lunes, 27 de febrero de 2012

IGLESIA EMERGENTE


EL MOVIMIENTO EMERGENTE (Parte I)

Índice del estudio

“Estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?  4 Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. 5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán… 11 Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; 12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará… Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos” (Mateo 24: 3-5, 11, 12, 24)

Introducción

A lo largo de las últimas décadas ha aparecido una nueva forma de contemplar el ministerio eclesial que pretende incorporar un acercamiento más relevante al mundo de cara a los servicios de las iglesias.
Se ha llamado “El Movimiento de la Iglesia Emergente”, el cual surge a partir de un sentimiento de que en muchas iglesias algo ha ido mal, sobre todo al fallar en atraer a los más jóvenes al Evangelio, la llamada generación postmoderna o del postmodernismo.
Gran parte de la razón del empuje y expansión del movimiento de la iglesia emergente, se debe a la desilusión entre pastores jóvenes evangélicos que perciben el papel pastoral tradicional como demasiado restrictivo y no suficientemente relevante como para llegar a interesar a la cultura postmoderna.
Pero la buena intención no basta. Veremos que las ganas de conseguir crecimiento y expansión en términos eclesiales, deberá ir de acorde con la guía del Espíritu Santo, y no según métodos y fórmulas humanas.

“Iglesia "Mosaico", una de las muchas iglesias emergentes que han surgido en los últimos años en los Estados Unidos de América”

Confundiendo las formas con el fondo

Por otra parte, el problema estriba también en no saber diferenciar lo que es genuino del Evangelio de lo que es sencillamente son formas o tradiciones humanas.
¡Cuando se llega a confundir el cuadro con el marco, a veces se puede llegar a quitar parte del cuadro en beneficio del marco!
El problema y el peligro es quitar de lo esencial para mezclarlo con nuevas formas, formas que quizás no lo son tanto sino que son parte de lo fundamental que se está quitando, pero pervertido, sin sal, sin sustancia, sin el Espíritu Santo, sólo agradable al ojo.
Esa falta de discernimiento es el causante de mucho mal.
Las formas son sólo formas, y cambian con los tiempos y con la mentalidad y la cultura de la gente. Los instrumentos musicales de ahora no son los de hace 100 años, menos todavía los que tocaba David. Eso no es relevante.
"David usaba el salterio y el arpa, hoy en día la guitarra eléctrica para alabar a Dios. Son sólo instrumentos musicales para usarlos para la gloria de Dios. Son sólo formas”
Pero el fondo, es decir, lo esencial del Evangelio, eso no debe cambiar porque es de Dios.

El resultado de las falsas enseñanzas y falsas profecías

“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Tim. 4: 1)
Para muchos pastores y ministros, especialmente jóvenes, y por tanto, con muchas ganas de trabajar para la obra de Dios, es muy difícil encajar la realidad de los tiempos que estamos viviendo; más aún cuando han sido tan influenciados por las enseñanzas triunfalistas (y falsas) del neo pentecostalismo, Latter Rain Movement, Nueva Reforma Apostólica de C. Peter Wagner, G12/D12, etc. etc.
Cuando les dijeron y “profetizaron” que la Iglesia iba a triunfar en este mundo, conquistando las naciones, discipulando las naciones, y viendo a las masas rendirse a Cristo en el más puro estilo postmilenarista (Reino Ahora), con cierta incredulidad están contemplando impávidos todo lo contrario. Aún y así, muchos siguen aferrándose al dicho de los falsos profetas, porque lo que les prometen “de parte del Señor” es muy deseable.

…y la maldad aumentará

Lo cierto es que las gentes están cada vez más alejadas no sólo de Dios, sino de Sus principios y valores, que es lo mismo.
De forma particular, en el occidente, somos testigos de la desintegración de los valores cristianos. Vivimos en el tiempo de la apostasía a todo nivel, cuando el Señor Jesús dijo que la maldad iba a aumentar. Esa maldad hay que entenderla como odio a la voluntad de Dios, la cual implica un Absoluto.
Esto último nos lleva a ver cómo entienden (o quieren entender) muchos la realidad que les rodean.
Después del fracaso del hombre en su autosuficiencia modernista, llegó el tiempo del escapismo, del relativismo, del hedonismo, de la búsqueda de la felicidad por la felicidad, de la negación de absolutos, etc. y a esto los sociólogos le han llamado: el Postmodernismo.
Trataremos en este estudio de todas estas cosas.

Antes veamos acerca de una corriente sociológica que comparte asiento con el anterior y es clave para entender lo que está ocurriendo: El Pluralismo.

1. El Pluralismo

“Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; 27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina” (Mateo 7: 26, 27)
Esta sociedad occidental se mueve en lo que se denominan los valores del Pluralismo.
Podríamos definir el Pluralismo como la ideología del mundo occidental que postula un solo valor absoluto, lo que entienden por: la libertad.
Dicho de otra forma, el pluralismo aboga porque el individuo tenga las menos restricciones posibles, así como las más amplias opciones posibles dentro de la sociedad. Esta ideología vanguardista busca garantizar los derechos personales y las libertades.
En un principio suena aconsejable esa filosofía de vida, pero si profundizamos un poco, nos damos cuenta de que falla por la base. Al no tener un fundamento sólido, el cual sólo podría ser la Palabra de Dios, hace aguas por todas partes. Es como la parábola del hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina… ¿Por qué? Porque no tenía su vida edificada sobre la Roca, sino sobre sí mismo.
Y es que el Pluralismo es una filosofía centrada en el “yo”.
El pluralismo encaja perfectamente con el individualismo, el cual en su necia búsqueda de la felicidad se convierte en un agente auto destructivo, y en su falso sentido de la tolerancia, pretende el típico “vive y deja vivir”, que no es más que un postulado hacia el libertinaje.

“Todos pugnan por igual en el contexto pluralista, y en la dirección que cada uno quiere”.
Pluralismo; su talón de Aquiles: en su punto fuerte está su debilidad
En la misma esencia de tolerancia, canto y oda a la libertad, está en el Pluralismo su debilidad y fracaso.
El Pluralismo aborrece todo aquello que atente contra su particular principio de “libertad”, porque ese sentido de la libertad pluralista, en realidad no es más que un libertinaje encubierto. Es una perversión de la libertad que defiende a capa y espada. Por lo tanto, cualquier planteamiento contrario al Pluralismo es rechazado agresivamente.
Dentro de una actitud pluralista, consecuente con su misma filosofía, el cristianismo debería ser aceptado o al menos respetado, sin embargo, no es así. Nótese que la fe cristiana es una fe de absolutos, que se presenta como la única verdad, por tanto para el Pluralismo es inaceptable.
El pluralista honesto que pretende evitar el rechazar alguna forma de creer o pensar de otros, se ve impotente ante la realidad del Evangelio. De ahí que el Pluralismo a ultranza jamás podrá ser la respuesta a la búsqueda de la verdad, porque la misma verdad, si lo es, es absoluta, y por tanto diametralmente contraria a la filosofía pluralista.
Podríamos decir que el límite del pluralismo es la misma verdad. Pero eso es inaceptable para esa forma humanista y postmodernista de entender las cosas.
El mensaje del Evangelio resulta amenazante para el Pluralismo, de ahí que sus defensores califiquen ofensivamente a los cristianos como de ignorantes, fundamentalistas, fanáticos, moralistas y, sobre todo, homofóbicos.
En el Pluralismo la verdad de cada uno debe respetar la del otro, pero no la Verdad que es la de Dios. ¿La razón? Es obvia, la Verdad de Dios se opone a la “verdad” subjetiva y engañosa del hombre.
En su esencia terriblemente humanista, el Pluralismo no puede tolerar a un Dios por encima del “dios hombre”.
Básicamente en la misma filosofía del Pluralismo se mece el ateísmo del postmodernismo.

