1 Ts. 4: 13-17), sino también la venida gloriosa del Señor Jesucristo, argumentando que ya no es necesario que El vuelva a la Tierra, porque ya está “corporizado” en la Iglesia, surgiendo por medio de los “ungidos” apóstoles y profetas que se estarían levantando… Pero, queridos, ¡Cristo es la Cabeza de la Iglesia que es Su cuerpo! (Col. 1: 18); ¿han visto ustedes un cuerpo sin cabeza? ¡Ya no es un cuerpo, sino un cadáver!
Contemplando todo este panorama, como verdaderos creyentes, nos será de mucha bendición y necesidad saber por la Palabra, qué son y qué no son los apóstoles.
2. Cristo, el apóstol primero, y por antonomasia
En primer lugar entendamos lo que significa el vocablo apóstol, caballo de batalla de esos falsos maestros. Dice así el Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado: “La palabra (apóstol) proviene del griego “apostelo”, que significa “enviar en pos de sí” o “de parte de”. Así pues, vemos que un apóstol es un “enviado”. No tiene ningún cariz de autoridad en sí mismo, mando o jerarquía. En Juan 13: 16, leemos:
“De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió” (énfasis nuestro)
Aquí, la palabra “enviado”, se traduce de la palabra griega apóstolos, que transcrita al español es apóstol, como ocurre en muchos otros lugares en el Nuevo Testamento. En la Biblia vemos que a Jesucristo se le llama apóstol:

“Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús; el cual es fiel al que le constituyó…” (Hebreos 3: 1, 2)
Jesucristo fue enviado al mundo por el Padre para dar su vida por él (Jn. 3: 16). Como vemos, ese apostolado de Cristo no tuvo ningún cariz de superioridad, mando o jerarquía. Cristo fue enviado al mundo como víctima, como Cordero de Dios con el único propósito de servir, y no de ser servido, hasta literalmente dar su vida por nosotros. El mismo dijo:
“…el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Marcos 10: 44, 45)
Si Cristo nos dio un ejemplo así como apóstol, ¿cómo no deberemos nosotros seguir por detrás de Él; es decir, siguiendo Su ejemplo? El mismo lo dijo: “De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió” (Juan 13: 16). Si Cristo no llevaba en su cartera ninguna tarjeta de presentación en la que se pudiera leer: “Jesús de Nazaret; Rey de reyes y Señor de señores” (ya que no se presentó a sí mismo ante las multitudes diciendo que era el Rey, que por cierto, lo es), ¿por qué ese afán de muchos en hacer ostentación de una hipotética autoridad e hipotéticos título y oficio, encumbrándose ante los demás, y con una actitud de demanda de un reconocimiento y respeto especiales hacia sus personas y supuesto ministerio, como sacerdotes por encima de los sacerdotes? Cristo no lo hizo así, y tenía todos los motivos, porque Él es el Señor.
3. El oficio de apóstol
Ahora bien, la Biblia nos habla de los doce apóstoles que estuvieron con Jesús (Mt. 10: 2-4). De esos doce, uno era traidor, murió quitándose la vida, y después de la ascensión del Señor, escogieron a otro que le reemplazara, a Matías (Hchs. 1: 26). De la misma manera, estos hombres humildes y sencillos, no hacían ostentación ninguna de su privilegio de haber estado conviviendo con el Señor. El mismo Pedro decía:
“Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros” (1 Pedro 5: 1, 2)
El apóstol Pedro, sencillamente decía que era un anciano (presbiteros en gr.) como los demás ancianos o pastores de las congregaciones de su tiempo (por extensión, también de nuestros días). No hacía alarde de posición alguna. No mostraba una apariencia de superioridad o jerarquía. No se imponía ante nadie. No pedía los diezmos a los creyentes para sí. Su actitud y obra era de absoluto y abnegado servicio a los demás, mostrándose tal y como era, sin ningún aire de grandeza, ni de falsa santidad (Gl. 2: 11-14), tampoco pretendía que le siguieran, sino por el contrario, que siguieran a Cristo. Sin embargo, él junto con los once restantes, si tenía el oficio de apóstol (Hchs. 1: 20b) Por cierto, era un título exclusivo de los doce, y esto no permite la posibilidad de una sucesión apostólica (Hchs. 1: 26; 1 Co. 15: 5; Ap. 21: 14), porque ellos recibieron la encomienda del Señor acerca de tres cosas básicamente, que sólo ellos podían satisfacer. A saber:
I. Ser testigos de la vida del Señor
Por haber sido testigos de la vida de Cristo, debían dar testimonio de lo que vieron y oyeron. Cuando iban a elegir a otro apóstol, al dejar vacante su puesto Judas Iscariote a causa de su infamia, se dijeron:

“Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros, comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección” (Hchs. 1: 21, 22) (énfasis nuestro)
Esa fue la primera de las encomiendas.
II. Ser depositarios de la doctrina de Cristo
El segundo motivo para ser apóstoles de oficio, obedecía al hecho de haber sido constituidos depositarios de la doctrina llamada doctrina apostólica. Todo lo que Jesús les enseñó, y lo que luego recibieron por revelación del Espíritu Santo, debían darlo a conocer a todos los discípulos de Cristo a través de la Palabra escrita. Y de estos últimos habla la Escritura, en referencia a lo dicho:
“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu” (Efesios 2: 19-22) (énfasis nuestro)
Otras escrituras corroboran esto: 2 Pedro 3: 2; Efesios 3: 5; Judas 17; Hechos 4: 33, etc.
Pablo de Tarso fue más tarde constituido apóstol – enviado - también, por la segunda razón aunque más bien, Pablo fue apóstol a los gentiles, es decir, enviado a los gentiles, como él mismo lo dice (ver Ro. 11: 13)
III. Ser futuros jueces a las doce tribus de Israel
La tercera encomienda fue, o más bien será, la de levantarse a juzgar a las doce tribus de Israel en el tiempo del Reino Mesiánico (Mt. 19: 28) que está por llegar cuando vuelva glorioso el Señor a esta tierra (Ap. 19: 11-21). Nótese que ambos sucesos todavía no han acontecido.
Ese oficio se terminó
Cuando murieron los apóstoles mencionados, se terminó para siempre el título y oficio de ese tipo de apostolado. La razón es obvia. Sólo ellos fueron testigos presenciales de Cristo desde los inicios de su ministerio, hasta su muerte, resurrección y posterior ascensión a los cielos. Sólo a ellos se les adjudicó la tarea de ser receptores y primeros divulgadores de la Palabra, contenida en el apartado de la Biblia que llamamos Nuevo Testamento. Una vez Juan escribió su Apocalipsis, allí se cerró el canon bíblico, y acabó su ministerio irrepetible.
4. ¿Y los otros apóstoles?
Efectivamente, la Biblia nos habla de otros apóstoles, pero veremos que existe una enorme diferencia entre el primer grupo, el de los doce, y el segundo. Vemos en el Nuevo Testamento a Andrónico y Junias (Ro. 16:7); a Apolos (1 Co. 4:6,9); a Silvano y Timoteo (1 Ts. 1:1, 2: 6); a Jacobo, hermano del Señor (Gl. 1:19), etc. Vamos por partes:
Epafrodito, el “apóstol” de los Filipenses
Curiosamente, leemos así en Filipenses 2: 25 “Tuve por necesario enviaros a Epafrodito, mi hermano y colaborador y compañero de milicia, vuestro mensajero, y ministrador de mis necesidades…”. Aquí, la palabra española mensajero es traducida de la griega “apostolon”, la cual eventualmente hubiera sido transliterada al español: Apóstol (como en otros muchos lugares en el N.T.). Así que vemos que aquí Epafrodito es “apóstol”, por el hecho de ser mensajero de los Filipenses. Evidentemente el hermano Epafrodito no tenía ninguna encomienda de gobierno sobre los Filipenses. El era un sencillo mensajero que esa congregación envió para socorrer en un momento dado a Pablo (Fil. 4: 18); eso sí, exponiendo su propia vida (Fil. 2: 30)

Bernabé, el misionero; otro apóstol
De todos es sabido que Bernabé es tratado en Hechos 13: 1, o bien como un profeta o como un maestro. No obstante, un poco más adelante de la narración del médico Lucas, encontramos: “…Cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas, y se lanzaron entre la multitud…” (Hchs.14: 14). Vemos aquí que a Bernabé se le llama apóstol; pero no nos equivoquemos, en realidad el sentido es el de enviado, que es como debería haberse traducido del griego original, y que sólo se transcribió al castellano.
Bernabé era en realidad un misionero. Un misionero es un enviado. Es un enviado a cumplir con una misión. La autoridad de su misión provenía del Espíritu Santo y de la iglesia que le envió, en este caso, la de Antioquia (Hchs. 13: 1, 2). Aquí es donde debemos volver a recordar qué es lo que primeramente significa la palabra griega apostolos, que mal se volcó al español, castellanizándola. Recordemos que dicha palabra griega significa realmente, no “apóstol” como comúnmente lo entendemos, sino enviado. Por lo tanto, la autoridad espiritual que un enviado tiene, no es la suya propia, sino la depositada en él, y dada por la misión o congregación que le envía. Entonces, ¿Por qué de esos “nuevos apóstoles” se dice que tienen autoridad por sí mismos? Sin ambages, Rony Chaves, uno de los principales impulsores de la llamada Estructura Neo Apostólica, dice así sobre el cometido de esos hombres:
“Los Apóstoles son “Arquitectos espirituales”. Son ungidos para “supervisar” la construcción de Dios. A ellos les concierne diseñar, estructurar y formar en la Iglesia; y si una “Reforma del Espíritu” llega, les toca entonces, rediseñar y reestructurar la Iglesia. Amén” 26 (énfasis del autor)
¿Amén?, ¡De eso nada! Aparte de lo tremendamente ambiguo de esa declaración, que se puede entender de ella cualquier cosa, me preocupa una en especial, y es esa aludida “Reforma del Espíritu” que puede llegar, dice, para que esos “apóstoles” puedan “rediseñar y reestructurar la Iglesia” que previamente hubieran diseñado, estructurado y formado…¡Saquen ustedes sus propias conclusiones! Entonces, cada vez que uno de ellos entienda que es el momento, se pondrá a rediseñar las congregaciones que tiene bajo su “manto apostólico” o supervisión, reestructurando y formando; es decir, haciendo y deshaciendo como quiera o entienda, y nadie podrá osar negarse a ello, porque esos hombres serían los “escogidos” por Dios para hacer esa labor, porque ellos tienen la “autoridad”. En otras palabras, si le dejamos hacer a Chaves, llega a la Iglesia, no sólo una autarquía general, sino una dictadura del individuo. En vez de una Teocracia (cual en el contexto de la Iglesia, sería el gobierno actual del Espíritu Santo en ella), tendríamos una Tiranía del hombre sin precedentes. Según esas premisas, sin paliativos el gobierno congregacional o de la asamblea, y el gobierno del presbiterio o ancianato de las iglesias (1 Ti. 3: 1) está a punto de terminar como tales, para dar paso a un gobierno autócrata externo, que dirá al anciano o pastor, al presbiterio, y consecuentemente a toda la congregación, qué creer o no creer, qué hacer o no hacer.
Entendiendo mejor las cosas
Así pues, deberíamos leer ese pasaje de Efesios 4: 11 (así como los otros que hacen referencia a lo que estamos hablando), de esta manera: “Y él mismo constituyó a unos, enviados; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores*, y maestros”. ¡Ya tenemos un poco más de luz aquí!
(* La palabra que se traduce por “pastores” es la griega “poimenas”, y significa “pastor que apacienta y cuida la grey”; en otras palabras, no son necesariamente los ancianos (presbiteros en gr.), comúnmente llamados pastores)

Los verdaderos “apóstoles” actuales, son los que van en misión
Así pues, ¡Son enviados! ¿Enviados a qué, y por quién? Enviados (1 Co. 12: 5) a la mies. Esos enviados, entre otros, son los misioneros; los que van a cumplir la misión de la predicación y extensión del Evangelio. Son los que predican el Evangelio allí donde no se ha predicado todavía, y plantan iglesias. Encontramos lo siguiente en 1 Corintios 12: 27, 28:
“Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas”.
Ciertamente, pareciera aquí que nos hablara la Palabra de un orden jerárquico, ya que nos habla de los apóstoles colocándolos en primer lugar, ¿pero es eso así? No, por cierto. Por favor, no olvidemos que esos apóstoles son enviados. Esos hombres son los que en el cuerpo de Cristo van y abren obra allí donde son enviados. Este versículo nos habla de un primer lugar de acción, algo así como el “orden de aparición” en el starring de una película. Si pudiese existir en ese versículo mencionado arriba un sentido de importancia, desde luego deberíamos adjudicarlo a los doce apóstoles que tenían el título y oficio de ser testigos de Cristo y de ser depositarios de la doctrina de Cristo, y a nadie más.
Debemos entender que los apóstoles a los cuales se está refiriendo Pablo en ese versículo, aparte de los doce de Cristo, son los otros misioneros o enviados que hacían la obra de apostolado, cual fue y es: Predicar el Evangelio allí donde nadie lo había hecho con anterioridad (Ro. 15: 20, 21), y como resultado de las conversiones a Cristo, constituyendo ancianos para el gobierno espiritual de las congregaciones recién nacidas (ver Hchs. 14: 23). Así mismo también nos lo dice el comentarista de Matthew Henry de forma aún más reticente:
“Es probable que el vocablo apóstoles, incluya aquí, además de los Doce, a Pablo y otros siervos de Dios que colaboraban en la evangelización y en la fundación de iglesias (Bernabé, Timoteo, Tito, etc.)”
Hoy en día eso último sigue, sólo para aquellos que hacen lo mismo que hicieron aquellos primeros misioneros (apóstoles). Por lo tanto, nada tiene que ver todo esto con las famosas “redes apostólicas” de la actualidad, que son en definitiva “redes autócratas” que enredan a los creyentes bajo su control, haciéndoles llegar mucha, pero mucha herejía. Toda esa herejía es la “nueva doctrina” dominionista y similares de la que estamos hablando a lo largo de este libro.
Atención: La Iglesia de Jesucristo es LIBRE, y el gobierno de la misma, es el gobierno del Espíritu Santo, para cada congregación (Ap. 2, 3), y para cada creyente (1 Juan 2: 20, 21).
Los enviados (apóstoles), son los que abren una obra, y en los primeros meses, incluso años, se encargan de formar al que será el pastor o anciano principal, o los ancianos. Les enseñan los rudimentos de la Palabra, les ministran, les ayudan en la medida que sea necesario, así como un buen tutor a sus tutelados. Pero al igual que con una familia natural, que cuando los hijos crecen llegan a emanciparse, así cuando el enviado ve que la grey de Cristo que se originó está lo suficientemente madura en el Señor, paulatinamente los deja hacer y los libera en la obra del ministerio. No busca el enseñorearse de ellos, sujetándoles de por vida a sí mismo, solicitando de ellos diezmo alguno.
Por así llamarlo, siempre quedará esa bonita relación de “padre” espiritual a “hijos” espirituales, pero la relación ya será más como la del padre respecto a los hijos mayores de edad, emancipados, y seguramente casados y con hijos, porque la historia se repite.
Definiendo al apóstol
Así pues, ¿cómo podríamos definir lo que es un “apóstol” aparte de aquellos benditos doce de Cristo? Un apóstol es un enviado. Es un enviado por parte del Espíritu Santo y del cuerpo de Cristo (Hchs. 13: 2, 3) allí donde Cristo no ha sido todavía predicado, para no edificar sobre
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fundamento ajeno (Ro. 15: 20). Su misión es, con la ayuda del Espíritu Santo, levantar una congregación a partir de cero; constituir ancianos (Hchs. 14: 23), y ayudar en el crecimiento y maduración de esa incipiente congregación, sirviendo a la misma con sus dones y sabiduría (1 Co. 4: 19-21). Como puede verse, nada tiene que ver todo esto con jerarquías, sino con servicio por amor.
Cuando se sigue al hombre…
Así pues, todo esto nada tiene que ver con las pretensiones de todos esos falsos “apóstoles modernos” que sólo piensan en asegurarse de que se hace lo que ellos quieren, o entienden que se debe hacer por parte de los demás que “acogen” bajo su regazo jerarquizador, ofreciéndoles una hipotética (y a todas luces falsa) cobertura, diciéndoles lo que tienen o lo que no tienen que hacer; creer o no creer; si no de forma directa, seguramente sí con sutilidad. Con el pretexto de ser “padres”, esperan que sus “hijos”, hagan lo que dicen, y si no, entonces están en desobediencia y rebeldía. Muchos de ellos, incluso esperan que se les diezme para así sellar espiritualmente su ministerio sobre ellos, cosa que la Biblia no enseña por ninguna parte. Jamás los verdaderos apóstoles de la Biblia buscaron los diezmos de las iglesias que plantaron o ayudaron a fundar. Sin embargo, muchos de estos falsos apóstoles, ávidos de encontrar congregaciones a las cuales poder echar mano, esperan esos suculentos diezmos de ellas, como prueba de que su ministerio es efectivo. ¡Vaya manera de vivir a costa de los demás! Y lo único que consiguen esas ingenuas congregaciones que se colocan bajo el “manto apostólico” de esos buscadores de lo ajeno y que encima les diezman, es una mayor atadura espiritual. En realidad lo que han hecho es venderse a esos hombres, a los cuales espiritualmente se atan. Por favor, ¡No busquen “coberturas” de hombres! La verdadera cobertura es la del Espíritu Santo, y ésta es de parte del Señor para toda verdadera congregación de Cristo, y para cada creyente de cada congregación (Ap. 2, 3). Pero estos falsos apóstoles esperan que sus subordinados se sujeten de tal modo que digan a casi todo “amén”, aún y sin tener convicción de las cosas. Argumentan que es una cuestión de gobierno espiritual; cuestión de obediencia. Muchos de ellos realmente lo creen así, y así lo enseñan. Conozco muy de cerca el caso de un amigo mío, pastor de una congregación por muchos años, que una vez su “apóstol” al cual ignorantemente diezmaba, le dijo lo que esperaba de él en cuanto a un asunto en concreto de naturaleza ministerial. Mi amigo le dijo al “apóstol” que eso no lo veía así, y la respuesta del “apóstol” fue: “Aunque tu no lo veas así, por la posición de autoridad y de responsabilidad que tengo sobre ti, deberías obedecerme aunque tú no lo entiendas, así es como funciona en el reino de Dios”. Si nos damos cuenta, ese “apóstol” se atribuyó el papel del Espíritu Santo, porque sólo Él, que es Dios, es digno de ser creído aunque no entendamos el asunto que se nos presenta delante. Esto, hermanos, ¡no “funciona así en el reino de Dios” como argumentaba ese falso apóstol! La obediencia ciega al hombre, no se encuentra en ningún lugar en la Escritura, sino todo lo contrario (Jer. 17: 5, 6). Si obedecemos ciegamente al hombre, por muy apóstol que se diga, estamos haciendo un dios de él, y nosotros quedamos atados espiritualmente bajo su dominio, más todavía cuando le damos nuestros diezmos. Leemos así al respecto: “Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció” (2 Pedro 2: 19b). Otra vez: ¡Cristo nos hizo libres!
5. El falso apostolado y la apostasía
Pero para defender su falsa posición de autoridad apostólica, muchos de esos presuntos apóstoles citan pasajes como Efesios 4: 11 “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros”. Dicen que como el primer ministerio que se menciona es el de “apóstol”, pues entonces, necesariamente debe ser el de mayor autoridad jerárquica. Pero claro, aquí se nos presenta un problema. Por esa misma regla de tres, el profeta, que sigue al “apóstol” deberá tener mayor autoridad que el evangelista, y el evangelista mayor autoridad que el pastor, y éste que el maestro. Sólo podemos destacar lo ridículo de esta forma de entender el asunto.

Impartiendo… ¿nueva doctrina?

Otro de los versículos que emplean para seguir defendiendo su argumento es Efesios 3: 5, que dice: “…misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu”, dando a entender que así como en la “primera” era apostólica, aquellos hombres recibían revelación de los misterios de Dios para administrarlos a los santos (1 Co. 4: 1), así ahora que Dios “está restaurando” el oficio de apóstol será igual que fue entonces. Es decir, que Dios usará a esos “nuevos apóstoles” para que impartan nueva doctrina. ¿Es eso así?...A pesar de que a muchos les agrada esta idea, acariciándola, la respuesta es un rotundo ¡No! Dios no va a dar más revelación de Sus misterios a nadie, porque el canon bíblico está cerrado. Ya tenemos la Biblia bajo el brazo, y nada se puede, ni se debe añadir a ella.
