Los verdaderos, los falsos profetas, y las
falsas coberturas apostólicas
Cristo dijo: <<Mirad que nadie
os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el cristo
(ungido); y a muchos engañarán…Porque se levantarán falsos cristos (ungidos), y
falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que
engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos>> (Mt. 24: 4, 5;
24)
Desde hace algún
tiempo hasta esta parte, se están levantando personas que se autodenominan
apóstoles y profetas. Muchos de ellos eran pastores, y otros no tenían ningún
ministerio conocido o reconocido. No obstante, ahora reclaman tener autoridad;
una autoridad jerárquica en muchos casos, que no podemos encontrarla en el
Nuevo Testamento, y con ella, pretenden ser cabeza en distritos, ciudades,
regiones, incluso en países y continentes, con la intención de derribar toda
barrera denominacional al estar todas esas iglesias o congregaciones bajo su
“manto apostólico y profético”, y establecer un Gobierno, es decir, una
jerarquía, que más bien nos recuerda el proceder de la institución eclesial
católica.
Y no es que actúan
como lo hacía el apóstol Pablo, yendo a los lugares donde Cristo no había sido
todavía predicado (Tito 1: 5), para no edificar en fundamento ajeno (Ro. 15:
20, 21), sino que su “ministerio” está dirigido a las iglesias y ministerios ya
existentes.
Prestemos atención a
lo siguiente. Cuando leemos en Efesios 2: 20-22, <<Así que ya no
sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros
de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y
profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo…>>, se nos habla
básicamente del cambio de muerte a vida, de ser ciudadanos de esta tierra que
desaparecerá con todas sus obras un día (2 Pr. 3: 10, 11) a ser ciudadanos de la Nueva Jerusalén
(Fil. 3: 20). Cuando se menciona acerca de ser edificados sobre el fundamento
de los apóstoles y profetas, no se está hablando de autoridad jerárquica
eclesiástica, sino que se está refiriendo al crecimiento o madurez que el
creyente obtiene cuando es edificado en la doctrina de los apóstoles y profetas; es decir en
la doctrina de aquellos hombres que recibieron la inspiración, la revelación de
la Palabra
que es la Biblia ,
la Palabra de
Dios (1). Aquel ministerio fue irrepetible, porque el canon bíblico está
cerrado.
No obstante, el
entendimiento de esos “modernos apóstoles y profetas” es muy distinto al
escritural. Ellos, torcidamente de hecho, sí aseguran que la porción de la Escritura que hemos
leído tiene que ver con un supuesto Gobierno autócrata de la Iglesia de Jesucristo.
C. Peter Wagner, precursor a ultranza
de la llamada Nueva Reforma Apostólica (New Apostolic Reformation), dijo
públicamente en un medio televisivo hace unos pocos años: <<Creo que el Gobierno
de la Iglesia
está ya a punto de tomar lugar finalmente, y esto es lo que la Escritura
enseña en Efesios 2, que el fundamento de la iglesia son los apóstoles y
profetas…>> (2)
¿Cómo es que no dicen
la verdad? ¿Es que no la conocen?
En este artículo nos
estaremos volcando mayormente en la cuestión de los profetas, ya que en el
anterior lo hicimos con la de los apóstoles.
Por lo tanto,
primeramente, veamos el primero y mejor de los ejemplos acerca de qué es un
profeta. Este es Jesús de Nazaret, nuestro Salvador y Señor.
1. Jesucristo, el profeta
por antonomasia
Definiendo qué es un profeta, diremos que un profeta es aquel a quien Dios reviste de Su autoridad para que comunique Su voluntad a los hombres y los instruya. El principal de los apóstoles fue Jesucristo hombre, así también el principal de los profetas. Pedro predicando a voz en cuello en Jerusalén poco después de aquel bendito Pentecostés, exclama diciendo: <<Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis en todas las cosas que os hable; y toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo>> (Hechos 3: 22, 23) Pedro se estaba refiriendo a Jesús.
Definiendo qué es un profeta, diremos que un profeta es aquel a quien Dios reviste de Su autoridad para que comunique Su voluntad a los hombres y los instruya. El principal de los apóstoles fue Jesucristo hombre, así también el principal de los profetas. Pedro predicando a voz en cuello en Jerusalén poco después de aquel bendito Pentecostés, exclama diciendo: <<Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis en todas las cosas que os hable; y toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo>> (Hechos 3: 22, 23) Pedro se estaba refiriendo a Jesús.
¿Qué hizo Jesús como
profeta? El fue quien vino del Padre para enseñarnos que Él mismo es el Camino
al Padre. Jesucristo fue más que un profeta, Él cumplió en sí mismo la
profecía.
Además de hablar de
cuestiones que se tendrían que cumplir en el futuro (escatología), lo principal
del Señor como ministerio profético fue la declaración de la verdad. Cristo
vino a declararnos la verdad, y ese fue su principal mensaje profético. Esa
verdad, que es El mismo, nos hace libres (Jn. 8: 31, 32)
A lo largo y ancho del
Antiguo Testamento vemos acerca de muchos profetas de Dios (también de falsos
profetas). No obstante, llegó un momento en el cual la revelación se hizo total y completa.
