Autor. Anónimo.
Tu pues sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. 2
Timoteo 2: 3
La realidad del soldado pocos conocen, en muchas ciudades se
ve ex-soldados que viven como vagabundos, se los desprecia, algunos viven
mendigando, otros están atrapados en drogas, esa es la realidad del soldado
moderno que intervino en una guerra, las pesadillas continuas, claro en el caso
de los creyentes la situación es mejor pues por fe existe liberación en Cristo,
y deja su peso en las manos de Dios.
El apóstol nos indica sufrir penalidades como buen soldado
de Jesucristo, en todas las épocas de la historia la misión del soldado es la
más difícil, en ocasiones cargando pesos de 20, 30
kilos por senderos, llevando munición, granadas que pesa cada una 6 kilos, y el
fusil automático que pesa 4 kilos, el cuchillo, mas la munición o cartuchos, va en ocasiones
hambriento o sediento, buscando algo de agua de la resina de los árboles o las
hojas, casi a nivel de una bestia se esfuerza el sudor le chorrea la frente,
lo hace por amor; sabe que esos momentos pueden ser los últimos y no hay lugar para
quejas, los pies los tiene con llagas por el sudor, por eso es importante
mantener los pies secos, pero a veces eso es imposible.
El creyente debe estar dispuesto a estos sufrimientos por la
fe, leyendo la Biblia, predicando sin esperar nada a cambio, solo por amor a
los perdidos, dando la mejilla para recibir los golpes sin poder contestar. El
soldado sabe que el enemigo no siempre está al frente, puede ser que esté
atrás, o a la derecha, o a la izquierda o arriba, o abajo, puede ser que ataque
de día, o de noche, o al amanecer, en cualquier momento; eso le causa estrés y
nerviosismo, sin embargo el soldado de Cristo vive escondido como un pollito
debajo de las alas o protección de Dios, pero debe estar velando en oración, súplica, para que cuando vengan los días difíciles
tengamos fuerza y no estemos dormidos.
De pronto se escuchan las explosiones, gritos, sangre,
heridas que casi es imposible curar, caen a tu izquierda otros a tu derecha; se
determina el origen y se descarga contra ellos, el fusil calienta el tubo esta
al rojo vivo quema la mano agarras con un trapo, ya no puedes disparar, una
locura, encuentras que tu amigo se desangra haces un torniquete o metes la mano
para cerrar la herida. ¿Por qué?.
Es así que Satanás
aplica los dardos de fuego contra los creyentes, ataca en cualquier momento, lo
hace con depresión, con pensamientos negativos, desesperación, insomnios,
peleas familiares, sospechas, a veces los enemigos son los que mas quieres, tu entorno, y algunos caen otros están heridos; sin
embargo la Biblia dice que el escudo de la fe puede apagar los dardos de fuego del
maligno.
Un hermano me contó como llevaba las Biblias para repartir
en pueblos remotos, lo hacía cargando en sus hombros, llevando por entre las
peñas sin agua ni comida, todo por amor a los perdidos, en ocasiones después de
repartir las biblias, aparecía el Cura o sacerdote católico, iba de casa en
casa quitando las biblias, luego lo amontonaba en el centro del pueblo y
procedía a quemar, (no entendemos por
qué algunos pastores alientan el ecumenismo).
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra
principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de
este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis
resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes, ceñidos
vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados
los pies con el apresto del evangelio de la paz.
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar
todos los dardos de fuego del maligno.
Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu,
que es la palabra de Dios,
Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el
Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los
santos. Efesios 6: 12-18.
Hermanos ánimo, Dios está con nosotros y el nos da la
victoria, pues somos más que vencedores.
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas
ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.
Josué 1: 9
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