Rony Chaves nos da toda una serie de definiciones de estos “impresionantes apóstoles”, en su escrito publicado que lleva el rimbombante título de “El gobierno apostólico anulará el gobierno de Satanás”. Una de esas definiciones, la primera de ellas, es la siguiente: “El apóstol y su unción traen revelación a la Iglesia, como en los días primeros” 27 Chaves, sin ningún pudor, pone a esos actuales presuntos “apóstoles” a la misma altura que los doce de Cristo. El ya mencionado Dr. Bill Hamon, uno de los expositores de los “nuevos apóstoles y profetas”, todavía nos lo dice más claro:
“La iglesia del siglo XXI será irreconocible en comparación con la iglesia del día de hoy. Los apóstoles y profetas de los últimos días que están vivos en el día de hoy tomarán la iglesia a través de la transición de la dispensación de la gracia a la dispensación del reino, de la dispensación de la iglesia mortal a la iglesia inmortal.” 28
¡Insólito! Es decir, que desde un posicionamiento absolutamente Dominionista, a través de esos impresionantes “apóstoles y profetas”, la Iglesia pasará a ser inmortal sin haber pasado por el Rapto y la resurrección de los muertos (1 Ts. 4: 13-17), sin haber pasado por el Tribunal de Cristo (2 Co. 5: 10), sin haber pasado por las Bodas (Ap. 19: 7), sin haber pasado por las Cenas de las Bodas (Ap. 19: 9), y sin haber regresado con Cristo en gloria (Zac. 14: 5; Ap. 19: 11-20), el Único que puede y debe establecer el Reino en este mundo (Ap. 20: 4). ¡Asombroso! ¡Asombroso también que hayan tantos que crean a estos falsos maestros! Viendo y entendiendo todo esto, hermanos, ¡huyamos de los falsos apóstoles! Por cierto que la Palabra nos habla de ellos. Los hubo entonces (Ap. 2: 2; 2 Co 11:5, 13; Hchs. 13: 5; Ap. 16: 13; 2 Pr. 2: 1), y los hay ahora.
6. Apostasía; ¡Disfraces fuera!
Cuando hablamos de apostasía, nos parece algo como muy lejano, algo digno de todos aquellos malvados que abiertamente y de palabra niegan a Jesucristo, diciendo que jamás existió o que era un farsante, o algo por el estilo. No obstante, la Biblia no enseña eso exactamente. Cuando bíblicamente estamos hablando de apostasía, no es necesario irnos al extremo citado. La palabra apostasía es de origen griego, y está formada por dos vocablos: el adverbio apó, que se traduce por “aparte”, “lejos”, “lejos de”, “fuera de”; y stasis, que se traduce por posición, sitio, postura, estabilidad. Sería algo así como: “apartarse de la posición”. La traducción como tal de apostasía, es: distancia, separación, partida, defección; en cuanto al sentido bíblico: “apartarse de la fe”. Curiosamente, en griego koiné, “apostásion” es en español “divorcio” o “carta de divorcio”. Cuando uno apostata de la fe, se le extiende una “carta de divorcio” espiritualmente hablando. Así pues apostasía en la Biblia, significa salir del fundamento. Ahora bien, sabemos que el fundamento de nuestra fe es Jesucristo, y no se puede poner otro fundamento que ese (1 Co. 3: 11). Uno puede llamarse creyente en Jesucristo, pero ser de hecho un apóstata, ya que un apóstata es aquel que una vez tuvo conocimiento de la verdad, pero no vivió jamás en la verdad, porque jamás nació de nuevo (Jn. 3: 3), y por tanto, no es una nueva criatura en Cristo (2 Co. 5: 17)
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El Pastor Hiram Almirudis, en su apreciado artículo “Diecisiete señales de la gran apostasía de los últimos días”, escribe lo siguiente al respecto de ese tipo de apostasía silenciosa y silenciadora:
“Etimológicamente, apostasía entre los antiguos griegos quería decir: “Salirse del camino, continuar caminando paralelamente al camino real pensando que se transita por él, pero arribando a un destino distinto.” “Apostasía” es un término alarmante que los eruditos y hombres genuinos de Dios están sonando con sus trompetas para despertar a la iglesia... Muchos transitan por un camino religioso, se divierten en él, se sienten realizados, son entretenidos con repertorios carentes de sentido y contenido bíblico, asisten a iglesias donde los pastores tienen la diabólica habilidad de hacer que todos se sientan bien con sus bufonadas. Pero, no transitan por el camino real que es Cristo, sino por el paralelo que les lleva a un destino de condenación” 29
Según este mismo autor, Joel Osteen, pastor de la mega iglesia de Houston, Texas, la cual heredó de su padre, prometió solemnemente a su congregación que “nunca en la vida usaría en sus mensajes la palabra „pecado‟. De manera que los que visitan su iglesia se sentirán cómodos en su vida de vivir, ya que se les aceptarán como estén y como vivan en el nombre de la misericordia – mal entendida. Evidentemente, ese en ningún modo fue el planteamiento inicial de la Iglesia de Jesucristo, donde la santidad era (y es) imprescindible (2 Ti. 2: 19).
Siguiendo en esa misma línea, el Pastor Almirudis nos da una correlación de diecisiete señales de la gran apostasía que ya, no sólo se está gestando, sino que ha surgido del vientre del mismo infierno. Almirudis dice que “las evidencias de que la Iglesia cruza por un momento de clara apostasía son muchas; entre ellas”:
“1. La vida frívola de los cristianos 2. La insensibilidad hacia la santidad de Dios 3. La naturalidad con que se practica el pecado 4. La introducción en la iglesia de cuanto estilo de adoración extravagante y ridículo que va surgiendo 5. El desprecio declarado hacia la sana doctrina 6. Desprecio a la instrucción. De ahí, la eliminación de la Escuela Dominical 7. La marcada indiferencia hacia la Palabra de Dios 8. El materialismo de las iglesias, ministros y miembros 9. Las competencias para ver quién tiene la iglesia más grande 10. El número alarmante de ministros que caen en adulterio, que se divorcian, y que siguen inamovibles en sus púlpitos 11. El concepto tan bajo que el mundo secular tiene de las iglesias, de los ministros y de los cristianos 12. Los estilos de adoración sensuales de parte de músicos, vocalistas y cantantes nómadas 13. El protagonismo y señorío que muchos pastores tienen sobre las iglesias 14. El nepotismo que hace de las iglesias una empresa familiar 15. La facilidad con que las personas se hacen cristianas, se bautizan y se hacen miembros de las iglesias 16. La sustitución de la Biblia por la psicología 17. La politiquería, el caciquismo pueblerino, el apadrinamiento, y la burocracia que distinguen a tantas personas que ostentan cargos eclesiásticos” 30
Obviamente, no estamos hablando aquí de la verdadera y genuina Iglesia que sólo Dios puede discernir, sino de todo aquello que se presenta ante los ojos de todos, como la iglesia. No obstante, cabe señalar que aún un verdadero hijo de Dios puede estar participando en alguna de esas cosas, y como consecuencia de ello, estar contristando al Espíritu (Ef. 4: 30), de lo cual se ha de arrepentir.
El pecado imperdonable
Nos va a ser muy útil entender acerca de la blasfemia contra el Espíritu Santo, que tiene que ver con un asunto primordial: la negación a sabiendas de la verdad de Dios. Sólo pueden negar a sabiendas la verdad de Dios, aquellos que la conocieron, la entendieron, y luego la rechazaron. Nótese que uno puede conocer la verdad de Dios, como el diablo la conoce, o como la conocía

Judas el Iscariote. Por lo tanto, estoy persuadido de que el pecado imperdonable, la blasfemia contra el Espíritu Santo, (Lc. 12: 10) es justamente el apostatar, o /y el resultado de apostatar. El que realmente apostata, ya no puede ser restaurado (He. 6: 4-6), aunque hubiera tenido una experiencia con el Espíritu Santo en su momento, eso se terminó, esa persona se seguir llamando cristiana, pero jamás lo fue, y jamás lo será. Consecuentemente, no fue escogida por el Padre para salvación (Jn. 6: 44; Ef. 1: 3-5).
Dicho esto, los verdaderos hijos de Dios debemos guardarnos sin mancha del mundo (Sgto. 1: 27b), y de las asechanzas del diablo (Ef. 6: 11), sobre todo de las que promueve el maligno a través de los falsos ministros y falsos hermanos; no para caer en apostasía como tal, sino para no participar en lo más mínimo en ese espíritu del mal. Hoy en día escuchamos frases como “Yo sigo a mis líderes”, como si esa fuera una virtud en sí misma; y no estoy hablando de desconfiar de los pastores, sino de seguir sus dictados al pie de la letra sin cerciorarse antes de la veracidad bíblica de sus postulados. Cuando un pretendido “apóstol”, por ejemplo, cree seguir el designio de Dios de decidir lo que los demás deben o no creer, tenemos entonces aquí otro fundamento que no es Cristo. Tal personaje se ha convertido en un “en vez de” Cristo (un anticristo), y todos los que le siguen están en peligro de apostatar. Claro y ejemplo extremo de esta actuación lo tenemos en los papas de Roma, los cuales, a través de sus bulas, encíclicas y concilios deciden qué deben creer sus fieles, y que no. Ellos son anticristo, y sus feligreses están perdidos. Lamentablemente, ese es el camino similar que muchos evangélicos han empezado a recorrer, sobre todo en el mundo carismático y neopentecostal, edificando en ese sentido, sobre fundamentos ajenos al verdadero, que es Cristo, y consecuentemente, su Palabra.
Cuando el hombre se levanta en “nombre de Dios”
Cuando un hombre se levanta diciendo que tiene la “última revelación”, por mucho que lo adorne, jure y perjure que es escritural, se activa el espíritu de anticristo. Cuando los creyentes empiezan a seguir los postulados no bíblicos de ese hombre, genéricamente hablando, se activa un espíritu de apostasía. Por eso es tan esencial en estos días se levanten los atalayas dando la pertinente voz, que es la denuncia en amor contra estas cosas, tal y como se halla en la Palabra (Jud. 3, 4). Y se levanten a voz en cuello si es necesario.
7. Cuidado con las falsas “coberturas” y los “mantos apostólicos”
No obstante, la seguridad y convicción con la que actúan tras los púlpitos y sobre las plataformas multitudinarias no deja de asombrarnos. Son capaces de llamar nuestra atención, y convencernos de que necesitamos su ministerio y su “manto apostólico”, que sin ellos, nos quedamos extremadamente cojos, y por supuesto, ¡sin cobertura! Por cierto, la palabra cobertura no he podido encontrarla en la Biblia y lo del “manto apostólico”, tampoco.
¡Atención!, cuando se enseña acerca del “ministerio apostólico” tal y como lo entienden esos maestros dominionistas/neo-reformistas, se está hablando de un ministerio de autoridad, revestido de un manto “paternal” 31, que espera del presbiterio y del pastor de cada congregación obediencia conforme al “orden divino”, según su entendimiento. Lo contrario a eso, sería un “rechazo a la autoridad”, falta de “humildad, de sujeción y de corrección”. ¿No nos quieren hacer sentir culpables?, pienso que sí...Un muy amigo mío, pastor de una pequeña, pero sana congregación, había estado por algunos años bajo la “cobertura” de un supuesto apóstol; y digo supuesto apóstol, porque ese varón no fundó la iglesia de mi amigo. En un momento dado, mi amigo, que en aquel entonces todavía creía en el falso ministerio de esos “apóstoles busca-iglesias”, le pidió que supervisara su congregación. Pasaron algunos años, y mi amigo aprendió, maduró, y llegó a sus conclusiones. Decidió, por tanto, junto con su presbiterio, que había llegado el momento de avanzar en otra dirección que la propuesta por su “apóstol”. Se lo comunicó, y… ¡cual sería su sorpresa cuando ese varón “apóstol” no aceptaba su decisión, sino que por tiempo estuvo porfiando con él, hasta que, acabados sus recursos dialécticos, casi metiéndole miedo en el cuerpo, por cuanto iba a perder “su cobertura”, finalmente tuvo que asumir, aunque a regañadientes, la decisión de mi amigo junto con el resto de los ancianos! La bandera de la “cobertura” fue la que hizo ondear con más fuerza ese varón contra mi amigo. Ese tiempo, fue terrible, porque él deseaba hacer la voluntad de Dios, y esa es la razón por la cual tuvo que enfrentarse a ese hombre, habiendo querido evitar todo tipo de polémica, pero no siendo eso posible.
Sí es cierto que la Palabra nos insta a estar en una iglesia local y no dejar de congregarnos, (He. 10: 25), en ese contexto, el creyente está bajo el cuidado y protección del Espíritu Santo, porque está cumpliendo con el requisito escritural. Cada congregación de Dios, madura y establecida, es soberana (Ap. 2 y 3); es guiada por el Espíritu Santo, y el Señor la protege y cuida. Por eso digo, ¡cuidado con las coberturas! Porque la mayoría de las veces, no son tales coberturas, sino ataduras. Sin embargo, contradiciendo esto, Rony Chaves asegura:
“Los Apóstoles tienen diversas medidas de unción y brindan cobertura a ministros e iglesias. Ellos son padres y traen “La Paternidad de Dios a la Iglesia”, Su protección” 32 (énfasis nuestro)
Pero eso que dice que hacen esos hombres, con sus “diversas medidas de unción” (¡?), lo hace y se le debe dejar hacer al Espíritu Santo, que tiene toda la unción, Quien es el Paracletos de Dios para la Iglesia, y no los hombres (Juan 14: 16, 17). El apóstol Pablo nos da un clarísimo ejemplo de su verdadero ministerio apostólico, que era el de “predicar el Evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno” (Romanos 16: 20), a diferencia de lo que estos falsos apóstoles hacen. Pablo iba a los lugares donde Cristo no había sido anunciado y predicaba allí. Ese es el verdadero ministerio apostólico (o misionero); y los que así hacen, esos son los verdaderos apóstoles (mejor, enviados o misioneros). Estos, como Pablo, cuando el Señor añade los que han de ser salvos (Hchs. 2: 47), ya que la salvación es del Señor, y no del esfuerzo del hombre, se ocupan en ayudar a los recién convertidos, enseñarles, protegerles, etc. como hacía Pablo cuando podía, hasta que alcanzan la madurez necesaria para hacer lo propio. Si así se hiciera, en vez de perder el tiempo en zarandajas, antes cumpliríamos con la Gran Comisión.
Por lo tanto, la excepción es la de esos verdaderos enviados que predican el Evangelio allí donde son enviados, se convierte gente, y se empieza una congregación. Evidentemente, en los primeros años de andadura como iglesia local, la verdadera y eficaz cobertura, no sólo de ese misionero, sino de la iglesia que le envía, será más que útil y deseable.
Pero el asunto va mucho más lejos que el de la simple cobertura. El asunto es un asunto de acción y de verdadera intromisión en la labor de las iglesias locales. No obstante, estos hombres están convencidos de su llamamiento divino en este sentido:
“Un nuevo gobierno sacerdotal está siendo establecido que sólo puede ser comparado con el que existe en la jerarquía de la iglesia católica romana a lo largo de la historia. Son llamados los “ungidos”, “apóstoles y profetas” y la Iglesia debe oírles, permitirles que ministren, y dejarles sanar y cumplir con la comisión de ella. Sin ellos, no podremos completar nuestra comisión para Jesús; así enseñan” 33
Este nuevo movimiento apostólico/profético está dirigido a promocionar todo lo que de control e imposición había en el movimiento llamado en inglés discipleship/shepherding (*) bajo el título y excusa del crecimiento numérico eclesial. Así pues, el deseo y ambición de crecimiento es uno de los motores que impulsan a muchos a creer casi cualquier cosa con tal de obtener resultados, siguiendo de hecho la pauta maquiavélica de que el fin justifica los medios.
(* Discipleship/shepherding fue – y sigue siendo – una manera de entender el discipulado, expresado en un gran control e imposición sobre el individuo, teniendo éste que dar cuentas a su líder absolutamente de todo relacionado con su vida. La libertad del individuo, ya no era más)

Imprescindibles hombres

Acerca de estos profetas modernos, dice Bill Hamon:
“El ministerio de ellos será aclarado e irá en aumento hasta que toda la verdadera Iglesia presente en el mundo les reconozca como que son ordenados por Dios y son dones de Dios para la Iglesia” 34
¡Realmente, han entrado pisando fuerte! Así pues, se pretende que toda la Iglesia de Jesucristo siga las instrucciones y revelaciones pretendidamente de Dios; sus palabras han de ser la guía que las iglesias deben seguir. Lamentablemente, esto está ya ocurriendo. Muchos maestros y pastores de congregaciones comunes y corrientes, bien intencionados y amantes del Señor, no se aperciben de que enseñan, entre otras, cosas de una gran trascendencia extra y anti bíblica, aprendidas de esos hombres y mujeres, quizás porque las han oído de ellos mismos, de otros pastores, o en la “televisión cristiana”, o en la radio, en ciertas publicaciones, en congresos de “avivamiento” o “proféticos”, por Internet, etc. etc. Han sido impactados por las palabras y el espíritu de ellos, aun y sin percatarse. Se enseñan conceptos o doctrinas que no se encuentran reflejadas en la Escritura, y se les da mayor importancia que la Escritura en sí a muchas de ellas. Un ejemplo de esto último, entre los numerosos mensajes hoy en día, sería justamente el levantamiento y justificación de ese mover presuntamente apostólico profético del que estamos hablando. Pensemos que cualquier revelación extrabíblica, según sea el contenido de la misma, niega la suficiencia de la Biblia (Jn. 8: 31, 32; 2 Ti. 3: 16, 17; 2 Pr. 1: 3) Pero como apunta Hamon, Chaves, y tantos y tantos más, ese nuevo conocimiento revelado a esos profetas, propio de las “cosas nuevas” que Dios está haciendo en estos últimos días, nos será necesario. Según se nos dice, no podemos llegar a estar completos y equipados para toda buena obra solamente con la revelación de la Biblia. Para afrontar los nuevos desafíos que vienen sobre el mundo y la Iglesia, vamos a necesitar a esos profetas y apóstoles ungidos para que nos dirijan, y de ese modo poder obtener ese esperado “avivamiento mundial”, y consecuentemente poder “conquistar y dominar las naciones para Cristo”. Así dicen, y aseguran… ¡pero no les creemos!

¿Orden divino?
Sigue diciendo Hamon al respecto:
“La total restauración de los apóstoles y los profetas en la Iglesia, traerá el orden divino, unidad, pureza y madurez al encarnado (*) cuerpo de Cristo” 35 (énfasis nuestro)
Prestemos atención a ese “orden divino”. John Eckhardt, también habla sobre ese “orden divino”:
“Todo lo que pido es que permanezcamos abiertos a escuchar de parte de Dios lo que tiene que ver con cómo encajar en el “orden divino” 36 (énfasis nuestro)
Esta es una expresión que se oye muy a menudo de parte de estos hombres y mujeres. (*) Nótese que ese “encarnado”, es decir, hecho carne, cuerpo de Cristo, al que heréticamente se refiere Hamon, no es sino la falsa creencia de que Cristo está “encarnado” o “corporizado” en la Iglesia, sobre todo a través de los “ungidos”.
Un muy conocido autor restauracionista británico, Terry Virgo, dice que Dios va a visitar la Iglesia, en el sentido de que la gloria de Cristo, su persona espiritual y gloriosa vendrá y entrará en la Iglesia, en vez de Su venida literal. Dice así:
“El resultado de esa visitación es que el pobre y perdido rebaño será unido y transformado en un majestuoso caballo de guerra; un gran vehículo de poder y energía, una temible, inspiradora y efectiva herramienta de guerra. Las ovejas vendrán a ser poderosos hombres echando abajo al enemigo en batalla” 37

El rebaño transformado corporalmente, viniendo a ser Cristo encarnado o corporativo. En otras palabras, la Iglesia llega a ser el mismo Cristo, y entonces Él ya no es necesario que vuelva. De esa manera la Iglesia con el Cristo encarnado en ella, establece definitivamente el Reino, y el Cielo ya no está allí arriba en alguna parte, sino que está aquí, en la tierra. Realmente no difiere mucho esta herejía que la propia de la secta de los Testigos de Jehová, los cuales no esperan la venida física de Cristo, sino que para ellos Cristo ya ha venido espiritualmente. Por otra parte, ¿Cuál sería el enemigo que habría que “echar abajo en batalla según ellos?”, ¿el diablo?, si es el diablo, la Biblia es clara en cuanto a que ha de ser atado por mil años y luego ser echado al lago de fuego, y eso lo saben, entonces, quizás… ¿los que se oponen a sus veredictos?... quién sabe.
Evidentemente esa es una enseñanza absolutamente gnóstica y destructiva. Otra vez el intento del hombre de ser Dios; otra vez la mentira del diablo: “y seréis como Dios”. Pero ese presunto “orden divino” no es más que el “Nuevo Orden” que en esencia es tan viejo como el mensaje de la serpiente del Génesis, y que pretende transportar a la Iglesia de Jesucristo, engañándola, a los pies de la Bestia Anticristo, a través de su Falso Profeta (Ap. 13).

