sábado, 21 de octubre de 2017

COMO BUEN SOLDADO DE JESUCRISTO

Autor. Anónimo.

Tu pues sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. 2 Timoteo 2: 3

La realidad del soldado pocos conocen, en muchas ciudades se ve ex-soldados que viven como vagabundos, se los desprecia, algunos viven mendigando, otros están atrapados en drogas, esa es la realidad del soldado moderno que intervino en una guerra, las pesadillas continuas, claro en el caso de los creyentes la situación es mejor pues por fe existe liberación en Cristo, y deja su peso en las manos de Dios.

El apóstol nos indica sufrir penalidades como buen soldado de Jesucristo, en todas las épocas de la historia la misión del soldado es la más difícil, en ocasiones cargando pesos de 20, 30 kilos por senderos, llevando munición, granadas que pesa cada una 6 kilos, y el fusil automático que pesa 4 kilos, el cuchillo, mas la munición o cartuchos, va en ocasiones hambriento o sediento, buscando algo de agua de la resina de los árboles o las hojas, casi a nivel de una bestia se esfuerza el sudor le chorrea la frente, lo hace por amor; sabe que esos momentos pueden ser los últimos y no hay lugar para quejas, los pies los tiene con llagas por el sudor, por eso es importante mantener los pies secos, pero a veces eso es imposible.

El creyente debe estar dispuesto a estos sufrimientos por la fe, leyendo la Biblia, predicando sin esperar nada a cambio, solo por amor a los perdidos, dando la mejilla para recibir los golpes sin poder contestar. El soldado sabe que el enemigo no siempre está al frente, puede ser que esté atrás, o a la derecha, o a la izquierda o arriba, o abajo, puede ser que ataque de día, o de noche, o al amanecer, en cualquier momento; eso le causa estrés y nerviosismo, sin embargo el soldado de Cristo vive escondido como un pollito debajo de las alas o protección de Dios, pero debe estar  velando en oración, súplica, para que cuando vengan los días difíciles tengamos fuerza y no estemos dormidos.

De pronto se escuchan las explosiones, gritos, sangre, heridas que casi es imposible curar, caen a tu izquierda otros a tu derecha; se determina el origen y se descarga contra ellos, el fusil calienta el tubo esta al rojo vivo quema la mano agarras con un trapo, ya no puedes disparar, una locura, encuentras que tu amigo se desangra haces un torniquete o metes la mano para cerrar la herida. ¿Por qué?. 

Es así que Satanás aplica los dardos de fuego contra los creyentes, ataca en cualquier momento, lo hace con depresión, con pensamientos negativos, desesperación, insomnios, peleas familiares, sospechas, a veces los enemigos son los que mas quieres, tu entorno, y algunos caen otros están heridos;  sin embargo la Biblia dice que el escudo de la fe puede apagar los dardos de fuego del maligno.

Un hermano me contó como llevaba las Biblias para repartir en pueblos remotos, lo hacía cargando en sus hombros, llevando por entre las peñas sin agua ni comida, todo por amor a los perdidos, en ocasiones después de repartir las biblias, aparecía el Cura o sacerdote católico, iba de casa en casa quitando las biblias, luego lo amontonaba en el centro del pueblo y procedía a quemar,  (no entendemos por qué algunos pastores alientan el ecumenismo).

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios,
Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos. Efesios 6: 12-18.

Hermanos ánimo, Dios está con nosotros y el nos da la victoria, pues somos más que vencedores.


Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. Josué 1: 9

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