“El pluralismo busca la igualdad dentro de la tolerancia…eso es uniformidad, donde – en realidad - todo el mundo está bajo control”

2. El Modernismo y el Postmodernismo

En el sentido humanista/pluralista, tenemos lo que los sociólogos llaman el Postmodernismo.
El Postmodernismo representa una apertura a todo tipo de idea y creencia sin el freno de la razón, y menos todavía, de la verdad. Por tanto, es una tolerancia abusadora que rechaza todo tipo de valores absolutos, típico del Pluralismo (donde todos tienen la verdad, y nadie la tiene). Es una huída a ninguna parte.
El Postmodernismo en la actualidad ha logrado asentarse en la sociedad occidental de tal forma que hoy por hoy es la manera de vivir más común entre las nuevas generaciones.
El término postmodernismo significa posterior al Modernismo.
A. El Modernismo
Por Modernismo, nos estamos refiriendo a los valores y principios que existieron en la Edad Moderna, siglos XVI y XVII, la cual se caracterizaba por el seguimiento de los valores absolutos (véase la Reforma Protestante), y su degeneración posterior entrada la Edad Contemporánea.
Se le llama Edad Moderna o edad renacentista, porque vino a ser después del oscurantismo, ignorancia y misticismo de la Edad Media, principalmente dominada e influenciada por el catolicismo romano. De la Edad Moderna, vino la Edad Contemporánea.
La Edad Contemporánea es el nombre con el que se designa el periodo histórico comprendido entre la  Revolución Francesa (1789) y la  actualidad. 
Aunque cambiados – de Dios al hombre - el modernismo contemporáneo (Edad Contemporánea) siguió creyendo en absolutos.
El Modernismo, a raíz de la Revolución Francesa y derivados (La Ilustración), degeneró y cayó en la gran idolatría al elevar a la categoría divina la razón humana. En ese momento, se rechazaron los absolutos cristianos, abrazando el racionalismo y el empirismo como nueva religión: el Humanismo (el hombre por el hombre).
A partir de ese momento, la fe del Modernismo fue una basada en el potencial humano, en el estado moderno, en la ciencia y en la tecnología. Ya no era necesario explicar la creación y el origen de la vida en términos bíblicos porque ahora la ciencia y la razón contestarían los grandes interrogantes del ser humano.
A partir de la “Revolución Industrial” (s. XVIII y XIX), se llegó a la convicción de que la ciencia y la razón lograrían crear un mundo mejor, acabarían con las enfermedades, la miseria, y los grandes problemas del hombre y todos los misterios de la vida serían explicados.
Fue la nueva fe del “hombre por el hombre” (Humanismo).
Lejos de hallar la felicidad y el progreso en lo humano, el Modernismo que exaltaba al hombre por encima de los valores y principios de Dios se fue desmoronando. El fracaso del hombre moderno ocurrido a lo largo del s. XX con las terribles guerras mundiales, el fascismo, el comunismo, etc. se hizo claramente patente a todos.

La Revolución Francesa abrió el camino expedito al Absolutismo humanista”
B. El Postmodernismo
Esta creciente frustración terminó por traducirse en una reacción contraria. Filósofos como Nietzsche, Sartre, Albert Camus, y otros, comenzaron a promulgar las ideas del existencialismo y el nihilismo, filosofías que fueron preparando el camino para el postmodernismo. El concepto de que no hay verdad, porque todo es la verdad y a la vez, nada es la verdad (lo cual es cierto en relación sólo al hombre)
Como escribe el Ps. René Pereira:
“Lo que para el hombre moderno fueron ideales y verdades absolutas, para el postmodernismo son valores relativos y situacionales. Se perdió la fe en las instituciones, en el estado, en los grandes ideales y surgió una nueva fe en el yo, en el individuo. Una mentalidad de sacrificio por el colectivo fue reemplazada por una mentalidad de no-sacrificio por nada. El hombre postmoderno se tornó totalmente indiferente ante la vida. En lugar de luchar por los ideales y los grandes paradigmas, el postmodernismo decidió no pensar en los problemas, no buscar solución sino vivir el momento. El placer y el hedonismo se convirtieron en los dos grandes pilares de la postmodernidad”
El postmodernismo en su rechazo de la objetividad y de la racionalidad, está construido sobre el relativismo, el escapismo, la fantasía, la ilusión, el hedonismo, la comodidad, el “estado del bienestar”, y todo lo que implique la pseudo cultura del ego para el ego.

“Friedrich Nietzsche”
La penetración social del postmodernismo ha sido efectivamente asombrosa. Se ha generalizado la idea de que todo es relativo. Con que todo es relativo, no existe responsabilidad ni deber algunos hacia nada ni nadie, excepto lo suficiente para uno mismo en cuanto a uno mismo. Es la cultura del egoísmo por antonomasia.
Cada grupo cultural, religioso o político vive, según el postmodernismo, en su propia realidad, siempre acomodada a sí mismo. Es una sociedad “virtualista” hacia lo virtual.
La verdad es totalmente subjetiva, y no hay manera de establecer verdad objetiva y absoluta alguna. De modo que el postmodernismo ha adoptado una actitud de tolerancia, eclecticismo y sincretismo ante toda idea o concepto. En otras palabras, “obtén lo que quieras y desees, si puedes”.
Los educadores postmodernos, por ejemplo, enseñan que cada vez que una persona afirma tener posesión de la verdad (especialmente la verdad religiosa), termina reprimiendo y descartando a todos los que no están de acuerdo.
En el sentido correcto eso es cierto, ya que la Verdad, por su misma esencia, aparta a un lado la mentira. La Biblia así lo enseña:
“La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella” (Juan 1: 5)
¡El problema es que a eso que es bueno, lo llaman malo!
Por ende, el postmodernismo proclama a los cuatro vientos que la verdad ha muerto, no existe. Cada cual fabrica su propia “verdad” según el cristal con que mira las cosas, y nadie puede cuestionar ni poner en tela de juicio la verdad del otro, ya que el individuo es principio y fin de todo. Es el mismo espíritu y filosofía que Satanás le prometió a Eva:
“…serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (Gn. 3: 5)

3. El Postmodernismo y la Iglesia

“Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres” (Mateo 5: 13)
Como era de esperarse, el postmodernismo también ha estado influyendo en la iglesia cristiana. No es desconocido el hecho de que la iglesia no está inmune a las influencias de la sociedad en que interactúa.
El postmodernismo “evangélico” ha producido un nuevo sistema de fe muy semejante a su homólogo secular.