PARTE II. Los verdaderos profetas, y la refutación al falso movimiento neoprofético
Desde hace algún tiempo hasta esta parte, se están levantando personas que se autodenominan apóstoles y, también profetas. En cuanto a los primeros como vimos, muchos de ellos eran pastores, y otros no tenían ningún ministerio conocido o reconocido. No obstante, ahora reclaman tener autoridad; una autoridad jerárquica en muchos casos, que no podemos encontrarla en el Nuevo Testamento, y con ella, pretenden ser cabeza en distritos, ciudades, regiones, incluso en países y continentes, con la intención de derribar toda barrera denominacional al estar todas esas iglesias o congregaciones bajo su “manto apostólico y profético”, y establecer un gobierno, es decir, una jerarquía, que más bien nos recuerda el proceder de la institución eclesial católica. Y no es que actúan como lo hacía el apóstol Pablo, yendo a los lugares donde Cristo no había sido todavía predicado (Tito 1: 5), para no edificar en fundamento ajeno (Ro. 15: 20, 21), sino que su “ministerio” está dirigido a las iglesias y ministerios ya existentes.
Prestemos de nuevo atención a lo siguiente. Cuando leemos en Efesios 2: 20-22, “Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo…”, se nos habla básicamente del cambio de muerte a vida, de ser ciudadanos de esta tierra que desaparecerá con todas sus obras un día (2 Pr. 3: 10, 11) a ser ciudadanos de la Nueva Jerusalén (Fil. 3: 20). Cuando se menciona acerca de ser edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, no se está hablando de autoridad jerárquica eclesiástica, sino que se está refiriendo al crecimiento o madurez que el creyente obtiene cuando es edificado en la doctrina de los apóstoles y profetas; es decir en la doctrina de aquellos hombres que recibieron la inspiración, la revelación de la Palabra que es la Biblia, la Palabra de Dios 38. Aquel ministerio fue irrepetible, porque el canon bíblico está cerrado.
Sin embargo, el llamado apóstol Rony Chaves, uno de los principales propagadores del nuevo y espurio movimiento apostólico y profético en el mundo hispano parlante, dice así:
“Los profetas inician el modelo divino, porque oyen La Palabra y la proclaman. Los apóstoles son las que la ejecutan. Aleluya”. 39
¿Aleluya? ¿Cómo es que no dicen la verdad? ¿Es que no la conocen? ¿Qué pretenden con toda esa doctrina de hombres?...Nos va a ser muy útil llegar a entender con la Biblia en la mano cuál es la verdad sobre estos asuntos. En esta parte, nos estaremos volcando mayormente en la cuestión de los profetas, ya que en el anterior lo hicimos con la de los apóstoles. Al respecto de los primeros, escribe David Wilkerson:

“Muchas personas hoy en día se autodenominan profetas. Piensan que cada palabra que les viene a la mente procede directamente del cielo...” 40
Por ello nos será de mucha importancia el entender qué es profetizar, y qué es realmente un profeta. Por lo tanto, primeramente, veamos el primero y mejor de los ejemplos, el cual lo tenemos en la persona de Jesús de Nazaret, nuestro Salvador y Señor.
1. Jesucristo, el profeta por antonomasia
Definiendo qué es un profeta, diremos que un profeta es aquel a quien Dios reviste de Su autoridad para que comunique Su voluntad a los hombres y los instruya. El principal de los apóstoles fue Jesucristo hombre, así también el principal de los profetas. Pedro predicando a voz en cuello en Jerusalén poco después de aquel bendito Pentecostés, exclama diciendo: “Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis en todas las cosas que os hable; y toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo” (Hechos 3: 22, 23). Pedro se estaba refiriendo a Jesús. ¿Qué hizo Jesús como profeta? El fue quien vino del Padre para enseñarnos que Él mismo es el Camino al Padre. Jesucristo fue más que un profeta, Él cumplió en sí mismo la profecía. Además de hablar de cuestiones que se tendrían que cumplir en el futuro (escatología), lo principal del Señor como ministerio profético fue la declaración de la verdad. Cristo vino a declararnos la verdad, y ese fue su principal mensaje profético. Esa verdad, que es El mismo, nos hace libres (Jn. 8: 31, 32)
A lo largo y ancho del Antiguo Testamento vemos acerca de muchos profetas de Dios (también de falsos profetas). No obstante, llegó un momento en el cual la revelación se hizo total y completa. Cuando el ministerio profético de Jesucristo se puso en marcha, al llegar Él a este mundo y principiar su ministerio, culminándolo, estando Él ya ascendido en los cielos, dando a conocer su revelación por medio del apóstol Juan (libro de Apocalipsis, último libro de la Biblia). Así pues, Dios habló a Su pueblo en el Antiguo Pacto a través de los profetas, y en el Nuevo Pacto lo hace a través de Su Hijo (Hebreos 1: 1, 2). Por lo tanto, el antiguo oficio de profeta quedó cesado por el Hijo, siendo el último de esos profetas Juan el Bautista (Lc. 16: 16). Cristo nos ha dado la Palabra, la cual está escrita y el canon cerrado. En ese sentido, no esperamos ya más revelación que compita con la Palabra escrita, o que se le pueda añadir a la misma.
En todo caso, en este tiempo actual, lo que puntualmente hable el Espíritu Santo por profecía, palabra de ciencia, etc. (1 Co. 12: 7-10) siempre irá de acorde a lo ya revelado en la Biblia y nunca emitirá mensaje contrario o discorde a la misma, o que cree confusión y división en el cuerpo de Cristo, ya que Dios jamás se contradice. Un claro ejemplo de esto último es la lamentable Visión de los Doce (G12). Ese es un claro ejemplo de revelación extrabíblica y antibíblica, que ha causado mucha confusión y división en las iglesias. Obviamente, nada que cree confusión y división en el cuerpo de Cristo puede venir de Dios, más aún, cuando dicha supuesta revelación, ni se encuentra en la Biblia, ni se puede encontrar, porque no es algo que Dios haya revelado.
El profeta antiguo ya no existe, pero su mensaje, sí
En cuanto a que decimos que el antiguo oficio de profeta quedó cesado, no estamos insinuando aquí de ninguna manera que el mensaje veterotestamentario ya no vale. Todo lo contrario. La Palabra es muy clara al respecto:”Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Efesios 2: 20). La Iglesia de Jesucristo está edificada sobre el fundamento del Antiguo y el Nuevo Testamento, es decir, sobre los profetas y los apóstoles, siendo la principal piedra angular, el mismo Jesucristo, y como edificio vivo de Dios (1 Pr. 2: 5), crecemos a modo de templo santo en el Señor (Ef. 2: 21). Así se expresa el Dr. Erwin de León al decir:
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“Con respecto a los profetas del Antiguo Testamento muchas profecías se han cumplido y en el día de hoy son históricas, otras están en cumplimiento o se cumplirán en un futuro inmediato por lo tanto los profetas originales aún están vigentes” 41
¡Están vigentes los profetas originales, y no los actuales falsos, que intentan emularlos!
2. Entendiendo mejor acerca de los oficios ya cesados
Leemos en Efesios 2: 19, 20, donde se nos dice que somos miembros de la familia de Dios: “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas…”. Ese fundamento es la Palabra escrita, la Biblia. Los hombres que escribieron inspirados por el Espíritu Santo lo que denominamos la Biblia, son los profetas y los apóstoles mencionados en esa escritura (Antiguo y Nuevo Testamento). Entiéndase entonces, que el fundamento de nuestra fe cristiana es la doctrina apostólica (Hchs. 2: 42; Ro. 6: 17; 16: 17; 2 Ts. 2: 15), que es también llamada, la sana doctrina de nuestro Señor Jesucristo (1 Ti: 1: 10; 2 Ti. 4: 3; Ti. 2: 1, 10; 2 Juan 1: 9; Jud. 3), la cual está basada en la revelación veterotestamentaria.
Seguidamente leemos en Efesios 4: 11 que Cristo: “…constituyó a unos, apóstoles, a otros, profetas…”. En el contexto correcto, estos profetas mencionados, son los que Cristo, que es el Verbo de Dios, usó para trasmitir el Logos a Su pueblo, es decir, la Palabra escrita del principio al fin – léase desde Génesis a Apocalipsis. Entonces, podemos entender que los apóstoles y profetas citados por Pablo en este pasaje son básicamente los mismos que cita en Efesios 2: 20. Por lo tanto, son oficios que concluyeron como tales – se entiende, todo ministerio concerniente a Revelación de Dios, dado que el canon está cerrado. No obstante, en el Nuevo Testamento, se nos habla de apóstoles y profetas aparte. De los primeros ya hablamos, veremos acerca de los segundos en un instante. Cabe añadir un detalle. Según el orden de Ef. 2: 20, y Ef. 4: 11, los apóstoles, que eran los testigos de la vida de Cristo van por delante de los profetas, que son los hombres usados por Dios en el Antiguo Testamento (véase también Ef. 2: 20), porque el Nuevo Testamento interpreta el Antiguo Testamento. Otro aspecto es que, a diferencia de la palabra apóstol, que es trascripción, y no traducción del griego al castellano, la palabra que se traduce por profeta es correcta traducción.
3. El ministerio profético neotestamentario
Si la revelación doctrinal, lo que llamamos la sana doctrina de nuestro Señor Jesucristo ya ha sido revelada y dada a los santos (Judas 3), ¿qué más poder esperar en este sentido, y para qué sirve el ministerio profético entonces, y a qué nivel se extendería? Estas son preguntas importantes, y merecen respuesta. Lo cierto es que la revelación neotestamentaria no es todo lo explícita que nos gustaría acerca del asunto, no obstante, podemos deshilvanar algunos conceptos. En 1 Corintios 12: 27, 28, leemos: “Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros…”. Aquí Pablo nos habla de que hay profetas en la iglesia. Un poco más adelante, en 1 Corintios 14: 29ss. leemos: “Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen.” Es evidente que estos profetas no ejercen el oficio de aquellos hombres como Isaías, Ezequiel, Nahum o Sofonías, por poner algunos nombres. Estos profetas profetizaban en las reuniones cristianas uno por uno, con el fin de que todos aprendieran y todos fueran exhortados (1 Co. 14: 29-32). Hoy en día es igual. Además de eso, es la voluntad de Dios que todo cristiano profetice también (ver 1 Corintios 14: 1-3), aunque eso no le hace necesariamente ser profeta, según 1 Co. 14: 29.
Consolar, exhortar y confirmar
Vemos que en Hechos 15: 32, se nos dice: “Y Judas y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras”. Por esa declaración vemos que la finalidad del ministerio profético neotestamentario en adelante, es la de consolar, exhortar, y confirmar a los hermanos. Por la lectura de ese pasaje del libro de los Hechos, vemos
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que esas acciones de Judas y Silas se enmarcaban en un contexto doctrinal concreto. Los nuevos creyentes de origen gentil fueron consolados a causa de lo declarado en aquel concilio en Jerusalén (Hchs. 15). Fueron liberados de imposiciones concernientes a la ley (Ro. 10: 4). Por lo tanto, el ministerio profético neotestamentario, tuvo por misión llevar a los creyentes a la verdad liberadora de Cristo, la cual ya nos ha sido revelada. Este fue el principal sentido de su existencia. Allí donde sea necesario, el mismo ministerio procede hoy en día de igual modo.
Prediciendo hechos concretos
Dos de las pocas menciones que hace el libro de Hechos acerca de la acción de algún profeta en concreto es en relación al profeta Agabo: “En aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquia. Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo de Claudio” (Hechos 11: 27, 28). Como vemos aquí, el profeta en cuestión, dio a conocer un suceso que iba a ocurrir en un futuro inmediato. Si nos damos cuenta, Agabo estaba por el Espíritu Santo hablando de un evento en lo natural, particular y puntual; nada que ver con asuntos de índole doctrinal o por el estilo. ¿Podemos esperar hoy en día un tipo de ministerio como el de Agabo?, Sí podemos, aunque también es cierto acerca del notable abuso que se está haciendo de él, sobre todo en los círculos neopentecostales.
Prediciendo sobre individuos
En Hechos 21: 10, 11, la acción del mismo Agabo tiene tintes parecidos, aunque fue una profecía hacia una persona, concerniente a esa persona, en este caso el apóstol Pablo. Por cierto, démonos cuenta que un “simple” profeta le da una profecía al “gran” apóstol San Pablo. ¿Cuántos de los grandes “apóstoles” de hoy en día estarían dispuestos a recibir una profecía de alguno de los Agabos que se sientan en las bancas del fondo de la iglesia?
Volviendo a la cuestión, podemos deducir entonces que el profeta o profetisa de hoy en día también recibirá entendimiento por parte del Espíritu Santo acerca de acontecimientos presentes o futuros que nos sean desconocidos, pero que nos serán muy útiles de conocer a la hora de interceder, echar fuera demonios, orar, tomar decisiones, etc. En este sentido también, debemos declarar que creemos en la vigencia de los dones del Espíritu, dados por Éste “a cada uno en particular como Él quiere” (1 Co. 12: 11) Todo esto, como vemos, nada tiene que ver con nuevas revelaciones de índole doctrinal, que compitan con la revelación bíblica, y menos aún la contradigan.
Levantando en alto la verdad
Básicamente, el verdadero ministerio profético, tanto en la época neotestamentaria, como en la actual, está encaminado a hacer resaltar la verdad ya revelada de Cristo, si es preciso, contendiendo ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos (Judas 3). Algunas reseñas escriturales al respecto las encontramos en: Hchs. 11: 27; 13: 1; 15: 32; 1 Co. 12: 28; 14: 29-32 (aunque este último se refiere a los santos profetizando). Y por supuesto, también existen los falsos profetas: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” (1 Juan 4: 1). De estos últimos estaremos hablando a continuación.
4. Acerca de los falsos nuevos profetas
Según el Diccionario Bíblico, los falsos profetas, además de los que hablan en nombre de un dios falso (Dt. 18: 20; 1 R. 18: 19; Jer. 2: 8; 23: 13), son los que engañan invocando el nombre de Jehová (Jer. 23: 16-32).
Estos últimos son de tres clases:
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(1) Impostores, conscientes de su engaño; seducidos por su deseo de ser objeto de la consideración dada a los verdaderos profetas, y que son populares a causa de sus palabras que muchos gustan oír (1 R. 22: 5-28; Ez. 13: 17, 19; Mi. 3: 11; Zac. 13: 4)
(2) También entre ellos, están todos aquellos que son de hecho satanistas, luciferinos o similares que han entrado encubiertamente en la iglesias y en sus organizaciones y ministerios. Hay más de ellos; muchos más de lo que nuestra mente pueda llegar a aceptar, y están perfectamente organizados piramidalmente, ocupando muchos lugares de preeminencia ministerial, muchos en el neopentecostalismo actual. Nadie puede darse cuenta de lo que en realidad son, a no ser que el Espíritu Santo los delate. Tienen a su disposición miles de demonios especializados en hacerles ver ante los demás como verdaderos siervos y siervas de Dios.
(3) Personas sinceras e incluso piadosas, fundándose en ocasiones sobre la Ley, pero persuadiéndose a sí mismas de haber sido llamadas por Dios al ministerio profético, cuando no es así. A pesar de su sinceridad, son falsos guías.
Bien, tal como ocurrió en el Antiguo Testamento, está ocurriendo hoy en día. En estos tiempos, no obstante, abundan más que nunca los falsos profetas. Pensemos, que el pretender recibir nuevos mensajes de Dios, nos llevará a darle más valor a los mismos y dejar la Biblia en un segundo plano, y este es un gran peligro que se corre, sobre todo cuando se adjudica a los profetas y profetisas, o pretendientes a serlo, un peso superior al que deberían, según enseñan las Escrituras.
5. “Nuevos apóstoles” y “nuevos profetas” yendo de la mano
Para aquellos que creen y enseñan acerca de los “nuevos apóstoles y profetas”, dicen que ambos tienen que trabajar de la mano. Según ellos, los profetas son los que buscan de Dios la nueva revelación, la cual pasan a los apóstoles que la supervisan, modelan, ordenan, estructuran, y le dan forma de doctrina, acordémonos de las palabras de Chaves al respecto: “Los profetas inician el modelo divino, porque oyen La Palabra y la proclaman. Los apóstoles son las que la ejecutan. Aleluya” 42 ¡No hay aquí “Aleluya” que valga!... Una vez conseguido ese proceso, lo dan a conocer como dogma a todos los pastores o ancianos que tienen bajo su supervisión, esperando que estos lo enseñen a sus congregaciones como Palabra de Dios. Ese es el método que la iglesia católica romana ha empleado desde que existe como tal a través de sus concilios y las declaraciones ex cátedra de sus “infalibles” papas. ¿Qué diferencia habría entonces? Esta actuación contradice directamente lo enseñado por la misma Biblia, cuando se refiere a todos los creyentes como tenedores de la unción del Santo, y no ignorantes de todas las cosas, ni de la verdad (1 Juan 2: 20, 21), o cuando se nos asegura que todos los creyentes somos sacerdotes pertenecientes al sacerdocio real y universal (1 Pedro 2: 9) ¡Un gran problema tenemos cuando se levantan “ungidos e infalibles” instructores de carne hueso que pretenden darnos nueva revelación!
Incidiendo en Efesios 2: 20 y en Efesios 4: 11, donde el apóstol Pablo habla de los apóstoles y profetas, pero como fundamento sobre el cual como cristianos hemos sido edificados, esto es, en referencia a la doctrina y la revelación bíblicas, es decir, Antiguo y Nuevo Testamento, los postulantes de la teología de la restauración, entiéndase, de “apóstoles y profetas”, sacando de contexto las palabras del apóstol Pablo, pretenden que hoy Dios está haciendo surgir nuevos apóstoles y nuevos profetas que aportarán “más de Cristo que ha de ser revelado a nuestras vidas y ministerio” 43; es decir, nueva revelación, que obviamente habrá de competir con la revelación bíblica, ya sellada. Un ejemplo rápido aquí de esto, es la Visión de Gobierno de Doce de César Castellanos o de Cash Luna.
En el sentido que venimos argumentando, John Eckhardt, defensor del nuevo mover apostólico como lo llaman, claramente y sin ambages asegura acerca de esos nuevos apóstoles, diciendo: “Ellos son a menudo los primeros en predicar ciertas revelaciones que Dios está dando a conocer a la Iglesia…Un apóstol puede venir y establecer nueva revelación.” 44 45 Rony
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Chaves, de Costa Rica, que se denomina apóstol y hay quien le llama el “apóstol de apóstoles”, en relación al Gobierno que dice que Dios está estableciendo, asegura que los “apóstoles son imprescindibles”, porque, dice, “el apóstol y su unción traen revelación a la Iglesia como en los días primeros” 46. Las declaraciones de ambos hombres, contradicen la misma Palabra que declara que el canon está cerrado, y no se puede añadir nueva revelación, y de paso diré que me asombra que no se levanten más voces de gente de Dios que declaren el absurdo de estas y otras manifestaciones heréticas. Claramente la Biblia nos advierte que no se puede quitar de la misma, ni añadir a la misma (Deut. 4: 2; 12: 32; Prov. 30: 5, 6; Ap. 22: 19). Si así se hace, necesariamente esa nueva revelación no vendrá del Espíritu Santo, y si no viene de Él, entonces es doctrina de demonios (1 Ti. 4: 1).
Pero Chaves, parece que quiere todavía recorrer más terreno, y nos planta ante nuestros ojos la siguiente declaración en relación a los “nuevos profetas”: “El profeta está ungido para desarraigar líderes y sistemas religiosos”. 47 ¿Desarraigar líderes y sistemas religiosos? Todo esto nos suena a una nueva inquisición. Chaves parece que nos plantea aquí aquel tipo de profeta como Samuel, que a la vez era juez sobre Israel cuando en la antigüedad veterotestamentaria, esa nación de Dios vivía en un atisbo de lo que será la Teocracia Milenial (Ap. 20). ¡Nos preocupan esas drásticas aseveraciones!
Mucho de lo que Chaves dice que hacen los profetas según él lo entiende, es la tarea exclusiva del mismo Espíritu Santo. La Biblia enseña que el Espíritu Santo: Activa el don de profecía; derriba poderes demoníacos; destruye las obras del enemigo (Cristo vino a eso, 1 Juan 3: 8b); destruye lo carnal, lo pecaminoso, lo demoníaco en la Iglesia; ayuda a la edificación del cuerpo de Cristo; ayuda a los cristianos a sentirse como hijos de Dios; trae luz sobre la Palabra y los propósitos de Dios; libera dones espirituales; trae unción de alabanza y adoración a la Iglesia, etc. etc. Estas son algunas de las cosas que el bendito Espíritu Santo hace, pues bien, ¡según Rony Chaves, estas cosas y muchas más las realiza el profeta! No exageramos un ápice este punto, es perfectamente constatable en el apartado llamado “Profetas en acción” que se encuentra en su estudio “El Gobierno Apostólico anulará al gobierno de Satanás”, 48 vayan allí y léanlo.