Cuando el ministerio profético de Jesucristo se puso en marcha, al llegar Él a
este mundo y principiar su ministerio, culminándolo, estando Él ya ascendido en
los cielos, dando a conocer su revelación por medio del apóstol Juan (libro de
Apocalipsis, último libro de la
Biblia )
Así pues, Dios habló a
Su pueblo en el Antiguo Pacto a través de los profetas, y en el Nuevo Pacto lo
hace a través de Su Hijo (Hebreos 1: 1, 2). Por lo tanto, el antiguo oficio de
profeta quedó cesado por el Hijo, siendo el último de esos profetas Juan el
Bautista (Lc. 16: 16). Cristo nos ha dado la Palabra , la cual está escrita y el canon cerrado.
En ese sentido, no esperamos ya más revelación que compita con la Palabra escrita, o que se
le pueda añadir a la misma.
En todo caso, en este
tiempo actual, lo que puntualmente hable el Espíritu Santo por profecía,
palabra de ciencia, etc. (1 Co. 12: 7-10) siempre irá de acorde a lo ya
revelado en la Biblia
y nunca emitirá doctrina contraria o discorde a la misma, o que cree confusión
y división en el cuerpo de Cristo, ya que Dios jamás se contradice.
El falso G12
Un claro ejemplo de esto último es la lamentable Visión de los Doce (G12). Ese es un claro ejemplo de revelación extrabíblica, y antibíblica, que ha causado mucha confusión y división en las iglesias. Obviamente, nada que cree confusión y división en el cuerpo de Cristo puede venir de Dios, más aún, cuando dicha supuesta revelación, ni se encuentra enla Biblia ,
ni se puede encontrar, porque no es algo que Dios haya revelado (por la razón
expuesta, de que el canon está cerrado)
Un claro ejemplo de esto último es la lamentable Visión de los Doce (G12). Ese es un claro ejemplo de revelación extrabíblica, y antibíblica, que ha causado mucha confusión y división en las iglesias. Obviamente, nada que cree confusión y división en el cuerpo de Cristo puede venir de Dios, más aún, cuando dicha supuesta revelación, ni se encuentra en
El profeta antiguo ya no
existe, pero su mensaje, sí
En cuanto a que decimos que el antiguo oficio de profeta quedó cesado, no estamos insinuando aquí de ninguna manera que el mensaje veterotestamentario ya no vale. Todo lo contrario.La
Palabra es muy clara al respecto:<<Edificados sobre
el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal
piedra del ángulo Jesucristo mismo>> (Efesios 2: 20) La Iglesia de Jesucristo está
edificada sobre el fundamento del Antiguo y el Nuevo Testamento, es decir,
sobre los profetas y los apóstoles, siendo la principal piedra angular, el
mismo Jesucristo, y como edificio vivo de Dios (1 Pr. 2: 5), crecemos a modo de
templo santo en el Señor (Ef. 2: 21).
En cuanto a que decimos que el antiguo oficio de profeta quedó cesado, no estamos insinuando aquí de ninguna manera que el mensaje veterotestamentario ya no vale. Todo lo contrario.
Con excelencia se
expresa el Dr. Ervin de León al decir: <<Con respecto a
los profetas del Antiguo Testamento muchas profecías se han cumplido y en el
día de hoy son históricas, otras están en cumplimiento o se cumplirán en un
futuro inmediato por lo tanto los profetas originales aún están
vigentes>> (3)
¡Nótese que dice que
todavía están vigentes los profetas originales, y no los actuales falsos, que
intentan emularlos!
2. Entendiendo mejor
acerca de los oficios ya cesados
Leemos en Efesios 2: 20, donde se nos dice que somos miembros de la familia de Dios: <<edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas…>>. Esos profetas son los hombres del Antiguo Testamento (Lc. 16: 16; Heb. 1: 1), que dieron a conocer, inspirados por el Espíritu Santo,la
Palabra de Dios.
Leemos en Efesios 2: 20, donde se nos dice que somos miembros de la familia de Dios: <<edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas…>>. Esos profetas son los hombres del Antiguo Testamento (Lc. 16: 16; Heb. 1: 1), que dieron a conocer, inspirados por el Espíritu Santo,
Entiéndase entonces,
que el fundamento de nuestra fe cristiana son los apóstoles (N. T.), y los
profetas (A.T.), siendo la principal piedra del ángulo de ese edificio
Jesucristo mismo.
Seguidamente leemos en
Efesios 4: 11 que Cristo: <<…constituyó a unos, apóstoles, a otros,
profetas…>>. En el contexto correcto, estos profetas mencionados, son los que Cristo, que es el Verbo de
Dios, usó para trasmitir el Logos a Su pueblo, es decir, la Palabra escrita.
Entonces, podemos
entender que los apóstoles y profetas citados por Pablo en este pasaje son los
mismos que cita en Efesios 2: 20. Por lo tanto, son oficios que concluyeron,
porque esas personas ya no están entre nosotros, ya que no existe una “sucesión
apostólica”, aunque su legado, por llamarlo así, que es la Biblia (Antiguo y Nuevo
Testamento) lo tenemos en nuestras manos.
Por lo tanto, intentar
“resucitar”, o como eufemísticamente dice Bill Hamon, “restaurar” (4) esos oficios, como
pretenden estos “neo-reformistas
apostólicos”, él entre ellos, es algo imposible e inaceptable;
¿es que necesitamos nueva doctrina? ¿es que requerimos de una segunda Biblia?
Según el orden de Ef.