“Brian McLaren, uno de los principales exponentes de la llamada “iglesia emergente”
La doctrina por debajo de la experiencia personal
Un sistema en el cual los valores absolutos, la doctrina, las grandes verdades de la Escritura que otrora fueran los pilares del cristianismo verdadero, son abandonados por el culto a la experiencia personal y a la fe individualista.
Es muy peligroso lo que está ocurriendo en los medios neo-pentecostales acerca de lo que se denominan las “experiencias espirituales” de tipo personal. Muchas veces, se hace más caso a las supuestas revelaciones, visiones, sueños y experiencias místicas diversas, que a la Palabra de Dios.
Llegó a mí un e-mail de un líder del G12 de Cali, Colombia, que decía lo siguiente:
“...lo que le pasa  a César Castellanos y a todos los cristianos como nosotros, es que tenemos experiencias espirituales, y son eso, experiencias espirituales personales, es decir no son doctrina…”
Pero las experiencias espirituales, si pretenden ser genuinas de Dios, deberán ir conforme a doctrina.
No obstante, el problema estriba en colocar por encima de la doctrina, las experiencias personales. Esto es influencia postmodernista.
Anteriormente el modernismo contemporáneo, en su afán por lo científico y lo racional, echó a un lado todo lo relacionado con lo espiritual y sobrenatural. El postmodernismo ha hecho todo lo contrario.
Su lema es: hay que creer en algo, no importa lo que sea. El modernismo produjo una iglesia seca que descartó todo lo sobrenatural, un “cristianismo” que terminó negando los milagros, la resurrección de Cristo y el relato de la creación (la “Alta Crítica”)
Surgieron iglesias y seminarios que se volvieron centros de enseñanza humanística. En ellos se negó la inerrancia de las Escrituras y la historicidad de los relatos bíblicos. Las iglesias que abrazaron el modernismo se tornaron liberales y áridas, sin emociones ni experiencias genuinas de Dios.

“César Castellanos”

La fabulista iglesia del postmodernismo
“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4: 3, 4)
La iglesia postmoderna representó el extremo opuesto. Una iglesia donde el pensar, analizar, estudiar, y presentar las verdades bíblicas ya no es lo primordial, sino sentir, experimentar, gozar, soñar, conquistar, vivir el momento.
Como escribe el Ps. René X. Pereira en su artículo: La Iglesia Postmoderna
“Una espiritualidad que, aunque podría parecer positiva para muchos, es tan peligrosa como el escepticismo modernista porque es una espiritualidad hedonista, fuera de la verdad bíblica. El postmodernismo dio a luz una iglesia diseñada para que las personas vengan a “sentirse bien”, a llenar sus necesidades particulares. Por lo tanto se caracteriza por ser una iglesia cuya predicación es “lite” o liviana, motivacional y sicológica”
La realidad del magisterio de la iglesia del postmodernismo, es la que huye de enseñar sobre temas carnalmente controversiales y ofensivos al oído del hombre postmoderno. Las cuestiones sobre el pecado, la culpa, la ofensa a Dios por ese pecado, el destino final de los que rechazan el Evangelio, es decir, el infierno; incluso temas tan absolutamente de acorde a las Buenas Nuevas, como son la Cruz, la santidad, el arrepentimiento, quedan postergados al olvido. No son populares.
No obstante la temática de la iglesia del postmodernismo siempre será agradable al oído de sus seguidores, y conforme a su búsqueda. De ahí el énfasis abusivo en cuanto a cuestiones como la unción, el poder, las bendiciones, los milagros, la prosperidad material, la realización de los sueños (deseos personales), y hasta se permiten el lujo de adentrarse definitivamente en lo esotérico y metafísico, enseñando sobre la “visualización”, “confesión positiva”, “pensamiento positivo”, etc. etc.
Los postmodernistas creen que están inventando un nuevo modelo filosófico, pero no hay nada nuevo bajo el sol. Escribe John Piper:
“Es irónico y triste que hoy supuestamente los escritores cristianos avant-garde puedan dar esta pose cool, evasiva, imprecisa, artística, superficial de Erasmus y llamarla “postmoderna” y capturar a una generación de gente históricamente ingenua, emergente que no saben que están siendo engañados con las mismas viejas tácticas usadas por los humanistas elitistas de generaciones pasadas. Lo vimos con Atanasio, los Arrianos en Nicea, y los vimos en el tiempo de William Tyndale. No es post-modernismo. Es pre-modernismo – porque es perpetuo.”
Es el engaño de siempre, porque nada nuevo hay bajo el sol.

“John Piper”
La iglesia postmoderna VS la Iglesia verdadera
“Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él, 30 teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora oís que hay en mí” (Filipenses 1: 29, 30)
El entendimiento de una Iglesia dispuesta a padecer por Cristo, ha quedado a distancia considerable de la realidad de la iglesia postmoderna. Aún se tiene por maldición a aquel que sufre por causa de Cristo. En cambio, se eleva como bendición todo aquello que signifique el bienestar egoísta del creyente. Per se, cuanto más rico y próspero sea el creyente, más bendecido es.
Como escribe el Ps. René X. Pereira:
“Surge entonces una iglesia diseñada para ser apetecible a las personas, empleando cualquier medio disponible para experimentar un crecimiento rápido. Un tipo de iglesia que mira para el individuo en vez de mirar a Dios, que pone su mira en las cosas de esta vida en vez de ponerlas en lo Alto (Col. 3: 3)”
El cristiano postmoderno está más preocupado por sus asuntos particulares, su felicidad y bienestar personales, o su condición económica que por cualquier otra cosa ajena a él. Ese cristiano ya hace tiempo que ha dejado de ser sal y luz en la tierra.
Seguiremos en un próximo capítulo.
Dios les bendiga.
© Miguel Rosell Carrillo, pastor de Centro Rey, Madrid, España.
Mayo 2010
www.centrorey.org

FIN

EL MOVIMIENTO EMERGENTE (Parte II)

LA IGLESIA EMERGENTE
Emerging Emergent Missional Post-Evangelical
Church
Conversation Chaos

 Índice del estudio

“Todas las cosas son fatigosas más de lo que el hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír.  9 ¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol.  10 ¿Hay algo de que se puede decir: He aquí esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido.11 No hay memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo que sucederá habrá memoria en los que serán después” (Eclesiastés 1: 8-11)

Dentro de ese maremagnum espiritual emergente, podemos encontrar en gran medida lo relacionado con el llamado Movimiento de la Iglesia Emergente.
Escribe el Ps. Steven W. Cornell en su artículo: “The Emergent Church- A new wave of evangelical identity"
Una posibilidad más preocupante es que los líderes emergentes no estén realmente interesados en la crítica reflexiva bíblica de la postmodernidad. ¿Está la empresa emergente por la labor de buscar una mejor comprensión de la transición a la postmodernidad preparándolo como un reto para la comunicación del Evangelio? ¿O más bien, los líderes emergentes han abrazado los valores de la postmodernidad, porque realmente los consideran superiores?

El valor más importante de la postmodernidad es la inadmisibilidad de todas las formas de totalización de ver cualquier dimensión de la vida. La postmodernidad, como una teoría, se niega a permitir la definición de una única fuente de la verdad y la realidad más allá del individuo. El evangelio entra  en clara contradicción con este valor.
Si el Evangelio es rehén de las restricciones de la posmodernidad, deja de ser una buena noticia.
Como decimos, de unos años a esta parte, de ese caldo de cultivo pluralista y postmodernista surge el llamado Movimiento Emergente Eclesial, también conocido como Movimiento de la Iglesia Emergente, o Iglesia Emergente a secas. Es un movimiento fragmentado, con mucha variedad por lo cual encontrar el definirlo, no es fácil.
Brian McLaren, uno de sus líderes declaró a Christianity Today:
“Por el momento es una conversación, no un movimiento. Nosotros no tenemos un programa. No tenemos un modelo. Pienso que debemos comenzar como una conversación, luego crecer como una amistad, y ver si resulta en un movimiento.”
Pero a diferencia de lo que dice McLaren, no es una conversación en este momento, sino un movimiento, debido a la gran cantidad de adherentes, sitios en Internet, iglesias, etc.