Lo que enseña Chaves, y muchos de esos maestros, como verdad de Dios, no deja de ser un idilio con el engaño expresado en su momento por el mismo diablo en el jardín del Edén, prometiendo a la humanidad dominio sobre la vida (Gn. 3: 4), y conocimiento sin límites (Gn. 3: 5).
Entre otras herejías, estos hombres enseñan que la Iglesia, organizada bajo un Gobierno autocrático piramidal, va a dominar el mundo entero, llamándole a eso la “dispensación del reino”, pasando, de la dispensación de la iglesia mortal, a la de la iglesia inmortal” 49 y con un conocimiento o gnosis (revelación) constante y en aumento, eso sí, a través de algunos escogidos de entre todos los cristianos, a los que se les llama ungidos (ver Mt. 24: 11; 24) En realidad, estos hombres que dicen ser arquitectos de un “nuevo paradigma”, los cuales han prometido un río, en realidad han vendido a la Iglesia un pozo seco 50
El pastor Mario E. Fumero, en su libro “Los virus espirituales”, escribe acerca de esta cuestión del dominio, diciendo así:
“Notemos que en esta oración, (la de 1 Timoteo 2: 1-3), no se pidió el Señorío sobre los reinos de la tierra, sino para que podamos llevar a cabo nuestra misión en tranquilidad, piedad y dignidad. ¿Podremos evitar que los sistemas de este mundo caigan bajo el dominio del Anticristo? …Es alarmante como se promueve establecer una unidad eclesial a base de 12 para conquistar después el control político de los gobiernos humanos, buscando que la iglesia sea la que gobierne el mundo pecador, sin la venida de Jesús (milenio eclesial)” 51
Y sin embargo, contradiciendo la revelación profética bíblica, Rony Chaves asegura que si los nuevos apóstoles enseñan consecuentemente a los demás líderes que tienen por debajo de ellos, y se establece el “orden apostólico/profético”, se logrará desplazar y anular el gobierno de Satanás en este mundo. Dice así:
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“La Estructura Apostólica que debe ser levantada en las naciones para que a través de la misma, los pastores y líderes sean enseñados a orar como conviene para atar poderes demoníacos…es necesario establecer el orden apostólico para desplazar y anular el gobierno de Satán” 52 (énfasis nuestro)
Ya no es suficiente con el poder del Espíritu Santo, ahora es necesario que se levante la “Estructura Apostólica”. Es horrible, y un claro insulto a Dios. Nótese además que esa “Estructura Apostólica” deberá de ser levantada, ya no solamente en la Iglesia, sino también en las naciones. Tal y como Mario E. Fumero indirectamente lo observaba, y dicho con otras palabras, esto nos suena al Nuevo Orden Mundial. Además esa aludida “Estructura Apostólica” pretende tomar el lugar de Cristo, ya que sólo Él anulará el gobierno de Satanás en Su venida gloriosa (Ap. 20: 1-3).
En “posición bajo imposición”
Estos nuevos profetas y profetisas, así como sus aprendices de turno, para dar a conocer e impactar con sus mensajes, utilizan un lenguaje muy saturado de expresiones grandilocuentes y de amplio barniz escritural. Siempre, invariablemente y sin dudar, antes de dar su profecía, dicen: “¡Así dice el Señor!” o, “¡El Señor te dice!”. Eso produce en el oyente un efecto muy poderoso. Se le llama: “poner al oyente en una posición bajo imposición”. ¡Si lo que va a decir el profeta o la profetisa es la palabra de Dios, entonces habrá que prestar atención para obedecer!…Esto, al oyente temeroso, aunque ingenuo, de hecho le quita la libertad de escoger, y casi le obliga a aceptar el mensaje sin más. Hace un tiempo, no mucho, me encontré en un centro comercial con un antiguo conocido que hacía tiempo no veía. Después de los pertinaces saludos, y previa conversación espiritual, de repente, el hermano sin más y para mi sorpresa, me empezó allí mismo a profetizar. Clavando sus ojos en mí, empezó a decir en medio del establecimiento: “¡Así te dice el Señor!… ¡Así te dice el Espíritu Santo!”. Llegó un momento a lo largo de su insistente alocución profetística, que intervine y le interrumpí diciendo: “hermano, no digas más: “¡Así dice el Señor!”, porque, yo sé que lo me estás profetizando es de tu propio pensamiento, y no lo dice el Señor”. La cuestión es que ese hermano, es un pastor seguidor del G12, y al enterarse de mi posicionamiento confrontando esta materia, me intentaba refutar utilizando el: “¡Así dice el Señor!”. Seguramente sin ser realmente consciente de lo que hacía, ese hermano estaba manipulando, utilizando el nombre de Dios. Antes de decir: “Así dice el Señor”, estemos seguros de que así es, cuando vayamos a profetizar. Es mejor decir, si no lo estamos: “creo que es del Señor”, o “pienso que es del Señor”, o no decir nada de eso, y sencillamente exponer lo que se entienda con las propias palabras de uno, no sea que nos encontremos tomando el Nombre de Dios en vano.
Adornando el pastel
Luego vienen las supuestas profecías, que suelen ser así: “Así dice el Señor: Te he llamado a ser un líder en mi ejército y llevar a mi pueblo a un nuevo nivel; toma tu autoridad y decláralo, decrétalo, al mundo espiritual.” U otro ejemplo: “Te he llamado en esta hora para que no retrocedas sino que avances en una nueva dimensión espiritual; a tus palabras le seguirán señales y milagros, porque yo estoy ungiendo en este día tu ministerio con un nuevo poder creativo y la autoridad que viene de mi trono…etc. etc.” Antes de avanzar con esta argumentación, cabe decir que hoy en día el profetizar continúa tal y como el apóstol Pablo enseñó a los Corintios (1 Co. 14: 1-3), y nada ha cambiado en este sentido, pero no estamos hablando de esto. Estamos advirtiendo acerca de los falsos profetas que profetizan “lo bueno”, y “lo nuevo” utilizando siempre expresiones impresionantes que suenan a gloria, pero que están muy carentes de la verdad y realidad de Dios. Por eso nos va a ser muy necesario aprender a discernir.
Demos ejemplo: Cualquier profeta o profetisa que exalte todo posicionamiento dominionista, acerca de nuestra autoridad aquí en la tierra para levantar el Reino en este tiempo sin estar Cristo presente, o por el estilo, es un falso profeta o profetisa.
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Cualquier profeta y profetisa que exalte el ego de la persona a la que se dirige la profecía; diciéndole que va a tener una unción mayor que todos, que va a hacer grandes milagros, más que la mayoría, que va a conquistar las naciones, etc. etc. es un falso profeta o profetisa o actúa como tal. Recuerdo los mensajes de Cindy Jacobs, una afamada profetisa norteamericana que venía muy a menudo a España. Profetizaba a todos los presentes en un congreso cosas así: “Así dice el Señor: El avivamiento llegará en el año 2003 a España” (el año 2003 llegó, y pasó, y no ocurrió nada). Curiosamente, el mismo mensaje lo dio Benny Hinn cuando vino a Barcelona hace ya varios años. La profetisa en cuestión, en un congreso en Madrid, España hace algunos años al cual asistimos mi esposa y yo, dijo: “Pastores y líderes, no se preocupen, porque dice el Señor, dice, que el dinero viene, ¡viene! Y viene de Alemania, para que compren sus templos y no tengan ya que alquilarlos”. Jamás ocurrió tal cosa. A todos sin excepción les predicaba “lo bueno”, y en aquella ocasión, a los gitanos españoles cristianos, que estaban allí, muchos en número, les dijo de parte del Señor que se prepararan porque el Señor les mandaba ir al Medio Oriente 53, a ¡¡Irak, a predicar el Evangelio, justo durante la guerra!!
Ese tipo de profecía, tan común en los círculos dominionistas/neo-reformistas, se parece tanto a lo expresado por el profeta Jeremías, cuando de parte de Dios exclamó: “…desde el profeta hasta el sacerdote todos hacen engaño. Y curaron la herida de la hija de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz” (Jeremías 8: 10, 11) Quieren complacer a muchos, cuando estos buscan que se les profeticen “lo bueno” y no lo correcto: “No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad mentiras” (Isaías 30: 10) No en vano la Palabra nos insta a examinarlo todo, que significa, ponerlo a prueba, y sólo retener lo bueno (1 Ts: 5: 21)
Me causa mucha tristeza la situación actual eclesial. Cuando se habla de “avivamiento”, lo que ocurre, es que contrariamente, una mayoría del pueblo de Dios, ni siquiera lee la Biblia, y consecuentemente, no la conoce. Creen que “avivamiento” es ver a muchos en muchos Congresos y Conferencias; mucho emocionalismo; y mucha música… En el libro de Proverbios encontramos: “Mas los necios mueren por falta de entendimiento” (10: 21). El pastor y el maestro tienen la responsabilidad ante Dios de enseñar la sana doctrina desde el púlpito, pero el oyente tiene exactamente la misma responsabilidad ante Dios en cuanto a cerciorarse de que esa enseñanza es como deba ser, para ser aceptada y creída, o si no, desechada, pero… ¿cómo lo harán, si no leen ni conocen suficientemente la Biblia?
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Capítulo 8
PARTE I. El “santo engaño” y el fuego extraño en la congregación de Dios
Jesús dijo: “Muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24: 11-12)
En una ocasión, hace tiempo, junto a las puertas del Hades, el diablo convocó una reunión urgente con parte de sus principales capitanes, a los cuales parecían acabárseles sus ideas para el mal. Éstos, sudorosos aunque sin perder su compostura de soberbia, se miraban unos a otros, sin atreverse a hablar.
Tras una breve pausa que les pareció una eternidad (la cual ciertamente la pasarán en el lago de fuego y azufre Ap. 20: 10), uno de ellos, el más gallito se levantó y dirigiéndose al padre de mentira, le dijo - ¡No sabemos como dañar de forma más dolorosa a los que más odiamos! ¡Ayúdanos, oh Satanás!
Este, sin inmutarse, se dirigió a sus camaradas de las tinieblas, y les preguntó - ¡Piensen! ¿Qué tipo de mentira creen ustedes que les sería más fácil hacer creer a los hombres?
Uno de los ya temblorosos capitanes contestó - Indudablemente, si esa mentira se mostrara con sumo y especial atractivo... ¿no?
¡Ajá! - Respondió tajante el maligno, y añadió - ¿Y en cuanto a los muy odiados cristianos, cuál sería la mentira que les supondría más fácil creer o aceptar?
El mismo demonio respondió vacilante - Pues de igual manera, la que fuera suficientemente atractiva. Pienso que en ese caso en concreto, la que se pareciera a la verdad de ellos, y se presentara envuelta en triunfo, como un desafío de fe... ¡Un engaño presentado como un desafío de fe y victoria! ¡Esto es! – sería confundirles con algo presuntamente santo, para vencerles en su propio terreno... ¡El “santo engaño”!
Otro de los demonios, ya en ese momento más inspirado, prosiguió diciendo - Además se le podría añadir el efecto de la sucesiva redundancia para obtener un resultado más impactante en las mentes y emociones, como dijo uno de nuestros muy usados y ya desaparecidos hombres nuestros... Humm, ¿cómo se llamaba? - ¡Ah, sí!, Adolfo Hitler - “una mentira, repetida muchas veces y por mucho tiempo, se transforma en una verdad”
Inmediatamente el diablo respondió – ¡Ja, ja, bien contestado, entonces, ¿a qué están esperando?! ¡Vayan y háganlo! –
Inmediatamente, cada uno fue a su lugar de combate con las instrucciones bien claras y específicas, y el tiempo transcurrió, hasta hoy en día...
Discúlpenme por haber empezado este artículo haciendo una alusión tan directa al Maligno - Dios le reprenda - pero pienso que ha sido útil para que usted, estimado hermano, entienda que el mensaje en cuestión de esa imaginaria reunión, ¡es cien por cien real! Me dispongo a escribir este tema, porque a mí me preocupa lo que está ocurriendo en nuestro medio, y comparativamente, muy pocos se dan cuenta de lo que en realidad está pasando.
Desde unos años a esta parte, ¿qué es lo que más reiteradamente se escucha sobre todo en el medio eclesial neopentecostal/carismático? Sin lugar a dudas acerca de la venida, no de Cristo, sino del “gran Avivamiento sobre las naciones”. Una y otra vez, los nuevos profetas y los nuevos apóstoles, no han cesado ni cesan de declarar que debemos creer en el Avivamiento que es para estos días y que siempre, siempre está “a las puertas”, el cual va a tener un alcance mundial, y que con él y de forma paulatina, ocurrirá:
 Que el Evangelio se predicará por todos los medios de comunicación que existen.
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 Que los cristianos ocuparemos los medios de comunicación de este mundo.
 Que los cristianos ocuparemos las todas las instituciones, y manejaremos los poderes a todo nivel de este mundo.
 Que las religiones falsas caerán.
 Que supondrá la rendición de los gobernantes y de las naciones enteras a Cristo.
 Que los reyes y potentados, así como los humildes, y las gentes en general caerán de rodillas confesando sus pecados y recibiendo a Cristo.
 Que a la postre, las ciudades y pueblos sucumbirán al poder del avivamiento, entregándose a Cristo.
 Que las riquezas de este mundo pasarán a manos de los cristianos.
 Que la política y el gobierno de las naciones estarán en las manos de la Iglesia, es decir, de los creyentes verdaderos.
 En última instancia: el mundo se rendirá ante Cristo.
Contemplar en este tiempo actual el mundo cambiado, en paz y seguridad, y las gentes predicándose unas a otras la palabra de vida del Evangelio, respaldadas y cubiertas por un gobierno justo, eficiente y eficaz, que cumple su buena función en todo el globo terráqueo; ver que Cristo está en el corazón del mundo, y el mundo es del todo de Cristo por voluntad propia...Todo ello, y mucho más, realmente resulta inmensamente atractivo, pero lo que es más, supone ciertamente un desafío de fe y una esperanza de triunfo...pero, hermanos, ¿es la verdad? No, es falso. Es la mentira diseñada en las mismísimas puertas del Hades para embaucar a los cristianos bien intencionados, crédulos de lo aparentemente bueno, pero que no tienen suficiente amor por la verdad, y que por tanto, no conocen suficientemente bien las Escrituras, las cuales revelan con detalle la verdad sobre este asunto.
1. Según el reformismo/dominionismo; las tres condiciones esenciales para que el gran Avivamiento llegue
Paso a trascribirles lo que una muy conocida autora reformista/dominionista, la profetisa Cindy Jacobs, escribe:
“La Biblia expresa claramente que hay veinticuatro ancianos que se postran delante del trono de Dios y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono (Ap. 4: 10). Existen ancianos en el cielo, y Dios quiere también que se establezca el oficio de ancianos en la tierra” 1
Como hemos leído, la Tierra deberá ser regida por una élite muy especial y muy ungida de hombres que Dios habría de levantar. Según Jacobs, estos se corresponderán con los veinticuatro ancianos que están ante el trono de Dios. Así que, unos ya están en el cielo, y los otros pronto en la tierra... ¿enseña esto la Biblia? No, pero sigue diciendo la profetisa Cindy Jacobs a renglón seguido, y sin cortapisas:
“¿Cuál es el tipo terrenal de este oficio celestial de ancianos? Creo que son los apóstoles que Dios está levantando en las naciones. Al ser reconocidas las estructuras apostólicas de autoridad del reino sobre las naciones enteras, un mover poderoso del Espíritu Santo será desatado hacia la tierra que afectará el sistema físico gubernamental. Los avivamientos barrerán naciones enteras, y los reyes de esas naciones echarán sus coronas terrenales ante el que está sentado en el trono” 2
Aunque estupefactos, hemos leído que como condición para que ese Avivamiento del Espíritu Santo, que dicen, tiene que barrer las naciones, sea un hecho – dice Cindy Jacobs (y como ella, los maestros reformista-dominionistas) – es necesario:
I. Que Dios levante esos milagrosos apóstoles, (dicen que ya lo está haciendo)
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II. Que todos crean en esos nuevos apóstoles ungidos.
III. Que se reconozcan esas estructuras apostólicas de autoridad sobre las naciones enteras.
Pero para tristeza y lamentación de los proponentes de la Nueva Reforma Apostólica (como así la llaman), no todos los cristianos, ministros o no ministros, reconocemos a esos “nuevos apóstoles”, tampoco reconocemos esas “estructuras o redes apostólicas de autoridad del reino sobre las naciones” (¡?), así como tampoco creemos que Dios lo esté levantando, ni mucho menos. Siendo así, y según Jacobs, entonces ya el Espíritu Santo no “puede” cumplir con Su cometido... Entonces todo depende de que todos estemos de acuerdo en este asunto. Así pues, se condiciona el presunto mover de Dios a la voluntad unánime de todo el cuerpo de Cristo. De este modo, ¿dónde queda la soberanía del Altísimo? Por lo tanto, “los avivamientos que barrerán naciones enteras” que expresa Jacobs, serán o no una realidad, si aceptamos y recibimos o no, esta nueva y a todas luces espuria oligarquía espiritual, llamada Nueva Reforma Apostólica. Sinceramente, nos parece pueril el asunto. ¿No será que las cosas son de otro modo? Indudablemente que sí. A pesar de que C. Peter Wagner asegure, de que los nuevos “apóstoles, trabajando de igual a igual con los profetas, desarrollan su misión: implementar lo que Dios quiere que sea hecho en la Tierra en un momento determinado”, 3 la verdad según las Escrituras es que Dios no va a hacer nada de todo esto. Dios no depende de hombre alguno para hacer Su voluntad en esta Tierra, y menos todavía, para hacer algo que jamás ha dicho que va a hacer; en esta dispensación: el pretendido avivamiento de las naciones. Reto al lector que duda o se opone a lo que estoy escribiendo, a que me de un solo versículo en la Biblia que respalde lo que estos falsos maestros están enseñando. Déme, si lo encuentra, no sólo un versículo, sino una sola porción de la Santa Escritura que diga que en este tiempo Dios va a traer un Avivamiento mundial, y además a través del ministerio apostólico y profético – que por cierto Wagner y todos los suyos interpretan de manera muy, muy diferente a como lo enseña la Biblia.
2. Lo que produce y obliga el creer y esperar que ese gran Avivamiento mundial se va a producir en esta dispensación
Creer por creer, sin más, no debería resultar demasiado problema, pero en este caso no es así en absoluto. Déjenme antes aclarar que yo deseo como el que más no uno, sino mil avivamientos reales. No seamos torpes. Si alguno piensa que yo no amo el genuino mover del Espíritu Santo se equivoca de pleno y de plano. Lo que detesto es que con algo tan hermoso como es la anhelada acción del Espíritu Santo, trayendo salvación y santificación a las gentes, se esté engañando al pueblo de Dios llevándoles a la fantasía y a engaños subsiguientes.
A. ¿Qué hay que avivar?
Para empezar esta sección, permítanme recordarles que la palabra avivamiento como tal, no aparece en la Biblia. Como mucho, y en el N.T., lo más parecido que encontramos es lo que Pablo le dice a Timoteo:
“Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos” (2 Timoteo 1: 6)
De ese modo, en cuanto a avivamiento podríamos hablar de la necesidad de cada verdadero creyente de mantener y avivar lo que Dios nos ha dado en materia de Su mismo Espíritu, dones, llamamiento, fe, etc. Todo lo requerible para poder desarrollar una vida cristiana que le de honra y honor a Cristo. Por lo tanto, el avivamiento como tal estaría dirigido a los cristianos, y no a los no cristianos – los cuales poco o nada tienen que “avivar” de parte de Dios, porque no tienen Su Espíritu. Lamentablemente es mucha la ignorancia en cuanto a esto, y muchos han llegado a creer que el avivamiento va dirigido a todos los hombres, píos o impíos.