2: 20, y Ef. 4: 11, los apóstoles,
que eran los testigos de la vida de Cristo van por delante de los profetas, que son los hombres usados por
Dios en el Antiguo Testamento (véase también Ef. 2: 20), porque el Nuevo
Testamento interpreta el Antiguo Testamento.
Otro aspecto es que, a
diferencia de la palabra apóstol,
que es trascripción, y no traducción del griego al castellano, la palabra que
se traduce por profeta es
correcta traducción.
3. El ministerio
profético neotestamentario
Si la revelación doctrinal, lo que llamamos la sana doctrina de nuestro Señor Jesucristo ya ha sido revelada y dada a los santos (Judas 3), ¿qué más poder esperar en este sentido, y para qué sirve el ministerio profético entonces, y a qué nivel se extendería?
Si la revelación doctrinal, lo que llamamos la sana doctrina de nuestro Señor Jesucristo ya ha sido revelada y dada a los santos (Judas 3), ¿qué más poder esperar en este sentido, y para qué sirve el ministerio profético entonces, y a qué nivel se extendería?
Estas son preguntas
importantes, y merecen respuesta. Lo cierto es que la revelación
neotestamentaria no es todo lo explícita que nos gustaría acerca del asunto, no
obstante, podemos deshilvanar algunos conceptos.
En 1 Corintios 12: 27,
28, leemos: <<Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y
miembros cada uno en particular. Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles,
luego profetas, lo tercero maestros…>>
Aquí Pablo nos habla
de que hay profetas en la iglesia. Un poco más adelante, en 1 Corintios 14:
29ss. leemos: <<Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen>> Es
evidente que estos profetas no ejercen el oficio de aquellos hombres como
Isaías, Ezequiel, Nahum o Sofonías, por poner algunos nombres. Estos profetas
profetizaban en las reuniones cristianas uno por uno, con el fin de que todos
aprendieran y todos fueran exhortados (1 Co. 14: 29-32). Hoy en día es igual.
Además de eso, es la
voluntad de Dios que todo cristiano profetice también (ver 1 Corintios 14: 1-3,
aunque eso no le hace necesariamente ser un profeta, según 1 Co. 14: 29.
Consolar, exhortar y
confirmar
Vemos que en Hechos 15: 32, se nos dice: <<Y Judas y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras>>.
Vemos que en Hechos 15: 32, se nos dice: <<Y Judas y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras>>.
Por esa declaración
vemos que la finalidad del ministerio profético neotestamentario en adelante,
es la de consolar, exhortar, y confirmar a los hermanos.
Por la lectura de ese
pasaje del libro de los Hechos, vemos que esas acciones de Judas y Silas se
enmarcaban en un contexto doctrinal concreto. Los nuevos creyentes de origen
gentil fueron consolados a causa de lo declarado en aquel concilio en Jerusalén
(Hchs. 15). Fueron liberados de imposiciones concernientes a la ley (Ro. 10:
4).
Por lo tanto, el
ministerio profético neotestamentario, tuvo por misión llevar a los creyentes a
la verdad liberadora de Cristo, la cual ya nos ha sido revelada. Este fue el
principal sentido de su existencia.
Allí donde sea
necesario, el mismo ministerio procede hoy en día.
Prediciendo hechos
concretos
Dos de las pocas menciones que hace el libro de Hechos acerca de la acción de algún profeta en concreto es en relación al profeta Agabo: <<En aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía. Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo de Claudio>> (Hechos11: 27, 28) Como vemos aquí, el profeta en cuestión, dio a conocer un suceso que iba a ocurrir en un futuro inmediato.
Dos de las pocas menciones que hace el libro de Hechos acerca de la acción de algún profeta en concreto es en relación al profeta Agabo: <<En aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía. Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo de Claudio>> (Hechos11: 27, 28) Como vemos aquí, el profeta en cuestión, dio a conocer un suceso que iba a ocurrir en un futuro inmediato.
Si nos damos cuenta,
Agabo estaba por el Espíritu Santo hablando de un evento en lo natural,
particular y puntual; nada que ver con asuntos de índole doctrinal o por el
estilo.
¿Podemos esperar hoy
en día un tipo de ministerio como el de Agabo?, Sí podemos, aunque también es
cierto acerca del notable abuso que se está haciendo de él, sobretodo en los
círculos carismáticos y neo-pentecostales.
Prediciendo sobre
individuos
En Hechos 21: 10, 11, la acción del mismo Agabo tiene tintes parecidos, aunque fue una profecía hacia una persona, concerniente a esa persona, en este caso el apóstol Pablo.
En Hechos 21: 10, 11, la acción del mismo Agabo tiene tintes parecidos, aunque fue una profecía hacia una persona, concerniente a esa persona, en este caso el apóstol Pablo.
Por cierto, démonos
cuenta que un “simple” profeta le da una profecía al “gran” apóstol San Pablo.
¿Cuántos de los grandes “súper apóstoles” de hoy en día estarían dispuestos a
recibir una profecía de alguno de los Agabos
que se sientan en las bancas del fondo de la iglesia?