“El emergente (emergent), Brian McLaren”

Un poco de historia

Este movimiento tuvo sus inicios a mediados de la década de los 90. Nombres como Mark Driscoll, Doug Pagitt, Donald Miller, Karen Ward, Don Johnson, Brian McLaren, Tony Jones, suenan a la hora de contemplar este movimiento.
Ya a finales de la década de los 90, Brian McLaren se unió al grupo y fue ahí cuando se inició un cambio drástico, pues empezó a desarrollarse un profundo cambio en lo teológico en la dirección contraria al sentido de las Escrituras.
En ese momento, Mark Driscoll se separa del movimiento pues según declara, la conversación pasó de querer cambiar la forma de llevar el evangelio, a cambiar totalmente el evangelio para poder contextualizarlo a la cultura.
Ese “acondicionar” el Evangelio a la gente impía, para así buscar el atraerles a (ese evangelio adulterado), produjo sus consecuencias.
Driscoll aseguró que su decisión de salir del grupo se debió a que McLaren y Pagitt querían cambiar la teología hasta puntos insostenibles. Driscoll dice acerca de este grupo,
“refiriéndose a Dios como mujer, cuestionando la soberanía de Dios, negando la doctrina de la expiación de Cristo en la cruz, y negando el infierno” (http://sujetosalaroca.org/)
Por lo que podemos ver, este movimiento emergente no es monolítico, sino que tiende en diferentes direcciones. En este estudio nos estaremos centrando en más en las ramas extremas y alejadas de la ortodoxia cristiana.

1. Clasificando lo Emergente

“…siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad” (2 Timoteo 3: 7)
No todo lo que se denomina “emergent” (o “emerging”, en este caso) es malo de por sí. Veremos que hay posicionamientos que buscan una manera diferente de hacer las cosas, pero no necesariamente buscando el deshacer (o deconstruir) lo esencial de lo evangélico. Siempre deberemos discernir bien.
Darrin Patrick, es el pastor principal de la iglesia  The Journey in Saint Louis, Missouri. El ha realizado el intento de clasificar en tres ramas el movimiento emergente de la siguiente manera:
A. Emergente Conversacional: Su enfoque se concreta en la revisión teológica, basando su interés en supuesta misiología. Su deseo es cambiar la teología evangélica y reconstruirla. Se encuentran en la izquierda teológica. Ahí se encuentran hombres como Brian McLaren, Scott McKnight, Nancy Murphy, Doug Pagitt, Tim Keel, Karen Ward, Rob Bell, etc. Muchos teólogos han dicho, leyendo el libro de Brian McLaren “Everything Must Change”, que se ha salido de una vez por todas de lo evangélico con su nueva y corrupta teología.

B. Emergente Atraccional:  Son los defensores de la teología reformada. Podríamos decir que están en la derecha teológica. Dentro de estos se encuentran hombres como Mark Driscoll, John Piper, Tim Keller, Matt Chandler, Wayne Grudem, Daniel Montgomery, quienes siguen las ideas de Calvino, Lutero, Zwingly, y el resto de los reformistas (Christianity Today. September 2006.)
C. Emergente Encarnacional: Se enfocan en cambiar la estructura de la iglesia, abogando por las iglesias que se congregan en los hogares. No desean tener grandes iglesias, a diferencia de los emergentes atraccionales. Teológicamente se encuentran en el centro. Se encuentran hombres como Bob Hyatt y Jonathan S. Campbell.
Otra clasificación:
Quizás la siguiente clasificación es más clara. Es la que aporta Ed Stetzer, Director de Lifeway Research y Lifeway's Missiologist in Residence.
Stetzer divide el movimiento en tres categorías: los relevantes; los reconstruccionistas; y los revisionistas.
a) Relevantes:
Son los que toman el mismo evangelio en su forma histórica pero buscan hacerlo comprensible a la cultura postmoderna. Utilizan diferentes métodos de alabanza, predicación, estructura, etc.
b) Reconstruccionistas:
Toman el mismo evangelio pero reconstruyen la forma de la iglesia. Un ejemplo son los que promueven las ‘house churches’ (iglesias hogareñas).

c) Revisionistas:
Estos cuestionan y revisan no solo la iglesia, pero también lo que la mayoría de evangélicos entienden del evangelio. Estos serían los “conversacionalistas” de Darrin Patrick, el extremo de lo emergente.

La diferencia entre “emergent” y “emerging”
Mark Driscoll, divide al movimiento en dos: “Emerging” y “Emergent”. Con esto quiere distinguir a aquellos que desean buscar diferentes formas de atraer a más personas a la iglesia sin cambiar la teología (emerging) y aquellos que para atraer a más personas han iniciado a cambiar el evangelio para satisfacer al resto de las culturas, adoptando creencias de estas otras religiones (emergent) (Criswell Theological Review–Spring 2006; 87-93).
Mark Driscoll, catalogado dentro del movimiento emergente (‘emerging’) se refirió en su libro “Confessions of a Reformission Rev...”, diciendo:
“Yo fui parte de lo que ahora se conoce como el movimiento de la iglesia emergente en sus primeros días…Me tuve que distanciar, sin embargo, de una de sus ramas debido a diferencias teológicas. Desde el final de los 1990’s, esta rama se ha conocido como ‘Emergent’. La iglesia emergente es la última versión del liberalismo. La única diferencia es que el viejo liberalismo se acomodaba a la modernidad y el nuevo liberalismo se acomoda a la postmodernidad.”

“El que emerge” (emerging), Mark Driscoll”
Veamos lo que encontramos en la Wikipedia referente a lo “emergente” (”emergent”):
“Los "cristianos emergentes" deconstruyen y reconstruyen creencias cristianas, ciertas normas culturales y métodos. Esa contextualización puede apreciarse en la manera como este movimiento maneja la epistemología (*) post-fundacional y el abordaje pluralista del postmodernismo en cuanto a la religión y la espiritualidad”
(*) “Parte de la filosofía que trata de los fundamentos y los métodos del conocimiento científico”
En otras palabras, y como se dice en cristiano paladino, “hacen de su capa un sayo”. Hacen lo que quieren acomodando esto o aquello según sus intereses, según la clara y maquiavélica premisa: “El fin justifica los medios”.

2. Filosofía emergente

“Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos”  (Judas 3, 4)
La visión del mundo dentro de este movimiento es definitivamente postmodernista. Dentro del postmodernismo la verdad es tomada siempre bajo sospecha.
La preocupación de la iglesia emergente es presentar un cristianismo que la cultura postmoderna pueda entender. Pero debido a que el postmodernismo rechaza el concepto de la verdad absoluta, y a que el cristianismo dice ser la proclamación de la absoluta verdad, el enfrentamiento entre ambos no se hace esperar, y es inevitable.
Desde un principio, sus postulantes han buscado vivir su fe en la sociedad posmoderna independientemente de lo que denominan “tradiciones religiosas cristianas”. La iglesia emergente pretende alcanzar a esta generación postmoderna, pero más bien ha ocurrido justo lo contrario.
Es la iglesia que pretende emerger o surgir del entendimiento tradicional de iglesia hacia una expresión postmodernista. Sus adherentes lo ven como “una iglesia postmoderna para una cultura postmoderna”.
Por ello algunos otros títulos asociados a lo Emergente son: post-evangélico; post-conservador; post-fundamentalista; post-fundacionalista; post-protestante, y jóvenes evangélicos.
Vemos aquí demostrada una tremenda insatisfacción por parte de los proponentes de lo emergente y sus seguidores, no sólo hacia las formas dentro de lo evangélico, sino también en cuanto a los contenidos, y ahí más bien radica el problema.
La “des-construcción” Emergente
Los Emergentes tienen un modismo particular llamado “Des-construir” (deconstruct), que significaría algo así como “desmontar”. Sería lo que un aprendiz de mecánico haría si le presentaran un motor de un vehículo. Lo desmontaría pieza por pieza para saber que es qué.
Los Emergentes hacen justo esto, pero no sólo con el “marco” (las formas tradicionalistas evangélicas), lo cual no sería problema, sino con el fondo; con las declaraciones escriturales. Ahí si tenemos un problema, porque parten de un posicionamiento de no fe.
Además, dado que de partida, por su posición postmoderna, contraria a lo que ellos llaman “modernismo”, no aceptan absolutos (por tanto, no aceptan declaraciones de fe), por lo tanto, en sus “conversaciones” y “diálogos”, jamás pueden llegar a ninguna conclusión, excepto esta: “no hay conclusión”
Ellos dicen que la Biblia dice que examinemos todo y retengamos lo bueno (1 Ts. 5: 21), pero el sentido de las palabras del apóstol Pablo es en relación a las cosas que oímos, que vemos, etc. no en cuanto a la inerrante Palabra de Dios, la cual jamás miente:
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Ti. 3: 16)
Lo Emergente es absolutamente incompatible con la fe cristiana, ya que esta parte de absolutos, y lo emergente los niega por principio.