B. Un engaño lleva a otro
Dije antes que el creer en ese avivamiento mundial para este tiempo, conlleva una serie de obligaciones de presunta fe y compromiso con ésta. Son estos los engaños que suceden al
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primer engaño, y son su consecuencia inmediata del mismo. Pensemos. Cuando ineludiblemente se cree que Dios va a traer un gran avivamiento a todas las naciones, es menester colaborar con Dios para la consecución de ese propósito divino. Pero conque Dios jamás ha revelado esto – sino lo contrario – aunque se ha llegado a creer así, entonces la manera de colaborar con los supuestos propósitos de Dios, siempre será, como mucho, conforme a la buena intención y manera humanas, y no conforme a la expresa voluntad divina. Un ejemplo de esto que venimos diciendo, lo vemos claramente en la reacción de Pedro, cuando Jesús anunciaba su muerte en la cruz, y cual fue la respuesta del Maestro:
“Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres” (Mateo 16: 22, 23)
Pedro, en ese momento intentaba “ayudar” a Cristo, y sin embargo, le era tropiezo – porque ponía la mira en las cosas de los hombres – es decir, pensaba sólo conforme a la lógica humana. Las siguientes que ahora veremos, son algunas prácticas, creencias y actuaciones que se enseñan, existen y se promocionan pretendiendo “ayudar” a Dios en lo que se entiende son Sus propósitos. Estas cosas se están produciendo por todas partes, sobre todo en el contexto del llamado mundo libre, entre los cristianos que han creído en “el avivamiento mundial que siempre está a las puertas”, y como venimos diciendo, son consecuencia directa de creer ese mismo engaño:
 Unidad en lo natural de los cristianos (ecumenismo)
 Evangelización forzada y forzosa (G12)
 Aceptación de que Dios está haciendo “algo nuevo” y no declarado necesariamente en las Escrituras.
 Aceptación de extrañas señales, manifestaciones, prodigios, prácticas extrañas y hasta no bíblicas, etc. como de parte de Dios.
 Prioridad a las experiencias espirituales personales, antes que a lo declarado en la Palabra.
 Atar del todo y expulsar los poderes demoníacos de las naciones (mal entendimiento de la lucha espiritual)
 Implementación del reino (buscando el trabajar y el colaborar con los poderes, autoridades y organizaciones de este mundo)
 Búsqueda de posicionamientos en las jefaturas de los gobiernos e instituciones diversas.
 Adaptación de la Iglesia al mundo en todo lo posible (para así, dicen, atraer el mundo a la Iglesia)
 Búsqueda a ultranza de la riqueza económica (ya que se cree que el cristiano tiene derecho a ella)
 Búsqueda a ultranza de la sanidad física (ya que se ha llegado a creer que el cristiano tiene derecho ineludible a ella)
 Como ya vimos antes: la necesidad imperiosa e imperante de aceptar a los nuevos ungidos; los nuevos apóstoles y profetas, los ancianos de este mundo según Cindy Jacobs, para que Dios pueda hacer su parte al respecto.
Reiteramos, y la lista no es exhaustiva: todos estos engaños y espurias actuaciones, son consecuencia directa o indirecta de creer que el “avivamiento mundial está a las puertas”, y de que hay que hacer algo al respecto para que venga a ser una realidad palpable y sostenible. Y es que, la mente natural razona así: Para que el avivamiento pueda producirse, es necesario una suficiente coordinación a todo nivel. A nivel organizativo y estructural, y la consiguiente sujeción a hombres especialmente “ungidos y llamados por Dios” para que exista un orden necesario. La mente natural razona así: Para que el avivamiento pueda producirse, es necesario que todos, y como sea, escuchen el evangelio, y aún haya que forzarlos a entrar (siguiendo
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equivocadamente la enseñanza de la parábola de Jesús “la gran cena” - ver Lc. 14: 23). La mente natural razona así: Para que el avivamiento pueda producirse, es necesario colaborar con los poderes de este mundo, buscando el establecer el Reino ahora. La mente natural razona así: Para que el avivamiento pueda producirse, es necesario adaptar las formas de hacer iglesia, (cambiar paradigmas, como dicen); hasta incluso, rebajar un poco los estándares de entrega y dedicación, para adecuarnos a las gentes del mundo, para que no les sea tan difícil el proceso de cambio una vez vayan entrando en la iglesia. La mente natural razona así: Para que el avivamiento pueda producirse, es necesario dar un ejemplo impactante de excelencia, y qué mejor que mostrar excelencia en lo que es deseable, es decir, en lo “tremendamente bendecidos” que debemos estar los cristianos, teniendo de todo lo deseable, a fin de cuentas, ¿no dice la Escritura “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas...” (3 Juan 1: 2). La mente natural razona así: Para que el avivamiento pueda producirse, es menester creer que Dios esté haciendo “algo nuevo”, aunque no venga en las Escrituras. Un poder manifestado en las reuniones de avivamiento, es decir, las gentes siendo tumbadas y esparcidas por el piso por parte de un muy ungido ministro (probablemente un nuevo apóstol o profeta, o un muy ungido evangelista telepredicador); la gente riendo sin control, revolcándose, temblando, sacudiéndose, y cosas por el estilo, todo sin decencia ni orden (1 Co. 14: 40)
La mente natural razona así: Para que el avivamiento pueda producirse, es necesario neutralizar del todo, y hasta expulsar los principados y las potestades de los pueblos, ciudades, naciones y continentes, porque si no, ¿cómo podrán las gentes estando atadas por el diablo aceptar el Evangelio?...Y así podríamos continuar. Es la mente natural razonando, y obviamente excluyendo el dictamen de las Escrituras. ¿Se dan cuenta? Sólo lo que hemos analizado partió de llegar a creer que “el avivamiento mundial está a las puertas” ¡Es la mentira del diablo que desearíamos todos que fuera verdad! Es, ¡Un engaño presentado como un desafío de fe y victoria! ¡Es el “santo engaño”! Más adelante explicaremos brevemente, pero con la Biblia en la mano qué hemos de creer al respecto de toda esta cuestión.
3. Veamos ahora más de cerca las consecuencias de implementar los engaños subsiguientes del primero
a. La unidad en lo natural de los cristianos (ecumenismo)
La consecuencia de creer que es menester a ultranza buscar la unidad entre los cristianos, nos lleva a una “misión imposible”. Es una misión imposible para el creyente, aunque gracias a Dios, no lo es para el Espíritu Santo. El Señor conoce a los que son suyos, dice la Escritura, por lo tanto, ya estamos unidos en el Espíritu, los que lo estamos. En otras palabras, el verdadero cuerpo de Cristo ya existe, y es puro ante Dios. Es la Iglesia que Dios discierne, y es la que el Hijo viene a recoger para sí. Otro tipo de búsqueda de la unidad, siempre será en lo natural, y la Biblia no nos enseña acerca de esa unidad como la del Espíritu Santo. Esa unidad, es el ecumenismo, que poco verdaderamente de Dios puede conseguir en la práctica. Por otra parte, todo esfuerzo de unidad, que no vaya ungido por el Espíritu Santo, no será más que un simple planteamiento humano y hasta politizado, a lo sumo bien intencionado, que no logrará ningún verdadero fruto para Dios. Siguiendo en esa línea, se llega a un estancamiento y aceptación de casi toda doctrina y práctica espurias, con la excusa de ser tolerantes y andar en “amor”. Esa es la razón por la cual se admiten falsos modelos como el G12 y sus Encuentros, entre otros, por parte de muchas Fraternidades de Ministros y Pastores en muchas partes del globo. En aras de la “unidad”, se hace la vista gorda en muchas cosas, y se permite mucho de lo que de corazón, muchos no permitirían. ¡Todo sea por “el avivamiento que siempre está a las puertas”! (y nunca llega)
b. Evangelización forzada y forzosa
El llevar la Palabra de salvación es vital, pero la manera de llevarlo a cabo es importante también. La evangelización forzada es otra de las consecuencias de creer que hay que hacer más para atraer el avivamiento. Tales consecuencias las podemos apreciar en falsos modelos como
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el G12 y similares, donde se hace un énfasis exhaustivo acerca de “ganar almas”. De hecho, nadie puede ganar almas, sólo Dios (1 Co. 3: 6, 7). Lo único que consigue esa dinámica, es entrar en la carne, y caer en mucho afán, en competencia (a ver quien consigue más discípulos), y en un mover en el cual el Espíritu Santo queda excluido, ya que el esfuerzo es el del presunto evangelizador, utilizando muchas veces métodos manipulativos y de control, aunque no se de cuenta de ello. Se llega a dejar de lado lo que el mismo Jesucristo enseñó: “toda planta que no plantó mi Padre Celestial, será desarraigada” (Mt. 15: 13). Nada de esos esfuerzos en la carne cuentan para Dios.
c. Aceptación sin más de que Dios está haciendo “algo nuevo” y no declarado necesariamente en las Escrituras
A la par que históricamente se empezó a enseñar acerca del “gran avivamiento mundial”, se empezó a enseñar también acerca de que Dios está haciendo “algo nuevo”. Claro, si nunca antes se ha producido “el avivamiento mundial que está a las puertas”, ahora Dios va a hacer algo absolutamente novedoso para que ocurra. Las consecuencias: se llega a creer y aceptar de todo.Para muchos, nada realmente se coteja frente a las Escrituras, ya que cualquier cosa Dios puede estar haciendo que no hizo antes; y después de todo, ¿quién osaría pedirle explicaciones al Señor? Pero estos olvidan que Dios está sujeto. Dios está sujeto a Su propia Palabra, y ni un ápice cambiará de ella. Haciendo como hacen, llegan a tragarse mucho engaño, como así está ocurriendo. Parte de ese engaño es la aceptación de señales, manifestaciones, prodigios, fenómenos, etc. que compiten y aun niegan lo declarado en la Escritura. Prácticas de corte orientalista, budista y ocultista (Nueva Era): visualización, soñar para conquistar y lograr lo que se quiere; también fe en la fe (Word-of-faith Movement), confesión positivista, poder de la mente y de la palabra humanas, regresiones, psicodramas, psicología ocupando el lugar de la fe escritural, Encuentros del G12, falsas liberaciones, salidas del cuerpo (proyección astral o bilocación), levitación, trances (manifestación demoníaca en realidad), sacudidas y temblores incontrolados (lo mismo), mesmerismo e hipnosis colectiva puesta en marcha por falsos hombres y mujeres de Dios, provocando caídas en el “espíritu” y falsas sanidades, hiper emocionalismo y carnalidad atribuidos al Espíritu Santo, falso gozo (risa “santa”), sonidos de animales, arrastrarse por el piso como un animal, saltos y danzas estrambóticos (falso gozo), falsas lenguas del Espíritu (los demonios y los satanistas también hablan en lenguas), falsa impartición del Espíritu Santo (a personas que ni siquiera nacieron de nuevo), abuso de la imposición de manos, transferencia de espíritus inmundos (confundiéndolo con el Espíritu Santo), etc. etc. etc.
En definitiva, se llega a aceptar que casi todo lo sobrenatural es de Dios, porque, ¿Cómo va a suceder el “gran avivamiento mundial” si no ocurren manifestaciones sobrenaturales jamás vistas con anterioridad en la historia de la Iglesia? Ese es su lacónico razonamiento. Lo mismo ocurre con dar prioridad a las experiencias espirituales personales, antes que a lo declarado en la Palabra. Lo que vale es lo “nuevo de Dios”. Es parte de ese engaño.
d. Expulsar y atar del todo los poderes demoníacos de las naciones (mal entendimiento de la lucha espiritual)
Debemos orar y reprender al maligno conforme nos dirija el Espíritu Santo, porque tenemos lucha contra él y sus huestes (Ef. 6: 12), así como expulsar los demonios de las personas (Mr. 16: 17), siempre velando por las almas, porque nuestra lucha es espiritual y no carnal. De eso no nos cabe la menor de las dudas. Pero recordemos que el maligno es especialista en intentar engañarnos en nuestro propio terreno. ¿Cómo lo hace esta vez?: A través de la falsa guerra espiritual. Este es otro engaño proveniente de la pluma de C. Peter Wagner y correligionarios, los mismos que enseñan acerca de los nuevos apóstoles y nuevos profetas (Nueva Reforma Apostólica). Antes, otro engaño, que es el siguiente: “¡Dios nos ha entregado nuestra ciudad y nuestra nación, allí donde pisáremos a modo de Israel, la tierra será nuestra! Hasta algunos van “ungiendo” con aceite las ciudades donde van de visita, como si fueran suyas. Existe un principio que pocos parecen entender: ¡usted no puede ungir algo que no es suyo, o no tenga permiso! Hacer eso, es como mínimo ridículo ante Dios, y lo que es peor, ante los ojos de los
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demás, especialmente de los impíos, los cuales se ríen a mandíbula batiente de todos los cristianos por extensión, y el Evangelio de la gracia queda por los suelos una vez más.
La Biblia es clara cuando afirma que “somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno” (1 Juan 5: 19), y nos guste o no, esto no cambiará hasta la venida gloriosa del León de la Tribu de Judá. En esta dispensación jamás echaremos fuera de la ciudad o nación donde vivimos al diablo, esto la Biblia no lo enseña. No obstante apela mucho a la carne y al ego el sentirnos importantes, y es, como no “un desafío de fe”. ¡Y que más importantes que creer que realmente estamos con nuestra “cartografía espiritual”, “oración estratégica y de poder”, etc. etc. neutralizando del todo, y hasta expulsando al “hombre fuerte” de la ciudad o de la nación! “Es que haciendo así” – dicen – “las gentes pueden quedar libres para recibir el Evangelio”. Así pues, parece que el Espíritu Santo precisa de nuestra ayuda, ya que Él, que es el Todopoderoso no puede hacer mucho, si antes los ungidos cristianos no atamos definitivamente al diablo y lo echamos fuera de la ciudad. Olvidan que, “si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto”, no porque el diablo les cegó primero, sino después, a causa de su supina incredulidad de la cual no se quieren arrepentir (ver 2 Co. 4: 3, 4). Creer que la salvación de las gentes depende de que cese la actividad demoníaca contra ellos, es como creer que el diablo le puede a usted hacer pecar. Ambas cosas son sencillamente falsas, y colocan al maligno en una posición elevada que no tiene. Este es otro de los múltiples engaños, y todo eso se hace porque esperamos ¡“el avivamiento que siempre está a las puertas”! (y nunca llega).
e. Implementación del Reino (buscando el trabajar y el colaborar con los poderes, autoridades y organizaciones de este mundo)
Este es otro trágico suceso que estamos contemplando por el cual también el Evangelio está siendo blasfemado. Cuando los cristianos declaramos creyendo que nosotros establecemos el Reino, estamos siendo blasfemos. Sólo el Rey reina, y ese es Cristo, y lo hará cuando vuelva, no antes. Un reino sin rey es como un cuerpo sin cabeza, y en definitiva esto es lo que están enseñando esos falsos maestros dominionistas, que la Iglesia implementa y establece el Reino, un reino que no tiene cabeza; en otras palabras, un reino muerto o de muerte en definitiva. ¿Es que la Biblia enseña en alguna parte que la Iglesia debe colaborar con los poderes de este mundo, contaminándose con todo ello? ¿Es que hemos de buscar a ultranza los posicionamientos en las jefaturas de los gobiernos e instituciones diversas? Estamos de acuerdo en que a nivel particular hemos de ser sal y luz allí donde el Señor nos quiera, pero eso dista mucho de las pretensiones de los dominionistas que dicen que ahora es el Reino y que nos toca a los cristianos el establecerlo, en este tiempo y sin Cristo presente todavía. Este es otro engaño con sus consecuencias de creer que así trabajamos en pos del “avivamiento mundial que siempre está a las puertas” (pero que nunca llega)
f. Adaptación de la Iglesia al mundo en todo lo posible (para así, dicen, atraer el mundo a la Iglesia y obtener el avivamiento)
Contrariamente, lo que esto está consiguiendo es que de los cristianos adolescentes hacia arriba, muchos se vayan involucrando no sólo en prácticas, sino en el espíritu mundano, copiando las músicas, danzas, modas, manera de pensar y de aparentar, etc. Vemos a jóvenes cristianos con piercings, tatuajes, aros y aretes en todas partes, etc. etc. A la postre, no se diferencian en nada en cuanto a los jóvenes del mundo; no son de buen testimonio. Cosas todavía peores que estas, como emparejarse a la ligera, hoy con una y luego con otra, sin temor de Dios; enamorándose, desenamorándose, flirteando y jugando aquí y allá, hasta muchos caer en fornicación, masturbación, pornografía, y cosas como las que practican los que no conocen a Cristo (muchos no conocen a Cristo). Incentivando su codicia y carnalidad, están muchos de esos maestros dominionistas, G12, etc. animándoles a que tengan “fe” para conseguir sus sueños. Esto último también se ve en ciertos ministros hoy en día; son buscadores de sus sueños de triunfo y grandeza, porque creen en la falacia del “gran avivamiento que siempre está a las puertas”, y quieren ver sus congregaciones convertidas en megaiglesias. En este sentido, escribe David Wilkerson:
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“La Iglesia de Jesucristo está dormida. Sus pastores están dormitando o andando en pos de sus propios sueños. Sólo una iglesia adormecida puede haber permitido las abominaciones que ahora la contaminan” 4
Adaptándose la iglesia al mundo, no se ha conseguido que el mundo se haya conmovido frente a Cristo, sino todo lo contrario. Cada vez Cristo es menos Cristo en la iglesia en general, porque cada vez la iglesia es más mundana, y esto es apostasía. Ese es su nombre.
g. Búsqueda a ultranza la riqueza económica (ya que se cree que el cristiano tiene derecho a ella)
También de forma paralela a la espuria enseñanza del “avivamiento mundial que siempre está a las puertas”, se empezó a enseñar como nunca que los cristianos somos hijos del Rey, y merecemos las riquezas y la ambrosia que este mundo ofrece; algo así como el “poder temporal” enseñado por la iglesia católica y romana, y una de sus dos columnas sobre las que se basa. Espuria enseñanza que ha logrado y logra acrecentar la codicia y la ambición de los creyentes, engañados, al creer que ese avivamiento mundial logrará como consecuencia, que lleguen a sus pies las riquezas y el poder de este mundo, y que se precisa de ese poder temporal para, no sólo conseguir ese ansiado “avivamiento”, sino la reforma total sobre la Tierra ¡qué falacia!
h. Búsqueda a ultranza de la sanidad física (ya que se ha llegado a creer que el cristiano tiene derecho ineludible a ella)
Esto también merece capítulo aparte. A partir de la enseñanza de la sanadora Aimée Semple McPherson en los primeros años del siglo XX, de la cual por cierto es fan indomable Benny Hinn (*), de que la sanidad está garantizada en la expiación, y de que todos los cristianos que andan en santidad serán sanados si tienen fe, esa mentira ha corrido por todo el medio pentecostal/carismático, reforzándose en el medio neopentecostal como piedra angular.
(*) Desde el inicio mismo de su ministerio, Hinn ha tenido una inclinación y una obsesión con la Kuhlman de los últimos tiempos del ministerio. Hinn públicamente ha declarado que la tumba de Kuhlman tiene una sobrenatural "unción". Él alega el mismo efecto en el cuerpo y la tumba de Aimee Semple McPherson 5
La Biblia (y la experiencia) nos dicen que no todos son sanados milagrosamente. El mismo Pablo decía: “quien enferma y yo no enfermo” (2 Co. 11: 29), y acabó muriendo decapitado, según el relato de los padres pos-apostólicos. Cada día en diferentes lugares del mundo, hay cristianos enfermos que están saliendo de los congresos y reuniones de sanidad, también llamados “campañas de milagros”, tal y como entraron, con el agravante de que salen desilusionados y traumatizados, y muchos desconfiando de la Palabra de Cristo, ¿por qué? Porque han creído lo que no debían. Escribe Andrew J. Birch:
“Muchas personas enfermas (y sus familias) están siendo maltratadas. A muchos enfermos se les está tachando de no tener suficiente fe. Ha habido, incluso, algunos casos de personas que han muerto como consecuencia de haber confiado más en algún “sanador” [se entiende cristiano presuntamente] que en los médicos” 6
Toda esta actuación trae como consecuencia un pésimo testimonio, y un dar una horrorosa reputación al santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. No obstante, esto es parte de creer en el “avivamiento mundial que siempre está a las puertas”. Uno va con lo otro.
C. Cómputo de las consecuencias
Repasemos haciendo un cómputo de algunas de las consecuencias indirectas de creer en el “avivamiento mundial” ahora:
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 Ecumenismo adulterado e incluso impío.
 Carnalidad, competencia y afán en la obra de Dios.
 Engaño espiritual.
 Burla y ridículo de los cristianos.
 Burla del Evangelio.
 Ridículo ante los impíos.
 Fantasía e irrealidad.
 Atadura.
 Mundanalidad y apostasía.
 Ambición y codicia.
 Engaño en lo natural; dolor, desilusión...
 Pésimo testimonio.
Recordemos las palabras de Jesús que leíamos al inicio de este capítulo: “Muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24: 11-12).
En otras palabras, o creemos a los ungidos nuevos profetas y sus nuevas revelaciones, o creemos lo que la Biblia enseña. Personalmente, me quedo con lo segundo.
4. ¿Por qué no debemos creer que el “avivamiento mundial” es para ahora?