Volviendo a la
cuestión, podemos deducir entonces que el profeta o profetisa de hoy en día
también recibirá entendimiento por parte del Espíritu Santo acerca de
acontecimientos presentes o futuros que nos sean desconocidos, pero que nos
serán muy útiles de conocer a la hora de interceder, echar fuera demonios,
orar, tomar decisiones, etc. En este sentido también, debemos declarar que
creemos en la vigencia de los dones del Espíritu, dados por Éste <<a cada uno en
particular como Él quiere>> (1 Co. 12: 11)
Todo esto, como vemos,
nada tiene que ver con nuevas revelaciones de índole doctrinal, que compitan
con la revelación bíblica, o la contradigan.
Levantando la verdad
Básicamente, el verdadero ministerio profético, tanto en la época neotestamentaria, como en la actual, está encaminado a hacer resaltar la verdad ya revelada de Cristo, si es preciso, contendiendo ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos (Judas 3). Algunas reseñas escriturales al respecto las encontramos en: Hchs. 11: 27; 13: 1; 15: 32; 1 Co. 12: 28; 14: 29-32 (aunque este último se refiere a los santos profetizando).
Básicamente, el verdadero ministerio profético, tanto en la época neotestamentaria, como en la actual, está encaminado a hacer resaltar la verdad ya revelada de Cristo, si es preciso, contendiendo ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos (Judas 3). Algunas reseñas escriturales al respecto las encontramos en: Hchs. 11: 27; 13: 1; 15: 32; 1 Co. 12: 28; 14: 29-32 (aunque este último se refiere a los santos profetizando).
Y por supuesto,
también existen los falsos profetas: <<Amados, no creáis a todo espíritu, sino
probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos
profetas han salido por el mundo>> (1 Juan 4: 1).
De estos últimos estaremos hablando a continuación.
4. Los falsos nuevos
profetas
Según el Diccionario Bíblico, los falsos profetas, además de los que hablan en nombre de un dios falso (Dt. 18: 20; 1 R. 18: 19; Jer. 2: 8; 23: 13), son los que engañan invocando el nombre de Jehová (Jer. 23: 16-32).
Según el Diccionario Bíblico, los falsos profetas, además de los que hablan en nombre de un dios falso (Dt. 18: 20; 1 R. 18: 19; Jer. 2: 8; 23: 13), son los que engañan invocando el nombre de Jehová (Jer. 23: 16-32).
Estos últimos son de
tres clases
1º- Impostores, conscientes de su engaño; seducidos por su deseo de ser objeto de la consideración dada a los verdaderos profetas, y que son populares a causa de sus palabras que muchos gustan oír (1 R. 22: 5-28; Ez. 13: 17, 19; Mi. 3: 11; Zac. 13: 4)
1º- Impostores, conscientes de su engaño; seducidos por su deseo de ser objeto de la consideración dada a los verdaderos profetas, y que son populares a causa de sus palabras que muchos gustan oír (1 R. 22: 5-28; Ez. 13: 17, 19; Mi. 3: 11; Zac. 13: 4)
2º- También entre ellos,
están todos aquellos que son de hecho satanistas o similares que han entrado
encubiertamente en la iglesias y en sus organizaciones y ministerios. Hay más
de ellos; muchos más de lo que nuestra mente pueda llegar a aceptar, y están
perfectamente organizados piramidalmente, ocupando muchos lugares de
preeminencia ministerial, sobretodo en el neopentecostalismo actual. Nadie
puede darse cuenta de lo que en realidad son, a no ser que el Espíritu Santo
los delate. Tienen a su disposición miles de demonios especializados en
hacerles ver ante los demás como verdaderos siervos y siervas de Dios.
3º- Personas sinceras e
incluso piadosas, fundándose en ocasiones sobre la Ley , pero persuadiéndose a sí
mismas de haber sido llamadas por Dios al ministerio profético, cuando no es
así. A pesar de su sinceridad, son falsos guías.
Bien, tal como ocurrió
en el Antiguo Testamento, está ocurriendo hoy en día. En estos tiempos, no
obstante, abundan más que nunca los falsos profetas. Pensemos, que el pretender
recibir nuevos mensajes de Dios, nos llevará a darle más valor a los mismos y
dejar la Biblia
en un segundo plano, y este es un gran peligro que se corre, sobretodo cuando
se adjudica a los profetas y profetisas, o pretendientes a serlo, un peso
superior al que deberían, según enseñan las Escrituras.
Balaam golpeando a su mula que
le increpaba. Balaam, el falso profeta por excelencia.
“Nuevos apóstoles” y
“nuevos profetas” yendo de la mano
Para aquellos que creen y enseñan acerca de los “nuevos apóstoles y profetas”, dicen que ambos tienen que trabajar de la mano. Según ellos, los profetas son los que buscan de Dios la nueva revelación, la cual pasan a los apóstoles que la supervisan, modelan, ordenan, estructuran, y le dan forma de doctrina. Una vez conseguido ese proceso, lo dan a conocer como dogma a todos los pastores o ancianos que tienen bajo su supervisión, esperando que estos lo enseñen a sus congregaciones como Palabra de Dios. Ese es el método que la iglesia católica romana ha empleado desde que existe como tal a través de sus concilios y las declaraciones ex cátedra de sus “infalibles” papas. ¿Qué diferencia habría entonces?