“Lo místico y misterioso es parte de la exposición cúltica de lo Emergente, como el encender velas, a lo católico”
En busca del misticismo perdido
En la Edad Media la gente estaba volcada en el misticismo, y además, todos creían que  Dios era el autor de todas las cosas. No obstante, para el modernismo, el hombre era el autor de todas las cosas. A su vez, en el postmodernismo, se habría creado un misticismo iluminado, un sincretismo o mezcla de ambos conceptos.
Lo Emergente parte de un posicionamiento histórico-filosófico que lo caracterice: el misticismo.
Vemos que las Escrituras para los emergentes son apreciadas por su misterio y no por su verdad. Es el misticismo lo que les atrae, la fantasía, lo ilusorio, y el misterio, no la verdad de Dios. No es más que una forma de escapismo.
En ese misticismo recurrente hacia el catolicismo medieval y monástico, encienden velas, levantan íconos, imágenes. Crean una atmósfera con diferentes sonidos e impregnada de diferentes aromas, etc. Toda esa apariencia puede cautivar a aquellos que sólo buscan nuevas sensaciones y emociones.
“Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu” (Judas 19)
El misticismo es parte clave del “cristianismo emergente", debido al rechazo de la verdad objetiva, la teología sistemática, la hermenéutica, y en última instancia, el rechazo de la creencia de que ha de ser válido el lenguaje concreto de Dios acerca de Dios.
Con un concepto incierto de Jesús, conocimiento incierto en cuanto a todo, una salvación incierta, y una esperanza incierta basada en la idea tenue de que el reino de Dios está de alguna manera “emergiendo” en el proceso de la historia mundial, “lo emergente” ofrece la comodidad de las experiencias místicas, que no suponen ninguna responsabilidad espiritual, sino sólo la búsqueda de la felicidad personalista y ególatra.
El postmodernismo – a diferencia del modernismo - asegura que nadie puede estar realmente seguro de nada. Esta asunción aparentemente cargada de humildad pero carente de sentido divino, es la base filosófica de lo emergente, y lamentablemente este mismo contraprincipio se aplica a su teología: lo que importa no es lo que el autor dijo, sino lo que el lector o el espectador experimenta. 
Así, todo queda en aras de la subjetividad.
Para ser consecuente con la filosofía postmodernista, los emergentes deben desechar los dogmas verdaderos, es decir, las doctrinas. Deben purgar la iglesia de un evangelio exclusivo, una Biblia “autoritativa” y, entre otras cosas, de las doctrinas molestas como el infierno, el pecado original, etc. Esto es lo que está sucediendo en este momento. ¿Qué colocan en lugar de esto? De acuerdo al pensamiento postmodernista: misterio y preguntas. Debido a que las Escrituras han sido de-construidas, todo lo que queda es el relativismo. (http://sujetosalaroca.org/)
En ese sentido Doug Pagitt, recientemente en una entrevista con Todd Friel de Way of The Master Radio, negó que el infierno fuera un lugar, y que fuera el propósito de Dios enviar a los pecadores ahí.

“Primer plano de Doug Pagitt en su “iglesia” “The Solomon´s Porch”, en pleno “culto”

3. Su tremenda insatisfacción hacia lo tradicional

Brian McLaren escribe así en su famoso libro “Generous Orthodoxy” pp. 255, 256, 257:
“El cristianismo occidental  (desde los últimos siglos) ha dicho relativamente poco acerca de la mente y de las prácticas de meditación, de lo que el budismo Zen ha dicho mucho. Hablar de cosas diferentes no es contradecirse unos a otros, es, más bien, tener mucho que ofrecer entre sí, de vez en cuando por lo menos… se nos ofrece una síntesis de las religiones del mundo para el diálogo”
Cuando uno está insatisfecho con su fe cristiana – normalmente, porque esa fe es inexistente para él – siempre va a la zaga buscando que encontrar para llevarse a su boca espiritual.
¿Qué tendrá el budismo que ofrecer de bueno, sabiendo que es una filosofía diabólica? ¿Cómo es posible que un líder cristiano (así se presenta él) pueda decir eso que dice, y por escrito?
El yoga, ¿no es malo?
En entrevista para la televisión Doug Pagitt fue preguntado acerca del yoga y si un cristianos debería practicarlo, el claramente dijo que no veía ningún problema en la práctica del yoga.
Es más citó el pasaje de la Escritura de Filipenses 4: 8 (todo lo que verdadero, todo lo honesto, justo, puro…en esto pensad) para justificar su tropelía.
El yoga  es una de las seis doctrinas tradicionales del hinduismo. La palabra se asocia con prácticas de meditación en el hinduismo, el budismo y el jainismo. Según sus practicantes, el yoga otorga como resultado la unión o integración del alma individual con los dioses, o bien el desarrollo de la conciencia espiritual.
El yoga es una práctica que viene del hinduismo, y tiene mucho que ver con asimilación de espíritus inmundos. ¡Nada que ver con el cristianismo!
Pagitt o es un ignorante, ¿o qué es?

“La práctica del yoga es contraria al cristianismo y a Su Espíritu”
De la queja a la caja…de Pandora
El movimiento emergente surge de la queja contra el que llamarían el establishment evangélico. Poco bueno sale de lo malo, aunque siempre hay que estar abiertos a recibir críticas, porque en algunos casos, nos ayudará a enmendarnos.
Dicho esto, prosigo. Aparentemente, la queja de los proponentes de lo Emergente hacia los posicionamientos conservacionistas podría ser hasta cierto punto comprensible. Escribe así el Ps. Steven W. Cornell en su artículo “The Emergent Church- A new wave of evangelical identity”:
“Algunos de los líderes más influyentes en lo Emergente han surgido de los enfoques conservadores y fundamentalistas del cristianismo. Se desprende de sus escritos que estos líderes se sienten traicionados por sus enseñadores. Rechazan la simplista, parcial y enjuiciadora manera como les enseñaron a mirar a las gentes en el mundo - muchas de las cuales parecen más agradables, humildes y amables  que la gente de sus iglesias fundamentalistas”
Sin embargo, el Señor Jesús nos advirtió que juzgásemos con juicio justo:
“No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio” (Juan 7: 24)
Es fácil acomodarse a la carne justificándose con el pecado de terceros, más aún siendo estos últimos, cristianos profesantes.
Lo que se entreve del movimiento Emergente, es una gran falta de discernimiento, y como dije antes, un confundir el fondo con la forma.
Es cierto que hay cristianos profesantes que andan en insinceridad, parcialidad, deshonestidad, etc. pero ese no es motivo para rechazar el cristianismo tal y como la Biblia lo enseña, e ir a formas y sobretodo – fondos - que contradicen en mayor o menor grado ese cristianismo auténtico.
Pero como dice también el Ps. Steven W. Cornell en su aludido artículo:
“Cuando los creyentes no están firmemente basados en la verdad bíblica, oscilan como niños susceptibles de cambiar constantemente de opinión acerca de lo que creen porque alguien les ha dicho algo diferente”
Esto concuerda con las palabras del autor a los Hebreos que les insta a dejar las simplezas y a alimentarse en serio con la Palabra de Dios:
“Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. 13 Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño” (Hebreos 5: 12, 13)
Seguiremos en una próxima entrega.
Dios les bendiga.