No debemos creer que el “avivamiento mundial” está a las puertas, no sólo por las consecuencias negativas que hemos visto y analizado, sino porque es una verdad, pero sacada de su contexto en cuanto a tiempo y sazón, lo cual la transforma en una gran mentira, por la cual muchos se desilusionarán de la verdadera fe. En artículos publicados en www.centrorey.org hablo extensamente sobre la cuestión del avivamiento real y cuando se producirá (entendiendo por avivamiento esta vez, la conversión de Israel a Cristo, y la manifestación cabal del Reino en este planeta, con todas las consecuencias). Sólo cabe mencionar aquí que el cumplimiento de los profetas en cuanto al conocimiento de Dios que será sobre la Tierra como las aguas cubren el mar, no será de forma paulatina como enseñan esos falsos maestros, sino que será de inmediato, de súbito, como una gran piedra, la cual “desmenuzará y consumirá todos los reinos gentiles” (Dn. 2: 44). Evidentemente, será a partir del momento exacto de la venida gloriosa del Hijo de Dios a este planeta. A partir de ese momento se cumplirán todas las promesas mesiánicas en cuanto al Reino y el avivamiento de las naciones que hayan quedado después de la Gran Tribulación (Hab. 2: 14; Is. 11: 9; Dn. 2: 44; 7: 13, 14; Ap.19: 11ss; Ap. 20: 1ss, etc.). Justo antes de ese tremendo evento, como decimos, la Biblia nos habla del avivamiento (o mejor, conversión) de Israel, y que salpicará a las naciones, siempre en el contexto de la Gran Tribulación, y al final de la misma (Ro. 11: 25, 26; Ap. 7 ss; 20: 4). Evidentemente, todo ello no será en el contexto de la Iglesia verdadera, la desposada de Cristo, la cual el Novio viene a buscar en cualquier momento, y siempre antes de los sucesos arriba mencionados.
PARTE II. ¡No todo lo sobrenatural es de Dios!
“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente” (Tito 2: 11, 12)
Aquel día de Pentecostés de Hechos 2, el Espíritu Santo vino de repente con un estruendo a modo de viento recio, y llenó toda la casa donde estaban los discípulos sentados. A todos y cada uno en particular se les aparecieron lenguas como de fuego sobre cada uno de ellos (Hchs. 2: 2,
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3). Esas manifestaciones sobrenaturales y legítimas de Dios no se ven repetidas en el Nuevo Testamento. La razón parece ser obvia, fue un acto especial por el cual todos fueron testigos de la manifestación gloriosa del Espíritu Santo en Su venida a la Iglesia.
“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo...” (Hechos 2: 1-4)
Ese Espíritu Santo manifestado en poder ha permanecido en ella, y permanece, hasta el día y hora en que la Iglesia sea arrebatada de este mundo (1 Ts. 4: 13-17). En aquel entonces, fueron todos llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en idiomas diferentes. El motivo por el cual esto último ocurrió, fue para mostrar una señal a los no creyentes (Hchs. 2: 4-12, 1 Co. 14: 22). Esos judíos estaban dando testimonio oral del único Dios en las diferentes lenguas que se hablaban entonces. Eso le dio pie a Pedro para dar su discurso. La multitud al oír el estruendo se reunió entorno a los discípulos con mucha curiosidad y sintiéndose confusos a causa de lo que tenían delante, algunos exclamaban:
“Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?” (Hchs. 2: 7, 8)
Estaban atónitos y perplejos (Hchs. 2: 11, 12), pero otros se burlaban diciendo que estaban llenos de vino dulce (gleikus, en gr.) (v. 13). Por ello, Pedro les tiene que aclarar que de ninguna manera estaban ebrios (Hchs. 2: 15). Los que se burlaban, lo hacían porque veían a esos galileos hablando en lenguas desconocidas para ellos y pensaban que estaban haciendo el loco, o estaban borrachos. Muy probablemente los que se burlaban eran mayormente los habitantes de Jerusalén, que eran judíos que no entendían los idiomas de los judíos frigios, egipcios, de Capadocia, Panfilia, Creta, etc. Les oían hablar así sabiendo que eran galileos, y al estar llenos del Espíritu Santo, estaban llenos de Su presencia, de su gozo y de alabanzas a Dios, adorando a Dios en voz alta en cualquiera de esos idiomas desconocidos para aquellos judíos ignorantes de Jerusalén. Seguramente algunos de los discípulos levantarían sus manos limpias sin ira ni contienda para bendecir al Dios del cielo (1 Ti. 2: 8). Todo ello les debió chocar. Siempre hay burladores que el diablo envía cuando los hombres adoran al Dios del cielo para intentar desmerecer ese acto. Todo lo que podemos leer en ese pasaje de Hechos 2, es que cuando descendió el Espíritu Santo con todo Su poder sobre esos discípulos:
A. Los discípulos de origen galileo hablaban en otros idiomas en ese momento (V. 6);
B. Hablaban en esas lenguas las maravillas de Dios (V. 11).
C. No se caían, ni estaban borrachos como el mismo Pedro les aclaró a todos en su discurso (v. 15); ni hacían ruidos extraños con la boca, ni se contorsionaban, ni se revolcaban.
D. Mas bien seguían uno de los principios del amor: No hacían nada indebido (1 Co. 13: 5).
Meditemos: Si Dios nos manda a no embriagarnos con vino, ya que haciendo así uno pierde el control de sí mismo (y abre puertas a los demonios), ¿cómo es posible que por otra parte Dios nos quiera “embriagar” de otra manera - pretendidamente con el Espíritu - perdiendo también el control de uno mismo, como así les ocurre a muchos, (ya que el efecto final es el mismo, es decir, los síntomas de la borrachera)? ¡Está claro, que esto no puede ser del Espíritu Santo! No obstante, hoy en día, muchos de nosotros, los pentecostales o renovados, y por tanto, creyentes en la fanerosis o manifestaciones del Espíritu Santo (1 Co. 12: 7-11), somos lacónicos espectadores de doctrinas, señales y supuestos prodigios que muchos atribuyen al Bendito Espíritu de Dios, pero que en ninguna manera lo son. Estas, son manifestaciones que no recoge en modo alguno la Biblia; que no hizo Cristo; que no hicieron Sus discípulos de la era apostólica, y que sin embargo de un tiempo hasta ahora, son parte ineludible e inexcusable de la
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liturgia de un amplio sector eclesial, de corte neopentecostal. ¡Si no se dan esas señales, no tienen la unción esperada! Nos estamos refiriendo a extrañas manifestaciones diversas como el de “la risa santa”; estar “borrachos o ebrios en el espíritu”; “caídas en masa y desorden para atrás”, donde la persona pierde el control de sí misma por mediación de un muy “ungido” ministro de turno; “la unción de ruidos animalísticos”; “el santo revuelco”, etc. También podemos añadir otras acciones y herejías, como la “doctrina de los pequeños cristos”, “doctrina de pactos (materialismo)”, “dualismo”, “activación de ángeles G12”, “imposición directa de manos en las partes genitales para echar fuera demonios lujuriosos”, “gritar todos a una creyendo que así salen los demonios (G12)”; “espíritu de la Visión (G12)”, “Encuentros del G12”, “regresiones”, “visualizaciones”; “psicodramas”, “hipnosis en masa”, “guía exclusiva por sueños y visiones”, “salidas del cuerpo (proyección astral)”; “levitaciones (levantarse del suelo)”, y otras muchas indecencias espirituales (cada vez surgen más). En el contexto del G12 y sus Encuentros, llaman a todo esto “experiencias espirituales personales”, y así lo justifican. Muchos incluso aseguran que todos, o algunos de esos fenómenos espectaculares, o más bien grotescos y del mundo de lo oculto como hemos venido diciendo, constituyen parte esencial del avivamiento, ya que creen que es algo nuevo que Dios está haciendo en estos días, y es señal de un despertar espiritual sin precedentes en la historia eclesial, cosa que en realidad la Biblia no registra, sino más bien todo lo contrario (ver 2 Ts. 2: 3)
También la presunción (falsa fe), la sugestión y la autosugestión tienen una implicación muy importante en todo esto, confundiendo y mezclando lo concerniente a la fe con el factor emocional, y es tal el fervor desatado, que si alguien lo denuncia como espurio, o sólo se atreve a dudar de ello públicamente, la reacción de sus defensores va, desde tachar a los detractores de faltos de fe e ignorantes de las “cosas nuevas” que Dios está haciendo, hasta de que blasfeman contra el Espíritu Santo.
El asunto es más serio de lo que a priori nos pudiera parecer, y requiere de un suficiente análisis por nuestra parte, ya que muchos, muchos legítimos hijos de Dios hoy en día, están siendo engañados y seducidos por hombres y mujeres que haciendo estas cosas, aun se atreven a tacharnos a los que nos oponemos, de fariseos, religiosos, legalistas, faltos de fe, de ser seguidores de la “teología de la resignación” (en cuanto a que nos resignamos a no ver nada “nuevo” de parte de Dios). Pero, veamos en qué pretenden basarse bíblicamente a la hora de defender su credo al respecto.
1. Las mismas obras y aun mayores
Uno de los pocos, pero muy típicos versículos que más sacan a relucir es el siguiente, cuando Jesús dirigiéndose a sus discípulos, les asegura:
“De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre” (Juan 14: 12)
Muchos se basan en ese sólo versículo bíblico para justificar y defender la realización de todas estas prácticas aludidas y otras, que dicen ser parte importante de la “nueva unción” que Dios está derramando hoy en día sobre los que están dispuestos a creerla y recibirla. ¿Es eso así? La realidad conforme a la Palabra de Dios, es que no. En primer lugar cabe decir que Jesús no dijo a sus discípulos que harían milagros más asombrosos que los que hizo Él, ni tampoco que se salieran de la línea de la edificación, la sensatez y la cordura. Por otra parte, los discípulos de Cristo, una vez llenos del Espíritu Santo a partir de Pentecostés, iban a recorrer el mundo entero siendo testigos de Cristo y de Su obra (Hchs. 1: 8), haciendo su labor para traer la salvación a todos aquellos que iban a creer. Por lo tanto, esas obras a las que alude el Maestro, que incluso iban a ser mayores que las que hizo Él, no eran tanto en cuanto a poder, sino en cuanto a alcance mundial 7 en aras de esparcir el Evangelio por doquier. Como también encontramos en el Comentario Bíblico Moody: “las obras no podían superar a las realizadas por Jesús en calidad, aunque sí en extensión”. Evidentemente, Jesús sólo obró por tres años y medio, mientras que sus discípulos, y por extensión, todos sus discípulos de todos los tiempos, han seguido y seguimos cumpliendo con la Gran Comisión, hasta lo último de la tierra (Hchs. 1: 8b).
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Si nos damos cuenta, en cuanto a milagros se refiere, los apóstoles y discípulos en general actuantes en el libro de los Hechos, repetían el mismo patrón de Jesús. Todos esos milagros iban dirigidos a la edificación de los que justo momentos antes habían oído y creído de sus bocas el Evangelio de la Gracia, para perdón de sus pecados y salvación de sus almas (Hchs. 8: 4-7; 14-17, etc.). Por cierto, ese era el sentido de los milagros, que eran señales que seguían, y no predecían al mensaje de la Palabra de salvación (Mr. 16: 17ss). Hoy en día, contrariamente, vemos todo un vergonzoso, escabroso y escandaloso circo puesto en acción al contemplar el escenario donde “ministros” actúan, y los “ministrados” también, cada uno en su correspondiente y espurio papel. Nada de todo esto tiene que ver con las palabras de Jesús de Juan 14: 12; en cambio, sí tiene que ver la obra apostólica de los primeros discípulos llenos del Espíritu Santo del libro de Hechos. ¡Qué gran diferencia entre una cosa y la otra! ¡No tiene nada que ver!
¡Son las mismas obras!
En cuanto a las obras aludidas por Jesús, nótese bien que son, aunque mayores, “las mismas obras” que hizo Jesucristo las que prometió que haríamos (Jn. 14: 12). Ahora bien, las preguntas se nos amontonan en nuestra cabeza: ¿Nuestro Señor Jesucristo, o alguno de sus apóstoles, alguna vez empujaban directa o indirectamente a las gentes y las hacían caer de espaldas perdiendo estas el control? No. ¿Ministraban la “unción de la risa”, y todos a su alrededor incluido Él o ellos, se retorcían de risa incontrolada sin motivo alguno de forma absolutamente grotesca? No. ¿Hacían que las gentes se revolcaran por el suelo como hacen los animales, o les impartían la “unción de la borrachera”? (*) No. ¿Hacían que las personas emitieran ruidos grotescos, aun como de animales diversos, perros, leones, lobos, pajaritos, serpientes, etc.? No. ¿Hacían o enseñaban a los creyentes a que visualizaran todo lo que desearan para “traerlo del reino espiritual al físico”? No, eso es magia blanca. ¿Les hacían regresar a la niñez para sanarles interiormente, como se hace en los Encuentros del G12? No, eso es hipnosis. ¿Les enseñaban a soñar, haciéndoles creer que Dios les concedería la realización de esos sueños, iniciándoles así en el camino de la codicia? No, eso es magia blanca. En otras palabras, ¿hacían Jesús, o Pablo, o alguno de los verdaderos apóstoles de Cristo algo indebido, indecoroso o grotesco? Evidentemente ¡No! ¡No! ¡No!
(*) Otra cosa diferente es cuando una persona endemoniada caía revolcándose por el piso justo antes de salir el demonio (Mr. 9: 20). Esto mismo seguimos haciendo en Su nombre: echar fuera demonios.
Jesucristo jamás hizo nada de todo esto, y por consecuencia, ninguno de sus santos discípulos; menos todavía el Bendito Espíritu Santo, porque todo ello representaría una clara afrenta a la Palabra de Dios y a los creyentes mismos. Abundando en ello, ¿Se imaginan ustedes al apóstol Pablo vestido de forma extravagante, y diferente a todos los asistentes en una plataforma pública, tumbando a los creyentes al suelo, a modo de un “Benny Hinn”, y de ese modo contradiciendo su propia palabra, que es la del Señor (leer 1 Co. 14: 40)? ¿Se lo pueden imaginar? ¡Yo pienso que no! ¿Entonces, por qué se acepta como de Dios el vergonzoso escándalo que se produce por doquier, y que más triste todavía, el mundo está contemplando llegando a la conclusión, como así existe testimonio al respecto, de que “estamos locos o somos estúpidos” los cristianos (ver 1 Co. 14: 23)?
¡Se nos coló el circo del diablo en nuestro patio, y encima lo celebramos! ¿Tan ineptos hemos llegado a ser?
¡No hermanos, no nos sirve ese versículo aislado de Juan 14 para defender esas doctrinas, manifestaciones, señales y procedimientos, absolutamente ajenos al orden de Dios y a la sana doctrina de nuestro Señor Jesucristo! Y siguiendo con Benedictus “Benny” Hinn y su manía de tumbar a las personas, el Pastor David Cox en su apreciado artículo “Benny Hinn Falso Profeta del Movimiento de Palabra de Fe”, dice así:
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“En una reunión de sanidades, Benny Hinn echó el “espíritu santo” sobre un grupo de personas en la plataforma y como siempre, se cayeron en el piso. Un hombre se cayó sobre una anciana, y resultó fracturada su cadera; luego murió en el hospital de esta fractura. Hinn no sanó a la señora, y luego la familia puso un demanda en contra de Hinn, y el pagó la multa. Este no es el único ejemplo de personas heridas en sus sesiones, por caer según el, en el “Espíritu Santo” 8
Si fuera esto fuera de Dios, ¿cree usted que esas lesiones, daños y hasta muertes ocurrirían? Evidentemente no.
A. Cuando las experiencias personalistas en lo sobrenatural se colocan por encima de la Biblia
El problema es cuando se le da más peso a las experiencias personales que a lo que dicta la Biblia, como indica el Ps. Mario Fumero:
“Es el llamado comúnmente neopentecostalismo, y que se fundamenta en el pragmatismo, ocultismo y liberalismo, donde la experiencia anula la Palabra, creándose nuevas revelaciones y conceptos que rompen con el aspecto histórico y exégesis literal de la Biblia, para desarrollar una hermenéutica simbólica y descontextualizada del sentido literal, así como del marco referencial del escritor. Esta corriente atenta contra el pentecostalismo clásico...” 9
El asunto de las sanidades: breve apunte
Tal es la imprudencia y exceso en cuanto a todo esto, que uno de los principales auspiciadores de esta corriente herética de manifestaciones y doctrinas sincréticas-emocionalistas, el ya difunto John Wimber, llegó a decir y enseñar que la Biblia, “sólo puede ser comprendida después de tener cierto tiempo de experiencias, específicamente de milagros de sanidad” 10 por lo tanto, su mayor fuente de autoridad, no era la Biblia en sí, sino las experiencias sobrenaturales, mayormente en cuanto a la cuestión de las sanidades. Paradójicamente, Wimber murió de un cáncer. Es evidente que no podemos hacer más de lo que hizo Jesús. Dice la Palabra:
“Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias” (Mt. 8: 16, 17) (Ver también: Mt. 4: 24; Mr. 6: 56; Lc. 4: 40)
Sin embargo, hoy en día, no todos los enfermos son sanados cuando se ora por ellos, a diferencia de Jesús que sanaba a todos. Dios es Soberano, y a fin de cuentas, es Él quien sana milagrosamente cuando Él quiere. Pero hay más, insistimos en que el ministerio del Señor Jesucristo, El cual hizo acercar el reino de Dios a este mundo – Mr. 1: 15; Mt. 3: 2 - (cosa que no es ahora), se caracterizó por milagros que efectuó el Señor y que “formaron parte de su identidad única”11 Escribe Andrew J. Birch al respecto:
“El ministerio de sanidad del Señor Jesucristo fue un ministerio único e irrepetible. Hay quienes hablan como si todo lo que hizo el Hijo de Dios encarnado deberíamos ser capaces de hacerlo todos los creyentes... ¡Creo que esto está peligrosamente cerca de la blasfemia! ¡¿Según que enseñanza bíblica tenemos derecho a creernos capaces de hacer cualquier cosa que hiciera Jesús?! El es el único, y su misión y sus credenciales también lo eran” 12
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2. ¿Cómo saber lo que es de Dios, de lo que no es de Dios?
En primera instancia, para saber qué manifestaciones son genuinas del Espíritu Santo de las que no lo son, es suficiente con prestar atención a cómo nos dirige la Escritura. Dios sabe diferenciar el fuego santo, del fuego extraño (Lv. 10: 1, 2). Ambos son fuego, pero uno es de Él, y el otro es del enemigo. Dios sólo acepta Su fuego, y en ese sentido y sobre todo en esta dispensación actual, ese fuego es Su presencia en medio del pueblo santo que le alaba, trayendo liberación, purificación, consumación de lo malo (Ex. 14: 19; Nm. 11: 1, 3, etc.) 13 exaltación de Cristo en las vidas de los creyentes, amor a la verdad y temor de Dios. Lo contrario hace el fuego extraño, aunque no se manifieste así en primera instancia, sino que actúa a modo de disfraz. En cuanto a este último, leemos del siguiente modo:
“¿Cuál es el fuego extraño que Nadab y Abiú ofrecieron ante el Señor? El fuego del holocausto nunca debía apagarse implicando que era santo. Es posible que Nadab y Abiú llevaran al altar brasas provenientes de otro lugar, haciendo con esto que el sacrificio fuera impuro. Como líderes, tenían la responsabilidad especial de obedecer a Dios, ya que estaban en un puesto en el que fácilmente podían extraviar a mucha gente” 14
Cuando el fuego usado por supuestos ministros de Dios, no es Su fuego, a eso se le llama fuego extraño, como el que físicamente usaron Nadab y Abiú para adorar a Dios.
Esa es la razón por la cual nos es tan imperiosamente necesario no ser ligeros, incautos, e ingenuos, y discernir que fuego es de Dios y cual no lo es, no prestando atención a la simple apariencia, ya que, insistimos tanto el uno como el otro, son ¡fuego! Este fuego extraño, es un espíritu que aparenta ser el de Dios. Es un espíritu tremendamente imitador del Espíritu de Dios. Un ejemplo claro lo tenemos en el llamado “espíritu de la Visión” del G12, que pretende ser el Espíritu Santo. Otro, lo tenemos en el poder del Mesmerismo (*), variante del hipnotismo, que manejan supuestos hombres y mujeres de Dios, para realizar muchas de esas manifestaciones que aludimos en este artículo. Hay suficiente prueba de todo ello, y ¡sólo hay que abrir los ojos! No es más que poder de lo oculto; poderes psíquicos, es decir, brujería, puesta en acción, y cubierto todo con un lenguaje cristiano, para que pueda ser aceptado. Una burla más del diablo hacia la verdadera Iglesia de Jesucristo. Acordémonos de las palabras verdaderas de la Escritura:
“Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras” (2 Corintios 11: 13-15)
(*) El Mesmerismo es ocultismo, y denominación del hipnotismo con un énfasis muy grande en las sanaciones. Teoría del magnetismo animal, expuesta por Mesmer, médico y ocultista alemán de la segunda mitad del siglo XVIII.