Para aquellos que creen y enseñan acerca de los “nuevos apóstoles y profetas”, dicen que ambos tienen que trabajar de la mano. Según ellos, los profetas son los que buscan de Dios la nueva revelación, la cual pasan a los apóstoles que la supervisan, modelan, ordenan, estructuran, y le dan forma de doctrina. Una vez conseguido ese proceso, lo dan a conocer como dogma a todos los pastores o ancianos que tienen bajo su supervisión, esperando que estos lo enseñen a sus congregaciones como Palabra de Dios. Ese es el método que la iglesia católica romana ha empleado desde que existe como tal a través de sus concilios y las declaraciones ex cátedra de sus “infalibles” papas. ¿Qué diferencia habría entonces?
Esta actuación
contradice directamente lo enseñado por la misma Biblia, cuando se refiere a
todos los creyentes como tenedores de la unción del Santo, y no ignorantes de
todas las cosas, ni de la verdad (1 Juan 2: 20, 21), o cuando se nos asegura
que todos los creyentes somos sacerdotes pertenecientes al sacerdocio real y
universal (1 Pedro 2: 9)
¡Un gran problema
tenemos cuando se levantan “ungidos e infalibles” instructores de carne
hueso que pretenden darnos nueva revelación!
Lo nuevo, lo novedoso… ¿lo
bueno?
En el sentido que venimos argumentando, John Eckhardt, defensor del nuevo mover apostólico como lo llaman, claramente y sin ambages asegura acerca de esos nuevos apóstoles, diciendo: <<Ellos son a menudo los primeros en predicar ciertas revelaciones que Dios está dando a conocer ala Iglesia …Un
apóstol puede venir y establecer nueva revelación>> (5) (6) Ciertamente, lo
declarado por Eckhardt contradice abiertamente la misma Palabra, ya que no se
puede “establecer nueva revelación”.
En el sentido que venimos argumentando, John Eckhardt, defensor del nuevo mover apostólico como lo llaman, claramente y sin ambages asegura acerca de esos nuevos apóstoles, diciendo: <<Ellos son a menudo los primeros en predicar ciertas revelaciones que Dios está dando a conocer a
Claramente la Biblia nos advierte que no
se puede quitar de la misma, ni añadir a la misma (Deut 4: 2; 12: 32; Prov. 30:
5, 6; Ap. 22: 19). Si así se hace, necesariamente esa nueva revelación no
vendrá del Espíritu Santo, y si no viene de Él, entonces es doctrina de
demonios (1 Ti. 4: 1).
Lo que enseñan como
verdad de Dios muchos de esos maestros, no deja de ser un idilio con el engaño
expresado en su momento por el mismo diablo en el jardín del Edén, prometiendo
a la humanidad dominio sobre la vida (Gn. 3: 4), y conocimiento sin límites
(Gn. 3: 5).
Entre otras herejías,
estos hombres enseñan que la
Iglesia , organizada bajo un Gobierno autocrático piramidal,
va a dominar el mundo entero, llamándole a eso la “dispensación del reino”,
pasando, de la dispensación de la iglesia mortal, a la de la
iglesia inmortal.” (7) y con un conocimiento (o revelación)
constante y en aumento, eso sí, a través de algunos escogidos de entre todos
los cristianos, a los que se les llama ungidos
(ver Mt. 24: 24)
En realidad, estos
hombres que dicen ser arquitectos de un nuevo
paradigma, los cuales han prometido un río, en realidad han vendido
a la Iglesia
un pozo seco (8)
El Rev. Mario E. Fumero, en su libro “Los virus espirituales”, escribe acerca de esta cuestión del dominio, diciendo
así:
<<Notemos
que en esta oración, (la de 1 Timoteo 2: 1-3), no se pidió el Señorío sobre los
reinos de la tierra, sino para que podamos llevar a cabo nuestra misión en
tranquilidad, piedad y dignidad. ¿Podremos evitar que los sistemas de este
mundo caigan bajo el dominio del anticristo? …Es alarmante como se promueve
establecer una unidad eclesial a base de 12 para conquistar después el control
político de los gobiernos humanos, buscando que la iglesia sea la que gobierne
el mundo pecador, sin la venida de Jesús (milenio eclesial)>> (9)
Adornando el pastel
Estos nuevos profetas y profetisas, así como sus aprendices de turno, para dar a conocer e impactar con sus mensajes, utilizan un lenguaje muy saturado de expresiones grandilocuentes y de amplio barniz escritural. Siempre, invariablemente y sin dudar, antes de dar su profecía, dicen: “¡Así dice el Señor!” o, “El Señor te dice”. Eso produce en el oyente un efecto poderoso. Si lo que va a decir el profeta o la profetisa es la palabra de Dios, entonces habrá que prestar atención para obedecer…Esto, al oyente temeroso de Dios, le quita la libertad de escoger, casi le obliga a aceptar el mensaje sin más.
Estos nuevos profetas y profetisas, así como sus aprendices de turno, para dar a conocer e impactar con sus mensajes, utilizan un lenguaje muy saturado de expresiones grandilocuentes y de amplio barniz escritural. Siempre, invariablemente y sin dudar, antes de dar su profecía, dicen: “¡Así dice el Señor!” o, “El Señor te dice”. Eso produce en el oyente un efecto poderoso. Si lo que va a decir el profeta o la profetisa es la palabra de Dios, entonces habrá que prestar atención para obedecer…Esto, al oyente temeroso de Dios, le quita la libertad de escoger, casi le obliga a aceptar el mensaje sin más.