© Miguel Rosell Carrillo, pastor de Centro Rey, Madrid, España
Mayo 2010

EL MOVIMIENTO EMERGENTE (Parte III)

LA IGLESIA EMERGENTE
Emerging Emergent Missional Post-Evangelical
Church Conversation Chaos

Índice del estudio

1. La oferta Emergente

“…no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios” (Colosenses 3: 22)
Los proponentes de lo Emergente dicen ofrecer lo que creen es un cristianismo más auténtico. Creen que la Iglesia debe ser una comunidad agradable y auténtica donde aflore la creatividad y la espontaneidad en un sentido de “autenticidad”. Un lugar donde la gente con opiniones diferentes se trata con el mayor respeto y tolerancia. Un lugar donde se acepte a todo el mundo, no se condene a nadie, se vea lo bueno (y no lo malo) de la gente.
En este sentido, el engaño subyacente en lo Emergente queda plasmado en la siguiente declaración, la del líder Doug Pagitt, de la iglesia emergente “Salomon´s Porch”
“Para nosotros es más importante sentir que estamos representando una bella expresión de nuestra vida con Dios que el tener razón en todo”
El problema es que esto es absolutamente arbitrario. Sentir una “bella expresión de nuestra vida con Dios” es algo absolutamente subjetivo y condicionado a la interpretación del individuo, mientras que “tener razón en todo” nunca debería serlo desde una perspectiva subjetiva, sino objetiva según Dios, y siendo así, sí es importante tener razón, o más bien, estar en la razón o la verdad.
En directa relación a lo que explico, responde el Profesor Scot McKnight de la North Park University:
“Muchas de esas voces emergentes, no tienen conceptos teológicos claros, y esto es atrayente y atractivo para una generación acostumbrada a la temática del diálogo, la opinión y la conversación, y no a hacer juicios constatables  en cuanto a las personas”
Es esta una generación que ha confundido el respeto con la tolerancia. Podemos respetar, pero no siempre tolerar. Hay veces en que hemos de decir: ¡No!

“Profesor Scot McKnight”
Es esta generación de la postmodernidad, acostumbrada a pensar que todo es relativo y según el cristal como se mire. Una generación sin absolutos, y demasiado pendiente de sí misma, demasiado acostumbrada al “vive y deja vivir”.
Estos líderes emergentes abiertamente cuestionan la inerrancia de la Biblia, y como deberíamos entender la Escritura. Incluso hacen preguntas acerca de la verdad de la vida eterna, cuestionando mucho de todo ello.

Huída de la razón y renuncia del dogma divino
Como ya apuntaba Doug Pagitt, los Emergentes sostienen que su tipo de iglesia refleja la cultura actual, la cual está enmarcada en lo que se denomina postmodernismo.
Como ya apuntamos, si el modernismo estuvo definido por una confianza ciega en la razón como medio para encontrar la verdad, el postmodernismo perdió por completo dicha confianza, resignándose a simplemente reconocer que no podemos acceder a la verdad, y ni siquiera es importante hacerlo, lo cual constituye una huída a ninguna parte.
La iglesia emergente parte de una premisa absolutamente errónea y contraria al Evangelio: no hay seguridad en nada, ni siquiera en la revelación de Dios, la Biblia. Siendo así, ellos mismos se auto marginan del cristianismo.
Lo emergente llevado al extremo, es una fe sin fe.
Con que "cada uno tiene su verdad", y no tenemos cómo demostrar que uno u otro está en lo correcto, entonces no nos vamos a preocupar por la Verdad. Esta es una forma de agnosticismo que está conduciendo a la perdición a muchos.
Para ellos, lo importante ahora no es predicar la Verdad - lo que resulta en un Absoluto demasiado pesado, y además se contempla como arcaico y pasado de moda - sino conversar, dialogar, ya que así se podría construir una verdad al uso con las aportaciones cada uno posee o mantiene, y así llegar a obtener una conclusión aceptable para todos.
Ese terror a los absolutos, de hecho no es sino consecuencia del amor al pecado y a la carne del individuo.

“Doug Pagitt”
Lo pluralista en lo emergente
Lo absoluto de Dios es cuestionado en aras de conseguir la armonía y el bienestar de todos los profesantes. Es un querer contentar a todos, a como de lugar.
En ese sentido Brian McLaren, uno de los más visibles líderes del Movimiento Emergente hace la siguiente declaración:
“Cuando lo hacemos sonar como que tenemos los tornillos bien apretados y todos los clavos martillados, y tenemos todo entendido, en ese momento, pienso que hemos dejado de ser fieles (énfasis mío)
¡Tremenda declaración! Viene a decir que nosotros, los creyentes no podemos llegar a estar seguros de nada, y que cuando decimos que sí lo estamos (conforme a la verdad revelada en la Palabra de Dios, entonces “hemos dejado de ser fieles”… ¿Fieles a qué?
Este mismo planteamiento lo enseña la Iglesia Católica y Romana cuando asegura que nadie puede estar seguro de su salvación, y que si así lo cree, entonces está pecando de presunción.
McLaren olvida que el verdadero Evangelio debe ser anunciado para ser creído, no es para ser simplemente tenido como una experiencia personalista y subjetiva.
Hay tantos dentro del Movimiento Emergente tan influenciados por las ideas y conceptos pluralistas y postmodernistas, que les suena sumamente intolerante y hasta ofensivo cualquier mención a la verdad objetiva.
Aquí vemos una clara contradicción con el cristianismo verdadero.
Para ellos la simple mención de las mismas palabras de Cristo, cuando Él dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida, y nadie viene al Padre sino por Mí” (Jn. 14: 6) resultaría ser inaceptable.
Los mismos líderes emergentes dicen que debido a que su gama de creencias es tan diversa, es imposible hacer juicios tan radicales.
Recibiendo al no acepto
En el nombre del amor, se acepta a todo el mundo como igual en sus reuniones, pero esa no es la enseñanza bíblica:
“Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo.10 Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! 11 Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras” (2 Juan 9-11)
Cristo no aceptaba “a todo el mundo”: “Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre” (Juan 6: 65)
El problema de base es el tratar de ganar al mundo a través de parecerse a él.
La Iglesia de Jesucristo no es un club social. Ni siquiera es un club religioso. No se trata de agradar al individuo, sino de agradar a Dios.
No siempre es agradable y placentero lo que ocurre en el contexto de la iglesia. A veces (y muchas) hay que corregir, reprender disciplinar y actos así que son implícitos dentro de la espiritualidad de la congregación.
No siempre podemos los pastores dar la razón en todo a todos. No siempre podemos ser tolerantes con todas las opiniones y razonamientos.
La Palabra de Dios no puede ser más explícita:
“A algunos que dudan, convencedlos. 23 A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne” (Judas 22, 23)