A. El pueblo de Dios, víctima del estupor y del encandilamiento
El problema de base, es que por lo general el pueblo cristiano se deja encandilar muy fácilmente cuando ve dos cosas sobre la plataforma o púlpito mediático (TV), o en vivo:
a) Señales y prodigios.
b) La Biblia en la mano del predicador y su lenguaje evangélico.
Una gran mayoría de verdaderos, aunque incautos creyentes ven esas dos cosas y automáticamente asumen que lo que aperciben es de Dios sin ir más lejos. No recuerdan el hecho de que el mismo Satanás, Dios le reprenda, “tenía la Biblia en sus manos” cuando con ella intentaba engañar al mismísimo Hijo de Dios (Mt. 4: 5-7). ¡No nos engañemos, no todo es oro lo que reluce! Nos es necesario DISCERNIR, que es una variante de JUZGAR. La Escritura nos lo enseña con excelsa claridad:
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“El hombre espiritual juzga todas las cosas...” (1 Corintios 2: 15)
Jesús dijo: “...juzgad con justo juicio” (Juan 7: 24)
B. Discernimiento de espíritus
La Biblia nos ayudará tremendamente a conocer la verdad sobre todos esos asuntos. Encontramos en 1 Corintios 14: 33;
“pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos”.
No debemos permitir ni aceptar la confusión. Debemos aprender a separar lo que no es de Dios de lo que sí es. Para ello Dios nos ha dado un don espiritual importante: el discernimiento de espíritus (1 Corintios 12: 10); esta es una herramienta espiritual que se usa muy, muy poco, porque la tendencia general es la de creer que todo lo que es sobrenatural, es de Dios. ¡Gran error! A ese último respecto, leemos en Mateo 24: 24;
“Porque se levantarán falsos ungidos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos”
Son engañados, porque no se preocupan en discernir si esas “grandes señales y prodigios” son fuego santo, o son fuego extraño. Además del discernimiento de espíritus, tenemos el sentido común (que también es un don de Dios), y la misma Biblia para enseñarnos, así que sigamos leyendo en ella.
C. La Palabra nos enseña cómo hemos de ser y cómo hemos de proceder
“Como a sensatos os hablo; juzgad vosotros lo que digo” (1 Corintios 10: 15)
La Palabra de Dios nos exhorta a ser sobrios, amables, ordenados, cuerdos, decorosos, prudentes, sabios, dueños de nosotros mismos. En cuanto a esto último, leemos acerca de los requisitos de los ancianos y de los obispos, y por extensión, de todos los verdaderos discípulos de Cristo:
“Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo” (Tito 1: 7, 8)
¡Díganme!, cuando uno pierde el control de sus actos, cosa que ocurre cuando uno se involucra en la práctica de algunas de esas necedades mencionadas, ¿Cómo va a ser entonces dueño de sí mismo? Por otro lado, en 1 Timoteo 2, leemos de la siguiente manera:
“Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar”
Ahora bien, ¿ustedes realmente creen que es decoroso el vergonzoso espectáculo de ver a los hermanitos y a las hermanitas revolcándose por el piso, como ebrios y sin control de sí mismos? ¿Ustedes creen que es decoroso, prudente e irreprensible el espectáculo de esos hermanos tambaleándose como borrachos – ellos aseguran que están llenos del Espíritu – emitiendo sonidos extraños, riéndose sin control y cayéndose de las sillas al piso, etc.? ¿De qué “Espíritu” están llenos esos hermanos? Leemos en 1 Pedro 5: 8;
“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”
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El diablo no siempre ataca de frente, prefiere hacerlo a modo del león, ¡acechando! Me gustaría que vieran el siguiente video, donde aparecen los maestros de muchos, los muy famosos telepredicadores Kenneth Hagin y Kenneth Copeland entre otras personas, haciendo todas estas cosas vergonzantes: http://video.google.es/videoplay?docid=-8051164054472598492 Es triste y vergonzoso ver como los cristianos hacen el ridículo y el tonto ante los ojos del mundo. Eso al diablo le encanta. Es lamentable (y debería abrirnos eso los ojos) ver a Hagin imitando el silbido de la serpiente y sacando la lengua, riéndose como un borracho de las calles, sostenido por varias personas mientras deambula y se cae; y a Copeland y a su esposa Gloria, riéndose desquiciadamente a carcajada limpia y sin motivo, junto con todos los demás, haciendo todos cosas estúpidas, algunos retorciéndose en sus sillas, bailando exasperadamente y moviéndose como poseídos, cayéndose en masa. ¡Véanlo y díganse a sí mismos si eso es de Dios!... y por favor, ¡no nos engañemos más!
Leemos en Colosenses 3: 5; “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría”
¡Lo dice la Biblia, y lo que la Biblia dice, es la verdad, y hay que hacer caso! Lo que implica pasiones desordenadas, no está exclusivamente circunscrito a la cuestión sexual o similar. Toda actuación emocionalista, que no emocional, fuera del simple orden natural, es impropia de un hijo de Dios. Toda actuación irregular, de mal testimonio, indecorosa, indebida o similar, es impropia de un cristiano. No representa a Cristo. Como hemos leído, toda pasión desordenada ha de ser eliminada de la vida de todo verdadero hijo de Dios y no fomentada como es el caso de la “borrachera o la risa santas”; actuaciones que defraudan y apartan los ojos de muchos del Evangelio al ver esos pésimos ejemplos de presuntos maestros de la fe cristiana. Algo hay que hacer al respecto. Por ello la Biblia nos exhorta lo siguiente:
“Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros” (2 Ts. 3: 6)
La Palabra de Dios nos exhorta a apartarnos de todo aquello, y de todos aquellos que por sus hechos niegan o defraudan el Evangelio y su propósito. Mejor apartarse de ese circo, y de sus “artistas”.
D. Cordura, sabiduría, prudencia
¡No perdamos el norte!, la Biblia nos habla y mucho sobre la cordura, la prudencia, la sabiduría:
“Los proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel. Para entender sabiduría y doctrina, para conocer razones prudentes, para recibir el consejo de prudencia, justicia, juicio y equidad; para dar sagacidad a los simples, y a los jóvenes inteligencia y cordura” (Proverbios 1: 1-4)
“Oíd, hijos, la enseñanza de un padre, y estad atentos, para que conozcáis cordura” (Proverbios 4: 1)
“(La Sabiduría) dice a cualquier simple: Ven acá. A los faltos de cordura dice: Venid, comed mi pan, y bebed del vino que yo he mezclado. Dejad las simplezas, y vivid, y andad por el camino de la inteligencia. (Proverbios 9: 4-6)
“En los labios del prudente se halla sabiduría; mas la vara es para las espaldas del falto de cordura” (Proverbios 10: 13)
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¿Habla la Biblia todas esas cosas de balde? ¿Es de personas cristianas, cuerdas, prudentes y sabias todas esas manifestaciones mencionadas que dicen ser de Dios, pero que claramente contradicen la Palabra y su Espíritu? ¡No! Es de locos y de incautos que se dejan arrastrar por la felonía de los falsos maestros que iniciaron todo este engaño. Los que defienden esta calentura argumentan que Dios es soberano para hacer lo que quiera en un momento dado y romper con su propio orden, porque para eso es Dios. Pero yo siempre les respondo de la siguiente manera a estos que argumentan así: “Efectivamente, Dios es Soberano, ¡pero es Dios!; y lo es para honrar Su Palabra y jamás contradecirla”. Esos negligentes e incautos olvidan que Dios es Justo, y no es en absoluto un dictador caprichoso, así somos nosotros los hombres por naturaleza, pero Dios SÓLO tiene una Palabra, y jamás la cambiará ni añadirá a ella, ni torcerá el sentido de la misma.
3. Concluyendo
“Si, pues, toda la iglesia se reúne en un solo lugar, y todos hablan en lenguas, y entran indoctos o incrédulos, ¿no dirán que estáis locos?” (1 Corintios 14: 23)
El apóstol Pablo estaba muy preocupado porque sus discípulos los corintios, usaban inapropiadamente el don de lenguas, hablando unos a otros como si estuvieran en conversación en voz alta, y todos a la vez, incluso se hablaban uno a otro en lenguas, como si se entendieran lo que se decían, pretendiendo aparentar ante los demás como muy espirituales. Recientemente ese mismo caso está debidamente documentado, y los protagonistas son dos muy famosos telepredicadores, Kenneth Copeland y Rodney Howard-Browne, ambos hablándose en lenguas al otro y contestándose, como si entendieran lo que uno le dice al otro http://es.youtube.com/watch?v=ixOr_bT0mOk ¿Es que no conocen las Escrituras? El apóstol Pablo temía que al llegar personas ajenas a la fe, e incluso recién convertidos, se escandalizaran al contemplar todo eso (1 Co. 14: 23). Ahora bien, si el apóstol Pablo se preocupaba del comparativo pequeño desorden de los corintios cuando fuera del contexto hablaban en lenguas, ¿qué no diría de todo este circo que se está produciendo actualmente, respecto del cual hemos estado refiriéndonos con cierto detalle en este artículo?
“...hágase todo decentemente y con orden” (1 Corintios 14: 40)
Tengamos muy presente lo siguiente:
1. Cualquier manifestación del “espíritu” que consigue que los creyentes se presenten ante los demás como locos o desquiciados, NO ES DE DIOS.
2. Cualquier manifestación del “espíritu” que denigra a la persona, y es en sí misma humillante y vergonzante, haciendo aparecer a dicha persona como estúpida o ridícula, NO ES DE DIOS.
3. Cualquier manifestación del “espíritu” que hace que el creyente pierda el control de sí mismo, NO ES DE DIOS; (recordemos que “los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas” (1 Co. 14: 32)
4. Cualquier manifestación del “espíritu” que hace que el “ministro” quede por encima de los demás creyentes como un “súper ungido”, como es el caso de las caídas en masa donde todos quedan tendidos en el piso en total desorden, mientras el “ministro” impecablemente queda erguido y dominante, NO ES DE DIOS.
La Biblia dice: “...hacedlo todo para la gloria de Dios... Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él” (1 Corintios 10: 31; Colosenses 3: 17). No sigamos a los hombres, menos todavía a todos aquellos que se consideran a sí mismos “ungidos”, que con una enseñanza y aún obra apartada de la Palabra y su Espíritu, confunden y corrompen a los verdaderos hijos de Dios. ¡No sigamos las señales per se, sigamos la verdad, en amor y en el temor de Dios! ¡Apartemos de nuestras vidas todo fuego extraño!
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EPILOGO
La exposición de la verdad, a veces no es fácil, y sí es dolorosa, porque no gusta ni a la carne, ni al mundo. Sin embargo es menester dado el poco tiempo que nos queda a los verdaderos cristianos de estar en este planeta tal y como lo vemos hoy, el prestar atención al mensaje que el Espíritu Santo está dando a las iglesias, y huir de todo aquello que nos pueda resultar de tropiezo.
Contrariamente a lo que el Espíritu Santo dice a los suyos, se están levantando falsos maestros que enseñan que debemos avanzar hacia un Nuevo Orden que deje atrás el antiguo orden de la doctrina una vez dada a los santos (Judas 3), y que nos lleve al resultado de una nueva y definitiva revelación. El neo reformista apostólico Bill Hamon, que se presenta a todos como evangélico pentecostal, lo expone así:
“Estamos siendo convocados para poner nuevos fundamentos para una Nueva Era; fundamentos para el amanecer de la era del Nuevo Reino. Estamos en los dolores de parto previos al nacimiento de un Nuevo Orden” 1 (énfasis nuestro)
Pero eso no es cierto en relación a la verdadera Iglesia de Jesucristo, la cual tiene por fundamento al mismo Jesucristo (1 Co. 3: 11). En cambio, lo que sí estamos contemplando en todo ese mover neopentecostal como el G12, las estructuras neo apostólicas, y todo este sincretismo, es un híbrido entre el dominionismo católico romano, un amilenarismo liberal, una escatología absolutamente postmilenarista, todo ello mezclado con las doctrinas del Latter Rain…y como dice Tricia Tillin: “Detrás de las caras sonrientes, la camaradería, cariñosos abrazos y alabanzas de victoria, se esconde un espíritu de dominio que quiere atar y destruir a cualquiera que se oponga a ese mover triunfalista”.
En su libro “El orden emergente”, de 1979, Jeremy Rifkin escribe:
“Estamos en los primeros pasos de una segunda reforma pentecostal…Mientras los Carismáticos están generando un potencial impulso liberador, el movimiento principal evangélico está empezando a proveer la necesaria reformulación de doctrina teológica que sea esencial para la creación de un nueva visión de pacto mundial…Si las fuerzas de orden carismático y evangélico del nuevo movimiento de la renovación cristiana se unen, y liberan energía con una nueva visión de pacto para la sociedad, será posible que un gran despertar religioso se produzca, tan potencialmente poderoso para levantar una segunda reforma protestante…que se levante entre ahora y el año 2000” 2
¿Qué les parece esa declaración? ¡No se equivoquen!, permítanme aclararles que Rifkin no es cristiano, sino que es un autor de la Nueva Era, pero ¿verdad que suena absolutamente familiar? Sus predicciones empezaron a cumplirse en estos últimos años a través de los diferentes movimientos que hemos estado describiendo en este libro. Por otra parte, ¿por qué estarán tan interesados los autores y seguidores de la Nueva Era en las cuestiones cristianas? ¿No será porque están verdaderamente infiltrados en la Iglesia? Sabemos que así es, como lo hemos estado exponiendo con detalle en este libro. Por todo ello, es menester que se levanten voces verdaderamente proféticas que expongan la verdad y denuncien todos esos despropósitos con los que se están engañando al genuino pueblo de Dios. Debemos exponer a la luz a los falsos maestros y a sus herejías, justo como lo hacían los apóstoles del Señor, caso de Pablo que así hacía:
“Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia, manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos, de los cuales son
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Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar” (1 Timoteo 1: 18-20).
Acerca de esta cuestión, el mismo apóstol Pablo enseña de manera muy clara que hay que hacer:
“Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos” (Romanos 16: 17)
No vale aquí levantar el estandarte del amor para cubrir el error y la falsedad (1 Pr. 4: 8). No vale, porque esos pecados no han sido cubiertos, porque no ha habido arrepentimiento previo, ya que esos falsos maestros siguen adelante con su campaña de desprestigio de la verdad de Cristo. La expresión del amor verdadero deberá ir siempre de la mano de la expresión de la verdad, porque sólo con misericordia y verdad se puede corregir el pecado (Prov. 16: 6)
Existen planes para levantar una única iglesia mundial, la iglesia del Nuevo Orden Mundial que está a las puertas. Es evidente que también existen muchos eslabones humanos de una cadena que pretende unir atando, a la verdadera Iglesia con la que no lo es, en un preclaro ecumenismo que es aceptado por muchos sin ambages, porque les convencen ciertos hombres de púlpito y plataforma multitudinaria, sin discernir qué tipo de unción tengan, y de donde proceda, cumpliéndose una vez más las palabras admonitorias de Jesús contenidas en Mateo 24. En cuanto a esta cuestión, y acerca del Carismatismo, dice lo siguiente el pastor de Perú, Víctor Pino-Gamboa:
“Está ensombrecido por su unión ecuménica directa o indirecta con el Consejo Mundial de Iglesias y el Vaticano, movimientos que están aglutinando a todas las religiones e ideologías, pretendiendo unir a toda la humanidad en una gran fraternidad mundial, una súper iglesia, la iglesia apóstata del Anticristo” 3 (énfasis nuestro)
No existe comunión entre Cristo y Belial, no existe comunión entre la luz y las tinieblas, y por mucho que se disfracen, las tinieblas seguirán siendo tinieblas. Alguien anónimo una vez escribió:
“Vivimos en un tiempo cuando los términos amor y unidad son muy llamativos. Es muy difícil discernir que esas palabras han sido tomadas fuera de contexto, y no significan lo que creemos que significan. Amor sin verdad, es corrupción. Ponerse de acuerdo a cualquier precio, es rechazar la doctrina; y sin doctrina, no hay esperanza. Al escoger entre la UNIDAD y la VERDAD, la unidad deberá ceder ante la verdad, porque es mucho mejor estar divididos por la verdad, que estar unidos en el error” 4
Muchos líderes actuales, ingenuamente o no (cada uno sabrá), han llegado a creer que es imposible establecer el Reino sin contar, en suma, con una unión de todos los que se llaman cristianos… ¡qué impresionante es el espíritu de seducción de la Gran Ramera! Han llegado a esa conclusión porque ciegamente creen que nos toca a nosotros, los cristianos, establecer el Reino de Cristo en este mundo, y ¡ahora! Están en un error que llegará a ser muy grave para muchos profesantes, si no se vuelven atrás, porque eso les encamina a las fauces del Anticristo, el cual aparecerá en un principio como el valedor de la verdad, de la unidad y del bien. No en vano es el “Anticristo”, es decir, el “en vez de Cristo”. El diablo, astuto como él sólo es, les engañará nuevamente, haciendo que en un principio, en los primeros meses incluso años, el Anticristo, el líder mundial, y su Falso Profeta, hablen palabras que suenen casi cristianas, y fomenten el levantamiento de una iglesia muy unida y jerarquizada. Hasta se les dará mucha “unción” a esos falsos apóstoles y profetas (Mt. 24: 24), empezando por el propio padre de ellos, el Falso Profeta Ap. 13: 11ss, y creerán que están consiguiendo sus objetivos dominionistas. Parecerá como que el mundo se esté cristianizando, parecido al modo como empezó la religión cristiana del imperio romano con Constantino. El diablo se va a burlar como lo hizo antes, y va a jugar con todos esos líderes soberbios y ambiciosos, hasta que se canse.
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Luego, el Anticristo, cuando haya resurgido a modo de Nerus redivibus (Ap. 13: 3) se quitará la máscara y todos ellos se echarán las manos a la cabeza.
El enemigo posee un arma que no duda en usar desde que la empleó por vez primera en el Jardín del Edén, y se llama el error.
Me gustaría transcribir aquí, para ir finalizando, una corta lista que una autora cristiana, Jeannette Haley, da con el fin de evitar el caer en error, y defenderlo creyendo que es verdad; porque recordemos el adagio, uno puede estar “sinceramente equivocado”.
La primera cosa que uno tiene que hacer, es reconocer que puede llegar a ser engañado en algún modo. Cualquier persona que piensa que no puede llegar a ser engañada, está ya engañada. A modo de ejemplo, mencionaré a ese ministro involucrado en la visión del G12, convencido de que es de Dios. Aún y estando dispuesto a dar su propia vida por la “visión”, aun así, no deja de estar absolutamente engañado.
La segunda cosa, es pedirle al Espíritu Santo que revele la verdad a la hora de estudiar la Palabra de Dios. Cuando decimos estudiar la Biblia, queremos decir, ¡Estudiarla!
La tercera cosa, es ver la diferencia entre alimentar la mente natural y alimentar el espíritu. Si estudiamos sólo para alimentar la mente con hechos e información, recordemos que el “conocimiento envanece”. Nadie será justificado por su conocimiento. Al contrario, estudiar la Palabra para alimentar el espíritu y así recibir mayor luz del Cristo vivo.
La cuarta cosa, pedirle al Señor un renovado amor por la verdad (2 Ts. 2: 10); sin importar el costo en materia de orgullo, vanidad ni persecución, que de seguro la habrá.
La quinta cosa, es el no ser ignorantes de las asechanzas del diablo.
La sexta cosa: Nunca permitir que otro piense por nosotros o que tome decisiones por nosotros. Busquemos a Dios para tomar decisiones 5
Existen como mínimo dos razones más. La séptima sería limpiarnos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios (2 Co. 7: 1)
Y la octava cosa, es estar verdaderamente expectantes de la venida del Señor a por nosotros (1 Ts. 4: 13-18), la cual puede producirse en cualquier momento.
Huyamos, pues, de toda tentación de ir de regreso al “nuevo orden”, que casi es tan viejo como la misma creación.
SOLI DEO GLORIA
Dios les bendiga a todos.
© Miguel Rosell Carrillo, pastor de Centro Rey, Madrid, España.