Luego vienen las
supuestas profecías, que suelen ser así: “Así dice el Señor: Te he llamado a ser
un líder en mi ejército y llevar a mi pueblo a un nuevo nivel; toma tu autoridad
y decláralo al mundo espiritual” U otro ejemplo: “Te he llamado en esta
hora para que no retrocedas sino que avances en una nueva dimensión espiritual; a tus palabras le
seguirán señales y milagros, porque yo estoy ungiendo en este día tu ministerio
con un nuevo poder creativo y la autoridad que viene
de mi trono…etc. etc.” Antes de avanzar con esta argumentación, cabe decir que
hoy en día el profetizar continúa tal y como el apóstol Pablo enseñó a los
Corintios (1 Co. 14: 1-3), y nada a cambiado en este sentido, pero no estamos
hablando de esto.
Estamos advirtiendo
acerca de los falsos profetas que profetizan “lo bueno”, y “lo nuevo” utilizando
siempre expresiones impresionantes que suenan a gloria, pero que están muy
carentes de la verdad y realidad de Dios. Por eso nos va a ser muy necesario
aprender a discernir.
Demos ejemplo:
Cualquier profeta o profetisa que exalte todo posicionamiento dominionista, acerca de nuestra autoridad
aquí en la tierra para levantar el Reino en este tiempo sin estar Cristo
presente, o por el estilo, es un falso profeta o profetisa.
Cualquier profeta y
profetisa que exalte el ego de
la persona a la que se dirige la profecía; diciéndole que va a tener una unción
mayor que todos, que va a hacer grandes milagros, más que la mayoría, que va a
conquistar las naciones y ser profeta a las naciones, etc. etc. es un falso
profeta o profetisa o actúa como tal.
Recuerdo los mensajes
de una afamada profetisa norteamericana que viene muy a menudo a España.
Profetizaba a todos los presentes en un congreso cosas así: “Así dice el Señor: El
avivamiento llegará en el año 2003
a España” (el año 2003 llegó, y pasó, y no ocurrió nada).
Curiosamente, el mismo mensaje lo dio Benny Hinn cuando vino a Barcelona hace
ya varios años.
La profetisa en cuestión
dijo en una ocasión en un congreso en Madrid, España hace algunos años: “Pastores y líderes, no
se preocupen, porque dice el Señor, dice, que el dinero viene, ¡viene! Y viene
de Alemania, para que compren sus templos y no tengan ya que alquilarlos”. Jamás ocurrió tal cosa.
A todos sin excepción
les predicaba “lo bueno”, y en aquella ocasión, a los gitanos españoles
cristianos, que estaban allí, muchos en número, les dijo de parte del Señor que
se prepararan porque el Señor les mandaba ir al Medio Oriente, (10) a ¡¡Irak, a
predicar el Evangelio, justo durante la guerra en su mayor apogeo!!
Ese tipo de profecía,
tan común en los círculos dominionistas/neo-reformistas, se parece tanto a lo
expresado por el profeta Jeremías, cuando de parte de Dios exclamó: <<…desde el profeta
hasta el sacerdote todos hacen engaño. Y curaron la herida de la hija de mi
pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz>> (Jeremías 8:
10, 11)
Quieren complacer a
muchos, cuando estos buscan que se les profeticen “lo bueno” y no lo correcto: <<No nos
profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad mentiras>> (Isaías 30: 10) No en
vano la Palabra
nos insta a examinarlo todo, que significa, ponerlo a prueba, y sólo retener lo
bueno (1 Ts: 5: 21)
5. Cuidado con las
falsas “coberturas”
No obstante, la seguridad y convicción con la que actúan tras los púlpitos y sobre las plataformas multitudinarias no deja de asombrarnos. Son capaces de llamar nuestra atención, y convencernos de que necesitamos su ministerio, que sin él, nos quedamos extremadamente cojos, y por supuesto, ¡sin cobertura!
No obstante, la seguridad y convicción con la que actúan tras los púlpitos y sobre las plataformas multitudinarias no deja de asombrarnos. Son capaces de llamar nuestra atención, y convencernos de que necesitamos su ministerio, que sin él, nos quedamos extremadamente cojos, y por supuesto, ¡sin cobertura!
Por cierto, la palabra
cobertura no he podido
encontrarla en la Biblia.
Un muy amigo mío, pastor de una pequeña, pero espiritualmente
poderosa congregación, había estado por algunos años bajo la “cobertura” de un
supuesto apóstol; y digo supuesto apóstol,
porque ese varón no fundó la iglesia de mi amigo. En un momento dado, mi amigo,
que en aquel entonces todavía creía en el supuesto ministerio de esos apóstoles
busca-iglesias, le pidió que supervisara su congregación.
Pasaron algunos años,
y mi amigo aprendió, maduró, y llegó a sus conclusiones. Decidió, por tanto,
junto con su presbiterio, que había llegado el momento de avanzar en otra
dirección que la propuesta por su “apóstol”. Se lo comunicó, y…¡cual sería su
sorpresa cuando ese varón “apóstol” no aceptaba su decisión, sino que por
tiempo estuvo porfiando con él, hasta que, acabados sus recursos dialécticos,
casi metiéndole miedo en el cuerpo, por cuanto iba a perder “su cobertura”,
finalmente tuvo que asumir, aunque a regañadientes, la decisión de mi amigo
junto con el resto de los ancianos!
La bandera de la
“cobertura” fue la que hizo ondear con más fuerza ese varón contra mi amigo.