2. El apóstata Brian McLaren

Brian McLaren es uno de los principales exponentes del Movimiento Emergente, y por eso requiere de una exposición particular en este estudio.
Brian McLaren es uno de los líderes más visibles de este movimiento. En lugar de regresar al entendimiento de la Reforma en cuanto a las Escrituras, él ha vuelto al misticismo católico y a encumbrar la praxis antes que la teología. Él ofrece a los jóvenes de hoy en día una experiencia indefinida, mística y "la esperanza" que de alguna manera el reino de Dios está surgiendo en los procesos de la historia para traer una salvación planetaria, que no es la salvación individual.
McLaren fue catalogado por la revista Time como uno de los 25 evangélicos más influyentes de América en la edición de Febrero del 2005, aunque él no es evangélico.
El es sin lugar a dudas, ecléctico por sistema. Dice identificarse con protestantes, liberales, conservadores, carismáticos, fundamentalistas, calvinistas, anglicanos, metodistas y católicos.
Según dice, él ha conocido siete Jesús diferentes, dependiendo de la denominación y pregunta, “¿Porqué no celebrarlos todos?”
Brian McLaren navega en el mar de la apostasía.

“Brian McLaren”
Parece que McLaren ha diseñado su propio cristianismo, particularmente escogiendo las cosas que le gustan y dejando las que no. Veamos lo que dice en su libro “A Generous Orthodoxy”,
“El aporte que encontrarán aquí busca encontrar la manera de abrazar lo bueno de muchas tradiciones y ramas históricas de la fe cristiana, e integrarlas, en un nuevo, generoso, abordaje emergente que es mayor que la suma de sus partes.”
Es un cristianismo hecho a medida, como el traje que usted se va a comprar.
Pero para el apóstol Pablo, la cosa era muy diferente. El le dijo a Timoteo:
“Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.” (2 Timoteo 2: 2)
El mensaje no es ecléctico, ni interesado, ni pretende agradar a todos. Es firme, claro, contundente y veraz. Es el mensaje de Dios, es Su Palabra.
No obstante McLaren navega en su mar de desencuentros, irrealidad y fantasía, pretendiendo hacer compatible lo incompatible. El escribe lo siguiente en su libro “A Generous Orthodoxy”:
“¿Por qué soy Misional + evangélico + post/protestante + liberal/conservador + místico/poético + bíblico + carismático/contemplativo + fundamentalista/Calvinista + Anabaptista/Anglicano + Metodista + católico + verde + encarnativo + deprimido/esperanzado + emergente + Cristiano a medias”
  En ese, su libro, McLaren cuenta la historia de cómo ha llegado a crear una versión única del cristianismo al espigar partes que le gusta de muchas fuentes. El resultado es lo que él llama un “cristianismo emergente".
Así pues, el cristianismo de McLaren es la suma de todo lo que a él le parece debe ser el cristianismo, siempre huyendo del “modernista” concepto del Absoluto divino.
La verdad que expone (dentro del entendimiento postmodernista) es que no se puede llegar a saber la verdad. La suya es una religión de la no esperanza. Escribe al respeto Bob DeWaay:
“En lugar de ofrecer esperanza cristiana a una generación de jóvenes que han rechazado todas las formas del cristianismo, McLaren socava la posibilidad de que cualquier persona tenga una esperanza válida cristiana basada en conocer la verdad del evangelio. Digo esto porque quita la esperanza de llegar a saber nada”


“Portada del libro de McLaren, “A Generous Orthodoxy”:

Salvación planetaria, no individual
El problema con el pensamiento emergente es que ha enfocado en el ahora, y ha dejado de lado lo que la Biblia ha hecho un tema central: Nuestra futura redención.
Hombres como Steve Chalke y Brian McLaren catalogan la salvación individual  como ‘abuso infantil cósmico’ y no comprenden como “la teoría de la expiación requiere sufrimiento por parte de un substituto inocente para traer el perdón de pecados’ (McLaren–The Story, pag. 105-6).
El concepto salvífico de McLaren, no es el escritural, en cuanto al individuo, es más bien corporativo y planetario. Él aboga por una salvación aquí y ahora de toda la creación y de todos los individuos, aun y siendo pecadores (sin arrepentirse). El enseña acerca de una salvación por parte de Dios, de la destrucción en lo natural que el mismo ser humano podría producir. Un planteamiento ausente de la Escritura.
El escribe así en su libro “A Generous Orthodoxy”. pp. 95, 96
“Yo soy cristiano porque creo que, en todos estos aspectos, Jesús es la salvación del mundo. Por "mundo" quiero decir el planeta Tierra y toda vida en él, porque si nos dejara a nosotros, seres sin juzgar, sin perdonar, y sin enseñar, sin duda destruiríamos este planeta y sus habitantes. Y por "el mundo" específicamente quiero decir: la historia humana, porque, repito, era y está en peligro, grave peligro, el peligro en última instancia, un peligro auto impuesto, y yo no creo que nadie más pueda rescatarlo. "
McLaren medio burlándose de la salvación como la Biblia enseña, escribe:
"Pero me temo que para muchos cristianos, la "salvación personal "se ha convertido en otro producto de consumo personal (tales como ordenadores personales, un diario personal, el tiempo personal, etc) y el cristianismo se ha convertido en su programa de marketing”  (P. 99)
Así que para McLaren la misión es salvar al mundo en un sentido social y ambiental, no para rescatar a los pecadores perdidos de un mundo perdido y moribundo que Dios va a destruir en el juicio.
Escribe McLaren: "La idea de que el mensaje cristiano es una buena noticia universalmente, tanto para los cristianos como para los no cristianos, es para algunos, desconocida, extraña, y quizá herética. Para mí, se ha convertido en natural y obvio” (110)
“El Movimiento Emergente” es un camino que no lleva a ninguna parte”
Todos juntos en armonía (no importa lo que creas)
“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?  15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?” (2 Corintios 6: 14, 15)
Además McLaren aboga por una hermandad de todos, sin importar el credo. En la página web de Cedar Ridge, la iglesia que lidera Brian McLaren, en la sección Visión y Misión, podemos ver el siguiente extracto:
“Imagine una comunidad que se atreve a soñar con el cielo en la tierra, una comunidad donde todos son aceptados y respetados y queridos en su viaje, independientemente de su origen, creencias o lugar en la sociedad… Imagínese una comunidad de gente dedicada a seguir a Jesús juntos, aprender a vivir como él y ayudándose unos a otros a crecer en su relación con Dios, donde nos estamos transformando gradualmente para convertirse en mejores personas…” (http://www.crcc.org/content/page/our-vision)
Sólo puedo ver cierta falacia en ese argumento; ¿Cómo va poder existir una comunidad que siga a Jesús, sin importar lo que cada uno crea (su creencia)?
Pero eso no nos debe asombrar. McLaren dice lo siguiente, lo cual es absolutamente específico:
“Yo no creo que hacer discípulos quisiera decir necesariamente convertirlos al cristianismo. Es aconsejable en muchas circunstancias, no en todas, ayudar a la gente a ser seguidores de Jesús sin abandonar sus religiones budistas, hindúes o judías, y no entrar en la parodia del destino eterno de la gente que es fiel a otras religiones distintas a la nuestra, debemos superar eso”.
“Para poder ayudar a los budistas, musulmanes, cristianos y cualquier persona de otra religión, a experimentar la vida a lo máximo en la manera de Jesús, con mucho gusto me convertiría en uno de ellos, a cualquier grado necesario para abrazarlos, unirme a ellos, entrar en su mundo sin juzgarlos pero con el amor del Señor, el cual me alcanzó a mí también”. http://apostasiaencartagena.blogspot.com/2009_04_01_archive.html
En su libro “Generous Orthodoxy”, escribe lo siguiente:
“La fe cristiana que yo propongo, debería ser (en el nombre de Jesucristo) una amiga que da la bienvenida a las otras religiones del mundo, no una amenaza” Brian McLaren, A Generous Orthodoxy, (Youth Specialties: El Cajon, CA, 2004; published by Zondervan). Pp 254
Primeramente, la fe cristiana no es una amenaza, sino que es las Buenas Nuevas de salvación, y como único camino al Padre, Cristo no puede estrechar su mano a ninguna otra creencia al respecto.