Septiembre 2009
Revisado y Publicado en Diciembre 2012
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FIN
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Todas las citas bíblicas son de la versión Reina Valera 60 y 95
BIBLIOGRAFÍA Y CITAS
1. Consideraciones sobre el Reino
1. S.R. Shearer; Antipas Ministries
2. César Castellanos Domínguez, “Sueña y ganarás el mundo”, G12 Editores, Miami, pág. 201
3. Documento en archivo.
2. El Rey; el Reino y la Iglesia
La cuestión posmilenarista
1. C. Peter Wagner, “Apóstoles en la Iglesia de Hoy”, Pág. 6, Ed. Peniel.
2. Cita de T.W. Allies 1813-1903
3. Phillip Schaff (1819-1893)
4. Dr. Alberto Rivera; “La Fuerza”; pág. 23; Chick P.
5. Ibidem. pág. 25
6. Dr. Alberto Rivera; “Cuatro Jinetes”, pág. 30; Chick P.
7. Dr. Alberto Rivera; “La Fuerza”; pág. 25; Chick P.
8. Ibidem.; pág. 24
3. Meditando sobre cierta realidad eclesial actual
La cuestión del Dominionismo y afines
1. Pastor Víctor Pino-Gamboa, “¿Qué es el Carismatismo?”
2. C. Castellanos; “Proyección hacia el éxito”; http: www.kairos.7p.com; “Sueña y ganarás el mundo”; pág. 87
3. Joel Osteen; “Your Best Life Now”; pág. 5; Ed. Faith Words.
4. Willhelm Cornelius Van Dam; “Ocultismo y Fe Cristiana”; pág. 10.
5. Pastor David Wilkerson, “La venida del Señor” del 4 de octubre del 2004
6. César Castellanos D. “144, la llave de la multiplicación”, pág. 12
7. Pastor Guillermo Pérez, Iglesia Alianza Cristiana, Reynosa, Tamaulipas, México, “La Plataforma del Falso Profeta”; Bolainez Ministries, inc. San Juan, TX. USA
8. Pastor Víctor Pino-Gamboa, su art. “¿Qué es el Carismatismo?”
9. Alberto Rivera and Others speak of Jesuit Infiltration; spirituallysmart.com
10. Wes Richards; “Masters Overview”; Slough, UK
11. Extraído del art. Del pastor Jorge Rashke; Estudio del Movimiento G12 (Gobierno de 12)
12. Ibidem
13. “Adoración al estilo de Nadab y Abiú”; artículo de Judith Torres; Puerto Rico.
14. César Castellanos Domínguez; “Sueña y ganarás el mundo”, G12 Editores, Miami, 2003, pág. 69
15. Ibidem; pág. 72
16. Información de G. Garavito R.; Noticias Cristianas.
17. Pastor René X. Pereira; comunicación en archivo.
18. Pastor Fernando Écija; comunicación en archivo.
19. Pastor René X. Pereira; comunicación en archivo.
20. Pastor David Wilkerson; “El Llamado Final”; pág. 73, Ed. Vida.
21. Pastor Guillermo Pérez, Iglesia Alianza Cristiana, Reynosa, Tamaulipas, México, “La Plataforma del Falso Profeta”; Bolainez Ms, inc. San Juan, TX. USA.
22. “The Growth of a Purpose Driven Church”, Let Us Reason.
23. Stamateas; http://g5m.blogspirit.com/archive/2007/06/06/no-pienso-emitir-un-solo-comentario-sobre-esto.html
24. Ibidem
25. Ibidem
26. Revista Charisma, Junio 2004, pág. 46.
27. Ibid, págs. 44, 45.
28. César Castellanos Domínguez, “Sueña y ganarás el mundo”, G12 Editores, Miami, 2003, pág. 200
29. Dr. Terry Watkins; Larry King Show, 20 Junio 2005.
30. Charles H. Spurgeon; su libro “Poder del Espíritu Santo”, págs. 21, 22
4. ¿Qué velo hay que cruzar esta vez?
PARTE I: Megalomanías, y el dominionista Latter Rain Movement
1. The Prophets who do not Prophesy; The Leaders who cannot Lead; http://intotruth.org/news/flash-extra.htm
2. Rick Joyner; “The Final Quest” (La Búsqueda Final)
3. Barry C. Linville, para “New Wine Vineyard Bulletin Board”
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4. Carol Arnott; http://www.apologeticsindex.org/r06a46.html
5. Rick Joyner, su libro, The Harvest (La Cosecha)
6. Kenneth Copeland; mencionado en “The New Thing”, Tricia Tillin
7. C. Peter Wagner; “Apóstoles de la Ciudad”; pág. 73
8. Francis Frangipane, “River of Life Ministry newsletter”, August 1995.
9. Tricia Tillin, “The Unveiling of Christ as the Glory” from “The New Thing”
10. Valentín González-B; prólogo de la Historia Eclesiástica de Eusebio de Cesarea vol. 1.
11. Tricia Tillin; su artículo “The New Thing”
12. Rev. Robert S. Liichow; “Personal Experiences with the Latter Rain”; Let Us Reason Ministries
13. George Warnock, 'The Feast of Tabernacles' (Cranbrook, B.C.: George Warnock, 1951), p.14-20.
14. Ed Tarkowski; “Apostasy & The Year 2000 Conference”
15. Let us Reason Ministries “The New Order of the Latter Rain”
16. Rev. Robert S. Liichow; “Restoration, The Latter Rain Movement”; Let Us Reason Ministries.
17. Stephen Matthew; “Restoration Magazine”; Enero 1992
18. Earl Paulk; The Great Escape Theory, pág. 14
19. Fred Price; Ever Increasing Faith Lesea, (cinta de audio)
20. Rev. Robert S. Liichow; “Restoration, The Latter Rain Movement”; Let Us Reason Ministries.
21. Ibidem
PARTE II: …es como un león rugiente que busca a quien devorar
22. F. V. Dabold; “El Misterio de la Iniquidad”; Págs. 5, 6
23. José Mª Argudo Avellana, “Nueva Era, la conspiración final”, pág. 143
24. Kenneth Copeland, en su sermón “The Force of Love”.
25. José Mª Argudo Avellana, Nueva Era, la conspiración final, pág. 144
26. Earl Paulk, “Satanás desenmascarado”; pág. 96
27. Tofik Benedictus “Benny” Hinn; “Praise the Lord”, TBN, 6 de Diciembre 1990
28. Dr. Ed Murphy; “Manual de Guerra Espiritual”; pág.287.
5. Regreso al “Nuevo Orden”
Del Gnosticismo al G12
1. Tricia Tillin, “The New Thing”: The Gnostic Key, pág. 1
2. Ibidem
3. Albert Pike; “Ética y Dogmas”; pág. 819
4. Ibidem; pág. 321
5. Enseñanzas secretas del Nuevo Orden Mundial; Gary H. Kah; “Rumbo a la ocupación mundial, p.181
6. Ibidem; pág. 182
7. http://www.godtube.com/view_video.php?viewkey=50a8ce11492145b80f7e
8. Antonio Lisboa, Convergencia 2002
9. Manoel Basilio -Diácono de la Iglesia Asambleas de Dios, presidente de los Gedeones Internacionales en Brasil, Campo Campiña Grande Norte.
10. César Castellanos, “Liderazgo de éxito a través de los doce”.
11. Ibidem, pág. 246
12. Documento en archivo.
13. César Castellanos Domínguez; “144 la llave de la multiplicación”, pág. 34
14. César Castellanos, “Liderazgo de éxito a través de los doce” pág. 247
15. César Castellanos; “Primera Palabra”
16. César Castellanos; “Liderazgo Efectivo”
17. William y Sharon Shnoebelen, en su libro “Lucifer destronado”; pág. 157
18. César Castellanos Domínguez; “144 la llave de la multiplicación”, pág. 26
19. Documento en archivo.
20. Valentín González-B; prólogo de la Historia Eclesiástica vol. 1
21. Eusebio de Cesarea, “Historia Eclesiástica”; Prefacio al libro V; 3, 4.
22. F. Carvajal Bermúdez; “La Visión Celular frente a la Biblia”.
23. Testimonio en archivo.
24. Rodney Howard-Browne; “The Coming Revival”, pg. 23
25. Rodney Howard-Browne; TBN aired video, Mayo 1994
26. Travers and Jewel van der Merwe; Strange Fire; The Rise Of Gnosticism In The Church;
http://users.stargate.net/~ejt/strange10.htm
PARTE II: La llamada del poder y la conquista: “Y seréis como Dios…”
27. Earl Paulk en “The Ultimate Kingdom” 1986, pág. 121
28. Kenneth Hagin; “The Incarnation”, December 1980, pág. 13
29. Kenneth Copeland, “Zoe: The God-Kind of Life”, 1989 p.p. 35-36, 41
30. Benny Hinn; TBN, 1 de diciembre 1990
www.centrorey.org| Ps. Miguel Rosell
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31. Pastor Víctor Pino Gamboa, “¿Qué es el Carismatismo?”
32. Morris Cerullo, Evangelismo Mundial, “La manifestación del final de los tiempos de los hijos de Dios, cinta nº 1
33. Ed Decker, “La cuestión de la francmasonería, pág. 9
34. Comunicación en archivo.
35. Ibidem
36. Reportaje especial; DeTodoEntreCristianos.com
37. Documento en archivo.
38. Ibidem
39. Reportaje especial; DeTodoEntreCristianos.com
PARTE III: Guerra abierta
40. William y Sharon Shnoebelen, en su libro “Lucifer destronado”; pág. 191
41. Comunicado en archivo
42. F.V. Dabold “El Misterio de la Iniquidad”, pág. 5
43. Dr. C.I. Scofield, citado en F.V. Dabold “El Misterio de la Iniquidad”.
44. Rick Joyner, “Morningstar Journal”, Vol. 2; nº 1
45. Reachout Trust, “Manifest Sons of God”, 7 de marzo 2005
46. Dr. Alberto Rivera, “La Fuerza”, pág. 32; J.T.C.
47. Dr. Alberto Rivera; “Cuatro jinetes”, pág. 5; J.T.C.
48. Al Dager, “Vengeance is Ours”, págs. 96, 97
49. Rony Chaves; su enseñanza “El gobierno apostólico anulará al gobierno de Satanás”
6. ¿Hacia la reforma total y mundial?
1. Marcos Witt, Noticias Inter D.
2. Dr. Lloyd-Jones, de su libro, “Knowing the Times”
3. Cindy Jacobs en Congreso Kairós; T.B.N-Enlace. Madrid, España, 3-5 marzo 2005
4. Comunicado en archivo.
5. Charles Finney; “El carácter, declaraciones y obras prácticas de la francmasonería”, pág.10
6. Tricia Tillin, su artículo “The New Church”
7. C. Peter Wagner, The New Apostolic Churches (Ventura CA; Regal, 1998), pág. 18
8. Donald Miller; New Paradigm Churches in Twentieth Century (Pasadena CA: Ministry Advantage, Vol. 6, nº , July/Aug 1996
9. Cindy Jacobs, “El poder transformador del avivamiento”; p. 124, Ed. Peniel; Harold Caballeros & Mell Winger Editores.
10. Tricia Tillin, su artículo “The New Church”
11. Bruno Interlandi en Congreso Kairós; T.B.N.-Enlace, Madrid, España, 3-5 marzo 2005
12. Ibidem
13. Gerald Coates, “What On Earth Is This Kingdom" pág. 36
14. The New Order of the Latter Rain; Let Us Reason Ministries
15. Earl Paulk, The Proper Function of the Church (Atlanta: K Dimension Publishers, undated, pág. 13)
16. Pastor F. García; Congreso Kairós; T.B.N.-Enlace. Madrid, España, 3-5 marzo 2005
17. G12; Harvest for Europe; Gathering the multitudes (del 13 al 16 de Octubre 2004)
18. Flannery, op. Cit. Tomo 1 p.412
19. Concilio de Trento, canon tercero.
20. Ibid; canon sexto
21. De Stabilitate et progressus dogmatis
22. Pío XII; Mistici Corporis, 29 junio de 1943
23. Flannery, op. Cit, tomo 1, págs. 365-36
24. Dr. Alberto Rivera; Alberto, pág. 28; (J.T.C.)
25. Dave Hunt; “Una mujer cabalga la bestia”; pág. 430
26. Ed Tarkowski; “Apostasy & The Year 2000 Conference”
27. Baptised by Fire; The Story of Smith Wigglesworth, Hywell-Daview, pp. 156, 157
28. Ed Tarkowski; “Apostasy & The Year 2000 Conference”
29. Sobre el juramento extremo jesuita, ver http://www.centrorey.org/temas26.html
30. Dr. Antonio Rivera, “La Fuerza”, pág. 32; J.T.C.
31.Tricia Tillin; A Special Footnote; “The New Thing”
32. Ibidem
33. III Encuentro Fraterno en el estadio «Luna Park», Buenos Aires – Argentina – junio 2006. Evento organizado por C.R.E.C.E.S. (Comunión Renovada de Evangélicos y Católicos en el Espíritu Santo).
http://www.bennyhinn.org/articles/articledesc.cfm/id/204
34. Declaración de Marcos Witt; Buenos Aires, Argentina 19 de junio del 2006
35. Marcos Witt; http://es.youtube.com/watch?v=lD3hRYYaPXU
36. Cantalamessa, predicador oficial de la santa sede; http://renovacioncarismatica.iespana.es/rcan.htm
37. Derek Owers; su artículo, “The Carismatic Movement”
38. Who´s Who of Prophecy; about Jack Van Impe; http://www.raptureready.com/who/Jack_Van_Impe.html
www.centrorey.org| Ps. Miguel Rosell
137
39. Benny Hinn; Christianity Today, Septiembre 1991
40. Benny Hinn Catholic Mystic, by Joseph Chambers, Paw Creek Ministries, 2000
41. Shocking facts about Benny Hinn, Christian Witness Ministries, 1998
42. Unmasked Benny Hinn, compiled by Neil Richardson - UK and Philip Powell – New Zealand.
43. “Larry King Show” del 23 abril de 1998 (from Let Us Reason Ministries)
44. Kuhlman recibida por Pablo VI – La Cruz Doble, pág. 28, J.T.C.
45. Katheryn Kuhlman, by Hosier, Published by Rewell, 1976, pág. 126
46. Statement of Evangelist Billy Graham on the Death of Pope John Paul II; Charity Wire 2 April 2005
47. Confusing World Of Benny Hinn, G. Richard Fisher y M. Kurt Goedelman, pp.132-133, citando “Praise The Lord Show”, Trinity Broadcasting Network, December 27, 1994.)
48. Tom Forrest; “Evangelización 2000”; del artículo de Dave Hunt “Preparación para el engaño”.
49. David W. Cloud, Fundamental Baptist Information Service, por Huron.
50. Documento en Archivo.
51. David Wilkerson; “La Visión”, pág. 88.
52. Let Us Reason Ministries; Kingdom Triumphalism.
7. La realidad sobre los ministerios apostólico y profético PARTE I: Los verdaderos apóstoles y la neo reforma apostólica
1. C. Peter Wagner, Apóstoles en la Iglesia de Hoy, pág. 5; Ed. Peniel.
2. Ibidem
3. Ibidem
4. Rev. Robert S. Liichow; “Personal Experiences with the Latter Rain”; Let Us Reason Ministries.
5. Dr. Bill Hamon, en 700 Club CBN, 2005
6. Rony Chaves; “El gobierno apostólico anulará al gobierno de Satanás”; AMM.
7. C. Peter Wagner, Apóstoles en la Iglesia de Hoy, pág. 5; Ed. Peniel.
8. Cindy Jacobs y Bruno Interlandi en Congreso Kairós; T.B.N. Madrid, España, 3-5 marzo 2005.
9. Apóstol Guillermo Maldonado; Conferencia Apostólica 2006 en Santo Domingo – República Dominicana.
10. C. Peter Wagner, Apóstoles en la Iglesia de Hoy, pág. 113; Ed. Peniel.
11. Ibidem; Págs. 113, 114
12. Ibidem; págs 8, 9
13. C. Peter Wagner, Arise Prophetic Conference Gateway Church, San Jose, CA 10/10/2004
14. C. Peter Wagner; Apóstoles de la Ciudad; pág. 63; Ed. Vida
15. Apóstol Guillermo Maldonado; Conferencia Apostólica 2006 en Santo Domingo – República Dominicana.
16. C. Peter Wagner; Apóstoles de la Ciudad pág. 62; Ed. Vida
17. Ibidem; pág. 73
18. Ibidem; pág. 21
19. C. Peter Wagner; CBN interview Jan. 3, 2000.
20. C. Peter Wagner; Apóstoles de la Ciudad, pág. 59; Ed. Vida
21. Apóstol Guillermo Maldonado; Conferencia Apostólica 2006 en Santo Domingo – República Dominicana.
22. Rony Chaves; “El gobierno apostólico anulará al gobierno de Satanás”; AMM.
23. Ibidem
24. C. Peter Wagner; Apóstoles en la iglesia de hoy, pág. 24; Ed. Peniel
25. Ibidem
26. Rony Chaves; “El gobierno apostólico anulará al gobierno de Satanás”; AMM
27. Rony Chaves; “El gobierno apostólico anulará al gobierno de Satanás”; AMM
28. Trascripción del Dr. Bill Hamon titulado “Batalla de las Novias”, Nov. 1997; del artículo del Dr. Ervin de León, “El Movimiento apostólico y profético, ¿mito o realidad?”
29. Pastor Hiram Almirudis; pastorrogervilla.yahoo.com.namezero.com/sitebuildercontent/sitebuilderfiles/junio2006.pdf
30. Ibidem
31. José Mª García G.; su art.; red apostólica del ministerio quíntuple.
32. Rony Chaves; “El gobierno apostólico anulará al gobierno de Satanás”; AMM
33. Welcome to the New Prophets; Let Us Reason Ministries
34. Bill Hamon; Prophets and Personal Prophecy God´s Prophetic Voice Today, p. 53
35. Ibidem
36. John Eckhardt; Moving in the Apostolic p. 45
37. Terry Virgo, “Restoration in the Church”; cit. Joel´s Army article; Let Us Reason
PARTE II: Los verdaderos profetas, y la refutación al falso movimiento neoprofético
38. Artículo del Dr. Erwin de León, “El Movimiento apostólico y profético, ¿mito o realidad?”
39. Rony Chaves; “El gobierno apostólico anulará al gobierno de Satanás”; AMM
40. Pastor David Wilkerson; “El Llamado Final”, pág. 91. Ed. Vida
41. Artículo del Dr. Erwin de León, “El Movimiento apostólico y profético, ¿mito o realidad?”
42. Rony Chaves; “El gobierno apostólico anulará al gobierno de Satanás”; AMM
43. Randy Clark; “The Apostolic Network of Global Awakening”
44. John Eckhardt; “Moving in the Apostolic”, pág. 45
www.centrorey.org| Ps. Miguel Rosell
138
45. Ibid. pág. 56
46. Rony Chaves; “El gobierno apostólico anulará al gobierno de Satanás”; AMM, www.ronychaves.org
47. Ibid; sección: “profetas en acción”.
48. Ibid; código 0006; www.ronychaves.org
49. Trascripción del Dr. Bill Hamon titulado “Batalla de las Novias”, Nov. 1997; del artículo del Dr. Erwin de León, “El Movimiento apostólico y profético, ¿mito o realidad?”
50. Welcome to the New Prophets; Let Us Reason Ministries.
51. Mario E. Fumero, su libro “Los virus espirituales”, pág. 40.
52. Rony Chaves; “El gobierno apostólico anulará al gobierno de Satanás”; AMM, www.ronychaves.org
53. Cindy Jacobs; Congreso Kairos, Madrid 2002.
8. El “santo engaño” y el fuego extraño en la congregación de Dios
PARTE I
1. Cindy Jacobs, “El poder transformador del avivamiento”; p. 124, Ed. Peniel; Harold Caballeros & Mell Winger Editores.
2. Ibidem
3. C. Peter Wagner; “Apóstoles en la Iglesia de hoy”, pág. 9.
4. David Wilkerson, de su libro “El rock cristiano”, extraído del libro “Legalismo vrs. Modernismo” de Mario E. Fumero, pág.172.
5. http://www.cristianismo-primitivo.org/apologetica/Aimee_Semple_McPherson.htm
6. Andrew J. Birch, art. Revista Evangélica Nueva Reforma, pág. 9, nº 75.
PARTE II: ¡No todo lo sobrenatural es de Dios!
7. Comentario de la Biblia de Estudio MacArthur.
8. Pastor David Cox; “Benny Hinn, Falso Profeta del Movimiento de Palabra de Fe”, http://www.davidcox.com.mx/
9. Pastor Mario Fumero, “Legalismo vrs. Modernismo”; pág. 46
10. Ibidem, pág. 48
11. Andrew J. Birch. “La sanidad divina”, Revista Evangélica “Nueva Reforma”, nº 75, pág.7.
12. Ibidem
13. Comentario de la Biblia del Diario Vivir.
14. Diccionario Bíblico Ilustrado.
Epílogo
1. Bill Hamon, “The Third Apostolic Reformation”, en el art. de Jeannette Haley “Kingdom Theology”
2. Jeremy Rifkin, “The Emergin Order”, del art. de Ed Tarkowski “Apostasy & the Year 2000 Conference”
3. Pastor Víctor Pino Gamboa, “¿Qué es el Carismatismo?”
4. “Cortinas de Humo”, pág. 42; por J.T.C. Chick P.
5. Jeannette Haley, su artículo “Kingdom Theology”
FIN