Ese tiempo, fue terrible, porque él deseaba hacer la voluntad de Dios, y esa es
la razón por la cual tuvo que enfrentarse a ese hombre, habiendo querido evitar
todo tipo de polémica, pero no siendo eso posible.
Sí es cierto que la Palabra nos insta a estar
en una iglesia local y no dejar de congregarnos, (He. 10: 25), en ese contexto,
el creyente está bajo el cuidado y protección del Espíritu Santo, porque está
cumpliendo con el requisito escritural. Cada congregación madura y establecida,
es soberana (Ap. 2 y 3); es guiada por el Espíritu Santo, y el Señor la protege
y cuida. Por eso digo, ¡cuidado con las coberturas!
Porque la mayoría de las veces, no son tales coberturas, sino ataduras.
La excepción es la de
esos verdaderos enviados que
predican el Evangelio allí donde son enviados, se convierte gente, y se empieza
una congregación. Evidentemente, en los primeros años de andadura como iglesia
local, la verdadera y eficaz cobertura, no sólo de ese misionero, sino de la
iglesia que le envía, será más que útil y deseable.
Entrometiéndose
Pero el asunto va mucho más lejos que el de la simple cobertura. El asunto es un asunto de acción y de verdadera intromisión en la labor de las iglesias locales. No obstante, estos hombres están convencidos de su llamamiento divino en este sentido: <<Un nuevo gobierno sacerdotal está siendo establecido que sólo puede ser comparado con el que existe en la jerarquía de la iglesia católica romana a lo largo de la historia. Son llamados los “ungidos”, “apóstoles y profetas” yla
Iglesia debe oírles, permitirles que ministren, y dejarles
sanar y cumplir con la comisión de ella. Sin ellos, no podremos completar
nuestra comisión para Jesús; así enseñan>> (11)
Pero el asunto va mucho más lejos que el de la simple cobertura. El asunto es un asunto de acción y de verdadera intromisión en la labor de las iglesias locales. No obstante, estos hombres están convencidos de su llamamiento divino en este sentido: <<Un nuevo gobierno sacerdotal está siendo establecido que sólo puede ser comparado con el que existe en la jerarquía de la iglesia católica romana a lo largo de la historia. Son llamados los “ungidos”, “apóstoles y profetas” y
Este nuevo movimiento
apostólico/profético está dirigido a promocionar todo lo que de control e
imposición había en el movimiento llamado en inglés discipleship/shepherding (*)bajo el título y
excusa del crecimiento numérico eclesial. Así pues, el deseo y ambición de
crecimiento es uno de los motores que impulsan a muchos a creer casi cualquier
cosa con tal de obtener resultados, siguiendo de hecho la pauta maquiavélica de
que el fin justifica los medios.
(* Discipleship/shepherding
fue – y sigue siendo – una manera de entender el discipulado, expresado en un
gran control e imposición sobre el individuo, teniendo éste que dar cuentas a
su líder absolutamente de todo relacionado con su vida. La libertad del
individuo, ya no era más)
Imprescindibles hombres
Acerca de estos profetas modernos, dice Bill Hamon: <<El ministerio de ellos será aclarado e irá en aumento hasta que toda la verdadera Iglesia presente en el mundo les reconozca como que son ordenados por Dios y son dones de Dios parala Iglesia >>
(12)
Acerca de estos profetas modernos, dice Bill Hamon: <<El ministerio de ellos será aclarado e irá en aumento hasta que toda la verdadera Iglesia presente en el mundo les reconozca como que son ordenados por Dios y son dones de Dios para
¡Realmente, han
entrado pisando fuerte! Así pues, se pretende que toda la Iglesia de Jesucristo siga
las instrucciones y revelaciones pretendidamente de Dios; sus palabras han de
ser la guía que las iglesias deben seguir. Lamentablemente, esto está ya
ocurriendo. Muchos maestros y pastores de congregaciones comunes y corrientes,
todos bien intencionados y amantes del Señor, no se aperciben de que enseñan,
entre otras, cosas de una gran trascendencia extra y anti bíblica, aprendidas
de esos hombres y mujeres, quizás porque las han oído de ellos mismos, de otros
pastores, o en la “TV cristiana”, o en la radio, en ciertas publicaciones, en
congresos de “avivamiento” o “proféticos”, por internet, etc. etc. Han sido
impactados por las palabras y el espíritu de ellos, aun y sin percatarse.
Se enseñan conceptos o
doctrinas que no se encuentran reflejadas en la Escritura , y se les da mayor
importancia que la Escritura
en sí, a muchas de ellas. Un ejemplo de esto último, entre los numerosos
mensajes hoy en día, sería justamente el levantamiento y justificación de ese
mover presuntamente apostólico profético del que estamos hablando.
Pensemos que cualquier
revelación extrabíblica, según sea el contenido de la misma, niega la
suficiencia de la Biblia
(Jn. 8: 31, 32; 2 Ti. 3: 16, 17; 2 Pr. 1: 3) Pero como apuntaba Hamon,
<<ese nuevo conocimiento revelado a esos profetas, propio de las “cosas
nuevas” que Dios está haciendo en estos últimos días, nos será
necesario>>.