3. Lo ecuménico en lo “emergente”
“Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo.  10 Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido!  11 Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras” (2 Juan 21-22)
Por definición el ecumenismo busca la unidad del cristianismo que trasciende y minimiza las diferencias doctrinales. Es la búsqueda de lo imposible: la unión del agua con el aceite. John Franke, uno de los pensadores del movimiento dice:
“La testificación bíblica de Jesucristo como la única salvación y esperanza para el mundo no demanda la postura restrictiva concerniente a la salvación de aquellos que nunca han escuchado el evangelio o a aquellos en otras tradiciones religiosas.”
En otras palabras, no importa si se cree o no en Jesucristo, mientras uno sea fiel a su creencia (este es mensaje jesuita, por cierto).
Ensalzando el ecumenismo, y en un tono desafiante, Brian McLaren escribe en su libro “Generous Orthodoxy”:
“Para añadir insulto al daño, casi todas las ortodoxias de la historia cristiana han mostrado desagrado para las demás religiones del mundo: Budismo, Hinduismo, Judaísmo, Ateísmo, etc. Una ortodoxia generosa de la clase explorada en este libro, mientras no busca el relativismo, busca ver miembros de otras religiones y no-religiones, no como enemigos sino como amados vecinos y cuando sea posible, compañeros de dialogo y hasta colaboradores.”
No obstante la Biblia dice algo muy diferente a eso:
“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? 15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? 16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos?” (2 Corintios 6: 14-16)
Si en nuestras iglesias permitiéramos tener a personas de otras religiones, tratándolos como hermanos, estaríamos pecando. Si no les enseñáramos lo que dice la Biblia acerca del único camino para ser salvos (Juan 14:6; Hechos 4:12), pecaríamos. Lo que dice McLaren no es lo que Jesús nos enseñó, y mucho menos lo que nos ordenó (Mateo 28: 18-20). Lo que enseña McLaren no es amar al prójimo, si no más bien ¡condenarlos al fuego eterno!
El movimiento emergente se ha convertido en un defensor del inclusivismo, que dice que a pesar de que la salvación se basa en la obra de Cristo, otras personas pueden ser salvas sin creer en Cristo, dependiendo de su respuesta a la revelación particular que Dios les dio a cada uno. Con esta idea, un musulmán, un hindú, un gnóstico, pueden llegar a ser salvos si siguieron la luz que les fue revelada con respecto a Dios, sin haber creído por fe en Cristo. ¡Por demás murió Cristo!
“Brian McLaren hablando en público ante diferentes cruces… ¿Diferentes cristianismos?”

4. La escatología en lo “emergente”

La escatología en lo “emergente” es absurda y desprovista de la verdad profética bíblica. Todo el concepto de las “cosas que han de ser después de estas” (Ap. 1: 19), sólo tiene que ver con el aquí y ahora. Lo “emergente” cree que el Reino es ahora (Kingdom Now), y que está “emergiendo” paulatinamente. Todo lo contrario a lo que enseña la Biblia que dice que el Reino vendrá de repente Daniel 2: 44, 45).
Geoff Maddock dice al respecto:
“Nuestro principal deseo es ver el reino de Dios en la tierra así como es en el cielo. Nosotros creemos que esto ocurre cuando el pueblo de Dios es renovado alrededor de las misiones divinas de amor y justicia en el mundo.”
En otras palabras, que son los cristianos los que debemos hacer que el mundo cambie al ser “renovados”.
El movimiento emergente enseña que el reino de Dios se desarrolla ahora en la tierra y que progresivamente se está pareciendo al cielo mientras los cristianos viven misionalmente en la tierra.
Según la visión dentro del movimiento, nuestra misión es hacer que el mundo actual progresivamente se parezca al cielo, es decir, hacer de la tierra un lugar mejor para toda la humanidad.
Para Brian McLaren la última meta de Cristo es traer el reino de Dios a la tierra. ¿Cómo es este reino de Dios aquí en la tierra? Rob Bell dice:
La Salvación significa que todo el universo va a ser traído en armonía hacia Dios. Nosotros podemos unirnos a un movimiento tan grande como el universo. Las piedras, los árboles, los pájaros, los ecosistemas. El deseo de Dios es restaurarlo todo…Para Jesús la pregunta no es como entrar al cielo, sino cómo traer el cielo a la tierra? La meta no es escapar de este mundo, sino reconstruirlo para que Dios pueda venir a él.”
Muy idílico, pero falso. La Biblia enseña otra cosa:
“En los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, 45 de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación” (Daniel 2: 44, 45)
1) Es el mismo Dios – y no los creyentes - quien establecerá el Reino en la tierra.
2) Lo hará en un momento dado, y de repente.
3) Lo hará con violencia.
Además, Cristo no murió por el universo y los ecosistemas, sino sólo por los hombres. Cristo pagó el precio de la justicia, y así cesó la ira de Dios que estaba puesta sobre ellos. Jamás en la Biblia se nos enseña que Cristo murió por los animales, o por los árboles. 

5. Conclusión

El Movimiento Emergente surge en reacción – ellos llaman - a la iglesia modernista, basada en absolutos y dogmas de fe, así como a las formas estáticas y comportamientos tradicionalistas.
Plantea una solución Postmodernista para esta sociedad postmoderna, sobre todo hacia la juventud.
El Movimiento Emergente surge en reacción también contra el tipo de iglesias que les gusta la opulencia, los inmensos edificios, derroche de dinero, etc.
En algún caso, su queja ha tenido algún sentido, pero no su respuesta.
Su aportación sobre todo en el caso de los conversacionales o revisionistas, es nefasta para el Evangelio, trayendo desorden, confusión, apostasía, engaño, distorsión, y levantando la burla de los impíos hacia el Evangelio.
Claman por ser un movimiento misional, pero fallan en lo doctrinal, y ese es un error. Su forma de escapar las críticas es diciendo: “la verdad es relativa“, pero lo absurdo es que ellos claman que esa afirmación es una verdad, y por lo tanto resultan absurdo este tipo de pensamiento.
Lo que los emergentes han hecho es desechar el alcance de la verdad, y relegar a un segundo plano la autoridad de la Biblia, además de desechar las doctrinas que la iglesia ha adoptado desde siempre.
Elementos encubiertos
“Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. 8 Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida” (2 Ts. 2: 7, 8)
En mi opinión varios de estos personajes que comandan lo emergente son agentes encubiertos infiltrados en lo evangélico, para destruir la iglesia.
¿Desaparecerá este tipo de mal entender la iglesia? Posiblemente, pero no perdamos la perspectiva de los tiempos.
Estamos en el final del tiempo de los gentiles, y sólo con la venida del Señor desaparecerá todo vestigio del mal.
Dios les bendiga.
© Miguel Rosell Carrillo, pastor de Centro Rey, Madrid, España
Mayo-Junio 2010

FIN


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