Según se nos dice, no
podemos llegar a estar completos y equipados para toda buena obra solamente con
la revelación de la
Biblia. Para afrontar los nuevos desafíos que vienen sobre el
mundo y la Iglesia ,
vamos a necesitar a esos profetas y apóstoles ungidos para que nos dirijan, y
de ese modo poder obtener ese esperado “avivamiento mundial”, y
consecuentemente poder “conquistar y dominar las naciones para Cristo”. Así
dicen, y aseguran…¡pero no les creemos!
¿Orden divino?
Sigue diciendo Hamon al respecto: <<La total restauración de los apóstoles y los profetas enla Iglesia ,
traerá el orden divino, unidad, pureza y
madurez al encarnado (*) cuerpo de Cristo>>
(13). Prestemos atención a ese “orden divino”.
Sigue diciendo Hamon al respecto: <<La total restauración de los apóstoles y los profetas en
John Eckhardt, también
habla sobre ese “orden divino”: <<Todo lo que pido es que
permanezcamos abiertos a escuchar de parte de Dios lo que tiene que ver con
cómo encajar en el “orden divino”>> (14) Esta es una expresión
que se oye muy a menudo de parte de estos hombres y mujeres.
(*) Nótese que ese
“encarnado”, es decir, hecho carne, cuerpo de Cristo, al que heréticamente se
refiere Hamon, no es sino la falsa creencia de que Cristo está “encarnado” o
“corporizado” en la Iglesia ,
sobretodo a través de los “ungidos”.
Pero ese presunto “orden divino” no es más que el “Nuevo Orden” que en
esencia es tan viejo como el mensaje de la serpiente del Génesis, y que
pretende transportar a la
Iglesia de Jesucristo, engañándola, a los pies de la Bestia Anticristo ,
a través de su Falso Profeta (Ap. 13).
Concluyendo
Hoy en día, a mucho pueblo de Dios, y a muchos ministros, les pasará lo que dijo Dios a Su pueblo entonces: <<Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento>> (Oseas 4: 6), esto es, si no se vuelven a
Me causa mucha
tristeza la situación actual eclesial. Cuando se habla de “avivamiento”, lo que
ocurre, es que contrariamente, una mayoría del pueblo de Dios, ni siquiera lee la Biblia , y consecuentemente,
no la conoce. Creen que “avivamiento” es ver a muchos en muchos Congresos y
Conferencias; mucho emocionalismo; y mucha música…
En el libro de
Proverbios encontramos: <<Mas los necios mueren por falta de
entendimiento>> (10: 21)
El pastor y el maestro
tienen la responsabilidad ante Dios de enseñar la sana doctrina desde el
púlpito, pero el oyente tiene exactamente la misma responsabilidad ante Dios en
cuanto a cerciorarse de que esa enseñanza es como deba ser, para ser aceptada y
creída, o si no, desechada, pero… ¿cómo lo harán, si no leen ni conocen
suficientemente la Biblia ?
Dios les bendiga.
Miguel Rosell
Carrillo, Pastor de Centro Rey, Madrid, España
www.centrorey.org
Agosto, 2006
www.centrorey.org
Agosto, 2006
Citas:
1. Artículo del Dr. Ervin de León, “El Movimiento apostólico y profético, ¿mito o realidad?”
2. C. Peter Wagner; CBN interview Enero 3, 2000.
3. Artículo del Dr. Ervin de León, “El Movimiento apostólico y profético, ¿mito o realidad?”
4. Dr. Bill Hamon, en 700 Club CBN, 2005.
5. John Eckhardt; “Moving in the Apostolic”, p. 45
6. Ibid. pág. 56.
7. Trascripción del Dr. Bill Hamon titulado “Batalla de las Novias”, Nov. 1997; del artículo del Dr. Ervin de León, “El Movimiento apostólico y profético, ¿mito o realidad?”.
8. Welcome to the New Prophets; Let Us Reason Ministries.
9. Mario E. Fumero, su libro “Los virus espirituales”, pág. 40.
10. Cindy Jacobs; Congreso Kairos, Madrid 2002.
11. Welcome to the New Prophets; Let Us Reason Ministries.
12. Bill Hamon; Prophets and Personal Prophecy God´s Prophetic Voice Today, p. 53.
13. Ibid.
14. John Eckhardt; Moving in the Apostolic, p. 25.
1. Artículo del Dr. Ervin de León, “El Movimiento apostólico y profético, ¿mito o realidad?”
2. C. Peter Wagner; CBN interview Enero 3, 2000.
3. Artículo del Dr. Ervin de León, “El Movimiento apostólico y profético, ¿mito o realidad?”
4. Dr. Bill Hamon, en 700 Club CBN, 2005.
5. John Eckhardt; “Moving in the Apostolic”, p. 45
6. Ibid. pág. 56.
7. Trascripción del Dr. Bill Hamon titulado “Batalla de las Novias”, Nov. 1997; del artículo del Dr. Ervin de León, “El Movimiento apostólico y profético, ¿mito o realidad?”.
8. Welcome to the New Prophets; Let Us Reason Ministries.
9. Mario E. Fumero, su libro “Los virus espirituales”, pág. 40.
10. Cindy Jacobs; Congreso Kairos, Madrid 2002.
11. Welcome to the New Prophets; Let Us Reason Ministries.
12. Bill Hamon; Prophets and Personal Prophecy God´s Prophetic Voice Today, p. 53.
13. Ibid.
14. John Eckhardt; Moving in the Apostolic, p. 25.
FIN
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